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Parte 4 "Esclavo"

Nuevamente el cabrío hacia presencia del túnel, lleno de colores, espejos mostrando otros mundos era algo completamente sorpréndete. Era un espectáculo para cualquier lector, parecía un sueño, algo inalcanzable pero a su vez tan cerca que podías sentir la escancia de aquellos lugares. Adriano aun en sus pensamientos, dudando si todo esto era real, eran bruscamente despertado de su trance por el desagradable sonido de la interferencia dando paso a la voz sarcástica de aquel conejo.

-¿Me escuchas? ¿No te has preguntado lo loco que es que algunos escritores piensen reactivar la economía a través de la esclavitud? O tal vez solo sea un simple fetiche-

-No es momento para eso "Doc"....-Dio un suspiro al aun estar anonadado por aquel espectaculo en ese tunel de misterios- ¿q-que objetos tengo que buscar?-

- Un collar y una carta, el primero se encuentra en un zoológico no muy lejos de donde te enviare, el segundo se encuentra en una mansión, de seguro son narcos o algo así-

- ¿Y porque no me llevo directamente al zoológico? Me ahorraría mucho tiempo-

-Sí niñato, lo pensé. EL problema es que hay una energía que desconozco por esos lugares, podrías explotar si llegas de repente ahí-

- ¡¿En serio?¡-

-No-

La vista había cambiado, su visión se habia vuelto borroso, el sonido del agua corriendo y la fría cerámica en la piel del cabrío hizo que se levantara rápidamente, un baño en un estado bastante refinado era pisado por el muchacho. Tallándose los ojos para ver mejor, vio en el espejo la ausencia de sus prendas.

- ¡Ah! ¡¿-Pe-Pero por que tengo que aparecer desnudo?! -

-Niño, tu ropa no tiene energía Turpis, pero no es necesario que busques, solamente sal del lugar y cuando salgas sigue la corriente-

Mientras el agua de la llave seguía corriendo, Adriano observaba el cambio en su aspecto en ese  espejo. El pelaje del cabrío tendría a un color blanco similar a la nieve, sus cuernos se hicieron más pequeños tomando una forma casi redondeada. Dio un suspiro, recordando las palabras de aquel gato de pelaje similar a la noche,  decidido salio de aquel baño se encontró a individuos igualmente desnudos, generándole un notorio sonrojo.

- ¿En qué momento entraste? ¿y tú collar? - pregunto un perro que estaba sentado ahí apoyado contra una pared, Una gran Habitacion llena de especies con tonalidades blancas, era contrastada por las paredes de cemento.

- Uhm la verdad, es que...- La excusa del cabrío fue interrumpida por el estruendo de una puerta de metal abriéndose en una de las paredes.

-¿Entonces cual se va a llevar?- Pregunto un leopardo bastante flaco a un rinoceronte que era completamente lo contrario a la complexión de su acompañante felino.  Ambos habían entrado para buscar algo o alguien, Los ojos del rinoceronte  recorrieron la grisease habitación y a sus integrantes, hasta llegar al cabrío.

-Ese- Dijo decidido el rinoceronte quien apunto al cabrío de forma amenazante, este último tragando saliva, dudoso sintió como sus piernas temblaban, al salir de aquella habitación, pudo ver un gran pasillo recubierto por el color gris deprimente.

- ¿Dónde dejaste tu collar? Espere un momento creo que tengo los documentos de esta cabra, tu ve sentarte con los que están ahí- Dijo el leopardo, apuntando a una banca de metal que ocupaba un pasillo extenso. El cabrío con algo de temor obedeció y se fue a sentar, un escalofrió recorrió todo su cuerpo al sentir el frio del metal, no se había percatado que se había sentado junto a un zorro más blanco que el cabrío, su cuello llamo la atención de Adrián, pues reposaba un collar muy fino.

-Hola, ¿Te da escalofríos este lugar? Lo único que espero es terminar esta semana rápido para irme.... - Dijo aquel zorro blanco.

-Algo así, ¿dime a que vienes? Oh, bueno digo eh... ¿Quién es tu dueño? - Pregunto el cabrío tratando de corregir su primera pregunta.

-Un tiburón, es muy bueno conmigo.-

-Bueno... no tengo buena experiencia con tiburones que digamos-

Antes que el zorro dijera algo, fue interrumpido por el leopardo.

-¡Zorro! Ve con los demás zorros blancos, están un pasillo a la derecha-

-Uh, parece que me tengo que ir, luego nos vemos-

-Si.. un gusto-

El silencio tras la ida del zorro fue interrumpido por la voz del conejo.

-Parece que te hiciste un nuevo amigo, niñato-

-Solo dime que hago ahora...- Dijo algo molesto el cabrío mientras miraba a los demas animales sentados en aquella banca, algunos cabizbajos, otros llorando. Un ambiente completamente desalentador para el cabrío.

-Vale, sal de ahí-

-¿Qué?- Dijo confundido, algunos de sus acompañantes lo quedaron mirando por estar hablando solo.

-Que salgas, eres un fantasma en esa sociedad, no existe ningún documento tuyo, solo vete-

- ¿Pero como? -

-Creo que debe haber un pasillo al frente tuyo, abre esa puerta y te vas- El comentario del conejo, hizo que el cabrío mirara al frente suyo, viendo una puerta de cristal cubierta por un marco blanco, que a su vez era rodeada por otro marco de cristal algo mas extenso.

-Parece fácil- Con cautela, se levante de aquel frio asiento y dando pasos ligeros llego hasta esa puerta, que, al momento de abrirla, una fuerte alarma sonó.

-¡¿Qué haces?! ¡Vuelve aquí! - Dijo el leopardo, al momento de escuchar eso el cabrío quedo helado.

-Corre, no creo que sea bueno lo que te hagan si te atrapan- Tras las palabras indiferentes del conejo, varios animales trajeados corrieron dirección al cabrío, el cual a toda velocidad empezó a escapar, la fuerte luz roja parpadeante pintaba todo el rincón de aquel inmenso lugar.

-¡¿ Por qué no me dijiste que iba pasar esto?!- dijo el cabrio exhausto y desesperado por evitar que sus perseguidores den con el.

-Es algo obvio, dudo que sea tan fácil salir, solo corre- El cabrío sentía como le pisaban los talones, mientras en las ventanas que yacían a su costado, empezaban a bajar paneles de metal. Sin mucha opción dio una vuelta a su izquierda, una ventana al final del pasillo, la cual estaba por cerrarse por rejas de metal era la única opción que tenía para salir.

-Siento que se me va salir el corazón -dijo el cabrío así mismo, mientras aceleraba el paso.

Aumentando su velocidad salto y choco contra la ventana, destrozándola por completo, su caída fue amortiguada por un arbusto frondoso.

-Oh, en serio pensé que no funcionaría- Dijo el cabrío, corriendo, cubierto de sudor, hojas y algunos pedazos de vidrio.

Pudo ver como aquel inmensa estructura se encontraba encima de una colina pintada por un verde muy vivo, sin muchas opciones. Corrió dejando atrás ese lugar, los arboles empezaban a dejar se hacer presencia, fueron cambiados por el frio cemento de la calle, al recordar que se encontraba desnudo, llevo sus manos hasta un basurero sacando algo de ropa destrozada aunque le serviría por el momento.

-Ehm, no encontrado ningún otro esclavo o lo que sea por las calles-

-Solo la gente adinerada o los criminales pueden permitirse, ya que los esclavos son gente con deudas-El sonido de unas teclas y algo mecánico vendría del audífono- Bueno a unas dos calles más abajo esta la mansión-

Seguir por las frías y vacías calles no le daba buena espina al cabrío, mientras caminaba pudo ver como algunos transeúntes que empezaban a aparecer, eran acompañados por personas con collares bastante peculiares. Las estructuras, edificios y casas le recordaban a la arquitectura norteamericana. 

Anonadado por el tamaño de la mansión, el cabrío busco forma de entrar, pero el sonido de un motor acercándose interrumpió su búsqueda, obligándolo a esconderse en unos arbustos.

-¿Ya Entraste?-

-Estoy en eso- Dijo susurrando

El sonido del motor deteniéndose, fue una señal para el cabrío, viendo la entrada principal por cerrarse puso su pata. Llevándose la mano a la boca para evitar dar un quejido de dolor, el sonido de la tele llamo su atención, acercándose podía ver varios cuadros junto a un minimalista diseño del lugar, al llegar a la sala diviso la oscuridad de esta última, junto a las luces del televisor, mientras que en el sillón se encontraban dos panteras algo formales abrazados.

-Debe ser la única carta, seguro está en la mesa-El aviso del conejo asusto levemente al cabrío, quien, acercándose de forma lenta y pausada a la mesa para evitar generar ruido, vio aquel sobre y lo tomo. Al dar otro paso para darse vuelta, el chirrido de la madera alerto ambas panteras.

-Emm hola..-

- Ostia Pu...¡Tenemos un intruso!- Dijo una pantera avisando por una pequeña radio, mientras se apartaban entre si bastante sonrojados.

-Patas para que las quiero- El cabrío empezó a correr desesperado, pues la velocidad de las panteras era algo admirable, trato de usar la misma técnica que uso en la anterior persecución, pero una de las panteras lo tacleo justo en la entrada de la mansión, provocando que diese vueltas hasta llegar a la calle, levantándose rápidamente busco alguna forma de escapar.

-¿Eres una cabra no? Solo escala-

Dando un respiro el cabrío tras la palabra del conejo, se acercó corriendo hasta una pared de piedra bastante empinada, puso sus manos mientras corría y empezó a subir con dificultad.

-¿Qué demonios?- Dijo una de las panteras, ambo dúo se detuvo al ver como el cabrío escalaba sin mayor dificultad esa pared con leves protuberancias de piedra,  que a simple vista parecía que era de 90 grados.

-En serio si no me matan las personas que me persiguen, será el ataque al corazón de tanto correr- Dijo el cabrío mientras reposaba en el final de la pared

-pensé que hacías más ejercicio niñato, bueno mira atrás tuyo- El cabrío se dio cuenta de aquel comentario, se giró un poco la cabeza viendo un cartel de "Zoológico" "Cerrado hasta nuevo aviso". Pego un leve salto hasta llegar a un árbol, bajando lentamente pudo ver la cantidad de animales, y algunas criaturas que desconocía.

-Este lugar es muy grande, ¿Cómo piensas que encontrare ese collar? -

-Está en la zona de manteamiento, Ah no, se encuentra en una especie de cabaña o algo así, la verdad desconozco el propósito de eso en un zoológico-

Un papel choco contra la cara del cabrío, quien, al retirar el papel leyó. "mapa del zoológico", empezando a caminar por el lugar, vio algunos animales, quien aprovecho para observar un poco el lugar.

- me voy a quedar dormido, ¿Ya tienes el collar? - Las palabras del conejo recordaron al cabrio su objetivo en aquel lugar, absteniéndose de ver aquel show de animales.

-Uh, verdad ya veo la cabaña- Respondio al ver como una caseta similar a la de un surfista empezaba acercarse a su vista.

Abriendo la puerta, apenas podía distinguir lo que había debido al oscuridad, buscando por el montón de ropa tirada arriba de una cama, encontró aquel collar, impresionado por el diseño tan elegante y fino de este último, no era de menos ya que era adornado por algunas joyas.

-Ya lo encontré Doc- Al darse vuelta chocaría contra una estantería, de forma estrepitosa la ropa caería sobre su cabeza.

El sonido de la puerta abrirse no fue oído por el cabrío, debido a la ropa que estaba en su cabeza e intentaba quitar.

-Zorrito parece que ya volviste- Dijo una voz en su espalda, dejando en estado de shock al cabrío. Un canguro joven que no podía distinguir a quien realmente estaba a frente suyo, pues la oscuridad y la ropa encima de Adriano era un impedimento para ver su identidad.

El Canguro se acercó y acaricio la espalda del cabrío, que al instante reacciono apoyando sus manos en la cama.

-oh parece que- Las palabras del canguro fueron interrumpidas por la fuerte patada de ambas patas de Adrián en su estómago, quedando inconsciente.

-Oh ehm lo siento, en serio, fue instinto, me asustaste y justo. – Dijo el cabrío preocupado y asustado por el posible daño que pudo haber provocado.

-Niño, solo vete-

Tras las palabras del científico, el cabrío tomo nuevamente el collar y se largó de aquel lugar, caminando un poco encontró un comedor con mucha variedad de alimentos, tomando asiento en una silla de plástico espero las instrucciones del conejo.

-Escucha, solo tienes que dejar caer unas gotas de tu sangre en la carta y el collar- tras la aclaración conejo, el cabrio busco por el suelo en busca en algo que le sirviera.

-... Una piedra, un envoltorio, una aguja...- tomaría la aguja, cerrando levemente los ojos se pinchó la mano, brotando unas cuantas gotas de sangre, dejándolas caer sobre los dos objetos.

-L-listo-

Sin previo aviso el conejo ya habría enviado al cabrío a ese túnel de colores.

Hola gracias por llegas hasta aquí :3

Hice este dibujo para practicar y ver como hacer las sombras con un programa de dibujo. Pueden dejar algún consejo o critica para poder mejorarlo, aunque no me esforcé tanto en el line art y las sombras no son coherente entre si.


Si te gusto el cap, puedes compartir y darle una estrellita :3, Por favor si tienes algún comentario, consejo, teoría, anécdota, critica, déjala en los comentarios, siempre serán bien recibidas ;)

Hay dos referencias en este cap, comenta si las encuentras :P JEJE

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