Perdí la noción del tiempo. Ahogandome en mis propias lágrimas, viendo como me apagan, y escucho la voz que me habla.

Intente mirar al frente, pero el dolor seguía presente, pedía a gritos que parara, pero mi voz estába ausente.

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El viento sopla, las aves duermen y el río sigue su camino y el sol no brilla.

Las luces de la cuidad le daban un entorno hermoso para cualquiera que lo viese, y más desde las alturas.

Como el caso del aquel ser que se encuentra en la punta de un edificios, con sus manos al bolsillo y observando la iluminosa ciudad con ese ojo el cual solo ve desgracia.

El viento baila con su traje de guardia y su cabellera se mueve como el río y baila con el. Tan suabe como el algodón, y tan fresco como el aire.

El brillo de la cuidad solo le daba más belleza, las luces iluminando su traje como su cabello en punta.

Tan hermoso como la vida, y tan roto como el cristal.

Solo oberva como las personas se divertían, otros se embriagaban, y otros confesandose al amor que los acompañara de ahora en adelante, asta que el fallo los separase.

Y el... solo los oberva desde las sombras, desde arriba, percibiendo una felicidad ajena a la suya.

Solo mencionando un nombre, un nombre en donde sus desgracias comenzaron, y la culpa se formó en el causándole frio.

–Charlotte–

Aquel nombre que repetía con ternura y le daba un sabor de nostalgia que sabía más a triztesa... Muy amargo... Demasiado.

Desde esa altura, pudo observar como unos niños jugaban y se divertían sin que la luz de la noche los detenga, y un recuerdo amargo se le fue entregado para que su pecado no fuese olvidado.

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¿Realmente fue tu culpa.?

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El viento sopla con fuerza, las nubes lloran, y la desgracia comienza.

Desde adentro de un local se puede observar varias cosas, una más curiosa que la otra.

Unos niños observando desde una ventana a una niña, el cual era bañada de los llantos de la nube y esta no dejaba ver sus lágrimas.

Un regalo de cumpleaños del tamaño de una persona, era cubierto por dos cajas pesadas por encima, como si tratarán de que alguien no saliese de ahí.

Y el grito de un niño el cual, pedía que lo dejase salir, y que dejen a Charlotte en paz.

Patadas se escuchaban al otro lado de la puerta intentando pedir a gritos que lo dejaran salir, mientras que los infantes solo reían... Reían del sufrimiento de los demás.

Mientras que la niña, solo golpeaba el cristal tratando de que la dejase entrar, mientras que las cajas se movían bruscamente.

Al otro lado de la puerta, un niño de pelos de palmera se encontraba corriendo asía la puerta tratando de derribarla pero sin éxito alguno. Lágrimas recorren por sus mejillas por la desesperación y sus puños llenos de su propia sangre al tratar de derribar aquella puerta que lo mantenian prisionero.

El sabía las consecuencias de que su amiga este afuera, sabía las intenciones de aquellos niños, trato de defenderla, pero le ganaban en números.

En una gran desesperación, lanzó un grito el cual, fue tan grande, que un gran escalofríos recorrió por la espalda de aquellos infantes el cual, veían como la puerta era pateada varias veces, que asta uno podía jurar, que gotas de sangre salieron y un ojo los obervo con aberracion...

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Las horas pasaron. La nubes lloran con desespero ante la desgracia del ser humano. Tan cruel que este mundo pierde su bondad.

Ante varios intento de salir con toda velocidad, puso su hombro al frente puesto todo el cuerpo para poder derribar la puerta teniendo así éxito.

Pero a consecuencia. Un fuerte golpe se le fue afectado a su brazo derecho y no hablar de su apariencia.

Su manos machadas de sangre, y en la parte izquier del ojo, una gran línea de sangre pasaba. Al parecer incluso lo intento con la cabeza.

Pero para el, eso no importaba ahora. Tenía que salvar asu amiga. Así llegando a la puerta la cual, se encontraba abierta. Era extraño, talvez encontró la forma de poder entrar y un poco de relajación le pudo dar a su cuerpo.

Pero aun así. ¿Como lo hiso?. Fue una pregunta que se planteo en su mente, así que para poder asegurarse, salió a ver, de que sus dudas sean contestadas. Deseaba de que ella haya encontrado la forma de poder entrar...

Las lágrimas de las nubes ahora pasaban por todo su cuerpo su cabello ahora mojado como su vestimenta. Pero eso no lo iba a detener.

Camino por unos cuantos segundos, dejando que la lluvia quitase el tinte rojo que recorre en su cuerpo mezclándose con la lluvia.

A lo lejos, unos pies largos del color de la luz, se le era visible a unos cuantos centímetros de el, era extraño. Así que se hacerco a comprobar de que era lo que fuera esa cosa.

Pero... una gran sorpresa se llevó al ver, quien se encontraba a lado de lo que sería un animatronico.

Era su amiga, arrecostada sobre la pared con la piel pálida a causa del frío de la noche y el dolor de las lágrimas.

Un sentimiento el cual, nunca había sentido en su vida, por primera vez, pudo ver una posible muerte... o asesinato.

Un sentimiento de dolor asia su corazón, y más lágrimas de dolor brotaron del negro de su retina que no era visible ente la lluvia.

Repitiendo su nombre corría asia ella en donde lo primero que iso fue revisar si su corazón seguía latiendo... Pero era obvio de que no.

Lo siguiente que aria, fue acercarla donde el y ponerle su cabeza sobre su pecho, para que el frío de la pared dejase de torturarle.

Una sombra cubría su frente asta taparle los ojos. Y un llanto era audible haciendo que sus dientes se apretase.

–Lo siento... No pude protegerte. solo si fuera más fuerte nada de esto hubiera pasado... nada en lo absoluto... Perdóname –Abrazando más lo que ahora sería su cadaver para poder darle un poco de su calor. Apesar de que ella ya no lo sentirá.

La noche ahora será un recuerdo amargo el cual le obligara a recordar ese trágico momento.
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Sobre sus ojos gotas salían y se iba con el viento saliendo mientras su traje como su cabello bailaban con el viento. Sus lágrimas caían o eran llevadas por el viento como el río con sus corrientes.

Al verse en su posición, solo seco sus lágrimas he iso como que nada pasó.

Su vista volvió a la ciudad, con esa retina muerta y su único acompañante es quel peluche de retina brillante.

–Esta ciudad... Tan pequeña y gigante a la vez. ¿Como es? Que es capaz de inspirarme con su anocheceres, capaz de matarte sin razón aparente. –

–¿No era el ciclo de la vida misma?.–

Aquí no es la muerte quien te busca, es el juicio equivocado de un niño, una orden mal acatada, la necesidad sin reserva de esperanza.

–Esta ciudad... Donde se quedan los que no, y se quedan los que no eran.–

–¿Qué paso?.–

–Nos refugiamos en la perla, pero este suelo ya no es pacífico, es una trinchera de guerra. –

–Esta ciudad... Condenada a la normalidad de un sistema donde resuena el "Me quiero ir" la gente parece incompleta, o más bien rota, incluso muerta.–

El sonar de su teléfono les saco de su juicio, y sabía que la hora de su trabajo ha empezado.

–Ah... ¡Que dilema!. Hasta mañana mejor, o hasta que Dios quiera.–

Para seguido, irse con dirección a su trabajo. Por qué las doce de la noche solo es el comienzo de seis.

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Fin de cap.