Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♫| CAPÍTULO 18 |♫

ACTUAR ANTES DE PENSAR

CONWAY

Estaba demasiado nervioso, y el hecho de que ella aún no hubiera dicho nada, no estaba ayudando a que mi ansiedad desapareciera.

—¿Estás ahí? —pregunté solo para asegurarme. Sería de verdad una mala jugada del destino si durante estos meses ella hubiera cambiado de número de teléfono y no se tratara de ella.

Su voz fue mucho más fría de lo que esperaba cuando por fin habló.

—Hola —fue todo lo que dijo.

La gente solía decir que a veces menos era más, pero en este caso menos simplemente era nada.

—¿Está todo bien? Te noto un poco cortante —me sinceré.

Un bufido se escuchó del otro lado de la línea.

—No sabía qué era lo que esperabas después de haber perdido el contacto por tanto tiempo. ¿Querías que te recibiera con alguna clase de saludo cariñoso? ¿Es así cómo te saludan todos tus intereses amorosos?

Apreté la mandíbula al entender a qué se estaba refiriendo y cerré mis manos en puños.

—No es así la cosa, Sienna —traté de calmarla, pero entonces un grito llamándola se escuchó del otro lado de la línea.

—¿Sabes qué? No es mi problema y debería dejar de importarme como si lo fuera. Es tu vida y tú sabes qué es lo que haces con ella —bien, estaba entrando en razón. Eso era un avance—. Pero de verdad deberías considerar al menos decírselo a las personas a tu alrededor para que no piensen que estás jugando con ellas —escupió.

Me llevé una mano a la cabeza y comencé a masajear mis sienes.

—No, Sienna, déjame explicártelo —traté de decirle, pero fue inútil.

—Estoy ocupada, Conway, y no tengo tiempo para tratar con esto. Adiós.

Y me colgó.

Me llevé una mano a la frente y comencé a darme leves golpes en ella antes de dejarme caer en la cama.

—Estoy suponiendo que no te fue bien —habló Jonah a mis espaldas.

Él se había auto-invitado a pasar la noche aquí y había presenciado la patética escena que acaba de protagonizar.

—Ella ni siquiera me dejó hablar —traté de explicarle.

—No sé por qué te sorprende, Lory. ¿Qué querías? ¿Que te recibiera con alguna clase de saludo cariñoso?

Me puse de pie y lo señalé con mi dedo.

—Eso fue justo lo que ella dijo.

—Porque tiene razón —expresó mi representante con obviedad—. Simplemente accediste a unirte al pequeño juego de Sally sin preguntarnos a mí o a Eloise qué era lo que pensábamos y te aventaste solo a ello. Somos tu representante y publicista después de todo, pero no podemos hacer bien las cosas si no hablas con nosotros, Taylor —me recriminó.

Pasé mis manos por mi cabello mientras asentía con la cabeza.

—Lo sé —de verdad me arrepentía de haber ido con todo el teatro de Sally, pero no había mucho que pudiera hacer ahora. Al menos la había ayudado por un tiempo.

Me puse de pie de repente cuando una idea alocada azotó mi mente.

—¿Qué tan loco sería si tomáramos un avión para ir a verla y explicarle todo? —le pregunté a Jonah aunque su opinión no era algo que me interesara demasiado.

—Jodidamente loco, pero creo que eso es algo que ya sabes y vas a hacer lo que se te dé la gana.

Asentí con la cabeza mientras mis pies se movían por la habitación y los engranajes de mi cerebro se movían a toda velocidad, arreglando los últimos detalles de mi plan.

—Llama a Brad —le ordené a Jonah—, hay un avión que necesitamos tomar.

─ ♫ ─

¿Por qué de repente sentía que esto era una mala idea?

¿Tal vez porque lo es?

Ya estábamos montados en el avión que nos iba a llevar a Bildtown y sentía que todas mi extremidades estaban temblando.

Lo bueno era que estábamos en un avión privado y nadie podía verme en este estado. Lo malo era que la persona que más disfrutaba burlarse de mi persona estaba sentada frente a mí y era más que notorio que se estaba conteniendo para no echarse a reír.

—¿Podrías dejar de verme así? —le pregunté a mi representante—. No lo sé, ve por la ventana o algo.

—Pero entonces no podría verte entrando en pánico —hizo un puchero—. Yo te dije ese día en tu apartamento que esto era una idea jodidamente loca, pero tú me ignoraste y seguiste con ello, así que ahora enfrenta las consecuencias.

—Esperen, ¿ustedes dos estuvieron en el apartamento del señor Taylor y no me invitaron? —se metió Brad en la conversación, luciendo genuinamente dolido por haber sido excluido de nuestra pequeña reunión.

—Fue realmente algo de último minuto —traté de consolarlo sin mucho éxito.

Tuvimos que esperar un rato antes de poder bajar del avión.

Ninguno cargaba con mucho equipaje, por lo que no nos tomó mucho tiempo recoger todas nuestras pertenencias. Me puse la capucha de la sudadera que llevaba y cubrí mis ojos con unos lentes de sol antes de poner un pie en la calle.

Habíamos sido muy discretos con esta salida y casi nadie sabía de ella, por lo que era muy poco probable que nos pudiéramos encontrar con la prensa aquí. Aun así podía haber fans rondando, y si una me reconocía, varias más lo harían, llamaríamos la atención y esta salida secreta dejaría de ser tan secreta.

Puse las ruedas de mi maleta contra el suelo y caminé con la mirada clavada en el piso con Jonah a mi lado. Brad caminaba unos pocos metros más atrás de nosotros. Llevábamos solo a él porque esto iba a ser algo relativamente rápido y muy íntimo.

Sentí que el aire podía volver a llenar mis pulmones con tranquilidad cuando salimos del aeropuerto y subimos al coche que Jonah había rentado para nosotros.

Brad se acomodó frente al volante y Jonah tomó asiento en el lugar del copiloto. Yo me senté atrás como de costumbre. Saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón y abrí la aplicación de mensajes para ver cuándo había sido la última vez que Sienna había estado conectada para considerar si era o no oportuno mandarle un mensaje.

Suspiré y lo apagué al ver que había sido hace dos días.

No tenía idea de por dónde podía comenzar a buscarla. No sabía dónde vivía o dónde estudiaba. Tampoco sabía si tenía algún trabajo y de ser así en dónde estaba.

De verdad me estaba lamentando por no haberme sentado un rato a hablar de este tipo de cosas con ella. Lo habría hecho mil veces más fácil.

Pasé mis manos por mi cara y recargué mi cabeza contra el vidrio de la puerta. Tendría que resignarme a pasarla en el hotel porque de momento no había algo mejor que hacer.

Llegamos cuando ya era de noche, por lo que pasar inadvertidos no fue ningún problema. Jonah fue quien se encargó de ir por las llaves de nuestra habitación mientras Brad y yo nos sentábamos en la pequeña sala de espera de que él tuviera todo.

En la recepción no parecía estar la chica con la que mi representante se la había pasado coqueteando la vez pasada, por lo era probable que no se fuera a tardar mucho, aunque con él nunca se sabía.

Esta vez nos tocaría compartir una habitación a los tres porque, según Jonah, no podíamos arriesgarnos a dormir en habitaciones diferentes y que algo pasara en medio de la noche.

Sabía que la idea le entusiasmaba de sobremanera a Brad pero trataba de disimularlo sin mucho éxito.

—Creo que esto será como una pijamada, señor Taylor —había repetido varias veces—. Nunca fui invitado a una, así que estoy muy emocionado.

Asentí con la cabeza ante la declaración de mi guardaespaldas y traté de calmarlo para que dejara de hablar tan alto.

Jonah llegó por fin a nuestro lado después de unos minutos y los tres nos montamos en el elevador.

—¿En qué habitación estamos? —pregunté solo para que no nos sumiéramos en un incómodo silencio donde solo se escuchara la irritante música de elevador.

—503 —respondió Jonah—. Es la segunda a la derecha y me han dicho que tiene un balcón con una hermosa vista al estacionamiento —ironizó.

Asentí con la cabeza como si eso fuera genial.

—No hay muchos sitios turísticos que visitar por aquí, ¿verdad?

A pesar de que la pregunta iba dirigida a mí, fue Brad quien contestó.

—No. Los he buscado durante el vuelo pero solo hay lugares con muchas rocas —una mueca se dibujó en su rostro.

—No es como si nos fuéramos a quedar aquí por mucho —traté de consolarlos. El elevador estaba tardando demasiado en llegar hasta nuestro piso.

Jonah se volteó hacia mí con una mala mirada en el momento en el que esas palabras salieron de mis labios y cruzó sus brazos sobre su pecho.

—Para ti fácil decirlo porque sí tienes algo con lo que entretenerte —me recriminó, refiriéndose a Sienna.

Entrecerré mis ojos en su dirección.

—Si mal no recuerdo, tú también tenías algo con lo que entretenerte en la recepción la última vez que estuvimos aquí —se la regresé.

Jonah blanqueó sus ojos y le restó importancia con un movimiento de su mano.

—Está fuera de la ciudad esta semana.

Lo miré con una expresión de horror en mi cara.

—¿Cómo sabes eso siquiera, acosador?

—Tengo su número y ella me lo dijo —explicó como si fuera obvio.

—¿Conseguiste que te diera su número de teléfono? —pregunté sin llegar a creerlo del todo.

—Por supuesto —pasó su mano por su cabello con egocentrismo—. Soy como Romeo en estos casos y nadie se me logra resistir.

—Romeo se mató porque pensó que la persona que amaba estaba muerta, ¿también vas a matarte? Porque créeme que no me molestaría tanto.

—¿De qué hablas? No conseguirías sobrevivir un día sin mí.

—Claro que sí —lo reté—. Lo que tú no conseguirías sería conseguir el número de cualquier chica.

—Por supuesto que sí —se mostró ofendido de inmediato—. Dame una hora y un lugar y te lo demuestro.

—No es necesario. Lo he comprobado cuando no lograste que esa chica te diera su número en el restaurante que fuimos —lo miré con superioridad.

—¿De qué estás hablando? —se tomó unos segundos para recordar y cuando por fin lo hizo, me señaló feo—. ¡Esa era Sienna, imbécil! —me reclamó.

—¿Y? El punto es que no lograste conseguir su número.

Me miró con furia saliendo de sus ojos.

—La única razón por eso fue porque...

—Nada —lo corté y cerré mis ojos, negándome a observarlo—. Eso suena como una excusa para mí.

—Disculpen...

—¿Ahora resulta que uno trata de ser buen amigo y así es cómo le pagan? Una mierda.

—Ya, deja tus lloriqueos de lado.

—Chicos.

Entonces Jonah comenzó a verme fijamente sin parpadear y yo tomé el desafío de inmediato, aceptando su reto de miradas.

Hasta que un cuerpo se cruzó entre nuestra guerra y ambos nos vimos obligados a desviar la mirada.

—¡Brad! —le reclamamos ambos al mismo tiempo.

—Hace cinco minutos que llegamos a nuestro piso —se quejó él—. ¿Podemos ir ya a la habitación para juzgar cómo se le ven los vestidos de novia a desconocidas? El programa está por terminar.

Ambos salimos a regañadientes del elevador.

Jonah abrió la puerta de la habitación y todos entramos. Dejamos las maletas en la entrada y ellos dos se dejaron caer en el sillón.

—¿En serio vamos a ver a personas que no conocemos probarse vestidos de novia? —pregunté mientras me sentaba en un sofá un poco más alejado de ellos dos.

—Por supuesto que sí. Ya te acompañamos hasta aquí en tu locura, lo menos que puedes hacer es ver con nosotros como ellas le dicen que sí al vestido —Jonah entrecerró sus ojos en mi dirección y yo levanté mis manos hacia el cielo en señal de rendición.

Brad prendió la tele y picó los botones en el control remoto para cambiar el canal.

—¿Te sabes el número de canal en el que lo transmiten, Brad? —pregunté, un poco sorprendido.

—Por supuesto, señor Taylor. Uno no puede simplemente olvidar cuál es su canal favorito.

Podía aprenderme las letras de varias canciones, pero no tenía idea por qué la idea de aprenderse una combinación de números se me hacía tan disparatado.

Agarré una almohada y la abracé con todas mis fuerzas mientras veía el programa con Jonah y Brad. En algún momento entre el vestido seis y el vestido 9 me quedé dormido.

Desperté del extraño sueño que estaba teniendo con Brad vestido como una novia al día siguiente cuando Jonah me dio un golpe en el hombro.

—Despierta, Lory —canturreó.

Solté un gruñido al sentir la luz colándose por la cortina y cubrí mis ojos con mi antebrazo.

—¿Qué hora es? —me quejé mientras un bostezo salía de mi boca.

—Las cinco y media de la mañana.

A pesar de que estaba terriblemente cansado, me las arreglé para lanzarle una mala mirada.

—¿Y qué estás haciendo despertándome tan temprano?

Él rodó los ojos y con un movimiento de su mano me indicó que me pusiera de pie.

—¿Qué? ¿Pensaste que íbamos a conseguir ir a dónde sea que esté Sienna por simple instinto? —rio con falsedad—. Por favor, Taylor, llevo desde las cuatro de la mañana metido en la tarea de encontrarla.

—¿Por qué? —pregunté con una mueca en mis labios.

—Porque, a considerar las razones por las que estamos aquí, es más que claro que ella no va a establecer un punto de reunión para que puedan hablar. Así que estoy ayudando a la causa —se encogió de hombros.

—¿Así que ahora eres una acosador?

Él negó con la cabeza.

—Me gusta más el término investigador no autorizado digno de estar en el FBI.

Fruncí el ceño pero no dije más y lo seguí hasta el escritorio. Brad estaba sentado en el borde de la silla mientras miraba con los ojos entrecerrados la pantalla de la computadora.

—¿Qué está haciendo Brad? —le pregunté a Jonah sutilmente, inclinándome un poco en su dirección para que pudiera escuchar mi pregunta con claridad.

—Está buscando cualquier cosa que encuentre de Sienna en internet —explicó como si no fuera la gran cosa.

—¿Han encontrado algo de momento? —pregunté, dejando que la curiosidad ganara sobre mi sentido de lo que estaba bien o mal.

—Solo una cuenta privada de Instagram sin ninguna publicación que parece abandonada —me hizo saber—. Estamos buscando también en Twitter, pero dudo que use su nombre real para eso.

—Pensé que esto iba a ser más fácil —me llevé una mano a la nuca.

Jonah giró sobre sus talones para encararme.

—Sí, bueno, por más sorprendente que te parezca, no todos son cantantes famosos y hay veces en las que googleas un nombre y no aparecen mil páginas con información, Taylor —expresó con sarcasmo.

—Tal vez hubiera sido mejor si hubiéramos hecho esto antes de montarnos en el avión para aquí —me rasqué una ceja.

—¿Te parece? —Jonah frunció su ceño en mi dirección.

Le regalé una sonrisa nerviosa.

Él chasqueó sus dedos después de unos minutos en los que solo se podían oír los dedos de Brad cayendo con fuerza contra el teclado del computador.

—Ya sé. ¿Qué hay de la amiga de Sienna? —sugirió Jonah—. La que se abalanzó sobre ti —trató de especificar.

—¿La que dejó inconsciente dos veces, señor Collinwood? —preguntó Brad desde su lugar.

Jonah asintió enérgicamente con la cabeza.

—Sí, sí. Esa.

—¿Crees que sea más fácil encontrarla a ella?

—Definitivamente —respondió mi amigo de inmediato—. Puede que incluso encontremos una pista de dónde empezar a buscar —sugirió.

Asentí con la cabeza.

—¿Cuál era su nombre? —me preguntó él.

—Grace —respondí casi al instante.

Jonah me miró con una ceja alzada después de que las palabras salieran con demasiada rapidez de mis labios.

—¿Qué? —levanté mis manos—. Uno no olvida con facilidad en nombre de alguien que trató de besarte dos veces —me defendí.

Asintió con la cabeza y se acercó a donde Brad estaba sentado para quitarlo de ahí y hacer el trabajo él mismo.

—Aun así no creo que sea tan fácil encontrarla —me sinceré—. De ella solo tenemos su nombre y no sabemos cuál es su apellido o cualquier otra cosa que nos pueda ser de...

—La tengo —me interrumpió Jonah.

Abrí mis ojos con sorpresa al escucharlo y me acerqué a donde él estaba parado para verlo con mis propios ojos porque sonaba bastante irreal para ser verdad.

—Sí, solo he tenido que buscar su nombre y el tuyo e Instagram ha hecho su magia —se encogió de hombros—. Tiene prácticamente su biografía dedicada a ti.

—¿Y bien? ¿Has encontrado algo sobre Sienna ahí? —pregunté esperanzado. Estaba parado detrás de él pero su manos se movían tan rápido por el teclado que apenas y era capaz de leer una palabra antes de que la imagen en la pantalla cambiara.

—Tal vez —comentó antes de apagar la computadora, ponerse de pie, tomar su abrigo del respaldo de una de las sillas y meter la llave de la habitación en uno de sus bolsillos antes de dirigirse a la puerta de la habitación.

—¿A dónde vamos? —preguntó Brad mientras también tomaba sus cosas para salir.

—A seguir una pista —respondió sin dar muchos detalles.

—¿Así que sí encontraste algo? —pregunté mientras me agachaba para ponerme mis zapatos.

—Por supuesto —él se pasó una mano por su cabello—. Soy un...

—Sí, sí. Un investigador no autorizado digno de estar en el FBI —blanqueé mis ojos y lo apresuré con un gesto de mi mano—. ¿Vamos a ir o no?

Él abrió la puerta y me dejó salir.

—Estoy muy emocionado por esto —dijo Brad, cerrando la puerta de la habitación detrás de él—. Me siento como en uno de esos capítulos de Hermanos a la obra.

Fruncí el ceño y me volteé hacia él.

—Ese es un programa de remodelación de casas, Brad —le hice saber.

—¡Lo sé! —exclamó con entusiasmo—. Es por eso que me emociona.

Fruncí el ceño y me limité a seguir a Jonah a donde fuera que nos estuviera llevando.

─ ♫ ─

SIENNA

Mis días no parecían mejorar con el paso del tiempo. De hecho, parecía que con cada día que pasaba se hacían más y más pesados. Tenía más tareas acumuladas de las que me gustaría admitir y los turnos que tomaba en la cafetería me estaban consumiendo el poco tiempo libre que tenía.

Grace había seguido con sus visitas ocasionales, así que suponía que al menos había algo bueno. O algo no tan malo.

Había demasiadas personas en el restaurante incluso para ser un viernes por la tarde y para mi mala fortuna, estábamos cortos de personal.

Corría de un lado a otro tratando de entregar todos los pedidos.

—Una hamburguesa de queso sin queso, lechuga, jitomate y mostaza por favor, Silas —le pedí antes de colgar la orden y tocar la campanilla.

Pasé una mano por mi cabeza para limpiar las gotas de sudor que se deslizaban por mi frente y solté un suspiro mientras en mi mente trataba de repasar los conceptos para el examen que tendría la próxima semana.

Extrañaba los días donde mi única preocupación era haber salido en una transmisión en vivo de alguna celebridad y haber causado un escándalo por ello.

En su momento pareció una terrible pesadilla, pero era mucho mejor que esto.

No había sabido nada de Conway después de la hostilidad que le había soltado cuando había decidido llamarme. Suponía que tal vez no debería haberle hablado de esa forma, pero todas las cosas que estaban pasando en mi vida se juntaron y simplemente no pude más.

Pasé las manos por mi cara y recogí mi cabello en una coleta.

—Vamos, Sienna —me ordené a mí misma mientras me daba ligeros golpes en la cabeza con mi pluma—. Solo es esta semana más de exámenes y todo vuelve a la normalidad —traté de alentarme.

Una mano se alzó en una de las mesas y me acerqué para ver qué era lo que se les ofrecía.

—¿Hay algo en lo que pueda ayudarlos? —pregunté con una cortesía fingida.

—Sí, hemos pedido esta hamburguesa sin pepinillos pero están ahí —se quejó una señora.

Fruncí mi ceño y retuve mis ganas de soltarle que, si no quería los pepinillos, simplemente los quitara y no se los comiera, pero en su lugar simplemente asentí con la cabeza, tomé el plato y me dirigí de regreso a la cocina.

—¿Cuál es el problema ahora? —preguntó Silas—. ¿Son otra vez los de la mesa cuatro?

Asentí con la cabeza.

—Al parecer habían pedido la hamburguesa sin pepinillos.

—No estás esperando que haga otra, ¿verdad?

Negué con la cabeza.

—Solo voy a quitárselos y se las voy a regresar —me encogí de hombros—. Tal vez incluso la pase por la parrilla para que se vea recién hecha.

Él asintió con la cabeza con aprobación y me hizo un gesto para que me apresurara.

—Procura no tardar mucho, Florencia. Tenemos mucha gente hoy y te necesitan más afuera que adentro.

Asentí con la cabeza y me centré en lo mío.

Charly entró en la cocina algunos minutos después. Tenía las mejillas chapeadas y los lentes empañados. Sus rizos estaban hechos un desastre y su delantal tenía manchas de algunas cosas que preferiría no saber qué eran.

—¿Qué haces tú aquí, Charly? —preguntó Silas mientras le untaba un poco de mantequilla a un pan—. No pueden estar los dos aquí y dejar el frente desatendido —nos hizo saber algo que ya teníamos más que claro.

—Lo siento —se pasó una mano por la frente para quitarse los restos de sudor—. Pero están buscando a Sienna ahí.

Fruncí el ceño.

—Dile a la señora de la mesa cuatro que ya voy.

Él negó con la cabeza.

—No son los de la mesa cuatro —se apresuró a aclarar—. Acaban de llegar y te están buscando a ti específicamente —me señaló.

Tomé un trapo para limpiar mis manos llenas del aroma a pepinillos.

—¿Estás seguro? —pregunté antes de salir.

—Mucho. Nada más ten cuidado —me advirtió—. No tienen muy buena pinta.

Asentí con la cabeza y salí de ahí.

Examiné con la mirada el lugar, buscando a las personas que acaban de llegar. Los encontré en el gabinete del fondo, y Charly tenía razón, sí que se veían un poco raros.

Saqué mi libreta de mis bolsillos y tomé la pluma que había apoyado en el borde de mi oreja antes de acercarme a donde ellos estaban sentados.

Traté de ubicarlos de algo, pero fue una tarea un tanto complicada porque las tres figuras llevaban capuchas y lentes de sol que me dificultaba la tarea de asociar sus caras personas que conocía.

—Buenas noches —comencé a decir el discurso que le decía a todos los clientes—. ¿Necesitan la carta o ya están listos para ordenar?

Preparé la pluma en mi mano, lista para tomar la orden.

No me había atrevido a levantar la mirada porque podía sentir que tenía los tres pares de ojos sobre mí y eso era bastante intimidante.

Un carraspeo se escuchó.

—Sienna —me congelé al escuchar esa voz.

Separé lentamente mi mirada de la libreta y la fui levantando lentamente hasta que mis ojos se cruzaron con los de él.

Un cúmulo de emociones se fue creando en la parte baja de mi estómago y por un momento no supe de qué forma reaccionar.

—Supongo que no quedó todo claro por teléfono.

Conway negó con la cabeza.

—Obviamente no, es por eso que estoy aquí —hizo una pausa y compartió una mirada rápida con su amigo antes de seguir—. Tenemos que hablar.

──── ────

*inserte música intensa de película de suspenso*

Antes de que me lancen piñas porque básicamente dejé el capítulo igual que el anterior, quiero decir algo.

Si me siguen en Instagram tal vez sepan que tengo una fecha en la que quiero terminar esta historia, y para llegar a eso tengo que hacer unas ligeras modificaciones con las actualizaciones 👉🏻👈🏻

Habrá algunas veces en las que actualizaré dos veces en la misma semana, y la próxima semana será así uwu

Voy a subir un capítulo en lunes y otro el jueves como siempre 😌

Así que no me apedreen porque tendrán respuestas pronto 😏

Ahora, ¿qué tal el capítulo? Admito que cuando lo escribí estaba con el síndrome de impostor y no estaba del todo convencida, pero bueno.

Pasando a otro tema, siempre se me olvida preguntarles de dónde me leen. Es algo que me intriga mucho 🌚

Y eso vendría siendo todo por hoy. Nos leemos el lunes <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro