Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♫| CAPÍTULO 23 |♫

CONWAY

EL VIDEO MUSICAL

Moví mi pierna con impaciencia mientras esperaba a que llegáramos a nuestro destino. Sienna me había dado una dirección diferente esta vez. Aún no estaba del todo seguro de adónde nos llevaría, pero tenía la leve sospecha de que era al departamento de Grace.

Podía sonar un poco raro, pero después de que Sienna me hubiera llevado a su casa, había memorizado su dirección. Me confortaba a mí mismo pensando que había sido algo que no había hecho de forma intencional y que simplemente había quedado grabado en mi cerebro por alguna extraña razón.

Brad se detuvo frente a un edificio y tragué saliva antes de poner un pie en la acera.

El barrio era definitivamente mejor que en el que Sienna vivía y daba un poco más de seguridad. Ese día no se lo había dicho porque no era como si fuera mi asunto, pero el lugar donde ella tenía su departamento no terminaba de convencerme.

Saqué mi teléfono de uno de los bolsillos de mi pantalón para mandarle un mensaje de que ya estaba abajo y me cubrí la cabeza con la capucha de mi sudadera en un patético intento por pasar desapercibido.

Me recargué contra una de las puertas del coche para parecer desinteresado mientras escuchaba la conversación que Jonah y Brad mantenían dentro de la camioneta. Hablaban de lo injusto que era que solo hubiera 13 temporadas del programa de vestidos de novia que tanto les gustaba ver y que 235 episodios no eran suficientes.

Fruncí mi ceño pero todo pensamiento mínimamente coherente salió de mi mente en el momento en el que vi que la puerta principal del edificio se abría y Sienna salía.

Me enderecé y metí las manos en los bolsillos de mi pantalón mientras me balanceaba sobre mis talones para calmar mi nerviosismo.

La sonrisa en mi rostro se desdibujó en el momento en el que vi que Sienna no venía sola. Había un hombre acompañándola.

Levanté una ceja pero no dije nada. Traté de mantener la expresión de mi cara impasible.

—Hola —la saludé a ella mientras me acercaba para darle un abrazo y plantar un corto beso en sus labios. Ella arqueó una ceja de mi dirección pero ni una palabra salió de su boca.

Me volteé para encarar al chico mientras dejaba mi mano alrededor de la cintura de Sienna. No me reconfortó ver que era atractivo.

—Soy Taylor —tendí mi mano disponible mientras una sonrisa tensa se dibujaba en mis labios.

Las comisuras de sus labios se dispararon hacia el cielo mientras apretaba mi mano.

—Aedus. Sienna me ha hablado mucho de ti.

Me sentí un poco más relajado después de oírlo decir eso. Significaba que sabía de mi existencia. Pero si sabía eso... lo más probable era que hablara mucho con ella.

¿Era esto lo que se sentía tener celos?

Era la primera vez que me sucedía. Aunque tampoco era como si hubiera estado en tantas relaciones a lo largo de mi vida.

Con Sally las cosas habían sido mucho más relajadas. Ella tenía miles de amigos del sexo apuesto pero en ningún momento me había sentido intimidado por ellos. Por ella había desarrollado una clase de cariño diferente al que sentía por Sienna.

Cerré los ojos y traté de sacar esos pensamientos de mi mente. Lo que importaba ahora era que estaba con ella.

Volteé a verla y sonreí sin poder evitarlo.

—¿Nos vamos? —Sienna asintió con la cabeza.

Le di un último asentimiento de cabeza a Aedus a forma de despedida.

—Un gusto.

—Lo mismo digo —la verdad era que no lo había sido, pero nadie tenía porqué saber eso.

Aunque a juzgar por la mirada que Sienna me estaba dando, ella sabía que no había sido así. Traté de sonreírle para disminuir la tensión entre nosotros. No funcionó.

Le abrí la puerta de la camioneta mientras tomaba su maleta y la metí en el cofre. Sienna se despidió de él con un movimiento de su mano y se subió al vehículo. No tardé en imitarla.

No dijo absolutamente nada, pero tampoco era como si hiciera falta a juzgar por la forma en la que me estaba mirando. Sabía qué era lo que estaba tratando de decirme con tan solo verla.

Levanté mis brazos en señal de rendición mientras me dejaba caer contra el respaldo del asiento. Una sonrisa divertida adornó su rostro.

—¿Quién era él? —no pude evitar preguntar—. Nunca te oí mencionarlo.

—Probablemente lo he hecho pero no pusiste atención —provocó ella.

Lo dudaba fuertemente. No era como si mi mente pudiera olvidar si ella me hablaba de alguien más.

Su sonrisa se amplió incluso más al ver la expresión en mi cara.

—No es alguien de quien debas preocuparte. —eso ciertamente no hizo que me preocupara menos. Ella pareció notarlo, por lo que añadió—: Es el ligue de Grace.

Mis hombros se relajaron.

—Oh —fue todo lo que pudo salir de mis labios.

—Sí, oh —se mofó ella—. Estoy haciendo algo así de cupido entre ellos —alardeó.

—No sabía que fueras tan romántica.

—Yo tampoco —se encogió de hombros.

—Espera —mi ceño se frunció—, ¿estamos hablando de tu amiga Grace? ¿La que está profundamente enamorada de mí?

—Sí, esa misma —respondió Sienna sin mucho interés.

—¿Me superó tan rápido? —me llevé una mano al pecho, falsamente ofendido.

—No te preocupes, ya lo superarás —me consoló mientras dejando caer su mano sobre mi hombro.

Ambos sabíamos que solo estábamos bromeando, pero se sentía bien estar así de relajado con ella.

—Si ustedes dos tortolitos terminaron ya de tontear —habló Jonah—, creo que tenemos un vuelo que tomar.

Sentí a Sienna tensarse a mi lado en el momento en el que esas palabras salieron de la boca de mi representante.

Después de que ella accediera a hacer el video, me había tocado convencerla también de viajar a la parte del país donde yo vivía para tomar ahí las tomas.

Era mucho más fácil grabar ahí porque era donde teníamos más contactos ya que era donde acostumbrábamos hacer este tipo de cosas.

Las largas distancias entre una ciudad y otra era lo que nos obligaban a tener que tomar un avión, y Sienna me había confesado que ella nunca se había subido a uno y que le tenía cierto pavor a las alturas.

Esa información no fue algo que me sorprendiera mucho a juzgar por la forma en la que me había vomitado en los zapatos después de que nos hubiéramos subido a esa montaña rusa.

Tomé su mano y entrelacé sus dedos con los míos mientras trataba de darle ánimos en silencio. Mi pulgar comenzó a hacer círculos sobre el dorso de su mano hasta que eventualmente noté que se relajaba un poco. Una sonrisa de satisfacción se estiró en mis labios.

No tardamos en llegar al aeropuerto. Normalmente para este tipo de viajes necesitábamos llegar con dos horas de anticipación, pero eso no era un requerimiento cuando nosotros teníamos un avión propio.

Un par de ojos se fijaron en nosotros mientras caminábamos por los pasillos del lugar y algunas personas se acercaron a pedirme una foto al reconocerme. Había olvidado ponerme la capucha y los lentes, pero no me molestó para nada.

Noté a Sienna con ánimos de alejarse cuando esas personas se acercaban, pero no le permití ir muy lejos al sujetar su mano con firmeza.

Antes había cometido el error de hacerle creer que me avergonzaba siquiera ser visto con ella, no quería que Sienna se sintiera de esa forma otra vez.

La mayor parte de las fans que se acercaron a saludar parecieron darse cuenta de la presencia de ella, pero ninguna dijo nada al respecto. Ya me podía imaginar qué era lo que iban a hacer después. Lo más seguro era que alguna de ellas nos tomara una foto y después la subiría a sus redes sociales y el caos se desataría.

Por alguna razón, eso no me molestaba. Mientras antes la gente supiera de la relación que tenía con Sienna, mejor.

Aunque esto arruinaría un poco la sorpresa del video, pero a veces había que cambiar unas cosas por otras.

Pasamos a la zona de abordaje y los pasos de Sienna se detuvieron, haciendo que yo también parara. La miré con tranquilidad.

—Vamos, estará todo bien.

Se relamió los labios, no muy convencida, pero no puso mayor resistencia.

Jonah y Brad venían detrás de nosotros y fueron ellos quienes tomaron el control cuando estábamos ya parados afuera del avión.

—Bueno, todo debería estar preparado —anunció mi representante mientras jugaba con un par de papeles que tenía en sus manos—. Toda la tripulación está lista para despegar, por lo que sería bueno si nos montáramos en ese avión de una vez por todas.

Asentí con la cabeza y no me sorprendí al ver que Sienna soltaba mi mano para subir los escalones para entrar a la aeronave, ella era así de independiente después de todo. Solo esperaba que no terminara con vómito sobre mí otra vez.

Ella tomó asiento junto a una de las ventanas y yo decidí sentarme frente a ella en caso de que en cualquier momento las cosas se salieran de control.

Jonah y Brad pasaron por nuestro lado con la intención de sentarse en la parte trasera del avión, pero Brad decidió detenerse a nuestro lado al último momento y sacó algo de uno de los bolsillos de sus pantalones.

—Ten —le tendió una bolsa de plástico a Sienna—, para evitar accidentes.

Brad sonrió y continuó con su camino mientras Sienna fruncía el ceño y tomaba la bolsa con confusión. Una sonrisa burlona se dibujó en el rostro de Jonah y no pude evitar lanzarle una mala mirada.

Me relamí los labios y comencé a tamborilear mis dedos sobre mis piernas mientras esperaba a que despegáramos. Sienna frente a mí movía su pie frenéticamente tratando de lucir calmada.

Las luces que nos pedían que nos pusiéramos los cinturones de seguridad se prendieron y no mucho tiempo después el avión comenzó a moverse por la pista.

Le sonreí a Sienna buscando que eso lograra tranquilizarla un poco, pero ella cerró los ojos y comenzó a respirar por la boca.

No hubo muchos problemas en el despegue y después de unos minutos de observar a Sienna, me di cuenta de que se había quedado dormida. Un suspiro salió de mis labios.

Me dejé caer contra el respaldo del asiento mientras sacaba mi teléfono para hacer unas llamadas y asegurarme de que los últimos detalles quedaran resueltos.

El viaje no fue muy largo y tuve que despertar a Sienna casi una hora y media después porque ya habíamos aterrizado. Una parte de mí agradecía que ella se hubiera quedado dormida porque eso había hecho todo más fácil.

Salimos al aeropuerto con nuestras maletas en la mano y nos subimos a la camioneta que ya esperaba por nosotros en la calle.

Lo que me gustaba de esta ciudad era que todos parecían estar tan centrados en sus problemas, que nadie ponía atención a lo que el otro estaba haciendo; por lo que era bastante sencillo pasar desapercibido.

Era temprano todavía, por lo que hoy mismo comenzaríamos con las grabaciones. Brad manejó hasta que nos dejó en nuestro destino y me encargué de estar mirando a Sienna cuando echó un vistazo por su ventanilla.

Aún no le había dicho cuál era el concepto que buscaba que tuviera el video y estaba seguro de que con solo ver en dónde estábamos se haría una idea muy clara de lo que tenía en mente.

Bajé del auto para abrirle la puerta del otro lado y ofrecerle mi mano para que ella bajara también.

—Tienes que estar bromeando —sonrió mientras me daba un leve empujón en el hombro.

Negué con la cabeza, también con una sonrisa en mis labios.

—La verdad es que hace mucho alguien no me vomita en los zapatos y creo que es algo que tiene que cambiar lo antes posible —la provoqué con una falsa seriedad.

Lo primero que pensé cuando se me ocurrió que Sienna apareciera en este video, fue un parque de diversiones, por lo que desde ahí supe que sería aquí donde lo grabaríamos.

Si bien no era el mismo lugar donde nos habíamos conocido, sentía que tenía su misma esencia y con eso me bastaba.

Reservarlo solo para nosotros había costado mucho en todos los sentidos, pero estaba seguro de que valdría la pena. Todo el equipo ya se encontraba aquí y sabía que el video sería una tarea un tanto complicada porque solo teníamos un día para hacer todas las tomas.

Entrelacé nuestras manos mientras caminábamos por debajo del luminoso letrero con el nombre del parque. Había gente por doquier y cámaras en todos lados.

—Qué bueno que ya llegaste, Taylor —se me acercó Tina, quien estaba encargada de la dirección del video—. Todos ya están listos, le diré a la maquillista que te prepare para que no perdamos más tiempo y comencemos a grabar ya. Tu vestuario ya está también en el camerino, solo faltabas tú.

Levantó la mirada de su tableta y se cruzó con Sienna. Tina volteó a verme, preguntándome silenciosamente si ella era la chica con la que le había contado quería hacer esto. Le di un simple asentimiento de cabeza.

—Ya está todo listo para ti también, cariño.

Sienna parecía estar perdida observándolo todo, pero se las arregló para hacerle saber a Tina que había entendido lo que le había dicho.

Jonah y Brad caminaban detrás de nosotros mientras guiaba a Sienna a los camerinos para arreglarnos. Pasamos al lado de los puestos de feria y un par de juegos en nuestro camino pero no nos detuvimos a observarlos con mayor detenimiento.

Paramos delante de dos pequeños cuartos y me volteé a ver a Sienna para encontrarla con una cara un poco preocupada.

Le sonreí y con mi mano giré su rostro para que me mirara.

—Si sientes que es demasiado solo dímelo y podemos parar todo —le hice saber en un intento por que se relajara un poco—. Siempre podemos dejar las vomitadas para otro día.

Ella asintió con la cabeza, todavía un poco preocupada y entró a su camerino. No me quedó otra opción más que hacer lo mismo.

El vestuario estaba colgado en un gancho y no me tomó mucho tiempo ponérmelo. Después llamé al chico que se encargaría del maquillaje pero él tampoco tardó demasiado.

Sienna ya estaba afuera cuando salí. Tina se encontraba a su lado explicándole qué era lo que querían que hiciera y ella asentía con la cabeza. Se veía ligeramente más relajada y eso me sacó un peso de encima.

Sonrió en cuanto me vio y me acerqué a donde ellas estaban paradas para también recibir instrucciones.

Lo único que no me gustaba completamente de todo esto era que Sienna escucharía la canción y yo quería que eso fuera algo así como una sorpresa para ella. La pista ya estaba grabada y se suponía que yo nada debería mover mis labios con la melodía, pero eso tampoco me terminaba de convencer.

Tina se sentó en su silla de directora y Sienna y yo tomamos posición delante de un pequeño escenario que había ahí. Una chica me pasó una guitarra y me la acomodé, listo para comenzar. Otra chica se paró delante de nosotros y dejó cerrar la claqueta en el momento en el que de los labios de Tina salía un «acción».

Normalmente no me gustaba mucho hacer este tipo de cosas porque no entendía cómo a alguien podría gustarle un video musical que carecía de sentido y ver que bailarines que salían de la nada.

Pero en el momento en el que la primera nota retumbó en el lugar y tomé la mano de Sienna para comenzar a moverme por el lugar, supe que esta vez sería diferente.

Si bien la forma en la que quería que Sienna escuchara la canción había sido estropeada, aún podía buscar una forma en la que siguiera siendo especial.

No había necesidad de que tocara la guitarra de verdad por el sonido que iba a ser agregado después, pero aun así dejé que mis dedos se deslizaran suavemente por las cuerdas de esta mientras me movía con Sienna por el lugar.

La noté tensa al principio. Le echaba demasiados vistazos a las cámaras y a la gente a nuestro alrededor y parecía no poder concentrarse en lo que estábamos haciendo

Me acerqué a ella y comencé a bailar a su alrededor con una gran sonrisa en mi rostro. De verdad estaba disfrutando de esto. Le canté en el oído la letra de la canción y una sonrisa se dibujó también en sus labios.

Se dejó llevar por el ritmo de la canción eventualmente y subió sus brazos por encima de su cabeza para comenzar a bailar conmigo.

Acomodé la guitarra para que quedara en mi espalda y tuviera las manos libres y tomé a Sienna por la muñeca para que nos moviéramos por el lugar.

Pasamos al lado de los juegos de feria y tonteamos un poco ahí. En algún momento me olvidé de las cámaras y supuse que a ella le había pasado lo mismo porque se veía más ligera y había perdido la vergüenza.

Recorrimos todo el parque corriendo y dando saltos como dos pequeños niños felices.

Reconocí que la canción estaba por terminar, por lo que tomé la mano de Sienna y nos guié hasta la rueda de la fortuna. No hizo falta que le dijera nada para que ella se sentara en el piso con su espalda tocando la mía. Volví a tomar mi guitarra y rasgué los últimos acordes de la canción mientras me encargaba de cantársela a ella.

Volteé a verla por encima de mi hombro cuando la melodía terminó y la encontré con la mirada fija en el cielo y los ojos cerrados mientras una amplia sonrisa se estiraba en sus labios, casi igual a la que yo traía.

Estaba por decir algo cuando otra voz me interrumpió.

—¡Corte! —Tina se paró de su silla y se acercó a donde nosotros estábamos para felicitarnos—. Eso ha sido una buena primera toma. Es definitivamente algo con lo que podemos trabajar.

Juntó sus manos y frunció sus labios. Solo con ese gesto supe que diría algo más que no me iba hacer del todo feliz.

—Pero creo que sería bueno si lo dividimos y lo grabáramos en tomas diferentes —sugirió.

Traté de recuperar el aliento mientras asentía con la cabeza y me ponía de pie. Le ofrecí mi mano a Sienna para que ella también se parara y no dudó en tomarla.

—Gran primer intento, chicos —nos felicitó dándonos un par de palmadas en la espalda a los dos.

Tina volvió a sentarse en su silla.

—¡Desde el principio, todo el mundo! —gritó y la gente comenzó a moverse de un lado al otro.

Sienna y yo volvimos al lugar en el que habíamos empezado.

La misma chica de antes se paró delante de nosotros con la claqueta y dejó que se cerrara mientras gritaba el número de toma y escena que era esta.

—¡Acción! —volvió a gritar Tina.

Tomé mi guitarra y miré a Sienna con una gran sonrisa en mi rostro. No tenía problema con hacer esto todo el día de ser necesario si esto me garantizaba pasar por lo menos un par de minutos con ella.

Sonrió y la música inundó el lugar una vez más.

─ ♫ ─

Terminamos de grabar cuando ya estaba oscuro. Tina había quedado satisfecha con el resultado y de momento eso era lo importante.

Le di un sorbo a mi botella de agua mientras me pasaba una toalla por la frente para quitarme el sudor. Sienna se abanicaba el rostro con su mano a mi lado; tenía las mejillas chapeadas.

La mayor parte del equipo ya se había ido a comenzar a editar el video. Si todo salía bien, debería estar listo en un par de días.

Colgué la toalla en mi hombro y me acerqué a donde Sienna estaba parada.

—¿Te has divertido? —no pude evitar preguntarle. Me mordí el labio y me recargué contra el marco de la puerta.

Ella volteó a verme con una expresión que no pude descifrar y por un momento temí que hacer esto no le hubiera gustado.

—Fue algo pesado —contuve el aliento—. Pero fue una experiencia bastante agradable —sentí que podía seguir respirando con tranquilidad.

Me alegraba que ella pensara así porque yo opinaba lo mismo. Normalmente mis videos eran con un fondo que no tenía nada que ver con lo que estaba cantando y bailarines que salían de todos lados. Tener que aprenderme las coreografías siempre era lo más difícil de todo porque no tenía el tiempo para practicarlas y tampoco era como si me interesaran demasiado.

Esto había sido más espontáneo e improvisado y había disfrutado mucho más de hacerlo. Aunque eso probablemente se debía a la compañía que había tenido.

Brad y Jonah se acercaron a donde nosotros estábamos parados y mi representante envolvió mis hombros con uno de sus brazos a la vez que el grandulón se sentaba en una de las sillas con un pedazo de pastel que no tenía idea de dónde había sacado en sus manos.

—Nunca había visto a Tina así de feliz después de grabar algo —observó Jonah mientras me apretujaba la mejilla. Hice una mueca y le di un manotazo para que dejara de tocarme—. Incluso estuvo a punto de acceder a salir conmigo —explicó como si fuera todo un logro.

Alcé mis cejas, falsamente sorprendido.

—¿En serio? Debes sentirte como todo un campeón —solté con sarcasmo mientras le daba un par de palmadas en el pecho.

Él pareció notar que no estaba hablando en serio, porque arrugó su rostro y me miró con desprecio.

—Muy gracioso, Lory.

Blanqueé los ojos y lo ignoré.

—Voy a interrumpir para preguntar algo —se metió Sienna en la conversación para mi suerte—, ¿Vamos a hacer algo más aquí o nos vamos a ir ya?

Se relamió los labios y le echó un vistazo a la gran montaña rusa que había detrás de ella para después mirarme a mí. Ella pareció notar que estaba siguiendo sus movimientos, porque en el instante en el que comencé a negar con la cabeza, ella alzó una ceja.

—No —fue todo lo que me limité a decir.

Una sonrisa se dibujó en sus labios. Escondió sus brazos detrás de su cuerpo, se inclinó un poco hacia adelante y se acercó lentamente hasta donde yo estaba parado.

—Oh, vamos. Vive un poco —me retó.

—¿No tienes tú un miedo a las alturas o algo así? —desvié el tema.

Ella frunció el ceño.

—Sí, pero de verdad quiero hacer esto.

—¿Devolver lo que sea que hayas comido sobre mí? —negué con la cabeza.

—¿Estás asustado? —la distancia entre nosotros era poca.

—¡Por supuesto que lo estoy! —exclamé—. La última vez que me subí a una montaña rusa contigo no salí en las mejores condiciones —le recordé.

Sienna le quitó importancia con un movimiento de su mano.

—Eso pasó hace cinco años. Muchas cosas pasaron desde entonces.

Pasé mi lengua por mis dientes y le di un vistazo a la colosal atracción frente a mis ojos. Fijé mi mirada en la castaña parada frente a mí y dejé mis hombros caer, derrotado.

—Está bien —terminé accediendo. Ella dio un brinco de alegría—. Pero solo si prometes que no me vomitarás esta vez.

Ella me miró con una cara de completa seriedad.

—Por favor, Conway —puso sus ojos en blanco—. No me puedes hacer prometer cosas que sabes probablemente no voy a cumplir.

Su comentario no me consoló.

—¿Podemos subir con ustedes? —preguntó Brad de repente, haciéndome caer en cuenta de que él y Jonah seguían aquí.

Volteé a ver a Sienna y ella se encogió de hombros para después asentir con la cabeza.

—Claro, ¿por qué no?

Brad celebró con un raro baile y a Jonah no pareció importarle mucho.

—Yo no voy a subir —dijo muy tranquilo. Todos volteamos a verlo y él simplemente se encogió de hombros—. Alguien tiene que encargarse de que el juego avance y sea seguro —articuló con exageración—. No me vendría muy bien que te mataras en una mierda así, Taylor —me señaló.

Me encogí de hombros.

—Como tú digas.

Nadie hizo el ademán de hacerlo cambiar de opinión, por lo que nos acercamos a donde estaba el juego. Las luces del parque estaban prendidas pero ya no había muchas personas dentro aparte de nosotros, por lo que tenía cierto toque mágico pero tétrico a la vez.

Jonah no le tomó mucha importancia a que todos los cinturones estuvieran bien asegurados, así que yo tuve que asegurarme de hacer eso.

En una fila solo cabían dos personas, por lo que Sienna y yo nos sentamos en la de hasta adelante y Brad se quedó solo en la que había detrás de nosotros.

—Por favor no mueran —fue todo lo que dijo Jonah antes de mover una de las palancas y que el juego comenzara a avanzar.

Sentí un nudo formarse en mi estómago. No estaba del todo convencido con la idea y el hecho de que no hubiera nadie capacitado para hacer esto me ponía nervioso a pesar de que Jonah había visto un tutorial en YouTube para hacer funcionar esta cosa.

Volteé a ver a Sienna y ella tenía una gran sonrisa en su rostro. No terminaba de entender cómo era que esto la podía hacer tan feliz si le tenía pavor a las alturas, pero estaba feliz, así que una sonrisa ladeada se dibujó en mis labios también.

Comenzamos a subir y la posición en la que el carrito se puso hizo que mi corazón diera un vuelco.

—Estoy arrepintiéndome tanto de esto en este momento —no pude evitar soltar.

—Yo también —me secundó Brad. Al menos no estaba solo en esto.

Sienna soltó un bufido burlón.

—Pero la vista lo vale por completo.

Abrí mis ojos para comprobar si lo que decía era cierto. Estábamos por llegar al punto más alto de la estructura, por lo que podíamos ver desde aquí todo el parque. Las luces que lo iluminaban hacía que todo se viera incluso mejor. El carrusel brillaba y daba vueltas aunque no había nadie que se subiera en él al igual que la rueda de la fortuna.

Tuve que olvidarme de lo que estaba viendo cuando súbitamente sentí que me jalaban hacia abajo y recordé que estábamos en medio del trayecto hacia el infierno. Me agarré con fuerza de la barra de seguridad sobre mi estómago y cerré los ojos.

Desde que había conocido a Sienna no había tenido oportunidad de volver a subirme a una de estas cosas. Solía recordarlas de otra forma, pero ahora solo podía decir que eran jodidamente terribles.

La cosa se estaba moviendo con demasiada rapidez como para que pudiera notar qué era lo que estaba sucediendo. No sabía si era porque la última a la que me había subido era mucho más leve, pero ahora sentía que el estómago se me iba a salir.

Ahora entendía a Sienna.

Para mi suerte, el recorrido no tardó en terminar.

Tuve que mantener mi ojos cerrados durante un par de segundos para acostumbrarme a que las cosas habían dejado de dar tantas vueltas. Abrí mis párpados con lentitud y volteé mi cabeza para ver a Sienna con un poco de temor.

Su cabello estaba despeinado y sus ojos se encontraban abiertos de par en par.

—¿Estás bien? —pregunté por precaución.

Ella se giró para mirarme y se tomó unos segundos antes de asentir con la cabeza.

—Eso fue fabuloso —soltó casi sin aliento.

Sus palabras me sorprendieron, pero no pude parar de pensar en ellas por mucho tiempo por la arcada que se escuchó detrás de nosotros. Ambos volteamos a ver a Brad, quien se encontraba doblado sobre su estómago.

—Tal vez sería bueno si le diera la bolsa que te dio antes —le sugerí a Sienna.

Ella asintió con la cabeza y la sacó de uno de los bolsillos de su pantalón para pasársela a él. Jonah se acercó a donde estábamos nosotros e hizo una mueca.

—Bueno, ya que ustedes se han subido a la montaña rusa, me parece justo si me esperan mientras yo me subo al carrusel.

Nadie se opuso a su idea y pasamos gran parte de la noche yendo de un juego a otro. Cuando salíamos del parque, estaba casi seguro que nos habíamos subido a todas y cada una de las atracciones. Exceptuando los juegos de feria porque para esos se necesitaba una persona detrás de los puestos para que jugarlos pudiera considerarse ético.

Aunque eso no impidió que Sienna robara una pequeña rana morada de peluche para mí.

Subimos a la camioneta y Brad comenzó a manejar hacia mi casa. Ya se había recuperado después del incidente e incluso se había comido un par de mentas que cargaba consigo.

Empecé a juguetear con mis dedos y a mover mi pierna. Habíamos acordado que Sienna se quedaría conmigo porque no tenía sentido que pagara por una habitación de hotel, pero me ponía un tanto nervioso que ella viera donde vivía.

Debería darme un poco de confianza el hecho de que yo ya había estado en su apartamento, pero por alguna razón, eso solo lograba alterarme más.

Jonah se pasó la mayor parte del camino parloteando sobre alguna cosa a la que nadie prestó mucha atención. Mi mirada la tenía clavada en la ventana al igual que Sienna, quien iba sentada a mi lado.

Paramos delante de la entrada de mi edificio antes de lo que me gustaría.

—¿Qué está en mi agenda mañana? —le pregunté a Jonah solo para hacer un poco más de tiempo.

—Tienes el día libre porque soy fabuloso —él ni siquiera tuvo que checarlo antes de decirlo.

No eran muchos los días que tenía libres, por lo que cuando los tenía, los disfrutaba demasiado. Asentí con la cabeza y bajé del auto. Saqué la maleta de Sienna de la cajuela y la llevé conmigo.

—Buenas noches —me despedí de ambos con un movimiento de mi mano y una mueca.

Ellos me desearon buenas noches también y esperaron a que Sienna y yo entráramos al edificio antes de irse.

—¡No olviden usar protección! —gritó Jonah mientras la camioneta se alejaba por la calle.

Mis orejas se sonrojaron inevitablemente pero traté de actuar con tranquilidad. A juzgar por la sonrisa que Sienna tenía en sus labios, no lo estaba consiguiendo.

Subimos por las escaleras y cuando llegamos a mi piso saqué las llaves del bolsillo izquierdo de mis jeans. Abrí la puerta y desbloqueé mi teléfono para avisarle a Jonah que ya había entrado en mi apartamento.

Dejé el aparato sobre la mesa del comedor y me topé con que Sienna estaba observando todo lo que había en la habitación.

Me acerqué a donde ella estaba para ver qué era lo que estaba viendo. Sus ojos estaban fijos en una fotografía de mí con mis padres. Sonreí sin poder evitarlo.

—Esa fue tomada cuando tenía ocho —le expliqué mientras la rodeaba con mis brazos y entrelazaba mis manos sobre su estómago. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y nos quedamos callados durante unos segundos.

—Esto no es para nada la forma en la que me imaginaba tu apartamento —confesó mientras se daba la vuelta para encararme y ponía sus manos sobre mis hombros.

—¿No? —arqueé una ceja—. ¿Y qué era lo que esperabas?

—No lo sé —confesó—. Pero siento que le falta un poco de personalidad —paseó sus ojos por las paredes pintadas de blanco—. Casi no tienes cosas tuyas aquí.

Me di cuenta de que tenía razón pero no dije nada. Un bostezo salió de sus labios.

—¿Estás cansada ya?

Sienna asintió con la cabeza.

—Ven —la tomé de la mano—, vamos a dormir.

Ella se dejó guiar por mí y abrí la puerta de mi habitación. Mi cama estaba pulcramente tendida y todo estaba en orden porque sabía que Sienna vendría y quería darle una buena impresión.

Dejé su maleta sobre una silla.

—¿Quieres que te preste algo para dormir o traes ropa para eso?

Cerró sus ojos y se dio pequeños golpes en la frente.

—Me acabo de dar cuenta de que se me olvidó empacar una piyama.

—No te preocupes, ahorita te doy algo.

Ella asintió con la cabeza y se sentó en la cama mientras me acercaba a mi clóset para buscar una playera que ella pudiera usar y unos pantalones holgados. Se los tendí y ella entró en el baño para cambiarse.

Aproveché el momento para también ponerme algo cómodo con lo que dormir.

Sienna no tardó en salir y se acostó en la cama.

Sabía que no iba a pasar mucho esta noche, pero a decir verdad, estaba demasiado cansado como para que siquiera me importara.

Me metí en las sábanas y dudé antes de rodearle la cintura con uno de mis brazos. Ella se acomodó para quedar más cerca de mí y eso me hizo sentir más seguro.

—Buenas noches, Sienna —susurré en su oído.

Ella ya tenía los ojos cerrados, pero la pude sentir sonreír.

—Buenas noches, Conway.

──── ────

Es que no puedo con estos dos. Me van a dar diabetes, primer aviso

Capítulo un poco más largo de lo normal 🌚

La próxima semana voy a estar bastante ocupada, así que no sé si voy a poder actualizar el jueves :( Igual si no llego a la fecha, buscaré subir el capítulo lo antes posible porque tenemos una fecha para terminar esta cosa, gente >:v

Ahora, ¿opiniones de lo que ha pasado hoy aquí? 😏

SE. VIENEN. COSAS. INTENSAS. GENTE

En el próximo capítulo conoceremos a la madre de Sienna y habrá una cena (eso ha rimado). Ahora la pregunta es: ¿creen que Conway estará ahí? *cejas pervertidas*

Todo eso y más en el próximo capítulo de Falsas melodías, no se lo pierdan ;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro