Doce
Capítulo 12
Consecuencias
TaeHyung se vio al espejo de su habitación con una mueca de dolor, un hematoma se extendía por sus costillas, todo su cuerpo dolía de por sí, apenas iniciaba la mañana, no había podido dormir muy bien, haber dejado a GulMi en su lugar secreto lo hizo sentir inquieto, era una cabaña o intento de cabaña en mitad del bosque, ni siquiera JungKook conocía de ello, luego de lo sucedido anoche, su hermano le dio la orden de sacar a la chica de la casa, quien se encontraba en el ático esta vez era la señora Yoo. JungKook quería tener lejos a madre e hija, Tae pensó en su cabaña de inmediato, era el mejor lugar para tenerla aunque también el peor lugar, pues allí tenía más posibilidades de que volviera a escapar.
TaeHyung terminó por vestirse con quejidos de dolor, se sentía peor que anoche. Regresó al baño abriendo la pequeña puerta que tenía el espejo donde guardaba las medicinas, no dudó en tomar la indicada para el dolor, ese día no estaba de buen humor, se sentía agotado. Algo que nunca o casi nunca le pasaba.
"GulMi resultó ser más fuerte de lo esperado"
Salió de su habitación dirigiéndose a la cocina, allí se sirvió un vaso con agua bebiendo el líquido con las píldoras, miró el bolso de la señora Yoo en la mesa, a esas alturas, GulMi debía estar despierta. Necesitaría más sedantes por si acaso, caminó a la habitación de su hermano tocando la puerta.
—¿JungKook?, ¿Estás despierto?—tocó de nuevo sin tener respuesta. Giró el pomo de la puerta con cuidado, entró a ella encontrando al pelinegro dormido en la cama—¿JungKook?—al estar más cerca le pareció que su rostro brillaba del sudor, en efecto, así era. Colocó su mano en su frente descubriendo que ardía en fiebre, estaba seguro que la herida del brazo tenía que ver.
Se puso en marcha buscando el botiquín de primeros auxilios, tomó asiento en la cama exponiendo el brazo lastimado, quitó las vendas colocadas torpemente por el mismo JungKook, se había curado así mismo de forma incorrecta, de ese modo se arriesgaba a infectarse o algo peor. Limpió correctamente el corte en la carne, no era profundo, pero tampoco muy superficial, una vez limpio prosiguió a aplicar algo para la herida, comenzó a vendarlo como se debía recordando los conocimientos básicos que su padre una vez les dio.
—Por primera vez veo que haces algo bien, TaeHyung—el hombre sonrió satisfecho y sorprendido de su hijo. Tenía ojeras debajo de sus ojos por sus problemas con el insomnio, la barba en su rostro daba un aspecto descuidado, su cabello oscuro siempre se mantenía recogido en una coleta baja—¿Ves cómo es sencillo hacer lo que te dicen?
—Eso es lo único que puede hacer—JungKook resopló. Mientras él tenía ocho años, Tae tenía diez—Curar animales muertos.
Tae miró la venda que le había hecho a la paloma muerta frente a él, su padre les estaba enseñando a curar o cerrar heridas, nunca se sabía cuanto lo necesitarían en el futuro.
—¿Qué estás haciendo, JungKook?—el hombre se acercó a él. En vez de curar a la paloma terminó haciendo un mal vendaje—¿No escuchaste las instrucciones?
—¿Podemos cazar más animales?, es aburrido cuando están muertos—le restó importancia.
—¿Qué harás si alguien te lastima y necesitas de los primeros auxilios?—dio un golpe a su cabeza con su mano reprochándole. TaeHyung no disfrutaba eso, tampoco intervenía, pues JungKook odiaba que lo defendiera o protegiera, decía que lo hacía sentir débil—TaeHyung.
—¿Sí?—dio un respingo creyendo que lo regañaría.
—De ahora en adelante si tu hermano es lastimado tienes que estar cerca, cuidalo o terminará muriendo por su estupidez—ordenó.
—Sí, appa.
—Hyung—escuchó en un murmuro. JungKook entreabrió sus ojos—No me siento bien.
—Lo sé, quédate en la cama. Me ocuparé de todo por hoy—cerró el botiquín dejándolo en la mesa de noche—Me encargaré de bajar la fiebre...
—¿Dónde llevaste a tu novia?—hablaba despacio.
—No te preocupes por eso, mantendré a GulMi lejos de aquí mientras su madre ocupa el ático.
—Es extraño que no esté gritando—apenas lo dijo se escucharon golpes y ruidos arriba—Hablé demasiado—tocó su cabeza molestándose.
—¡Ayuda!, ¡¿Alguien puede oírme?!
—Si no la callas voy a subir a doblar el cuello.
—Quédate aquí. Hablaré con ella.
—No te dejes influenciar por tus emociones—le recordó. Más bien, advirtió. TaeHyung abandonó la habitación apresurándose a las escaleras del ático, abrió el candado logrando subir, la señora Yoo dejó de gritar en la ventana al percatarse del chico. Lo reconoció en segundos.
—¿Kim TaeHyung?—lo miró de pies a cabeza—¿Tú...?—muchas cosas pasaron por su mente. Se acercó a él tomando sus brazos queriendo saber lo importante—¿Dónde está GulMi?—un mareo le hizo tambalearse.
—Ahjumma, tiene una herida en la cabeza, no puede alterarse—la sostuvo llevándola al colchón. Hizo que tomara asiento para examinarla—Ha dejado de sangrar, debo limpiar la herida.
—¿Dónde está mi hija?—insistió. Su salud era lo menos importante.
TaeHyung no podía sentirse más culpable, ¿Por qué de repente estaba teniendo consciencia de lo que hacía?, ¿Por qué GulMi estaba causándole todo esos conflictos externos e internos?
—En otro lugar, debe calmarse o mi hermano subirá aquí—intentó mantenerla quieta—Déjeme curarle, ¿De acuerdo?
Una punzada en su cabeza le hizo llevar su mano allí, la señora Yoo hizo una mueca de dolor sintiéndose aturdida, confusa y preocupada. TaeHyung trajo el botiquín siendo cuidadoso de no dejar la puerta abierta, no quería más "sorpresas", la luz que entraba de la ventana era lo único que iluminaba parte del ático, pequeños pedazos del bombillo se encontraban en el suelo debido a lo que GulMi hizo anoche.
—Ese chico me golpeó en la cabeza—comentó al recordar—¿Por qué estoy encerrada?, ¿Dónde está mi hija?, ¿Qué le hiciste?
—Ahjumma—la interrumpió dejando de limpiar la sangre seca en su cabeza—Si se altera conseguirá ponerse peor, ha perdido algo de sangre y es normal que se sienta así.
—TaeHyung—tomó su mano deteniéndolo. Con ojos suplicantes lo miró—Dime que ella está bien, por favor.
Una vez más se sentía culpable.
—Ella está bien—se limitó a decir—Sólo está en otro lugar, fue una noche...movida para todos...
—¿Por qué está en otro lado?, ¿Por qué estoy encerrada aquí?, no entiendo, ¿Qué...?
—Se lo explicaré todo con tiempo. Mi hermano detesta que hagan ruido, ¿Puede no gritar de nuevo, por favor?—pidió—Sólo haga lo que le diga, así no saldrá herida.
Su sexto sentido estaba en lo correcto. GulMi estaba en problemas.
—¿Quién me enviaba mensajes de su celular?, ¿Eras tú?
—No, eso...fue idea de mi hermano—admitió con pena. Al limpiar la sangre de la herida en su cabeza revisó mejor la profundidad de ésta—Es algo superficial, cerrará por sí sola, no haga movimientos bruscos mientras, ¿De acuerdo?
—¿Puedes llevarme con mi hija?
—Por el momento no, lo siento—aprovechó de preguntarle—Ahjumma, ¿Alguien más sabía que vendría aquí?
La señora Yoo se hizo una idea del porque preguntaba.
—No. Nadie sabe que vine aquí—mintió. YoonGi seguramente adivinaría, pero la mentira no era del todo falsa, pues el chico nunca supo la dirección.
Debía sacar a su hija de ese lugar. Nada tenía sentido, sólo importaba sacar a GulMi de allí.
Recordemos que este par de hombres no son inocentes, ni siquiera TaeHyung quien ahora parece sentir remordimiento de lo que ha hecho (no se dejen engañar)
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