Bitch
— Todavía me parece increíble que tengas auto y yo no. —confiesa Zhan, haciendo un puchero mientras Yibo suelta una risita.
— Algún día tendrás un auto, A-Zhan.
— Ese es el apoyo que necesito. —exclama Zhan, riéndose solo. — Mis padres y Lu creen que no soy lo suficientemente responsable para tener un auto...—murmura Zhan, frunciendo el ceño.
— Deberías darles razones para que te consideren una persona responsable entonces. —
— Supongo. —murmura Zhan, observando detalladamente el masculino perfil de Yibo.
Cómo de sencillas serían las cosas si el chico no fuera la cosa más virginal que Xiao había conocido en su vida. Debía admitir que, con el tiempo, se fue dando cuenta de que el castaño realmente era una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo allí abajo, sino que también tenía una linda sonrisa y unos ojos encantadores. Zhan podía admitir sin temores que le gustaba... pero el chico probablemente moriría de la vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo parecido.
Así que las cosas eran más complicadas de lo que se veía a simple vista.
Incluso había hablado con ZhuoCheng acerca de su reciente y nuevo gusto por Wang, pero él siempre le decía que no perdía nada con intentar confesarse.
Al parecer sus padres tenían razón, pues el pelinegro no era fanático de cargar con responsabilidades demasiado pesadas y salir con Yibo implicaba darle tiempo de acostumbrarse a la situación y hacerle entender que no debía cohibirse por cualquier cosa... y el mayor no contaba con paciencia suficiente para esta en una situación en la que Yibo fuese su novio y no poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentaba con tanta frecuencia.
A pesar de que, el comienzo de aquella amistad, las disculpas, la amabilidad; fue todo por un enfermizo deseo de obtener la polla del menor, Zhan estaba empezando a darse cuenta de que su plan no tenía fundamentos y, mucho menos, una razón válida de existir. Se podría decir que estaba empezando a considerar la idea de rendirse, pero era de esas cosas en las que no quería profundizar, pues tampoco era que desease alejarse del castaño. Quizá... debería empezar a considerar la idea de que "sólo amigos" no era tan malo después de todo.
— ¿Es aquí, A-Zhan? —la voz del dueño de sus marañas mentales interrumpió el flujo de sus pensamientos con aquella pregunta y Zhan tuvo que mirar a su alrededor para ver en donde se encontraban, pues se había perdido del todo.
— Eh... sí. —murmuró, observando el nombre del club al que Yubin les había invitado aquella noche.
Yibo se dirigió hasta donde se podía observar una hilera de autos estacionados y se detuvo en el final, donde apagó el motor.
El pelinegro estuvo a punto de salir, hasta que se percató de que el menor no se movía. Así que le miró.
— ¿Te pasa algo? —preguntó, acercando su mano hasta el cabello de Yibo y revolviéndolo levemente.
— N-nunca había salido... a lugares como estos...—confesó Yibo. Zhan sonrió, pues ya se lo esperaba.
— No te preocupes bebé, nosotros estaremos pendientes de ti todo el tiempo, no te pasará nada. —lo tranquilizó, acariciando su mejilla. Yibo le dirigió una mirada avergonzada, con un brillo de temor.
— ¿Prometes que no te irás de mi lado? —Zhan tembló bajo el efecto que esas palabras le provocaron en el estómago. Aunque sabía que Yibo se refería a esa noche en el club, él no pudo evitar ponerlas en más de un contexto... y se sintió estúpido por ello.
— C-claro... —
El menor sonrió ampliamente, haciendo al corazón de Zhan entrar en grandes problemas. Ahora temía que Yibo pudiese escuchar su insistente palpitar, pues estaba golpeteando demasiado fuerte contra su pecho.
Ambos salieron del auto y Xiao de inmediato sacó su teléfono para llamar a JiYang.
— Hola, amor mío. —saludó el rubio del otro lado de la línea. Zhan rodó los ojos.
— Ya estamos aquí, ¿Podrías salir para que nos dejen entrar? —pidió, caminando con Yibo a su lado hasta llegar a la entrada del club, donde un pequeño grupo de persona se aglomeraba alrededor.
— Uhm, ya era hora de que llegaran. Es decir, ya todos estamos aquí, solo faltaban ustedes. —empezó a decir su mejor amigo, mientras los sonidos tras su voz variaban constantemente, lo que le daba a entender que su amigo se estaba moviendo, probablemente caminando hacia la entrada. — Ya todos pensábamos que no vendrían por quedarse haciendo otro tipo de cosas, Zhannie... —
Zhan suspiró. Él daría lo que sea porque algo como eso le pasara, pero debía ser realista. Si Yibo y él quedaban encerrados en una habitación, solos, por más de cinco minutos, el menor empezaba a incomodarse notablemente. Zhan sabía que era porque, probablemente, se acordaba de su estúpida pregunta en las duchas la primera vez que hablaron.
— No seas idiota. —gruñe el pelinegro, deteniéndose a mirar un poco a los alrededores. — No parece haber demasiada gente. —
— Es porque es un club exclusivo, cariño, no cualquiera puede entrar. —le dice su amigo. — Ya estoy por llegar, te veo en unos segundos. Adiós. —
Zhan cuelga y guarda su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.
— ¿Qué te dijo? — pregunta Yibo, acercándose más a él.
— ¡Hola, chicos! —interrumpe el protagonista de la conversación. — Se ven bien. —
— Tú también, JiYang. – murmura Yibo, sonriendo levemente.
— Ya lo sé, síganme. —pidió el rubio, ingresando en el club y susurrándole un par de cosas a los hombres de seguridad.
Una vez dentro y, después de que los hombres le pidiesen su identificación a Zhan, los tres ingresan en el interior del club. JiYang riéndose como si la situación realmente lo ameritara y Yibo disimulando sus tímidas carcajadas, además del pelinegro fulminándolos con la mirada.
— Te juro que no es la primera vez que se la piden. —suelta el rubio, palmeando la espalda de Yibo. — No puedo creer que después de dos años de hacerte mayor de edad aún te pidan tu identificación para entrar a estos lugares.
— Cállate, imbécil. —gruñe Zhan, adelantándose un par de muchos pasos. A veces realmente no soportaba a Song JiYang. Era muy pesado.
Xiao esquivó a un par de borrachos, parejas e idiotas intentando manosearlo, hasta por fin llegar a la mesa donde sus amigos estaban sentados conversando, riendo y gritando.
— ¡Zhannie! —exclamó HaiKuan, lanzándose para apretarlo en un cálido y efusivo abrazo.
— Hola, HaiKuan. —saluda el pelinegro, olvidando su rabia repentina a JiYang. — Hola a todos. —
— Hola. —saluda ZhuoCheng, haciéndole un espacio a Zhan entre su cuerpo y el de su novio. El pelinegro se sienta y de inmediato le es ofrecida una copa de algo que no estaba seguro de saber qué era.
— ¿Dónde está Yibo? —pregunta HaiKuan, después de haberle saludado con una adorable sonrisa.
— Se quedó atrás riendo con JiYang. —murmura el mayor, haciendo una mueca casi imperceptible.
— Oh, ahí están. —menciona Fanxing, la cita de su amigo Yubin.
No pasó demasiado antes de que la escandalosa risa de su mejor amigo se oyera a centímetros de la mesa. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron con los de Yibo, este le miraba con un grado de decepción y tristeza que le quitaron la tranquilidad a Zhan en cuestión de segundos. Quiso acercarse un poco para preguntarle si todo estaba bien, pero JiYang se sentó junto a su novio Bowen, apretándolo contra ZhuoCheng y Yibo en frente de él, junto a Yubin, dejándolos bastante distanciados.
El ambiente se puso divertido en menos de un minuto; todos bebían, charlaban y se reían te tonterías, incluso JiYang y ZhuoCheng habían decidido ir a bailar con YuChen y ZanJin, la pareja de este, a quienes el primero se había encontrado de camino al baño.
Durante el transcurso de la noche, Xiao intentó no mirar demasiado al castaño... pero joder, el chico se veía tan bien aquella noche que era imposible apartar tus ojos de su persona. Más de una chica, e incluso un par de chicos, se había animado a acercarse a su mesa para pedirle bailar al menor, sin embargo, este siempre rechazaba cortésmente las invitaciones. Y Zhan le agradecía mentalmente por ello.
Llegó un momento en que Yibo se levantó para ir al baño y Zhan le perdió el rastro en el momento en que otro cuerpo se atravesó en su campo de visión.
—Hola. —saludó YuChen, sentándose junto a Zhan.
— Hola, Cao. – saludó HaiKuan, chocando su puño con el de YuChen.
— ¿Se están divirtiendo? —inquirió YuChen, pasando un brazo por los hombros de Zhan.
— Sí, ¿qué tal tú? —respondió el pelinegro con una sonrisa.
— La estoy pasando increíble. Deberías ir a bailar con nosotros, Xiao. —
— Estoy bien, gracias. —
— Oh, vamos, no seas amargado. —se queja el mayor, sacudiendo levemente el cuerpo de Zhan. — Eso te pasa por pasar tanto tiempo con Yubin. —
— Vete a la mierda. —murmura el mencionado, desde el otro lado de la mesa.
Yuchen se encoge de hombros y llama la atención de una camarera que va pasando por allí cerca. Le pide un trago en específico que a Zhan no le interesa averiguar que contiene... al menos no hasta que el chico a su lado se lo tiende.
— Si no me dices qué tiene, olvídate que pasará por mis labios. —le advierte Zhan, mirándolo amenazante.
— ¿No confías en mí? —pregunta el chico, haciendo un puchero.
— No. —dice Zhan sin rodeos.
— Yo definitivamente no lo haría si fuera tú, Zhannie. —se mete HaiKuan.
— Nadie te pidió que hablaras. —se queja YuChen mirando hacia el entrometido de Liu. — Vamos, Zhan... No está adulterado o algo parecido, simplemente es un poco más fuerte que los demás. Pero te juro que te gustará. —
Zhan lo piensa un par de segundos.
— Cao YuChen. —lo llama ZanJin desde la pista de baile, haciéndole una seña para que se acerque después de regalarle una cálida sonrisa a Zhan, el mencionado se levanta de inmediato para ir a los brazos de su novio. Ojalá ZanJin nunca se enterara de las sucias intensiones que tenía en mente Zhan con su novio antes de que él apareciese, pero no lo culpen, Zhan no sabía que ZanJin y YuChen eran novios, igualmente no quería que se enterase, pues el chico le caía realmente bien.
Una vez pierde a Cao de vista, toma la debida entre sus manos, mirándola fijamente. Estaba más inclinado a negarse y regalarla a cualquiera que la quisiese, pero, en ese momento, la imagen de Yibo siendo abrazado y besado en la mejilla efusivamente por una chica, le congela las articulaciones.
¿Quién? Demonios. Era. Esa. ¿Perra?
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Así que... Niño anaconda 🤣🤣🤣
Zhan está bebiendo vinagre... upsss!!
Holaaa Holaaaaa 👋🏻👋🏻
Aquí con doble actualización 😁
Nos vemos!!! 😉
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