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♫| CAPÍTULO 22 |♫

CONWAY

LUCHAR POR LO QUE QUIERES

Me mordí el labio con nerviosismo mientras esperaba una respuesta por parte de Sienna del otro lado de la línea.

Era más que consciente de que la había tomado por sorpresa, por lo que no la presioné a pesar de que me sentía bastante ansioso.

Había estado demasiado ocupado durante los últimos días definiendo los detalles del que sería mi nuevo sencillo. Esta siempre era la parte que más me costaba cuando tenía que sacar algo nuevo.

Tenía que sentarme junto con el resto de mi equipo y decidir cuándo sería más conveniente lanzarlo, cuándo comenzar a promocionarlo, la portada que tendría y el título.

Había notado las muecas en la mitad de los rostros de las personas en la sala cuando les había dicho cómo quería que se llamara el tema. Sabía muy bien que era demasiado largo, pero eso no me interesaba por el simple hecho de que a mí lo que me importaba era el significado detrás de eso.

Por suerte ya había considerado este escenario y tenía unos buenos argumentos para respaldar mi decisión. Era una de las ventajas de ser un pesimista nato: estaba siempre preparado para los peores escenarios.

Crucé mis dedos sobre la mesa e incliné mi cuerpo hacia adelante en un intento por parecer más amenazante. Constantemente me recordaba a mí mismo que esta gente trabaja para mí, no al revés, por lo que la última palabra la tenía yo sin importar si mis ideas fueran una mierda.

—El que sea un título largo no debería afectar demasiado el éxito de la canción —comencé mientras tamborileaba mis dedos sobre la madera—. La mayoría de las canciones de Artic Monkeys son largas y eso no evitó que se convirtieran en éxitos.

Me dejé caer contra el respaldo de la silla mientras preparaba mis dedos para comenzar a enumerar.

—Tienen temas como Why'd you only call me when you are high, que tiene incluso una palabra más que la propuesta que yo estoy haciendo y algo así como quinientos setenta y nueve mil millones de reproducciones en Spotify —me encogí de hombros, restándole importancia—. Sin mencionar Don't sit down 'cause I have moved your chair, Stop the world I wanna get off with you o I bet you look good on the dancefloor.

Sabía que traer esta banda a la conversación iba a causar aunque fuese un pequeño impacto. Después de todo, no era como si Artic Monkeys fueran unos desconocidos para las personas sentadas aquí. Aún así, seguí hablando.

—A parte de Elderly woman behind the counter in a small town de Pearl Jam o When the going get tough, the tough get going de Billy Ocean —añadí solo para tener también de mi lado a la parte mayor del grupo de personas sentadas en la sala.

Se escuchó el repiqueteo de un bolígrafo y ni siquiera tuve que levantar la mirada para saber qué se trataba de Eloise, mi publicista.

No era como si mi relación con ella fuera la mejor de todas y la única razón por la que alguien no la había despedido aún sin importar lo irritante que fuera, era que era demasiado buena en su trabajo.

—Sí, pero todas esas canciones no son actuales, Taylor —comenzó, poniendo de su lado a más de la mitad de los presentes solo con esas palabras. La maldije en mi mente sin restricción alguna—. No creo que la misma estrategia sirva actualmente.

Estaba por contraatacar cuando se escuchó el sonido de alguien aclarándose la garganta. Volví mi cabeza hacia la derecha para toparme con Jonah poniéndose de pie mientras dejaba caer su brazo sobre mi hombro. Antes de que siquiera hablara ya sabía que iba a decir algo que iba a resultar a mi favor.

—Eso es cierto —le concedió a ella—, pero también hay que tomar en cuenta de que Taylor es de los cantantes más conocidos del momento. Si él sale a la calle con una bolsa de basura, al día siguiente la mitad de la gente va a estar haciendo lo mismo porque lo consideran un ícono. Si esto resulta bien, su fama podría incluso incrementar por iniciar una nueva tendencia.

Sonreí y le agradecí con la mirada a Jonah cuando se volvió a sentar. Él se limitó a guiñarme el ojo.

Vi a Eloise con ganas de seguir insistiendo, pero yo hablé antes de que ella pudiera siquiera abrir la boca.

—Los sentimientos son algo que no puede cortarse, y está canción es eso para mí: sentimientos. El nombre se queda y no es negociable —establecí con firmeza mientras me erguía en mi lugar—. La canción se llamará Hearts aren't the only thing that gets broken.

Nadie dijo nada más y la junta entonces pasó a otro tema: el vídeo musical, que era lo que me llevaba de regreso a la respuesta de Sienna.

Comencé a juguetear con mi labio mientras caminaba de un lado a otro en mi departamento.

Todavía no le había comentado a nadie esta idea que tenía porque normalmente ellos también se ocupaban de esto a no ser que a mí se me ocurriera algo —cosa que rara vez pasaba—. Pero antes de comentarlo con cualquiera necesitaba obtener una respuesta por parte de ella.

La escuché carraspear del otro lado de la línea y eso me puso todavía más nervioso.

—¿A qué te refieres? —preguntó haciendo que mi corazón pudiera volver a latir con normalidad.

Bien, esto era un avance. Al menos significaba que lo estaba considerando y quería saber de qué iba todo esto antes de aceptar.

—La nueva canción que voy a sacar es un sencillo, por lo que necesito subirla con un video —le expliqué mientras volvía a morder mi labio inferior—. Me preguntaba si tú quisieras hacerlo conmigo.

—¿No es eso algo que todos ven?

—No. Bueno sí —me corregí, sin saber cuáles eran las palabras que tenían que salir de mis labios para lograr convencerla—. Es por eso que estaba pensando que podríamos hacerlo. Para hacer pública nuestra relación ante todos.

No fue muy sutil a la hora de tragar saliva y el silencio que vino después de eso solo aumentó la ansiedad en mi sistema.

Su falta de palabras solo me hizo dudar. ¿Es que acaso ella no quería esto? ¿Se avergonzaba de estar conmigo? Vaya mierda estaba hecho el destino. Estaba seguro que antes había sido yo quien la había hecho sentir así cuando el asunto con el directo explotó.

El karma era verdaderamente algo curioso.

Aún así no la presioné, dándole todo el tiempo que ella necesitara para que decidiera.

Sienna carraspeó.

—No lo sé —la desilusión no se hizo esperar y sentí como mi espalda se encorvaba—. Tendría que pensarlo.

—Por supuesto —accedí, logrando que mi voz no reflejara lo mucho que su respuesta me había afectado. Aproveché que había llamado para preguntarle por otras cosas. Habíamos hablado ayer, pero ahora eran contadas las veces en las que nos manteníamos en contacto y quería aprovechar del momento—. ¿Cómo estás?

—Bien —respondió casi al instante.

Levanté una ceja a pesar de que ella no podía verme pero no insistí.

—¿Cómo te fue ayer en el bar? ¿Alguna víctima de vómitos de la que deba preocuparme? —le pregunté mientras me sentaba en uno de los taburetes de la cocina.

Ella rio y cerré los ojos para disfrutar un poco más del sonido.

—No hubo ningún afectado y la pasamos bien.

Sonreí.

—Me alegro por eso.

Nos pusimos a hablar por casi media hora hasta que escuché que la puerta de mi apartamento se abría. Me puse de pie para ver de quién se trataba y no me sorprendí mucho al ver que eran Brad y Jonah.

Mi representante era de las pocas personas que tenía una llave para este lugar, por lo que no debería sorprenderme del todo que estuviera aquí. Aun así arqueé una ceja en su dirección pero ambos me ignoraron para pasar y ponerse cómodos.

—Tengo que irme —le avisé.

—Está bien. Hablamos luego. Te extraño.

Y colgó como si no acabara de soltar una bomba que tenía como blanco mi corazón. Me quedé estático durante unos segundos con el celular aún en mi oreja.

—Míralo, Brad —escuché a Jonah hablar, sacándome de trance—. Tiene cara de que en cualquier momento se va a caer de culo contra el suelo.

Fruncí mi ceño en su dirección y le regalé una de mis peores muecas.

—¿Qué hacen aquí? —pregunté dejando los modales y formalidades de lado mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho.

—Tan cariñoso como siempre, Taylor —Jonah se puso de pie y palmeó mi hombro.

Quité su mano sin mucha delicadeza.

—Hoy tienes esa sesión de fotos de la que llevamos hablando durante las últimas dos semanas —despegó la mirada de su teléfono para reprenderme—. No la habrás olvidado, ¿verdad?

Me llevé una mano a la nuca y me quedé callado. Jonah interpretó eso como una respuesta y soltó un suspiro antes de comenzar a masajearse las sienes.

—Joder, Taylor, ¿dónde tienes la cabeza?

En alguna ciudad de Italia.

Por obvias razones que iban desde el bienestar de mi rostro hasta ahorrarme un regaño no le dije eso.

—¿A qué hora es eso? —pregunté, esperando que todavía tuviéramos un poco de tiempo antes de salir.

Jonah miró el reloj en su muñeca e hizo una mueca que no me hizo sentir mucho mejor.

—En este momento.

Solté un suspiro y tomé mi chaqueta del perchero sabiendo que negarme no tenía sentido alguno. Podía sentir los pasos de Brad y Jonah a mi espalda, por lo que no me preocupé en salir del apartamento sin mirar atrás.

Pedí el elevador mientras trataba de mentalizarme de lo que tendría que soportar durante los que restaba del día. Fingir sonrisas y actuar como algo que no era no era algo que me hiciera sentir especialmente emocionado, pero después de un tiempo uno lograba acostumbrarse a este tipo de cosas. O algo así.

Subí a la camioneta una vez estuvimos afuera y comencé a repiquetear mis dedos contra mi rodilla con anticipación. Para mi desgracia, el estudio al que siempre solíamos ir para hacer este tipo de cosas no estaba lejos de mi casa, por lo que llegar ahí no tomó mucho tiempo.

Bajé del coche sin muchos ánimos y me arrastré hasta el camerino que ya habían arreglado para mí con toda la ropa que esperaban que usara. Como era de esperarse, cada prenda era de diseñador.

Solté un bufido y me quité mi ropa para comenzar a cambiarme.

El primer atuendo consistía de un traje de un amarillo chillón y una pañoleta rosa fosforescente que dudaba me dejara respirar. Me miré en el espejo e hice una mueca.

No tenía ningún problema con la combinación, solo que creía que en otra persona se vería mucho mejor de lo que hacía en mí.

Salí del vestidor sin ganas de perder más tiempo. Mientras más me apurara, menos iba a tardar esto. Puse en mi rostro una sonrisa mientras me repetía las palabras de mi madre en mi cabeza:

Bien hecho, a la primera y de buena gana.

Podía hacer eso.

—¡Tay, siempre es un gusto tenerte por aquí!

O tal vez no.

Roderick se había convertido en mi fotógrafo oficial después de que Sally hubiera decidido renunciar y a pesar de que ya había pasado varios años con él, aún no me terminaba de acostumbrar a su presencia.

Para mí era simplemente demasiado. Siempre se encontraba usando alguna boa de algún color llamativo y estampados de todo tipo de animales. A parte de que su personalidad era simplemente muy abrumadora. O al menos para mí, porque el resto del mundo parecía amarlo.

Me las arreglé para mantener la sonrisa en mi rostro y me puse rígido cuando me envolvió en sus brazos, incapaz de devolverle el gesto.

—Hoy vamos a hacer algo un poco diferente, cariño. ¿Estás listo? —no me quedó más remedio que asentir con la cabeza.

Me guio al centro de la sala donde la habitual cosa blanca ya estaba puesta como fondo y me dijo qué era lo que quería que hiciera. Llevaba varios años haciendo esto y todavía no sabía cómo se llamaba eso.

Los flashes empezaron a salir de todas las direcciones y Roderick empezó a gritar instrucciones que decidí ignorar en su mayoría.

—¡Eso! ¡Dame más! Eres una loba defendiendo lo que es suyo. Regálame un gruñido.

No pude evitar malpensar todos los comentarios que salieron de su boca, por lo que una mueca de disgusto se dibujó inevitablemente en mis labios.

No tenía ningún problema con ese rollo, pero si yo jugara para el otro equipo, Roderick no sería alguien en quien me fijaría.

Mi mirada fue hacia el fondo de la sala durante unos segundos y me crucé con la mirada burlona de Jonah. De no ser por que en ese momento tenía varias cámaras sobre de mí, le habría sacado el dedo de en medio con demasiado gusto.

A parte de que eso probablemente hubiera sido algo que hubiera complacido al excéntrico fotógrafo frente a mí y de momento no tenía ganas de hacer eso.

Después de más fotos de las que podía contar y mucha ropa, salimos del lugar. No me sorprendí al ver que ya era de noche cuando pusimos un pie en la calle.

Mi agenda siempre estaba demasiado ocupada sin importar si estaba o no de gira. Normalmente me gustaba más lo segundo porque significaba descansar un poco si no contábamos las múltiples pruebas de sonido, los ensayos, las largas horas de viaje y los desvelos. Sonaba como la mierda, sí, pero prefería eso mil veces antes de estar encerrados durante tanto tiempo en una sola habitación promocionando mi imagen. Me estresaba.

—¿Qué toca hacer mañana? —le pregunté a Jonah mientras me pasaba una toalla por la frente, ya en la camioneta.

Él checó un par de cosas en su tableta.

—Vamos a la entrevista para la revista. Quieren hacer un artículo sobre ti.

Me quejé en voz alta.

—¿No podemos no hacerlo? —pregunté con un deje de esperanza.

Él chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

—Si venimos a la sesión de fotos de hoy es porque ellos quieren poner tu foto en su portada —explicó mientras se retorcía en el asiento del copiloto para poder verme a los ojos—. No creo que puedan solo usar tu cara y no hacer un artículo de ti.

Abrí la boca pero él siguió hablando, por lo que no fui capaz de decir mucho.

—Y antes de que lo digas, sí que pueden, pero no les conviene de ninguna manera.

Hice un puchero como un niño pequeño y me dejé caer contra el asiento de cuero del coche mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho.

—A parte, si no vamos mañana a la entrevista, esto es como una pérdida de tiempo y estoy seguro de que eso no te haría muy feliz —canturreó antes de volver a voltear su vista hacia el frente.

Blanqueé los ojos y no dije nada más durante el resto del camino sabiendo que tenía razón.

—Vele el lado positivo, Taylor —siguió hablando por alguna razón—. Al menos es solo una entrevista que no es grabada en vivo y solo será tu voz la que se escuche por lo que si metes la pata como normalmente sueles hacer, puede ser editado.

—Vaya consuelo —ironicé.

—Siempre es un placer, no hace falta que agradezcas.

Ninguno de los tres dijo nada más durante el resto del camino, por lo que lo único que se escuchaban eran las canciones que pasaban por la radio.

Moví mi cabeza al ritmo de la pegajosa melodía y comencé a jugar con mis dedos.

Llegamos a mi apartamento después de unos minutos y solo bajé yo. Me despedí de Brad y Jonah con un movimiento de mi mano y les deseé buenas noches. Ellos no continuaron con su camino hasta que me metí en el edificio y les mandé un mensaje desde mi habitación que ya había llegado.

De esa forma nos asegurábamos de que no hubiera más intentos de secuestro.

Solté un suspiro mientras me dejaba caer en el sillón con las manos en la cara y pensaba en las clases de defensa personal que Jonah me haría volver a tomar.

Con todas las cosas que tenía por hacer dudaba que me quedara tiempo para respirar.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo para ver si sería esta una hora racional para llamar a Sienna. Lo descarté al instante al ver que eran las dos de la mañana. A pesar de que probablemente ella estaría despierta todavía, yo tenía que despertarme dentro de unas pocas horas y una buena siesta no me iría para nada mal.

Solté un bostezo y me quedé dormido en el sillón.

─ ♫ ─

Desperté con un terrible dolor en mi espalda y a culpa de los golpes frenéticos que se oían del otro lado de la puerta. Me puse de pie como pude y estiré mi brazo para comenzar a sobarme la zona adolorida mientras toda clase de muecas se dibujaban en mi rostro.

Debía dejar de dormir en el sofá y en posiciones tan incómodas.

—Sabemos que estás ahí, Lory —canturreó Jonah mientras continuaba tocando con insistencia.

Abrí la puerta sin muchos ánimos y con una cara que le hacía saber a mi representante que no estaba de humor para esto. Él se pasó eso por el culo como de costumbre.

—Buenos días, dormilón —saludó con sorna mientras me daba un no tan ligero golpe en el hombro y se adentró en mi casa sin esperar por una invitación.

Bufé y volví mi atención hacia Brad, quien estaba parado en el pasillo.

—Buenos días, Brad —saludé con un leve movimiento de mi mano mientras me recargaba en la puerta para no irme de bruces contra el suelo.

—Buenos días, señor Taylor —dijo él antes de adentrarse también en mi departamento.

Suspiré y cerré de un portazo. Al menos él había sido un poco más amable que mi amigo. Caminé hacia donde ellos estaban y me dejé caer en uno de los banquillos de la cocina.

—¿Cómo es que alguien como tú que gana mucho dinero al día no tiene nada decente en su refrigerador? —escuché que Jonah preguntaba.

Me acomodé en mi lugar para poder verlo inclinado hacia mi frigorífico con la nariz clavada hasta el fondo mientras rebuscaba algo que pudiera comer.

—¿De qué hablas? —pregunté desde mi lugar mientras me llevaba una uva a los labios—. Hay varias cosas ahí.

Él lo cerró sin mucho interés y se volteó a verme con las manos en la cintura.

—Frutas y verduras no son algo decente, Lory —me reprendió.

Blanqueé los ojos.

—¿Tengo acaso que recordarte que si mi refrigerador está así es por tu culpa? Fuiste tú quien creyó que sería una buena idea que fuera con un nutriólogo para que me hiciera una dieta que me mantuviera en forma.

—Puaj, me olvidaba que si quiero comer algo aquí tengo que traerlo yo —se quedó viendo a la nada durante unos segundos.

No le tomé demasiada importancia a su dramatismo y me volteé a ver a Brad. Le tendí el molde con la uvas, ofreciéndole una. Él aceptó con un poco de timidez y se llevó una a la boca.

Jonah no tardó en recuperarse de su pequeño lapso. Parpadeó un par de veces y luego me miró con una ceja alzada. Tragué saliva.

—¿Por qué no te has bañado todavía? Tenemos que estar ahí en dos horas, Taylor. No tenemos tiempo —me reprendió mientras se ponía a aplaudir para apurarme.

Solté un suspiro y me arrastré hacia el baño sin muchos ánimos.

El atuendo para la entrevista de hoy lo habían preparado para mí desde hace tiempo, por lo que solo tuve que buscar el gancho en el clóset. A pesar de que la entrevista no iba a ser grabada, tenía que verme presentable para ir acorde a mi imagen.

No pude tardar tanto en la ducha por culpa de Jonah. Comencé a tomármelo en serio cuando amenazó con entrar a bañarme él mismo para que dejara de tardarme tanto. De momento no quería que algo así pasara. Nuestra amistad estaba bien como estaba, no había necesidad de reforzarla.

Salí una camisa blanca, unos pantalones de vestir negros y un moño amarillo del pequeño cuarto pero con la misma cara de culo. No dudé en lanzarle una mala mirada a mi representante. Se la tenía bien merecida.

Él se limitó a sonreír como si no hubiera hecho nada y le saqué el dedo del corazón. El muy maduro decidió responderme sacándome la lengua. Por alguna razón, eso logró cabrearme más.

Brad se aclaró la garganta ligeramente incómodo, logrando que sacara las ideas en las que podía asesinar a mi representante para concentrarme en él.

—Se nos va a hacer tarde —avisó a un volumen de voz no muy alto.

Jonah asintió con la cabeza y se levantó de mi cama para salir de mi habitación. No me quedó más remedio que seguirlos.

—Tienes unas ojeras tremendas, Lory —me hizo saber Jonah una vez en el elevador mientras pasaba sus dedos sin mucha delicadeza por debajo de mis ojos.

Lo miré impasible y quité sus manos de mi cara con un manotazo.

—Por favor detengan esto ya —suplicó Brad—. No puedo más con la tensión entre ustedes dos. Bésense o dense un puñetazo, pero hagan que pare.

Jonah se echó a reír sin contemplaciones.

—No te preocupes, Brad, estoy seguro de que el mal humor de Taylor se debe a que no ha hablado con cierta señorita —le guiñó un ojo y salió del elevador en el momento en el que el las puertas se abrieron en la recepción.

Apreté mi mandíbula y cerré mis ojos. Me di cuenta de que él tenía razón y eso solo logró empeorar aún más mi humor.

No me gustaba que Jonah tuviera razón.

Todavía no había recibido una respuesta por parte de Sienna y no podía evitar que eso me irritara un poco. Toda clase de dudas habían inundado mis pensamientos ahora.

¿Y si para ella esto no era algo tan serio como para mí? ¿Y si solo estaba jugando conmigo? ¿Y si estaba yendo muy rápido? ¿Estaba acaso poniéndole demasiada presión?

Fruncí el ceño y caminé con una cara de pocos amigos. Saludé al portero con un movimiento de mi cabeza que él contestó y salí a la calle.

Me metí en la camioneta y cerré la puerta con más fuerza de la necesaria. Pasé todo el camino con la vista clavada en la ventana mientras trataba de despejar mi cabeza. No podía llegar así a la entrevista.

Conté hasta diez y me convencí a mí mismo de que solo estaba siendo paranoico. Ella me llamaría y me diría cuál era su decisión en cualquier momento.

Sí, podía mentirme a mí mismo con eso por un par de horas.

Suspiré y casi caí de bruces contra el suelo cuando la puerta en la que me había recargado se abrió de repente. La única razón por la cual no tuve un encuentro cercano con la acera fue porque llevaba puesto el cinturón de seguridad.

Miré a Jonah ahora de verdad irritado. Una sonrisa infantil se estiraba sus labios.

—Ya llegamos, Lory —me hizo saber con un tono excesivamente alegre. Hice una mueca y bajé como pude del auto.

Alcé la mirada para poder ver en todo su esplendor el edificio que se alzaba frente a mí y tuve que entrecerrar los ojos para que el sol no me molestara demasiado.

Jonah llegó a mi lado y me dio una palmada en la espalda que no fue para nada delicada. No dije nada y entré al lugar antes de que pudiera reunir el valor para salir corriendo de ahí.

Después de que Jonah se detuviera en el mostrador a explicar a qué veníamos, entramos en el elevador y subimos varios pisos. Las paredes eran de cristal, por lo que teníamos una vista bastante buena de la ciudad.

Al menos no todo era malo.

Por el rabillo del ojo pude notar que Brad se removía incómodo en su lugar.

—¿Hay algo malo, Brad? —pregunté, esperando que una respuesta positiva saliera de sus labios y pudiera usar eso como excusa para salir de aquí.

—Es solo que nunca he sido muy fan de las alturas, señor Taylor —me hizo saber mientras aflojaba el nudo de su corbata.

Jonah y yo dimos instintivamente un paso en la dirección contraria en la que él estaba parado solo por precaución. Brad estaba tan nervioso que ni siquiera pareció notarlo.

Las puertas del elevador se abrieron en el momento justo en el que mi guardaespaldas comenzaba a tener arcadas y no pude estar más agradecido.

—Es un placer ver que te ves emocionado por esto —escuché una voz antes de que unos brazos me rodearan en un abrazo que no correspondí.

Tragué saliva y miré a la mujer que claramente había confundido con emoción la preocupación que había tenido por que mis zapatos no terminaran vomitados.

Solo Sienna podía hacer eso.

Sacudí mi cabeza para que ella no viera mi expresión de disgusto cuando se separó y me guio a una habitación donde había dos sillones y una mesa con un par de tazas de café.

Jonah y Brad se quedaron esperando en una sala afuera y ella cerró la puerta detrás de mí. No esperé por una invitación y tomé asiento en uno de los sofás. Mientras más rápido termináramos con esto, mejor.

—Es un gusto por fin conocerte —una sonrisa se dibujó en los labios de ella y tomó asiento frente a mí, cruzando sus piernas con bastante elegancia.

—Lo mismo digo —obligué a mis labios a curvarse ligeramente hacia arriba.

La verdad era que no tenía idea de quién era esta mujer, pero no le iba a dejar saber eso.

—¿Te molesta si comenzamos? —preguntó mientras se inclinaba hacia adelante para tomar la pequeña grabadora que había en la mesa. No pasó desapercibida la forma en la que su escote me dejaba ver sus pechos.

No sabía si lo estaba haciendo o no a propósito, pero aparté la mirada de cualquier forma.

—Adelante —le dije con una sonrisa de boca cerrada.

Puso en funcionamiento el aparato y aparte tomó su libreta. Suponía que ahí apuntaría los temas más importantes y después buscaría en la grabación esas partes para escribir el artículo.

—Entonces, Taylor, ¿ya tienes una fecha para cuando va a salir este nuevo proyecto en el que estás trabajando?

La pregunta no me sorprendió. Suponía que todas iban a ser sobre la nueva canción.

—Aún no tenemos nada muy definido, pero será antes de que lo que se esperan.

—¿Va a ser un sencillo o va a haber un álbum también después?

Me llevé la taza de café a mis labios.

La verdad era que últimamente tenía mucha inspiración para nuevas canciones y tenía una idea muy clara de por qué era así. Al principio había decidido llevarme las cosas con calma para no presionarme demasiado, pero ahora que me lo preguntaban, me había inclinado por otra cosa.

—Lo más probable es que venga un álbum después —una sonrisa genuina se dibujó en mis labios.

Mi respuesta pareció sorprenderla, pero no tardó en recuperarse para seguir haciendo más preguntas y sacarme más información.

No me sorprendió lo cómodo que me sentí hablando con ella. Sabía que esto era lo que hacían los periodistas para que bajaras la guardia y soltaras más de lo que pretendías compartir.

Salí de la sala un par de horas después. Jonah se encontraba con la mirada clavada en su celular, escribiendo algo a toda prisa y Brad, sentado a su lado, hojeaba una revista de vestidos de novia.

Ambos se pusieron de pie en el momento en el que me vieron y no nos tomó mucho tiempo salir del lugar.

Cerré los ojos y dejé caer mi cabeza contra el asiento una vez que estuvimos en el auto.

Sentí mi teléfono vibrar en mi bolsillo y contesté sin siquiera ver de quién se trataba, por lo que me sorprendí de oír su voz.

—Está bien  —Sienna sonaba nerviosa—. Quiero grabar ese vídeo contigo.

De repente, mi día había mejorado monumentalmente con solo siete palabras.

──── ────

Nunca había actualizado tan tarde y tengo miedo de que nadie lea el capítulo AAAAAAAAAH

En mi defensa, tengo que hacer una montaña rusa para un trabajo de la escuela y tuve que hacer la maldita estructura tres veces porque no me terminaba de convencer 🤡🔫

Pero aquí estamos *suspiro dramático*

Como sea, ¿quieren un adelanto de qué irá el próximo capítulo? 😏

Se los daré de todas formas xd. Va a ser el vídeo osiosi y pueden encontrar una pista de más o menos cómo será en la portada 🌝

Pueden agradecerle a la diosa Alexa por darme tremenda inspiración 🛐

Y eso vendría siendo todo por hoy. Nos leemos la próxima semana (trataré de actualizar más temprano entonces ;))

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