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Veintinueve

Capítulo 29
Mi secreto

Mientras JungKook se quejaba de dolor sacando el cristal de su pierna, YoonGi entró al baño deteniéndose en el acto al ver el espejo hecho añicos. GulMi se incorporaba del suelo con la respiración agitada, fue allí que vio al pelinegro de tatuajes, JungKook estaba sangrando mucho. YoonGi apareció encontrando aquella escena, el espejo del baño estaba hecho añicos en el suelo, pero allí en el suelo, cerca de la bañera se encontraba Jeon JungKook aferrándose a su pierna que perdía sangre, un charco de ella comenzaba a extenderse.

—¿Gul...?—YoonGi se interrumpió así mismo. Por un instante no supo que hacer, todo era tan...repentino.

GulMi en cambio si reaccionó, tomó otro de los cristales del suelo acercándose a un JungKook moribundo. El pelinegro no podía seguir manteniéndose consciente, sus párpados comenzaban a pesar más de lo normal, esa maldita estúpida le había ganado de la manera más tonta, en resumen, JungKook sólo la odiaba más.

Se agachó frente al chico recordando todo lo que le hizo o dijo desde que llegó. Sostuvo el trozo de cristal acercándolo a su cuello, ¿Quién la detuvo?, una mano pálida y masculina. GulMi levantó la mirada encontrando a YoonGi.

—No lo hagas. Si lo asesinas, no pagará por lo que hizo.

"¿Qué?, ¡Tiene que morir por lo que hizo!"

YoonGi tomó el cristal arrojándolo al suelo. Tomó una toalla del baño colocándolo en la herida de JungKook, la pérdida de sangre se debía a su terquedad al haber sacado el cristal de su pierna ocasionando aquel charco, YoonGi revisó en su bolsillo consiguiendo su teléfono, no pensó dos veces en marcar al oficial Choi mientras GulMi desconcertada veía aquella escena.

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Miró sus manos pálidas y un poco temblorosas, GulMi las llevó a su rostro apoyando sus codos de sus piernas. Jeon JungKook había sido capturado de nuevo, esperaba que esta vez no lo dejaran escapar, no estaba contenta con ello, él merecía morir por lo que hizo a todas esas chicas, a su madre y a ella. Incluso a la pobre de HamSok, al llegar al hospital le preguntaron si estaba bien a lo que asintió. YoonGi fue quien explicó todo lo ocurrido en la ambulancia, la joven sentada en las sillas de aquella sala de espera no pudo evitar pensar en lo que una vez su madre le dijo:

GulMi tenía ocho años, llevaba su uniforme escolar mientras esperaba sentada fuera de la dirección. Su madre tenía un rato ya allí dentro, resulta que GulMi se había defendido del bullying que recibía por primera vez, todos tenían un límite y ese día lo habían cruzado. La puerta se abrió haciendo que la niña se encontrara con su madre, la señora Yoo se sentó a su lado un tanto seria.

Su comunicación fue de sólo señas.

—¿Quieres contarme tú misma lo que pasó?

—Esa niña siempre me busca en el recreo para decir cosas feas sobre mí—respondió moviendo sus manos. Aunque su madre no fuera muda, fue gracias a ella que aprendió el lenguaje de señas, la necesidad de expresarse la llevó a captar rápido esa forma de comunicarse—Dice que appa y tú se separaron por mi culpa, que appa se sentía avergonzado de tener una hija muda.

—Sabes que eso no es cierto...

—Intentó abrir mi boca para ver si tenía una lengua, dijo que tal vez no puedo hablar por eso, según ella no tengo una—GulMi inhaló profundo—Omma, no quiero venir a esta escuela.

La mujer lo sabía perfectamente.

—¿Así que por eso le cortaste el cabello en clase?

GulMi solía sentarse tres asientos detrás de esa niña, en esa clase tomó asiento detrás de su compañera sosteniendo unas tijeras, aquel cabello largo de la otra alumna quedó desnivelado por el corte que le hizo. La había hecho llorar, ¡Ni ella lloraba cuando la insultaban de la manera que solía hacer!

—Sí. Sé que estás molesta, pero me harté.

Una sonrisa se dibujó en sus labios. Eso desconcertó a la niña.

—Estuvo mal, no te mentiré, pero al mismo tiempo...debo admitir que la niña y su madre son un tanto irritantes—GulMi sonrió divertida—Eres una pequeña muy peligrosa.

—¿Así que...no estás molesta, omma?

—GulMi, a veces tenemos límites. Imagínalo de esta manera, ¿Recuerdas el perro que tenía la dueña de la panadería junto a nuestro restaurante?—la pequeña asintió—¿Recuerdas lo que pasó hace dos semanas?

—Mordió a un estudiante.

—¿Sabes por qué?

—¿Por que eso hacen los perros?

—El estudiante que mordió lo molestaba cada tarde al volver de la escuela. El animal era muy dulce con todos, pero ese chico acabó llevándolo al límite.

GulMi formó una "o" con sus labios. Su madre era una mujer muy inteligente.

—No me gustó que ahjumma se lo diera a su nieta, me gustaba ese perro—y agregó—Omma, ¿Alguna vez has querido cambiarme o dejarme a alguien más?

No tenía que pensarlo siquiera.

—Jamás cambiaría a mi pequeña GulMi.

Escuchó unos pasos que la hicieron voltear, contuvo el aire y sus ojos se abrieron como platos cuando distinguió un oficial de policía junto al oficial Choi, ambos traían...a Kim TaeHyung con unas esposas en las muñecas. Se quedó estática encontrándose con la mirada de Tae, todo lo ocurrido en la casa golpeó su mente, sus manos se convirtieron en puños, apartó la vista al suelo escuchando sus pasos alejarse, alguien tocó su hombro haciéndole dar un respingo.

—Tranquila, soy yo—YoonGi tomó asiento a su lado—El oficial Choi me dijo que TaeHyung quería ver a su hermano.

"Podían verse cuando ambos compartieran la misma celda"

—Probablemente quieran que des tu testimonio de lo que ocurrió, ¿Estás lista?—GulMi asintió—¿Te sientes bien?

Negó con la cabeza. Que los hermanos estuvieran atrapados, no significaba que su madre volvería a la vida. GulMi estaba sola, en cuanto a familia se refería.

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Uno de los dos oficiales le quitó las esposas a TaeHyung quien hasta el momento se encontraba en prisión, un juicio iniciaría en su contra y en contra de su hermano. Poco le importaba, lo que más le inquietaba era no saber el paradero de JungKook. En la habitación sólo se escuchaba el ruido de una máquina, en la camilla descansaba un cuerpo masculino quien había sido ingresado de emergencia, JungKook llegó en la ambulancia con los signos vitales muy bajos, un poco más y no vivía para contarlo. La herida en su pierna le complicaría caminar sin cojear, la otra herida en sus costillas estaba en un terrible estado por sus fallidos intentos de curarse así mismo, los riesgos de una infección fueron muy altos.

Pero allí estaba, TaeHyung sabía que su hermano era una persona muy fuerte...y terca.

Se acercó a la camilla sabiendo que estaría furioso con él por lo que hizo, no lo culparía, había escogido a una chica antes que él, a su mente vino GulMi, la había visto en la sala de espera, seguía totalmente enamorado de ella, pero...sabía que era un enamoramiento de una sola parte.

Tanbién sabía el daño que le había causado, una vez más, no se sentía el héroe de la historia.

—¿Jung...Kook?—vaciló un poco. El pelinegro de  tatuajes entreabrió sus ojos lentamente, se sentía algo aturdido y lento por el sedante. Frente a él, se encontraba la persona más importante de su vida.

—Hyung—susurró con voz ronca.

—Vine apenas supe que habías aparecido—y agregó—Bueno, le pedí al...oficial Choi que me dejara venir...

—Esto...es tu...culpa—acusó—Tú me dejaste...solo.

—Yo...

—Mi pierna...

—Estarás bien, por el momento necesitas descansar.

—Esa maldita zorra...—hizo una mueca de dolor al intentar siquiera mover su pierna. Era humillante para el chico saber que una muda lo hirió dos veces llevándolo al borde de la muerte, en su recuerdo, JungKook vio el rostro de Min YoonGi en su mente.

—Se acabó, JungKook—ante eso lo miró sin comprender...o quizás sí, pero se rehusaba a hacerlo—Dejemos tranquila a GulMi, la policía nos atrapó...

—¿Te estás escuchando?—resopló—Si papá te viera ahora...

—Pero él no está.

—Gracias a mí—indicó.

TaeHyung frunció el ceño:

—¿De qué estás hablando?

—Papá estaba enfermo, ya no podía moverse, pero seguía creyendo que tenía el control—negó con la cabeza con una sonrisita de lado—El pobre supo que le quité el puesto cuando lo ahogué con la almohada—para TaeHyung fue un balde de agua fría—Yo asesiné a papá y no me arrepiento.

Tal vez algunas lo tuvieron en mente o lo pensaron, estos dos son la joyita de la familia :)

PD. Estuve tres días (quizás un poco más) escribiendo este capítulo.

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