Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♫| CAPÍTULO 13 |♫

CONWAY

DE LAS MEJORES FORMAS DE DECIR ADIÓS

La única salida que habíamos encontrado para salir de la apretada situación había sido volver a escondernos en mi habitación de hotel.

No era muy seguro salir del edificio considerando la cantidad de personas que se encontraban en las puertas, tratando de entrar. Y teniendo en cuenta que la presidente de mi club de fans estaba en el mismo hotel que nosotros, tuvimos que movernos con cuidado para no cruzarnos con ella.

Jonah ni siquiera se dio cuenta de nuestra presencia al entrar a la habitación. Él seguía en la misma posición que cuando lo habíamos dejado, con la ligera variación de que ahora su cabello se encontraba hecho un desastre y sus ojos estaban rojos.

Podía notar a Sienna a mi lado un tanto nerviosa. Brad pasó con naturalidad por nuestro costado y se sentó en uno de los sillones con total confianza.

Sienna en cambio no parecía tener idea de qué hacer. Para ser justos, tampoco yo. Esperaba que las cosas entre nosotros no se volvieran incómodas después del beso en las escaleras. Deberíamos ser capaces de manejar esto con madurez, ya no éramos críos en el instituto con las hormonas alborotadas.

Dejándome llevar por una repentina ola de valentía, me adentré en la habitación y me dejé caer en la cama.

No puse más atención en lo que Sienna hacía y me limité a observar el techo mientras mis dedos se movían al ritmo de una nueva melodía sobre mi estómago.

Sentí que el colchón se hundía a mi lado y supuse que se trataba de ella porque realmente dudaba que Brad se tomará la confianza suficiente para recostarse a mi lado a una distancia tan íntima.

O que el colchón se hundiera tan poco si se tratara de él.

Y aunque a Jonah sí lo veía perfectamente capaz de hacerlo, no creía que fuera capaz de tomarse un descanso hasta que todo quedara un poco más tranquilo y despejado.

En ese sentido era bastante perfeccionista. No dejaba algo hasta que estaba completamente satisfecho con el resultado final.

Giré mi cabeza para comprobar mis sospechas a pesar de que eran prácticamente infalibles y sonreí al toparme con cabello largo y de un color castaño demasiado oscuro.

Era bastante posible que ella sintiera mi mirada analizándola sin escrúpulos, pero mantuvo su vista fija en el techo, justo como yo había hecho segundos antes.

Dirigí mi mirada a otro punto y me concentré en su respiración. Su pecho subía y bajaba a un ritmo constante. Me encontré pensando en cómo sonaría si pudiera convertirlo en una canción.

Sentí que mis orejas enrojecían cuando ella por fin se dignó a mirarme a mí y me atrapó con mis ojos fijos en sus pechos. De seguro ahora pensaba que era un completo pervertido.

En vez de gritar o darme un golpe como hubiera esperado que cualquier otra chica en su lugar hubiera hecho, Sienna se conformó con simplemente levantar una ceja en mi dirección de forma interrogante.

No dijo nada, pero sabía con solo su mirada que se estaba burlando de mí.

Apreté mis labios y desvié la mirada para no tener que darle una explicación.

Fue entonces que explotó a reír y el sonido llenó el silencio.

Una sonrisa se dibujó en mis labios al escucharla.

El pequeño momento se rompió en pedazos cuando Jonah se puso de pie y se acercó a nosotros a toda velocidad.

—Tenemos que irnos.

Sienna se paró de la cama con un salto y asintió con la cabeza. A mí me tomó algunos segundos reaccionar y copiar sus movimientos.

—¿A dónde iremos? —preguntó ella mientras se ponía sus zapatos.

Mi representante me dio una mirada cargada de disculpa antes de dirigirse a ella. Solo con eso supe que lo que fuera que estuviera a punto de salir de sus labios, no me gustaría.

—Tú no irás a ninguna parte. No necesitamos más problemas.

Miré a Jonah, amenazante con las cejas fruncidas y negué con la cabeza.

—De ninguna forma —me mantuve firme—. Ella viene con nosotros, Jonah.

Sabía que en algún momento ella y yo tendríamos que tomar caminos separados, después de todo no era como si fuéramos algo ni tuviéramos la obligación de seguir manteniendo contacto.

Por más que doliera aceptarlo, un simple beso no me aseguraba nada.

Pero no estaba preparado para hacerlo, en especial si podía hacer algo para alargar más nuestro tiempo juntos. A parte de que no podía dejar las cosas así entre nosotros.

—Creo que tengo que recordarte que mañana tomamos un avión para seguir con el resto de la gira —volvió a interrumpir Jonah.

Le lancé una mala mirada.

Él blanqueó los ojos y levantó sus brazos en señal de rendición.

—Solo te lo recuerdo en caso de que lo hayas olvidado y para que lo tengas presente cuando hagas tu planes —me dio una sonrisa falsa y después salió de la habitación.

Sabía que él probablemente la estaba pasando mal en estos momentos. Pero simplemente no tenía tiempo para eso. No sabía si había conseguido o no calmar a la gente después del incidente. Pero esa no era mi mayor preocupación.

Volví a enfocar mi atención en Sienna.

Se veía indescifrable, como de costumbre. Era imposible saber qué era lo que estaba pasando por su mente, y eso me ponía nervioso porque no sabía qué palabras eran las que tenía que decir.

Me acerqué a ella y tomé sus manos antes de mirarla directamente a los ojos.

Tragué saliva antes de hablar.

—Ven conmigo —solté.

Sienna pareció repentinamente confundida. Frunció su ceño al igual que sus labios y dio un paso atrás, soltándose de mi agarre.

De repente ya no sabía qué hacer con mis manos. Sentía como si sobraran.

—¿Qué?

—Ven conmigo —repetí—. Tengo algunos conciertos más que dar por la gira, pero me gustaría tenerte cerca. Por favor, Sienna.

Ni siquiera pareció que lo dudara antes de contestar.

—No.

Las palabras resonaron por el lugar.

Me tomó un momento asimilarlas.

Dios. De seguro ahora me veía como un idiota. Estaba seguro de eso, porque así era como me sentía.

Debería haberlo sabido. Que yo me sintiera de esta forma no aseguraba que ella se sintiera igual.

Di un paso atrás y me pasé las manos por mi cabello en un intento de parecer desinteresado.

Le di un vistazo rápido a la habitación para ganar un poco de tiempo antes de tener que volver a enfrentarla. Necesitaba asimilar que en su rostro no vería lo que yo quería ver.

Fue entonces cuando caí en cuenta de la presencia de Brad.

Con la intensidad del asunto me había olvidado por completo de que seguía aquí.

Él trataba de disimular que no nos estaba poniendo atención leyendo el menú de servicio al cuarto que había en la habitación. Habría sido bastante convincente de no ser porque lo estaba sujetando al revés.

—Brad —lo llamé.

Levantó la cabeza de inmediato y lo miré fijamente.

No fue necesario que dijera algo para que él entendiera qué era lo que le estaba pidiendo.

Brad dejó de jugar con la carta y se puso de pie. Cuando pasó por nuestro lado bajó la cabeza y murmuró un casi imperceptible «creo que me necesitan afuera».

Ni Sienna ni yo dijimos nada cuando Brad salió y cerró la puerta tras de él.

Volví a alzar la mirada y vi el momento en el que cerró sus ojos y dejó que un suspiro escapara de sus labios.

—Ni siquiera lo dudaste antes de contestar —no pretendía que sonara como un reproche, pero justo así se oyó.

—No lo entiendes, Conway —respondió en un susurro.

—Pues explícamelo —di un paso adelante y volví a sujetar sus manos.

Fue un alivio que no se deshiciera de mi agarre esta vez. Lo tomé como un avance.

—Yo también tengo una vida —comenzó—. ¿Qué creíste que hice durante los cinco años que no supe de ti? ¿Esperarte y no hacer absolutamente nada con mi vida? —soltó un bufido—. No eres el único que está persiguiendo sus sueños aquí.

»¿Sabes que voy a la universidad y estoy estudiando turismo? —ella tomó mi silencio como una respuesta—. Por supuesto que no, porque como yo tampoco tengo idea de la mitad de las cosas que están pasando en tu vida.

»Yo tengo obligaciones aquí, Conway, y no las puedo abandonar solo porque tú me lo pidas.

Tragué saliva y bajé mi cabeza.

Ahora que ella lo decía, sí que mi pedido sonaba bastante irracional.

Solía ser muy precavido y cuidadoso con cada decisión que tomaba, pero en ese momento había sido simplemente muy impulsivo.

Comencé a asentir con la cabeza. Ella tenía razón.

—Lo entiendo —traté sonreírle, pero era difícil hacerlo cuando todo lo que quería hacer era echarme a llorar.

Un rechazo siempre dolería. Incluso sin importar que Sienna tuviera razón.

Ella pareció dudar antes de hacer cualquier cosa. Terminó asintiendo con la cabeza después de unos segundos. Se pasó sus manos por sus vaqueros y volvió a asentir.

Se dirigió a la puerta y pude sentir cómo mi corazón pesaba dentro de mi pecho cuando abrió la puerta y puso un pie en el pasillo.

Consideré decirle que esperara, pero no había caso alguno.

Su mano se quedó en la manija de la puerta por lo que pareció una eternidad, pero terminó saliendo sin mirar atrás.

¿Por qué ver partir a una persona con la que solo había pasado dos días de mi vida dolía tanto?

La pregunta ni siquiera tuvo que flotar tanto tiempo en mis pensamientos cuando una respuesta llegó a mí.

Porque esos dos días fueron los mejores de tu vida.

No iba a contradecir a mi consciencia.

Aun así sentía que la despedida no había sido suficiente, que algo había faltado.

Sienna había entrado a mi corazón en poco tiempo y se había marchado, dejando la puerta abierta. Levanté la vista y me di cuenta de que quizás no estaba hablando de forma tan figurativa.

La puerta de la habitación estaba abierta de par en par.

Solté un bufido y negué con la cabeza a pesar de que la situación me divertía ligeramente. Nunca había visto a Sienna como una persona despistada, pero solo había pasado pocas horas de mi vida con ella, siendo justo.

Me acerqué para cerrarla. Con todo el escándalo pasando a mi alrededor, si una fan pasaba por el pasillo, tratando de buscarme y echaba un vistazo al cuarto, muy fácilmente lograría reconocerme.

Estaba a punto de cerrarla cuando el peso de alguien colgándose de mí casi me tiró al suelo. Estaba listo para usar mis pocos conocimientos en artes marciales para quitarme a la chica de encima cuando me di cuenta de que era lo que estaba sucediendo.

Sienna puso sus manos en mis mejillas y me jaló a sus labios. Me tomó unos segundos reponerme de la sorpresa, pero una vez lo hice, cerré los ojos y le correspondí el beso.

Era muy diferente al primero que habíamos tenido. Este era más calmado y pasional. Podía sentir sus labios moviéndose sobre los míos, marcando un suave baile en el que no me molestaría danzar por el resto de mi vida si eso me aseguraba sentirme así para siempre.

Me dio un acceso más profundo a su boca cuando con mi lengua delineé sus labios. Mis manos fueron a su cintura y la atraje más a mi cuerpo, buscando que la distancia entre los dos fuera mínima.

Sus manos subieron por mi rostro y se detuvieron en mi cabello.

Me separé de ella cuando sentí que la respiración me hacía falta. Tenía los ojos cerrados, por lo que no me dejaba ver sus bonitos orbes de tonos verdes. De pronto sentí que hacía demasiado calor.

Sienna sonrió antes de mirarme. Inclinó su cabeza a un lado, como si acabara de hacer una travesura de la que no se arrepentía.

—Tienes mi número —me recordó—. Úsalo bien esta vez.

Solo asentí con la cabeza. Me creía incapaz de pronunciar cualquier palabra porque lo más probable era que terminara balbuceando alguna tontería.

Ella asintió una vez más y sonrió antes de darse la vuelta y desaparecer por la puerta de las escaleras.

A mi cerebro le tomó un tiempo volver a tomar el control. Él se aseguró de darme un buen golpe cuando me di cuenta de que nos acabábamos de besar en medio de un pasillo de un hotel. Cualquier persona que hubiera pasado por ahí hubiera podido vernos.

Alguien podría haber tomado una foto de nosotros.

Volteé de izquierda a derecha solo para verificar que no hubiera nadie. Aun así eso no me hacía sentir más seguro. Podía sentir la paranoia subiendo por mi sistema y decidí meterme a mi habitación antes de que me diera un ataque de pánico a la mitad del corredor.

Cerré la puerta detrás de mí y dejé caer mi cabeza hacia atrás. La sonrisa bobalicona volvió a mis labios.

Me acerqué a la cama y me dejé caer de espaldas sobre esta. Tomé una almohada y la llevé a mi cara para ahogar un grito.

Sabía que no estaba actuando de la manera más racional, pero no era como si eso me importara.

Tomé la típica libreta que dejaban en la mesa de noche de todos los hoteles y también un bolígrafo en el que se podía leer el nombre de la marca hotelera.

Las letras de las canciones que escribía habían dejado de tener un sentido para mí desde hace tiempo. Las palabras que salían de mi boca las sentía vacías y los acordes no eran más que un ritmo repetitivo.

La inspiración había dejado de fluir por mis venas desde hace mucho y me había conformado con ideas mediocres.

Entendía a los antiguos artistas que buscaban musas que les causaran inspiración para seguir creando su arte. Y creía que yo había encontrado la mía:

Sienna.

Destapé la pluma y dejé que mi mano se moviera con libertad sobre el papel mientras mi cabeza repetía una melodía que buscaba ser perfeccionada.

Mis fans se merecían esto. Ella se lo merecía. Yo lo merecía.

Merecíamos lo que estaba haciendo: una canción cargada de sentimiento y verdades que cualquiera pudiera cantar a los cuatro vientos.

Fue como un viaje al pasado en el que me recordé a mí mismo lo mucho que me gustaba hacer esto.

─ ♫ ─

Jonah y Brad volvieron a la habitación en algún momento de la noche. No les puse mucha atención porque estaba enfocado en acabar en lo que estaba trabajando para después perfeccionarlo.

Para mi suerte, no hicieron ninguna pregunta, por lo que no les tuve que prestar mucha atención.

Escuché cómo ellos prendían la tele y ponían uno de esos programas que a ellos le gustaba ver. No despegué mi vista del papel e hice algunos tachones en la hoja para cambiar algunas palabras.

Cuando consideré la letra ya estaba lista —al menos de momento—, me puse de pie y crucé la habitación para tomar mi guitarra.

Mis dedos dudaron antes de posarse en las cuerdas del instrumento. Tenía una idea clara de cómo quería que fuera la melodía de esta canción. Algo suave y lento que pudiera bailarse en un vals.

Pensé en el momento que Sienna y yo habíamos compartido unas horas atrás, cuando nos habíamos quedado viendo el techo simplemente coexistiendo. Recordé su respiración y en cómo en su momento había pensado en lo bien que sonaría en una canción.

Mis dedos se dejaron caer con delicadeza contra las cuerdas de la guitarra. No me importó si el ruido les molestaba a Jonah o a Brad. Después de todo ellos eran los intrusos en mi habitación.

A parte del pequeño detalle de que yo era jefe de ambos.

Arranqué la hoja con la letra de la libreta y comencé a escribir sobre una nueva página en blanco los acordes que iba creando.

Traté de unir la melodía con la letra en mi mente. Sonaba bien de momento.

Llegó un momento en el que sentí que el dolor en las yemas de mis dedos comenzaba a ser insoportable, cambié por una púa. Pude haber hecho eso desde el principio, pero sentir el contacto directo de la guitarra con mis dedos me hacía sentir más conectado con la música.

Cuando volví a checar el reloj en la mesita de noche me di cuenta de que ya eran por ahí de las tres de la mañana. La batería de mi teléfono había muerto hace varias horas, y a pesar de que la curiosidad de saber si Sienna me había o no mandado algún mensaje me carcomía, no lo puse a cargar.

Mi representante y guardaespaldas se habían dormido hace ya algún rato pero yo todavía podía sentir la adrenalina corriendo por mis venas.

Sabía que no iba a lograr dormir hasta que terminara el primer borrador de esta canción. De nada serviría si trataba de cerrar mis ojos porque sabía que solo terminaría dando vueltas en el colchón.

Me tardé algunas horas más en estar conforme con el resultado, pero cuando lo tuve, me permití sonreír con satisfacción.

Tomé el vaso de agua que me había servido para mantener mi garganta hidratada y le di un trago.

Guardé la guitarra en su estuche y la recargué contra la pared. Solté un suspiro de cansancio y escaneé la habitación con rapidez.

El tornado de emociones que me había envuelto había hecho que me olvidara por completo del problema del directo y de todo el caos que eso había causado.

No sabía si Jonah había logrado o no solucionarlo, pero suponía que sí porque había pasado algunas horas viendo los programas que pasaban en la tele junto a Brad.

Tomé mi almohada y me dejé caer en mi cama, listo para tomar aunque fuera unas pocas horas de descanso.

Justo cuando cerraba mis ojos y sentía que entraba al mundo de los sueños, una alarma empezó a sonar.

Maldije en mi mente y cubrí mi cabeza con el almohadón. Me rehusaba a levantarme justamente cuando apenas iba a empezar a dormir.

El ruido que empezó a haber dentro de la habitación hizo que me fuera imposible siquiera echar una pequeña siesta.

Jonah abrió las cortinas y dejó que la luz inundara el lugar. Solté un gruñido en respuesta.

—Es hora de despertar, dormilón —el sarcasmo era palpable en su voz—. Tu agenda está llena hoy y tenemos varias cosas que hacer.

Me cubrí con el edredón, pensando por un momento que eso me haría desaparecer del mundo real. Al menos hasta que lograra tener unas buenas de descanso.

—No dormí en toda la noche, Jonah —me quejé—. Dame una hora más.

Él chasqueó su lengua y lo imaginé a la perfección negando con la cabeza.

—Vamos a perder el vuelo si no nos apuramos, Lory.

—Es mi avión privado —le recordé, dejando que la arrogancia se notara en mi voz—. No irá a ninguna parte sin mí.

—A los empleados se le pagan horas extras si sus turnos se extienden, así que mueve tu trasero y date una ducha que apestas.

—Me la pasé la noche componiendo, merezco un descanso —alegué, aún enterrado bajo la ropa de cama.

Se escucharon unos pasos y segundos después sentí a Jonah quitándome eso de la cara y haciendo que el sol me diera directo en el rostro.

—Y deberías agradecer que Brad y yo no te interrumpimos en el proceso creativo. Ese es tu pago. Ahora ve al baño.

Entrecerré mis ojos en su dirección, con odio.

—¿Sabes que pudo despedirte en cualquier momento, verdad? —amenacé.

Le quitó importancia con un movimiento de su mano.

—No sobrevivirías ni una hora sin mí.

Me rehusaba a darle la razón, por lo que me quedé callado y salí de la cama. Al menos las gotas de agua harían que me despejara un poco.

—Te voy a cobrar estar horas de sueño que me estás quitando, Jonah.

—Deja de ser tan quejica, puedes dormir en el avión.

Sus palabras fueron como el balde de agua fría que necesitaba para despabilarme por completo.

Joder, había olvidado que hoy tomábamos un avión para seguir con el resto de la gira.

Cerré mis ojos y me di unos golpes en las mejillas. Me acerqué al armario y saqué la ropa que usaría. No tenía que ser nada muy elegante si iba a pasar la mayor parte del día encerrado en una cabina a varios kilómetros del suelo.

Me metí al baño cuando tuve todo lo que necesitaba e hice lo que tenía que hacer.

Cuando salí, Brad y Jonah también estaban ya bañados y con el equipaje listo. Supuse que ambos habían ido a sus respectivas habitaciones para arreglarse.

Les di un asentimiento de cabeza, haciéndoles saber que ya estaba listo y que podíamos marcharnos.

Mis cosas ya estaban empacadas también, por lo que solo tomé la manija de la maleta y salí de ahí.

Esperé a Brad en el pasillo para que él pasara delante de mí, solo por seguridad. Él pidió el elevador y los tres subimos cuando este llegó.

La dinámica era la misma en cada hotel al que íbamos, por lo que no me sorprendí cuando hombros en trajes negros y caras serias comenzaron a subir al ascensor en cada piso que nos deteníamos.

Ni Jonah, ni Brad, ni yo nos alteramos. Sabíamos quiénes eran estos hombres: mi círculo de seguridad.

Cuando llegamos al piso de recepción, Jonah se separó del grupo solo para asegurarse que dejáramos el hotel sin ningún problema.

Me puse los lentes de sol para que fuera más difícil reconocerme. Ya llamaba suficiente atención con los hombres corpulentos a mi alrededor, no necesitaba llamarla más con mi cara.

En lo que mi representante se encargaba de los últimos detalles, me llevaron a las camionetas para que fuera acomodándome.

Brad tomó el asiento del copiloto y minutos después Jonah se sentó en el lugar a su lado.

Saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón al igual que el cargador y conecté el último a la corriente.

—¿Todo en orden? —preguntó Brad.

Jonah asintió con la cabeza.

—Así es. Vamos al aeropuerto, Brad.

El camino hasta ahí fue relativamente tranquilo. El tráfico de la ciudad nos atacaba ocasionalmente, pero para nuestra fortuna, solo eran pequeños tramos.

El resto de mi equipo de seguridad también manejaba en camionetas parecidas a las que nosotros estábamos montados, pero trataban de ir no muy pegados a nosotros para no llamar mucho la atención.

No fue ninguna sorpresa llegar al aeropuerto y ver que un grupo de paparazis ya nos estaban esperando ahí.

Pasé por su lado con una sonrisa cordial en mis labios y traté de no enrollarme mucho con ellos para no perder el tiempo ahí. Contesté alguna que otra pregunta para parecer amable y no tan desinteresado antes de seguir con mi camino.

En el avión ya estaba todo listo. Jonah tomó asiento al otro lado de mí y Brad decidió quedarse en algún lugar cerca de la cabina del piloto.

Cuando el despegue comenzó no me inmuté. Estaba tan acostumbrado a estas cosas que ya me parecían completamente normales y monótonas.

Vi por la ventana cómo la ciudad de Bildtown se hacía cada vez más pequeña a medida que tomábamos altura. Los altos edificios se convertían en nada más que puntos y las nubes parecían poder tocarse.

Pensé en Sienna y en cómo ella debía estar en alguna parte de esa ciudad.

Tal vez el destino nos había reunido otra vez porque teníamos asuntos pendientes. Solo esperaba que después lo volviera a hacer a pesar de que ya lo habíamos solucionado todo.

Cerré mis ojos, preparándome para por fin dormir un poco.

Yo ya he venido a buscarte, Sienna, pensé. Es tu turno de ir por mí.

──── ────

A ver, que con el final de ese capítulo habría podido hacer el corte aquí y poner la siguiente parte de la canción después de eso, pero yo soy estúpida y no sé aprovechar nada 🤡

En fin, jeje. ¿Alguna opinión sobre este capítulo? 😏

Estoy entrando en pánico porque este era el último capítulo escrito que tenía y ahora solo tengo medio escrito 🙂

Puedo sentir el estrés subiendo por mi columna vertebral

AAAAAAAAHHH, ESTOS DOS ME TRAEN MAL.

El próximo capítulo será de Sienna y no pasará mucho, pero es importante 🌚

Y el que le sigue después de ese uuuuuff. Llevo esa escena atorada en mi cabeza desde hace mucho xd

Y eso vendría siendo todo de mi parte. Nos leemos la próxima semana 😌

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro