Parte 1 "¿Pureza?"
El color negro seguía presente en la vista del Cabrío, pero la sensación de estar en un lugar abierto era más imponente. Ya no se encontraba en aquella biblioteca cálida que era atacada por la incesante lluvia ni en ese túnel de luces e imágenes inexplicables, en cambio su cuerpo se encontraba recostado sobre pasto húmedo, que era tapado del fuerte sol gracias de inmensos árboles.
Agarrando su cabeza y apretando los ojos con fuerza trato de comprender lo que pasaba. Tras unos segundos pudo ver la claridad del cielo azul, sus pulmones sintieron un aire diferente al que ya estaba acostumbrado, un aire mucho más limpio, como si las fábricas, vehículos hubieran dejado de existir.
-¡¿Por qué estoy desnudo?!- dijo con un grito y confundido, rápidamente miro a todos lados para evitar encontrar con algún testigo de su frágil cuerpo.
El gran y verde bosque impresiono por unos segundos al cabrío, pero lo que realmente llamo su atención fue el peso de su cabeza, era muy diferente a lo habitual. Por suerte, un pequeño charco que se encontraba a un costado suyo permitió ver el gran cambio que había sufrido.
- ¿pero qué demonios? - Reacciono al ver su propio rostro en aquel reflejo, su pelaje café fue cambiado por un color negro inexpresivo, los cuernos habían aumentado su tamaño, como si su propio peso hubiera hecho que tomaran una forma casi circular.
El impacto por su cambio físico fue interrumpido bruscamente por metales punzantes que se reflejaban en aquel charco, quedando a un costado de la cabeza del cabrío.
- ¡Me dan asco los seres como tú! - dijo una de las cuatro personas que rodearon al cabrío.
- ¡Agradece que serás llevado a tu muerte por guerreros puros como nosotros! - dijo otra voz un poco más aguda pero igualmente de intimidante.
-Por favor, n-no hice nada- Dijo el cabrío asustado, tales insultos junto a las espadas, producían que la voz de Adriano fuese tornándose mas endeble y débil. Como si una presa fuese atrapada con las manos en la masa.
-Tu mera existencia ya es un problema, como osas dirigir tu palabra a nosotros, levántate y camina hasta la carreta- Dijo una de las personas con una voz bastante grave.
El cabrío sin perder el tiempo, levanto de forma tímida e insegura su cuerpo del pasto, volteándose para ver quiénes eran los que hacían las amenazas contra él. Su sorpresa fue aún mayor al ver cuatro caballeros; tres de gran altura 1,82 y uno de ellos bastante fornido y aún más alto 1,93. El cabrío intuyo que eran caninos por la forma de sus cascos.
-¡Seres como tú, holgazanes, asesinan el orden de dios! será mejor que camines- dijo uno de los caballeros, el cual sostenía su espada de forma amenazante y forme contra el cabrío.
Aquellas armaduras eran compuestas por un metal tan limpio y liso que el cabrío podía ver casi a la perfección su propio cuerpo; tales vestimentas eran acompañada en el centro por una tela blanca con una cruz roja, que a su vez sostenía una capa que era sujeta por el mismo símbolo en dos botones de oro.
-¡Además mostrando tu hereje cuerpo!- Los insultos seguían golpeando al cabrío, pero estos cesaron ya que el caballero de gran tamaño lo tomo del hombro lanzándolo con fiereza hacia la carreta, para ser exactos, la parte donde se encontraba una jaula de gran tamaño.
-¿Qué les pasa? ¡Son unos locos! - Dijo el cabrío desesperado, pero al no recibir respuesta reposo su cuerpo sobre la madera imperfecta, los caballeros se subieron a sus respectivos caballos, galopeando con sus espadas y lanzas a un costado.
Un gran camino de tierra era transitado por los caballos y la carreta, el sonido de las armaduras chocando con sus propios metales retumbaban en el aire.
-Tendremos que pasar a unos kilómetros de Arquion, pero llegaremos a tiempo a la catedral de natre dame, para que el sacrificio de esta sucia cabra sea deleitado-Dijo uno de los caballeros, sus voces parecían distorsionarse por los cascos.
El miedo empezó a recorrer su cuerpo, la confusión y la sensación de que no debería estar en ese lugar erizaba su pelaje. Los caballeros volvieron a guardar silencio, en cambio la cabra pensó en algo para salir de ahí, tragando saliva dijo lo primero que se le ocurrió para afrontar a esos individuos fue atacar de forma poética a esos individuos de vestimenta metálica.
-Sois fuertes pero vuestra valentía es corrompida por vuestra cobardía, mostrad vuestras caras- dijo el cabrío tratando de imitar el acento elegante y fino de aquellos caballeros, pero era mas parecido al acento de un gringo intentando hablar español.
Hubo unos segundos de silencio hasta que las risas llenaron el aire, tuvieron que detenerse un momento para volver a mantener la compostura.
-Ja!, la raza como tu, que apenas puede ser reconocida como persona, precisas de ver acaso la cara de caninos como nosotros de raza pura que luchamos por Dios! -Dijo uno de los caballeros entre risas, que de forma pausada empezaban a bajar de sus caballos.
EL cabrío trago saliva, pero para su sorpresa no se había dado cuenta que el viaje era interrumpido debido a la oscuridad del atardecer.
-Tomaremos un descanso, apenas despertemos nos iremos de inmediato. Por tu parte cabra, me diste algo de lastima, tal vez lo único que valdrá la pena de tu vida antes de que esta finalice sea ver nuestros rostros- dijo uno de los caballeros que a los segundos de decir eso, tomo su casco y lo retiro.
Un golder retriever era revelado de su casco, de ojos azules, su dorado pelaje parecía iluminar la oscuridad de aquel lugar; Otro siguió el paso de su líder sacando su casco, revelando a un canino "Boyero de Berna" que al bajar de su caballo empezó a buscar madera. Mientras que otro canino empezó a bajar unas bolsas con una sustancia rojiza goteando de estas, sacándose el casco mostrando a un gran danés de pelaje café oscuro que a simple vista parecía confundirse con una tonalidad negra. El ultimo y fornido caballero de gran altura se despegó de su casco con dificultad mientras preparaba algunas telas, mostrando a un San Bernardo, que mostro sus dientes de forma amenazante al cabrío, generando en este ultimo una sensación de horror que recorrió todo su delgado pelaje.
Preparar una fogata no era dificultad para el cuarteto de caballeros, quienes antes de disgustar su comida juntaron sus manos, empezando a rezar. Tras terminar sus oraciones se propusieron alimentarse.
- Parece que comer los mantiene callados...- dijo el cabrío así mismo, pero al darse cuenta las palabras que soltó llevo sus manos a la boca por un intento de cancelar aquella oración, la sorpresa llego al darse cuenta que los caninos seguían comiendo en silencio.
Tres de los caballeros se acomodaron sin antes de dormir claro dar otro rezo, quedando solamente despierto el perro amarillo, sentándose a un lado de la carreta procedió a limpiar su casco con un pedazo de tela.
Tragando saliva el cabrío hablo –¿En serio me mataran? -
-Te daré el derecho de hablar, ya que pareces más corto de mente de lo normal de tu especie- Respondió sin despegar la mirada en su casco. –Me daría lastima haber nacido siendo una cabra, acabaría mi vida sin pensarlo- Dijo el perro amarillo.
...
Los recuerdos llegaron al cabrío, la gran casa en la cual él vivía, solía hospedar muchos libros, que su padre le gustaba analizar
-Hijo, ahora que has cumplido 12 años, que te gustaría de regalo-
-Papa, sabes... siempre me preguntando por qué no he encontrado otro de la misma especie que yo- Dijo mientras agachaba su cabeza y sus orejas apuntaban al suelo en señal de pena.
El padre guardo silencio, dio unos pasos finos pero firmes hasta un estante, y con sutileza retiro un gran libro de color rojo, que al soplar su portada provoco que se desprendiera una gran cantidad de polvo.
-Adriano, tal vez esto tenga la respuesta- dijo el padre pasándole el pesado libro al pequeño cabrío.
-La verdad esto me deja con más dudas papa-
-Mira hijo- dijo el padre mientras se arrodillaba tratando de quedar en la misma altura que el pequeño –Hace mucho tiempo, para ser exactos, en la edad media. Nuestra familia y otros como nosotros eran perseguidos, simplemente porque nos relacionaban con el Satanismo y la herejía- Dando un suspiro prosiguió- De alguna forma, nuestra familia y algunos como nosotros sobrevivió ese periodo tan oscuro. Por eso nuestro apellido es de renombre, pero no debes sentirte mal por eso, los libros siempre te mostraran las diferentes caras de la vida-
...
Su mente volvió al presente, miro nuevamente al perro pero este yacía apoyado en la carreta dormido, el cabrío comprendía lo que estaba pasando, estaba viviendo un hecho que parecía que no se volvería a repetir en su generación, su pasado parecía volver para hacerle una broma de mal gusto.
1395 palabras
Hola ;P, espero que les haya gustado, ¿Qué te pareció la premisa? Si tienes alguna teoría, consejo, critica, por favor házmelo saber, gracias :3 Pregunta preguntona, hay dos referencias comenta si las encontraste jsjsj.
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