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Parte 10

Décimo capítulo

Adam Carver

Caminaba el pasillo a paso ligero, no tenía idea de a dónde me dirigía, no me interesaba saberlo porque solamente quería escapar. Abrí la puerta con un poco de esfuerzo cuando una mano pequeña tocó mi hombro, me volteé asustado por quien podría ser, pero todo mi cuerpo se relajó al ver que era solamente esa niña. Una niña obstinada que me seguía a todas partes.

—¿Vas a escaparte?

—No quiero seguir aquí.

—No puedes huir, nadie puede, aunque corras muy fuerte siempre terminarás en el mismo sitio.

No tuve mucho tiempo a interpretar la frase cuando una luz horrorosamente brillante comenzó a llenar toda la escena, luego un ruido pequeño, como el de unos pájaros cantando, me llevó de vuelta al mundo real donde no faltó tiempo para comenzar a sentir un malestar enorme en mi cabeza.

La luz de la ventana frente a mí molestaba más de la cuenta, así que me volteé en la cama para huir de ella, solo que terminé tropezando con algo un poco pesado, como un cuerpo.

Abrí los ojos entonces y pude ver qué era... mejor dicho, quién. Andrea estaba al lado mío, dormida por completo y... y ... ¡por todos los reyes!, estaba desnuda. Me senté en la cama del susto mientras trataba de respirar profundo. No podía creerme lo que estaba viviendo.

—No, no, no, no, no, no, no. No, no está sucediendo, Adam —me decía en voz alta mientras me frotaba la cabeza.

Volví a mirarla para darme cuenta que comenzaba a despertar, solo que cuando se colocó boca arriba la sábana se corrió y pude ver perfectamente su cuerpo desnudo, volteé la mirada hacia el frente para concentrarme en algo más. Tal vez no había ocurrido nada, tal vez ella se emborrachó y yo me dormí a su lado, eso tenía sentido, ¿no? Para comprobarlo miré por debajo de la sábana y pude ver que estaba igual de desnudo, volví a taparme. Esta vez teniendo un ataque de pánico.

—Solo dame cinco minutos más, ¡Por los mil demonios! que nadie muere por eso.

—Andrea... ¡Andrea, despierta!

—¡¿Qué?! —me gritó a la vez que se sentaba en la cama a mi lado de un solo movimiento.

Lo cual me hizo volver a apartar la mirada porque la sábana se cayó por entero y solamente cubría su parte de abajo.

—An... Andrea tienes... digo, no tienes...

—Estás sudando como si nunca hubieses visto a una mujer desnuda, ahora déjame dormir.

¡¿Qué la dejara dormir?! ¿No estaba infartando con todo esto? Santa divinidad, yo no recordaba nada de anoche después del baile con ella, así que bien podía haberme emborrachado y aprovechado de mí, de Andrea esperaba cualquier cosa, un momento, se acostó a dormir de nuevo, bueno, al menos se tapó con la sábana.

—Andrea, por favor, dime qué está sucediendo ahora mismo —le preguntaba mientras buscaba desesperado mi ropa por la cama.

—Pues evidentemente, tú y yo tuvimos sexo anoche, ya sabes, eso que hacen dos personas cuando...

—¡Sé lo que es! Me refiero a...

—Y evidentemente ninguno recuerda nada, así que debimos haber bebido demasiado anoche, con un poco de suerte no habrás sido tan malo en la cama como pienso que eres y yo habré disfrutado un poco. Ahora déjame dormir que es temprano.

Ella era increíble, pero no en el buen sentido, sino increíble como para preguntarse por qué demonios los dioses le permitieron entrar a este mundo. Yo conseguí colocarme algo abajo y salí de la cama casi tropezándome con todo, me vestí con una camiseta y estaba buscando los zapatos. Jamás pensé estar en una situación así, era la primera vez que me sucedía, diablos, nunca debí conocer a esta mujer.

Andrea Berroncille

Mi hermoso sueño se vio interrumpido por unos odiosos gritos, cuando me levanté vi que era Adam desnudo a mi lado, aquello me tomó por sorpresa a principio, pero estaba bastante acostumbrada a estas situaciones. A juzgar por la expresión de "estoy viviendo un infierno" del principito, supuse que para él sería nuevo todo esto.

De nada servía perder la calma cuando ya todo había sucedido, así que me acosté para volver a dormir, pero digamos que sus ruidos al correr por toda la habitación no ayudaban.

—¿Quieres ser un poco más sigiloso? Intento dormir.

—¡Y yo intento no perder la cabeza! Oh no, espera, debo haberla perdido para acostarme contigo.

—¡Hey! —Me senté en la cama de golpe y él miró en otra dirección, pero no hice nada para arreglar eso—, mejor reza por no acordarte o verás cómo serás incapaz de estar con otra mujer sin pensar en mí, aquí quien pierde soy yo por tener sexo contigo y no me ves lamentándome.

—Andrea, mejor vístete. Justo ahora no sé ni cómo discutir contigo.

Se restregó las manos por el rostro y yo me levanté de la cama ya con mejor humor solo por conseguir molestarlo, por supuesto, busqué mi ropa, pero con toda la tranquilidad del mundo mientras él hacía lo imposible por permanecer volteado.

—Sabes que puedes echar un ojo, ¿no? Digo, en algún punto recordarás haber hecho mucho más que eso.

—Me queda la esperanza de que a último momento nos quedamos dormidos.

Bufé ante su comentario, este hombre era más aburrido y gallina de lo que lo creía. Con razón su familia lo retó a presentarme... lo cual me recordaba... la madre de Adam, una mujer que, sin dudas, debía descubrir quién era.

—¿Terminaste?

—Sí, ya estoy lista, principito.

Adam se volteó y pudo ver que andaba sin zapatos, pero de ninguna forma iba a ponerme esos tacones de nuevo, ya me dolía bastante el cuerpo para encima de eso soportar diez centímetros bajo mis pies. Por suerte, no preguntó nada y se dedicó a revisar los bolsillos de su pantalón, lo vi interesado en algunos mensajes de su teléfono, así que hice ademán de buscar por dónde estaba el mío. Lo encontré casi debajo de la cama cuando una maldición a mi espalda me sorprendió de repente.

—¿Ahora qué? No puedes pasarte todo el día quejándote por haber tenido sexo conmigo. Solo reza para haberte colocado protección o te voy a castrar —le dije al voltearme para quedar en su frente. 

—Yo siempre uso protección, pero no es eso. Debo estar en una... especie de entrevista importante dentro de unas dos horas, pero es en Kyoles, nunca llegaré a tiempo.

—¿Sabes? Nunca me llegaste a decir a qué te dedicabas exactamente.

—Pensé que nada de información personal salvo lo necesario o no meterse en asuntos del otro era una parte de nuestro acuerdo.

Para ese momento nos hallábamos saliendo de la habitación, por suerte, este lugar estaba desolado, solo debíamos bajar las escaleras y llegar al exterior donde Adam tenía su carro.

—Tampoco te me hagas el interesante, solo era sana curiosidad, no sé si te lo he dicho, pero...

—Tu curiosidad es mayor que la del gato, lo he notado porque cada vez que hablas con alguien lo examinas por completo para luego preguntarle cosas que probablemente ya dedujiste.

Me detuve al final de la escalera. ¿El principito acababa de afirmar que me observaba? ¿Por qué lo hacía? Yo no era nada suyo. Quise preguntarle cuando su teléfono volvió a sonar y esta vez lo colgó con un rostro bastante molesto.

Me crucé de brazos pensativa por lo que estaba al decirle, nunca me interesaba por los asuntos de nadie, casi nunca me preocupaba por nadie, y tampoco estaba sintiendo ningún tipo de compasión por él, pero a veces me sucedía esto, que ayudaba a las personas solo porque no tenía nada mejor que hacer.

—Si vamos en avión llegaremos en menos de dos horas a Kyoles.

—No puedo sacar un pasaje porque no llevo arriba ni dinero ni tarjetas, revisé y parece que me robaron hasta el carnet de identidad.

Salimos del castillo para caminar hasta la zona del parqueo, solamente estaba el carro de Adam, quien no demoró en abrirlo, yo me senté en el asiento del copiloto mientras me preguntaba por qué le robaron la cartera, pero no el teléfono o las llaves del auto que probablemente eran lo de mayor valor. Decidí despejar ese tema para enfocarme en la parte de sacarlo de San City.

—El pasaje no es problema porque igual podemos montar el avión, solo debemos asegurarnos de que nadie lo sepa, principito.

Adam abrió los ojos como platos, nos hallábamos sentados en el interior de su carro, él fue a arrancar cuando se detuvo solo para voltearse a mirarme. Se veía tierno con ese cabello negro totalmente despeinado y la camisa media abierta. Diablos, quería corromperlo más seguido.

—¿Hablas de...? ¿De...?

—En castellano sería montar como polizontes, sí. Digo, es eso o que pierdas tu preciada entrevista, decídete, pero hazlo rápido que la bondad me dura muy poco tiempo.

Lo vi suspirar profundo antes de encender el motor del carro. Esto iba a ser divertido. Montar de polizontes en un avión luego de tener sexo con este hombre y no recordar absolutamente nada de anoche, que, por cierto. ¿Cómo terminamos...? Abrí los ojos de repente cuando la imagen vino a mi mente.

Era Harley, le estaban echando algo en su bebida mientras yo hablaba con la Condesa, en ese momento no me importó si la drogaban o no, así que no hice nada para advertirle, pero luego Adam y yo nos sentamos en su mesa y tomamos... maldición, tomamos ambos de la misma copa que ella. Así que, quienes quisieron drogar a la mejor amiga de Adam fallaron porque nos cogieron a nosotros, pero eso no respondía nada.

¿Quién quería hacerle qué a Harley? A ella juraría haberla visto riendo cuando hablaba con la Condesa, ¿sabía algo de mí? Esto comenzaba a ser extraño, ¿Quién era realmente esa mujer?


Primero quiero agradecer a todos los que han llegado hasta aquí. Felicidades porque les espera un buen tiempo frente al teléfono jeje.

Recuerden que pueden seguirme en Instagram, por allá publico fotos de los personajes, frases y puede que spoilers inocentes.

🌟 Voto si amaron la reacción divergente de ambos al levantarse.

🌟 Estrellita si quieren ver qué pasa en ese avión.

Dato Curioso: Los capítulos no tienen títulos porque la esencia de la historia es mantener la fama bajo cero. La misma Andrea dijo una vez que ponerle nombre a las cosas era una forma de hacerlas menos especiales. Así que no hay título por capítulo.

¿Cómo llamarían este capítulo? Los leo.

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