El cuerpo yacía hundido en el fondo de lago, con sus manos aún sobre su pecho para mantenerlo aún bajo el agua creyendo de que se levantaría una vez más el cuerpo para luchar.

Tristemente no fue así, Elizabeth veía como el cuerpo de su padre, Booker DeWitt yacía ahogado sin vida; todo en un punto final al círculo vicioso que habían generado la existencia de Comstock y su propio padre.

Dos caras de una misma moneda: Uno fue salvado por el lago donde yace ahora sin vida renaciendo como un hombre nuevo, el otro rechazo sus aguas y siguió consumido en sus deudas, vicios y sus traumas como soldado.

Ahora, enfrente de ella...la puerta que una vez sea abierta, no se sabrá que pasará después; siendo que debió ser borrada de la existencia tras esto.

O tal vez la jodida paradoja del abuelo hará que todo se vaya directo al carajo.

En estos momentos...Elizabeth Comstock o Anna DeWitt, no le importaba nada de lo que fuera a suceder; tal vez pueda ir a París de una buena vez tras tanto sufrimiento o tal vez vaya a un lugar donde no exista y pueda comenzar una vida desde cero.

Con mirada decidida camino hacia la pequeña colina en la que se encontraba la puerta; todo siendo observado a la lejanía por un misterioso hombre con una barba canosa y un bastón para apoyarse con un seño que mezclaba interés, seriedad y molestia.

....

Oscuridad.

Era todo lo que había y solamente conocía a dos personas que les encantaba jugar con este tipo de lugares y dicho y hecho.

En una pequeña luz como si de un foco iluminará, estaban los dos Científicos de Columbia.

-Parece que tu viaje acabado.- comentó Robert Lutece.

-O simplemente está iniciando el suyo.- contesto Rosalind Lutece a lado de su "Gemelo".

-¿Ahora que quieren ustedes dos?.- la hija de Booker estaba cansada mentalmente, por lo que lidiar con los juegos de los gemelos era simplemente molesto.

-Simplemente estamos interesados por el camino que tomarás, estás libre de las atadura de tu padre.-

-Sin embargo, ahora tú camino se ha dividido tanto como la luz reflejándose en un caleidoscopio. Por lo que dinos, que es lo que harás?.-

-Todo lo que vaya hacer no estará dentro de sus planes.- hablo la versión masculina de Rosalind.

-O simplemente nunca hubo un plan.- con esas últimas palabras, fijaron su mirada en la chica y dijeron su mítica frase.

-¿Cara...-

-O Cruz...?.-

Con esas palabras, la luz parpadeó para luego regresar.

Iluminando una puerta nueva y sin los dos hermanos presentes.

-Odio cuando ellos juegan así.- fue lo único que pudo decir la hija del indio blanco.

Simplemente se acercó la puerta y la abrió.

....

Tras abrir la puerta, se dió cuenta que apareció en un pequeño callejón de lo que parecía una ciudad rural y la noche había caído notando la nula presencia de gente en las calles; Por lo que viendo a sus lados en caso de precaución y hacia atrás de ella decidió empezar a caminar por las calles solitarias y ligeramente iluminadas.

No fue tardía su reacción viendo las tienda de ropa que logro visualizar en su caminar nocturno, siendo completamente disonantes a las vio en la ciudad de las nubes.

Si quería poder mezclarse con las personas en iniciar una nueva vida, tendría que cambiar su atuendo ante la posibilidad de preguntas innecesarias de porque tiene un atuendo de inicios de 1900.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una sensación de frío atroz recorriendo su cuerpo, notando como una luz roja empezaba encenderse detrás de ella; pero no era un miedo de que fuera descubierta o la hayan seguido a ese nuevo lugar.

Era el miedo de una presa ante su depredador.

Y siguiendo sus instintos primarios, correr fue su única elección.

Incluso cansada por el viaje y la batalla con los restos de Vox Populi, su cuerpo gracias a la adrenalina, le permitió correr tan rápido como sus piernas y botas de tacón le permitieran. Todo mientras la luz la seguía más rápido empezando a alcanzarla.

Elizabeth en un intento de perderla decidió entrar a un callejón y abrir un desgarro para poder escapar a otro lugar.

No pudo.

Algo le impedía abrir un desgarro tan fácil como era en Columbia.

Cuando volteo hacia su espalda temiendo lo peor...la luz ya no estaba, desapareció. Sin rastro alguno de que siquiera apareció.

La Cordero de Columbia al ver que se encontraba sola, se recargo contra el muro y se deslizó para sentarse mirando sus manos.

-(¿Porque no pude abrir un desgarro?) (¿Acaso mis poderes están fallando o hay un sifón aquí como en Columbia?).- el miedo de que volver a la torre la invadió por unos momentos pero luego encontró lógica.- Si hubiera una Columbia aquí, ya hubieran aparecido esos gemelos otra vez. Pero me preguntó, porque no consigo la información que quiero?.

La destrucción del sifón había permitido a Elizabeth conseguir un tipo de omnisciencia debido a su conexión con los universos paralelos y dimensiones, incluso a través de las distintas realidades aún poseía acceso a conocimiento cuasi infinito, pero ahora no podía saber que la había perseguido.

¿Que carajos era este lugar?.

El cuestionamiento se detuvo cuando de algún modo, empezó a faltarle el aire y sentirse casada; todo mientras una gran niebla densa empezaba llenar el lugar.

Poco segundos faltaron para caer inconsciente, todo visto desde la niebla gracias a una pequeña sombra que estaba buscando en busca de comida.

....

Con pesadez en los ojos, la hija del indio blanco se despertó atada a una silla en lo que parecía ser una habitación vacía de una casa vieja. Todo por el suelo y paredes llenas de moho junto a la humedad del lugar.

-(¿Dónde...estoy?).- Anna no sabía lo que había pasado y el porque se había desmayado repentinamente, solamente recuerda la presencia de una niebla sumamente densa y pesada de respirar que la dejo inconsciente.

Y ahora, se encontraba aquí, atada y con un dolor de cabeza como si hubiera inhalado gases de la zona industrial de Columbia por horas.

Sabiendo que tenía el gancho electromagnético en la zona del vestido, empezó a mover la silla de un lado otro para tratar de hacerlo caer y así poder cortar las cuerdas que la mantenían prisionera.

Entre el movimiento brusco de la silla termino cayéndose junto al gancho magnético del lado opuesto a ella, molesta pero sin tiempo que perder, dió vueltas con la silla para quedar en el borde de las hojas más pegadas a las cuerdas de lo que le gustaría.

Sin medir palabra, activo el mecanismo.

Las veloces hojas del gancho cortaron como cuchillo caliente a la mantequilla, liberando de las ataduras en sus brazos a la chica aunque lastimandola un poco; una vez liberado sus brazos prosiguió con la cuerda de sus piernas.

-Ahora, a buscar una forma de escapar de aquí.-

....

Abriendo lentamente la puerta de la habitación donde se encontraba visualizo rastros y manchas de sangre por todo lugar, para luego en instantes oyera los gritos de dolor de una persona.

-(Genial. Primero los locos de mi padre, luego los locos de los Vox y ahora este grupo de locos, será que los DeWitt tenemos suerte para ello?.).- se pregunto cínicamente mientras observaba cautelosamente todo para evitar se descubierta.

Cuando todo parecía ir viento en popa para su gran plan de escape, la suerte le hizo una mala jugada.

Cuando se encontraba bajando las escaleras termino rompiendo uno de los escalones, haciendo un gran ruido que llamo la atención de su captor en la habitación de tortura, fuera dónde estuviera el lugar.
Dejándose caer de espalda para quedar aturdida por el impacto contra el suelo, Elizabeth escucho como una puerta se abría y simplemente se escucho.

-Encuentrala, por favor.-

Levantándose y preparando su gancho magnético por si tuviera que defenderse, corrió hacia la puerta principal del lugar sin ya importar el ruido que sus botas hicieran; todo iba bien y se encontraba cerca de la puerta hasta que sintió una punzada de dolor en su pierna derecha y cayó contra el suelo.

-CARAJO!.-

Volteo hacia la herida de su pierna notando como un cuchillo había sido lanzado contra su pierna y sabía de sacarlo, la sangre que manchaba su vestido azul saldría a borbotones tras haber impacto en una zona delicada. Ignorando el dolor, trato de correr cojeando pero se vio nuevamente interrumpida cuando su mano derecha termino clavada en la puerta por culpa de otro cuchillo.

-Mami nos pidió que te encontramos, pensábamos en usarte para comerte pero eres una maga, Entonces planeas hacernos daño junto a mami. Debemos eliminarte.- una voz infantil hizo que Anna sintiera un gran escalofrío recorriera su cuerpo, escuchando como el sonido de unos tacones salieran de las sombras mostrando a su agresor.

O agresora.

Vestida con una camisa sumamente corta negra que mostraba parte de su abdomen, seguido de una ropa interior similar a un bikini de color negro, acompañado de unas fundas para cuchillos y acabando con unas medias negras con detalles en blanco y unos tacones rosas.

Todo en el cuerpo de una niña de no más de 10 años con cicatrices en su rostro.

Había algo en la niña que simplemente le dió un asco pero a la vez un miedo tras ver cómo mencionaba el asesinarla como si de un juego macabro y su manera de hablar en una tercera persona plural.

En un intento desesperado para protegerse y con todas sus fuerzas, abrió un desgarro del otro lado de la habitación vacía, pero cuando logro abrirlo este se cerró mientras la dejaba cansada.

-¿Magia de Portales? Entonces eres más peligrosa para nosotros y mami.-

Elizabeth solamente podía ver con terror como la niña se acercaba lentamente alzando sus cuchillos para degollarla viva.

Por lo que resignada, uso su última carta.

-ALGUIEN AYÚDEME POR FAVOR!.-

Una luz intensa empezó a brillar en una de las habitaciones del lugar sin que nadie se percatara.

La casa era realmente la base de un magus que iba participar en la Gran Guerra del Santo Grial, invocando al Servant Assassin Jack The Ripper.

Tristemente el servant lo acabo matando tras considerar a la prostituta que estaba usando de catalizador era su verdadera "mami", cortando la mano con los hechizos de comando y otorgandoselos.

Sin embargo, se les olvidó un detalle y ese fue borrar el círculo de Invocación que se había usado; y como estaban usando el lugar temporalmente para recolectar almas para la Asesina ante la ausencia de circuitos mágicos de su Master.

Y ahora, ese círculo de Invocación abandonado contacto a un Servant para brindarle su ayuda a la Cordero de Columbia.

Cuando la asesina se dispuso acabar con la joven mujer, está volteo rápidamente hacia su derecha sorprendida.

-¿¡Otro Servant!?.-

Un fuerte impacto la mando a volar contra la pared izquierda de la sala; todo mientras un aura azulada lo rodeaba.

-Escuche tu solicitud de auxilió...dime, tu eres mi Master?.-

...

BUENO, sinceramente no me pude resistir hacer está idea.

Me ha sido fácil adaptar a Elizabeth al Nasuverso y los quien sepan quién es el misterioso hombre, sabrán que tiene razones para estar ahí.

Sin más, me despido.

Por cierto, adivinen el Servant que fue Invocado.

Ciao!