Especial Día de las Madres
Capítulo especial, quiere decir que puede no guardar relación con la cronología del libro. Se recomienda leerlo por completo antes, pero contiene bajo nivel de spoilers. Disfruten.
Andrea C. Berroncille
Ese momento donde comienzas a despertar, pero aun sigues dormida es tentadoramente odioso, no obstante, si existe algo capaz de hacerlo atractivo es cuando sientes las manos de tu esposo tomándote por la cintura para luego depositarte pequeños besos en el cuello, el mejor despertar de todos los siglos.
—Buenos días, princesa.
Me moví un poco porque aún no quería abrir los ojos, pero terminé volteándome para rodearle los brazos por el cuello y darle un pequeño beso.
—Buenos días, principito, ¿por qué tan temprano hoy? Volvamos a dormir.
—No lo creo posible, por cierto, feliz día de las madres.
¡Lo había olvidado! Y como si la orquesta se uniese toda junta, en ese momento la puerta de la habitación se abrió de golpe y por ella pude ver tres cabezas corriendo con velocidad hasta la cama.
—¡Feliz día, mamá! ¡Feliz día de las madres! —me gritaban a coro mis hijos.
Corey que era alto para sus siete años se colocó entre Adam y yo para proceder a abrazarme mientras me daba besos, mi pequeña Adria que solo tenía cinco años casi no podía hablar del todo bien, pero mascullaba unas palabras en lo que saltaba encima de mi espalda. Francis fue el que quedó sentado a los pies de la cama, estaba en su fase adolescente de “no necesito a mamá”.
—Oh, pero cuánto escándalo, ¡Adria, deja de saltar así!
En vano. Y lo peor es que Adam a mi lado solo se reía, lo miré furtivamente y eso debió sonarle a advertencia.
—Muy bien, niños, no molesten a su madre, ¿quién quiere desayunar con nana Mara?
—¡YO!! —gritaron los dos a coro.
Adam cogió en brazos a Corey y cuando se sentó en la cama, Adria corrió para agarrársele a su espalda como pulga, yo solo pude reír ante la imagen de mi esposo saliendo de la habitación con nuestros dos hijos pegados a él. Miré hacia Francis que ni siquiera denotaba una sonrisa y me levanté rápido para llegar a su lugar en la cama, rápidamente lo abracé como solía hacer cuando era más pequeño.
—¿Por qué tienes esa cara?
—Ahg, mamá, vas a dejarme sin aire, suéltame.
Me tuve que separar.
—De pequeño no te quejabas tanto, ¿qué sucede?
—Nada, estoy bien.
Se levantó rápidamente y salió del cuarto, pero podía intuir que algo grave le sucedía, solo no quería admitir qué era.
…
Terminamos de desayunar y a Mara se le ocurrió que podíamos salir en familia para disfrutar el día de las madres, lo cual me pareció una idea divertida, así que unas horas después nos encontrábamos de excursión por el bosque nacional de Ryunter, los paseos en la naturaleza eran muy terapéuticos, aunque no hechos para todos.
Adam iba delante con Adria y Corey preguntando absolutamente todo, yo caminaba a la par de Mara mientras tomaba algunas fotos, pero Francis se encontraba de último muy rehusó a ir con nosotros.
—¿Vamos a acampar, papá?
—Adria… —Siendo la quinta vez que preguntaba, obviamente ya no tenía muchas fuerzas—, sí, acamparemos pasando el río, ¿felices todos?
—¡Sí!
Al grito de guerra que dieron esos dos, pensé que nos atacarían los habitantes del bosque, pero nada interesante sucedió. Mis hijos comenzaron a correr como indígenas hasta llegar al río cuya corriente estaba bastante fuerte y solo podría atravesarse al saltar las piedras. Parecía ser que no eran tan valientes o locos como para lanzarse sin aviso.
—Bien, niños, esto haremos, Corey, ve con tu padre, y Adria con Mara, será como saltar en un parque. Francis…
—Yo puedo solo, tengo catorce, ¿ok?
Vi que Adam iba a regañarle y por eso lo tomé por el brazo para detenerlo.
—Ok, te esperamos del otro lado.
Por suerte, todos pudimos saltar sin problema, los niños incluso gritaban de la emoción cuando Francis fue a atravesar el río, lo animaron hasta que consiguió llegar con nosotros, pude ver que Adam no estaba muy feliz por su actitud, pero yo no quería peleas ni discusiones en este día.
Conseguimos acampar a unos metros del río, instalamos tres casas de campaña, una para Mara, otra para los niños y otra para mi principito y yo.
Me encantaba que tuviésemos ocho años de casados, pero había cosas que nunca habíamos perdido, como los apodos que en un pasado me hubiesen resultado cursis.
Cuando todo estuvo listo, Adam se le ocurrió cocinar por su cuenta sin ayuda de Mara o mía unos filetes con leña y fuego… está de más decir que todos nos reímos por buen tiempo cuando aquello pareció objeto alienígena en vez de comida.
—Está bien, cariño, no me casé contigo por cómo cocinas —le dije para consolarlo luego de darle un beso en la mejilla.
Los niños hicieron muecas de asco mientras Mara seguía riéndose. Al final miré a Francis que estaba aparte de todos sin participar en la pequeña fiesta, mi hijo se encontraba leyendo dentro de su casa de campaña. Le hice saber a Adam que iría a comprobar cómo estaba, y me alejé rápidamente para no perder tiempo.
—Francis, cariño, tú sí que sabes divertirte, ¿no? —le dije con ironía amistosa mientras entraba a su campaña—, ¿qué haces tan lejos, hijo? Tus hermanos van a dejarte sin comida. .
—No tengo hambre de cualquier forma.
Respiré profundo, algo le estaba pasando y creo que era más que una etapa rebelde de la adolescencia. ¿Por qué? ¡Yo quería a mi niño cariñoso de vuelta!
—¿Te conté de la última vez que estuve en la jungla? Terminé saltando por un acantilado porque un tigre me estaba persiguiendo y encontré un pequeño pueblo de gente muy rara que al principio pensaba que querían comerme viva, pero fueron muy amables cuando comencé a contarle cómo había llegado ahí, si quieres puedo llevarte a conocer algunos de…
—Andrea, ya te dije que estoy bien.
—¿Andrea? —Debo admitir que aquello me rompió el corazón—. ¿Cómo que “Andrea”? Francis, tú no me llamas así desde…
—¿Que me adoptaste?
—Incluso antes, ¿qué está pasando aquí?
—Nada, ¡solo quiero que me dejes en paz! ¡Ustedes no son mis verdaderos padres!
Se levantó y salió corriendo de la campaña, Adam intentó detenerlo, pero Francis no se dejó y corrió bosque adentro, ¿qué estaba pasando con mi hijo? Siempre lo criamos como si fuese nuestro, y jamás hemos colocado distinciones entre ellos para que llegue a pensar así.
—Andrea, amor, seguro es una fase —me decía Adam mientras me tomaba en brazos para acercarme a él—, voy a buscarlo y tendremos una conversación sobre esto, ¿ok?
—No, yo quiero hablar con él, tú quédate con los niños.
Salí de la casa de campaña con intenciones de recuperar a mi pequeño renacuajo, pero un sonido agudo nos detuvo por completo: eran los gritos de Francis.
—¡Quédate con los niños! —le grité a Adam para que calmara a Corey y Adria.
Corrí velozmente bosque adentro solamente siguiendo los gritos de mi hijo, debía encontrarlo para asegurarme que nada le sucediese. No pensaba que mis pies pudieran ir más rápido de lo que ya iba, pero apresuré la carrera hasta un rincón del bosque que no había visto antes, ¿por dónde se metió este niño?
Escuché sus gritos de nuevo y doblé derecha, fue entonces cuando lo vi de rodillas y casi temblando frente a lo que parecía ser un tigre.
—¡Francis! No te muevas, es solo un tigre.
—¡Solo un tigre!
Me acerqué lentamente hasta mi hijo y lo tomé por el brazo para colocarlo detrás de mí, para sus catorce años tenía casi mi estatura, pero seguía siendo un polluelo.
—Está bien, bonito gatito, me he enfrentado a osos y en una ocasión un tiburón intentó suerte conmigo, no soy fácil de matar.
El tigre se movía lentamente desde el interior de unos arbustos, cuando salió casi por completo fue que pude ver algo sorprendente. ¡Tenía dos piernas humanas!
Comencé a reír mientras Francis a mi espalda moría de miedo. Pero no pude evitarlo, era muy hilarante.
—Mamá, ¿qué haces? Nos va a comer —me reclamó cuando me levanté para acercarme a él.
—Está bien, es un amigo, ¿Hernán? No… Fausto.
Prontamente pudimos ver que el tigre se colocaba sobre sus dos piernas y se quitaba la cabeza, es decir, el disfraz. Así pudimos ver a una persona solamente vistiendo la parte de abajo.
—¡Andrea Berroncille! —me dijo Fausto con ese acento tan atractivo—, y ahora con una cría, ¡bienvenida, amiga!
Se acercó a abrazarnos, yo lo hice por cordialidad y Francis casi por miedo.
—Perdóname, no sabía que era una cría tuya, sabes que nos gusta asustar a los turistas. ¿Piensas volver con nosotros en algún momento?
—No creo que a mi esposo le guste esa idea. —El rostro de Fausto me decía que estaba enormemente sorprendido—. Pero podríamos hacerles una visita, estamos cerca.
—Sabes dónde encontrarnos, querida.
Volvió a colocarse su disfraz de tigre y se marchó en cuatro patas antes de poder despedirse, como siempre hacía ese hombre. Me volteé hacia Francis que aún estaba en desconcierto total, así que tuve que explicarle mi historia con Fausto… obviando algunos detalles indecorosos.
Hacía años, cuando tenía cerca de diecisiete, me entró cierta curiosidad de cómo sería vivir en el bosque, es así como conocí a la tribu de Fausto, eran personas tan locas como yo misma, que les gustaba asaltar a los turistas con disfraces de animales salvajes, aprendí algunas cosas con ellos hasta que Diego decidió un buen día que mis vacaciones fueron muy lejos.
—Cool, no creo que los padres de Keiran tengan eso.
—¿Keiran? ¿Es un niño de tu clase?
—Sí, él me molesta a diario porque soy adoptado, dice que su hermano es adoptado también, y sus padres no le prestan atención por eso, tengo… tengo miedo que en algún momento ustedes se cansen de mí.
Abracé a mi hijo fuertemente para no matarlo en ese mismo momento, ¡será imbécil el pequeño!
—Hijo… ¿cuáles son tus apellidos?
—Carver-Berroncille.
—Eso es porque eres nuestro hijo, ¿me ves a mí pareciéndome a la madre de Keiran? —me negó con la cabeza—, eso es porque ni Adam ni yo nos parecemos a nadie más, así que nunca deberás preocuparte por semejante simpleza, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, mamá. Eres la mejor madre de todas —dijo y me abrazó.
Resultó que, entre ese momento y lo que luego vivimos cuando fuimos de visita a la tribu, aquel fue el mejor día de las madres de todos.
¡Feliz día de las madres desde Cuba! Este capítulo lo hice de forma especial para todas las madres e hijos orgullosos de sus madres, recuerden que los extras y especiales se desbloquean al votar en todos los capítulos 😁 Dado que los escribo solo por los lectores. Pronto vendrán más que me han solicitado. (Si el guión aparece corto es porque no pude actualizar en la PC)
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