Cuatro
Capítulo 4
Ella no es una niña
Secó sus manos luego de lavarlas con jabón en ese lavabo. Acomodó su cabello queriendo lucir bien para el joven que le gustaba, sonrió nerviosamente al espejo recordando algo importante, en su bolsillo tomó su celular encontrando muchas notificaciones de parte de su madre, inhaló profundo escribiéndole un mensaje:
Salió del baño dirigiéndose a la mesa donde TaeHyung también se encontraba escribiendo en su celular. Al verla acercarse sonrió, GulMi tomó asiento frente a él, poco después la comida llegó a la mesa gracias al mesero que los atendía, el teléfono de GulMi vibró en sus piernas con un mensaje.
—¿Es tu madre?—preguntó Tae cuando ella guardó su teléfono. GulMi asintió algo apenada, juntó sus manos disculpándose con el gesto—No te preocupes, creo que todo padre actuaría así.
—Se siente irreal estar aquí contigo.
TaeHyung supo leer esas señas. Él también había mejorado mucho desde el momento que la conoció, al principio fue por interés, pero termino encontrándole gusto a ese lenguaje de señas.
—Tú eres irreal.
El sonrojo en las mejillas de la joven le hicieron sonreír encontrándola tierna.
—¿Tu amigo sabe que estoy aquí?
—Ah, sí—forzó la sonrisa. Por primera vez no le gustaba que JungKook supiera de su existencia, nunca debió decirle—Él está esperándonos. ¿Quieres conocer la casa que te dije?
GulMi asintió ansiosa.
—¿Sólo seremos tú y yo?
—¿Quieres que seamos más?—bromeó—Sí, sólo seremos tú y yo.
Una gran mentira.
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GulMi bajó del taxi escuchando las olas del mar, TaeHyung la ayudó con su equipaje pagando luego al conductor por su servicio. La joven miró el horizonte del océano a lo lejos, estaban en la costa, se sentía un poco de frío con la brisa salada, GulMi sostenía el ramo de rosas en sus manos, en la cima de la colina estaba la casa del amigo de TaeHyung, una de esas casas tradicionales, lo que le hizo sentir nerviosa fue ver que dicha casa quedaba un poco retirada de las demás, nunca había estado sola con un chico, le parecía emocionante por tratarse de él, pero un poco incómodo.
—Bonito, ¿No?—Tae susurró en su oído causándole cosquillas—Tienes que ver la puesta de sol, siempre es digno de admirar.
Giró sobre sus talones escribiendo en el bloc de notas de su celular, no todas las señas las entendía el chico. Le mostró su pantalla dejándole leer:
¿Por qué no hay casas cerca?
—Estamos al final de la urbanización—explicó acomodando la correa del bolso en su hombro. GulMi veía como los mechones de su cabello se movían en sincronía con el viento—Esta casa tiene mucho tiempo existiendo, el padre de mi amigo la construyó cuando joven.
TaeHyung notó su expresión de asombro.
Y ahora tu amigo la cuida.
—Se le han hecho algunas reparaciones, mantiene su lado cálido—le ofreció su mano—¿Vamos?
GulMi aceptó asintiendo. Caminó a su lado subiendo por la camino de tierra de dicha colina, mientras subían pensó en su madre, sabía que al volver tendría problemas, no le había dicho a TaeHyung que su madre conocía la dirección, le parecía vergonzoso que teniendo 25 años debía contarle a la mujer lo más mínimo, de nuevo le parecía que su mamá sólo exageraba. Mañana por la tarde debía volver al aeropuerto por su boleto, la mantendría al tanto aunque no quisiese, quizás así reduciría un poco su castigo.
En la cima de la cocina con el corazón latiendo rápido y un poco de cansancio, miró la casa frente a ellos. Por fuera se veía grande, tenía un portón además de muros altos rodeando el hogar, divisó ventanas de madera, paredes blancas y puertas del mismo material. TaeHyung tocó el timbre mientras ella echaba un vistazo alrededor, se apreciaba a lo lejos las casas de la urbanización, se veían diminutas por la distancia, el sonido del mar seguía siendo igual, el portón se abrió deslizándose a un lado, GulMi miró un chico tan alto como TaeHyung saludarlos, parecía joven, aunque algo en él no le daba buena espina.
—Así que tú eres la chica que trae a Tae de rodillas—bromeó con una sonrisa burlona que le causó nervios a la chica. Ese chico no le daba confianza—Soy Jeon JungKook.
Con una reverencia forzó una pequeña sonrisa incómoda.
—Ella es Yoo GulMi—Tae tomó su mano dando un suave apretón. Entrelazó sus dedos captando la atención de JungKook quien encontraba graciosa toda esa farsa—Está un poco cansada por el viaje, quisiera que se pusiera cómoda...
—¿Cuándo se va?
—Mañana por la tarde.
JungKook frunció ligeramente el ceño. Eso significaba que todo debía hacerse en corto tiempo, las anteriores mujeres siempre se quedaban por más tiempo, semanas por ejemplo. GulMi notó una cicatriz apenas visible en la mejilla de JungKook, tenía más cabello que TaeHyung por lo cual se notaba más su estilo despeinado, en su mano derecha le pareció notar un tatuaje.
—Oh, no podrá disfrutar de la isla.
—Le mostraré la playa antes de que anochezca.
—¿Es cierto que eres pintora como TaeHyung?
GulMi movió su mano libre indicando más o menos. No se consideraba pintora, aunque disfrutaba hacerlo de vez en cuando.
—Cuidaremos la casa—Tae tomó las llaves advirtiéndole con la mirada. Éste sonrió ladinamente negando con la cabeza, en segundos se recompuso sonriendo a la chica.
—Espero que tu estadía aquí sea buena, GulMi.
"Creo que no le agrado"
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La foto se envió por el mensaje, una donde ambos sonreían a la cámara en el restaurante, la había enviado a su madre con la esperanza de calmarla. GulMi tomó asiento en la cama dejando su celular a un lado, la habitación tenía lo necesario y justo, tenía un aspecto tradicional como esas casas de la época de antes, cuando existían reyes o reinas. Todo estaba perfectamente ordenado además de limpio, identificó el olor de ciertos productos de limpieza en el ambiente, se acercó a la ventana abriéndola para que se refrescara la habitación.
—¿GulMi?—Tae apareció con dos vasos en sus manos—Hice algo de limonada, ¿Quieres un poco?
—Gracias—sonrió aceptándola. Bebió un poco saboreando el líquido—Es una casa muy bonita.
—Lo es—miró el equipaje de ella en la cama—¿Has hablado con tu madre?
—Le envié nuestra foto.
—Lamento causarte problemas con ella debido a mí...
—No, no, no—se apresuró a explicarse. Fue por su celular escribiendo en él.
No te sientas culpable, mamá está exagerando un poco, es primera vez que hago algo por mi cuenta, ya lo aceptará.
—Está bien—bebió de la limonada.
¿Vives muy lejos de aquí, Tae?
—En realidad no.
—¿Por qué no quisiste llevarme allí?
La verdad es que lo había pensado. No era una casa como tal, al menos no como la de su padre, era un pequeño refugio que solía mantener para sí cuando JungKook se volvía muy insoportable o fuera de sí.
—No es tan bonita como esta casa—se excusó—Aunque me encantaría mostrarte las pinturas que he hecho, ¿Pintarías para mí, GulMi?
—No soy tan buena como tú—se sonrojó. Tae acarició su mejilla sin evitarlo, le gustaba ese color rojo en su rostro, GulMi en su lugar se quedó de piedra, ¿Por qué su corazón latía tan rápido?, ¿Por qué la estaba mirando tan dulcemente?
—¿Siempre te sonrojas con facilidad?
—Lo siento.
—No estoy quejándome, te ves muy tierna cuando te sonrojas.
El sonrojo sólo empeoró causando la risa en él. GulMi bebió del vaso intentando calmarse, nunca había tenido la necesidad de controlar sus emociones, comenzar a hacerlo era complicado.
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YoonGi había pasado toda la mañana en el local ayudando a la señora Yoo, la mujer le había enviado un mensaje pidiéndole su colaboración para recibir la mercancía, por lo general, ella siempre revisaba lo que recibía pues en ocasiones los ingredientes podían llegar en mal estado o a punto de arruinarse, YoonGi se encargó simplemente de pasar las cajas o cestas a la cocina, una puerta dividía la despensa de ésta.
—Ya terminé, ahjumma. Nos vemos el lunes—anunció recuperando su sudadera. Mientras se la colocaba notó a la mujer con su atención fija en su teléfono—¿Está todo bien?—preguntó sin recibir respuesta. Se acercó un poco tocando el hombro de la mujer quien dio un respingo—¿Se encuentra bien, ahjumma?
Como respuesta, le mostró la foto de su teléfono.
—¿Qué opinas de esto?
El chico de tez pálida tomó el celular identificando a GulMi muy sonriente junto a un chico desconocido. Éste sonreía aunque quizás no tanto como ella, tenía buen físico, aunque en realidad, parecía un poco incómodo.
—Supongo que este es el chico del que está enamorada, ¿No?
—No digas tonterías—reprochó golpeando su brazo.
—Pero ella dijo...
—GulMi no está enamorada, cree estarlo. Se fue en la madrugada cuando dormía, me dejó una nota—YoonGi le devolvió el aparato—No sé si realmente ir a buscarla, es que...ella nunca ha estado así de contenta—miró la foto de nuevo.
—Es su madre, tiene derecho a preocuparse. ¿Ella le envió esta foto?
—Sí. Me ha escrito diciendo que ese tal TaeHyung la ha tratado muy bien y que se siente cómoda.
—Ahjumma, tal vez...debe dejarla tener su propia experiencia, si GulMi ha demostrado estar bien, creo que no hay que preocuparse.
—Pero ella no es como las demás.
—¿Por ser muda?, hay muchas personas con discapacidades, no significa que no puedan hacer cosas normales, tiene 25 años, no es una niña.
Aun así, la señora Yoo se sentía dudosa.
—Dijo que volvería mañana en la tarde.
—Perfecto. Tampoco es que vaya a pasar mucho con él—intentó calmarla—Mañana volverá y podrá castigarla por haberse ido de esa manera.
—Supongo—suspiró—Está bien. Esperaré a mañana.
Estoy muy enfocada en esta historia, aprovechen la inspiración.
PD. Enserio, no hagan lo que hizo GulMi.
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