Nueve
Capítulo 9
Precaución
GulMi comenzó a despertar, ya no tenía tanto frío como antes, para empezar no estaba en el ático, la cama en la que se encontraba tenía un perfume masculino, sobre su cuerpo desnudo habían muchas mantas que comenzaban a molestarle por el calor, en la mesa de noche tenía una bandeja con comida y a los pies de la cama encontró ropa para ella, eran algunas de las prendas que trajo en su equipaje, la puerta de la habitación se abrió, TaeHyung apareció, al verla consciente no dudó en acercarse mostrando alivio y preocupación al mismo tiempo.
—¿Te sientes bien?, estaba esperando que despertaras—cuando intentó tocarla se detuvo sabiendo que ella lo rechazaría—Deberías tomar un baño con agua caliente, la ducha tiene calentador, tomé algo de ropa de tu equipaje—indicó. La mejilla de GulMi estaba más morada que ayer, la chica miró sus brazos encontrando vendas en ellos—Ah, coloqué una pomada para las quemaduras, las había cubierto mientras dormías, te las quitaré antes de que entres al baño...
GulMi alejó sus brazos de él. No quería que la tocara, llevó sus manos a su cuello teniendo el collar aún puesto, al menos ya no estaba encadenada.
—Tienes que comer, GulMi.
Se sentía débil y mareada por la falta de comida. Llevaba un día y medio sin comer o beber nada, TaeHyung le mostró que no tenía nada al tomar una cucharada de la sopa de fideos llevándola a su boca, GulMi le permitió alimentarla una vez quedó sentada en la cama, el líquido tibio le hizo sentir a gusto.
—¿Está bien para ti?
—¿Mi madre ha escrito?—preguntó moviendo sus brazos.
—No—le dio otra cucharada—Lo siento.
—¿Por qué me trajiste a la habitación?
Deducía que había sido él, porque el otro chico claramente no lo haría.
—Estabas helada, temblando y quejándote—comentó—Sé lo que hizo JungKook, de ahora en adelante no aceptaré nada que venga de él—susurró.
—¿No me dejarás ir?
—Si lo hago no volveré a verte—en otro momento le habría parecido romántico, ahora se quería golpear así misma por haber sido tan tonta—Lo que dije no fue mentira, GulMi, me gustas—colocó su mano en su mejilla—Lamento todo esto, te prometo que JungKook no te lastimará de nuevo.
—Ya perdí la cuenta de las veces que has dicho eso—alejó su mano despacio—A mí también me gustabas, por primera vez me gustó alguien que parecía aceptarme, pero sólo me usaste.
—No fue así. Sé que no lo parece, pero...quise traerte aquí porque quería que conocieras un poco de mí.
—¿Así que ibas a contarme sobre tu gusto por asesinar mujeres y tu hermano con gustos raros?—tragó con dificultad conteniendo las lágrimas—Me duele el cuerpo, he recibido descargas eléctricas con esta cosa—señaló su collar—Mira mis brazos, mírame, ¿Te parece que puede gustarme alguien así?
—No vas a irte, no pienso perderte así—se negó a seguir escuchándola—Dejaré que tomes un baño y te vistas, esperaré fuera de la habitación para llevarte al ático.
GulMi negó con la cabeza tomando su brazo cuando dejó la sopa en la mesa de noche.
—No quiero volver ahí. Es muy frío y oscuro, por favor.
—¿Te sigo gustando?
"¿Qué?"
TaeHyung intentó besarla obteniendo un rechazo de parte de ella cuando volteó su rostro. Para él fue fatal, lo estaban rechazando como cuando tenía 15 años, sin decir nada se levantó saliendo del cuarto un tanto molesto. GulMi como pudo se levantó de la cama caminando al baño, allí se deshizo de las vendas de sus brazos, abrió la llave de la ducha usando el calentador. Con las quemaduras fue un poco doloroso, con una toalla abrazando su desnudez regresó a los minutos comenzando a vestirse, aunque no quisiera terminó comiendo lo de la bandeja.
No quería que JungKook apareciera de nuevo para obligarla a comer esa comida de perro. Con el suéter sus quemaduras quedaban cubiertas y se sentía un poco más protegida del frío, en la ventana vio la lluvia que caía afuera. Su madre debía ir por ella, esos chicos no iban a tenerla tanto tiempo ahí, ¿Cierto?, debía mantener en secreto que le había dado la dirección a su madre en la nota que dejó, GulMi abrió la puerta del cuarto una vez estuvo lista, se sentía un poco mejor con la sopa de fideos, TaeHyung esperaba a un lado recostado de la pared.
"Él me engañó para traerme aquí. ¿Por qué no lo engaño para salir de aquí?"
—Lo siento—él la miró—Por rechazarte hace segundos, estoy...asustada.
—No debes tenerlo—usó las señas sin emitir palabra alguna por si JungKook escuchaba—Confía en mí.
"Confié en ti y mira donde me metiste"
—¿Enserio debo volver al ático?
—Es sólo por el momento—la rodeó con sus brazos para susurrar en su oído—Me encargaré del collar.
GulMi pudo ver al pelinegro no muy lejos mirando la escena, la sonrisa que le dio le causó escalofríos. Podría engañar a TaeHyung aprovechándose de lo que creía sentir, pero JungKook sería el mayor problema.
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Abrió algunas cajas del ático aprovechando que no estaba encadenada. Encontró objetos viejos y otros oxidados por el paso del tiempo, abrió otra caja más encontrando ropa de hombre, GulMi frunció el ceño revisándola, estaba en buen estado, ¿Por qué tenían eso en el ático?, la caja tenía zapatos, por el estilo de las prendas deducía que eran de un hombre contemporáneo a su madre.
—Esta casa tiene mucho tiempo existiendo, el padre de mi amigo la construyó cuando joven.
"¿Acaso esta ropa será de su padre?, ¿Cómo habrá muerto?, eso fue lo que dijo Tae, a no ser que fuera otra mentira"
Guardó todo como estaba dejando la caja a un lado, iba apartando las que estaban revisadas, llevaba cinco. En la sexta encontró libros de primaria y secundaria, libros con actividades para hacer ya resueltas, en algunos libros tenía el nombre del dueño escrita.
KTH.
JJK.
"¿Por qué tienen distintos apellidos si son del mismo padre?, ¿Sus madres los registraron con sus propios apellidos?"
Tomó un cuaderno de color café, era pequeño, al abrirlo encontró dibujos muy hermosos de paisajes o animales en su naturaleza, algo le decía que esos dibujos eran de TaeHyung, suspiró reprochándose por haber sido tan estúpida, había confiado mucho en alguien de Internet, un año y medio convertido en farsa, sí, le gustaba Tae, pero antes de saber toda esa locura, ahora era un completo desconocido con un hermano tan loco como él, su atención se desvió a las letras que llenaron las hojas a partir de la mitad de ese cuaderno.
La letra era femenina.
Este ático es muy frío, por la noche la temperatura baja más en esta parte de la casa. Puedo escucharlos, JungKook parece no dormir en las noches, en su lugar, viene a jugar conmigo o eso dice.
Quiero volver a casa.
No sé si alguien lea esto, si es así, lamento que estés en esta situación.
Mi nombre es Ahn AeRan.
"Era otra víctima, justo como yo"
GulMi tomó asiento en el suelo sintiéndose muy cansada, miró hacia el colchón donde ahora tenía una manta más gruesa y una almohada, TaeHyung había limpiado el vómito mientras ella dormía, se había llevado la comida que JungKook le sirvió prometiendo ser él mismo quien le llevara de comer y beber, su actitud preocupada en otro momento la habría enamorado o encantado, ahora quería salir de allí.
"Mamá, lo siento mucho. No debí ser tan impulsiva"
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Sin GulMi en el restaurante, la señora Yoo se mantenía más ocupada de lo normal. Atendió las mesas sirviendo a los clientes que pedían, supervisaba a la ayudante de cocina cuando pasaba por allí para recoger los pedidos, vio a YoonGi en dos oportunidades cuando iba a buscar más comida para entregar a domicilio, la televisión encendida entretenía algunos clientes, en medio de algunas noticias notificaban las desapariciones de algunas personas:
—El día de hoy se cumple una semana de la desaparición de esta joven de 23 años cuyo nombre es Ahn AeRan, su familia ha reportado a la policía y desconoce el paradero de la chica—informó a la cámara la reportera. La señora Yoo no pudo evitar sentir una punzada en el pecho, inconscientemente pensó en GulMi.
"Ella me dejó la dirección, debería ir, pero...con lo que YoonGi me ha dicho, me hace pensar que sofoco a GulMi"
La mujer se sentía un poco frustrada. Revisó su celular del bolsillo de su delantal, no tenía mensajes ni llamadas nuevas de parte de su hija, ¿Debería ir ella misma a buscarla?, no se sentía tranquila, su deber de madre le decía que debía ir por ella.
Un cliente la sacó de sus pensamientos llamándola, fue a la mesa para tomar la orden con una sonrisa en los labios, aunque internamente estaba angustiada y preocupada por su única hija.
No se ustedes, pero empiezo a sentir angustia relatando esto (quizás porque la protagonista no es capaz de gritar o hablar)
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