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«45» 【narrado】

Definitivamente encontrarme a Chloe no me lo esperaba en absoluto. No supe como reaccionar cuando la vi, estaba más nervioso por la situación que por ella. 

Mi historia con Chloe inicio cuando era un adolescente, entregue mucho en esa relación. Me había enamorado de ella y tenía tantas ilusiones y metas planeadas para un futuro, pero debimos crecer y ella comenzó a preocuparse más de su carrera, casi no nos veíamos ni teníamos tiempo juntos, iniciaron la diferencia de opiniones y con eso las discusiones. La relación ya no era igual y al menos no quería que la historia tan linda que habíamos construido juntos fuera destruida por situaciones que nos ponían en defensiva. Cortamos por lo sano y desde ese día no había vuelto a verla ni tener algún tipo de comunicación. 

La situación anterior a pesar de ser incómoda, término por ser algo cómica. Jamás había visto ese lado de Cherry y se me hacía gracioso. Evidentemente ella sentía celos de Chloe y lo entendía, la forma en la que mi ex se acercó y se dirigió a ella no fue la correcta. Sabía que no había que subestimar a una mujer embarazada, pero tampoco había que provocar a Cherry. Mi chica tenía un carácter fuerte cuando quería y por eso ahora rezaba por mi salud física y mental. Me había ignorado todo el recorrido a casa y cada vez que la miraba fijamente para sacarle una sonrisa, ella miraba hacia otro lado. 

— Cherry... — Susurré sentándome a su lado en el sillón. — Habia helado de piña en el frigorífico. —  Dije mientras le ofrecía y sin mirarme, me arrebato el envase de helado de las manos. — Pensaba que podíamos comer los dos, pero si quieres puedes hacerlo tú sola... — Y nuevamente llegó el silencio. Miré el televisor queriendo saber que era lo que la tenía tan concentrada y pude reconocer al actor que estaba allí. 

— ¡Oh estás viendo esa película donde  al final ella recuerda el beso que se han dado y luego el aparece en el hotel que ha abierto Rosie y terminan juntos! — Exclamé y Cherry volteo a mirarme finalmente. — ¿Cómo es que se llamaba? No logró recordarlo. — Rasqué mi nuca. — Da igual, lo importante que me has mirado. — Sonreí y la mirada que me dio Cherry fue una que me indicaba que debía correr por mi vida. Me di cuenta de mi error tarde. — ¿No la habías visto verdad? — Balbucee con inseguridad y su silencio me dio la razón. — Lo-lo lamento muchísimo.  

— Ugh, no me hables. — Se levantó del sillón y dejó el helado sobre el mesón extrañándome completamente. Respira Justin, paciencia. La vi dirigirse hasta el balcón y apoyarse en la baranda. Me acerque lentamente, procurando no hacer ningún tipo de ruido y la observé atentamente. 

— Sé que estás ahí. — Habló y mire a todos lados esperando, ridículamente, que hubiera otra persona en la habitación no me hubiese pillado. Di unos pasos hasta que estuve a su lado. Pasé mis brazos por su cintura, apoyándolas en su vientre y ubique mi cuello en su hombro. 

— ¿Qué pasa?— Musite mirando su rostro de reojo. —¿Por qué estás así? ¿Ha sido por lo que paso en el parque? — Ella negó y pude ver como en sus ojos se colaban algunas lágrimas. — ¿Cherry? ¿Qué pasa? 

— Lo del parque me molestó pero ya no es eso... 

— ¿Entonces? — Pude sentirla temblar y fruncí el ceño preocupado. La voltee hacía mi y levante su mentón para poder conectar con sus ojos. — Háblame cariño, lo que sea lo solucionaremos.

— Es sólo que... Al verla a ella... No lo sé. — Su voz se quebró y pude ver una lágrima recorrer su mejilla, la que limpie inmediatamente con mi pulgar. — Diablos Justin, ella es todo lo contrarío a mi, cualquier que la viera diría que es la chica más estupenda del mundo.

— ¿Y que sucede con eso? 

— Que no se que haces conmigo cuando tienes a alguien como Chloe detrás de ti. — Ahora comprendía todo. 

— ¿Otras vez con lo mismo? La única que quiero es a ti. 

— Pero... ella es como la chica que cualquiera vería para ti, es delgada, sus ojos son de colores, es alta, por lo que se ve tiene dinero y--y... Yo solo te estoy dando problemas, no es... 

— ¿Quien dijo que me estás dando problemas? — La interrumpí. — Eso no es cierto, para nada. Lo único que has hecho tú es hacer mejor mis días. 

— Pero ella... 

— Deja de compararte con ella, no me interesa Chloe, ni la vecina, ni la chica que es empresaria o modelo, estoy enamorado de ti. — Coloque mis manos en sus mejillas. — Chloe es la chica con la que estuve y sí, estuve colado hasta el punto de perder mi cabeza por ella, pero eso es, mi pasado. Tú eres con quien estoy hoy y con quien planeo estar mañana y siempre.  

— ¿Aunque no sepa controlar mis hormonas y me ponga odiosa? — Susurró entre lagrimones y reí sin dejar de acariciar su piel.

— Aunque no controles las hormonas y te pongas odiosa, además de celosa.

— Lo siento por ese escándalo, es solo que... Ugh, ¿cómo estuviste con esa arpía? Es tan desagradable. — Hizo una mueca de disgusto a lo que movió su nariz adorablemente. Besé la punta de esta y sonrió.

— Te lo dije, era adolescente, a pesar de lo que pasó allí, debo admitir que eso de romana, apostólica, germánica ha sido divertido. — Solté una carcajada y Cherry me acompaño riendo también. — Prefiero mil veces a mi nombre de fruta dulce y fresca. — Susurro sobre la piel de su cuello. 

— Lo siento, he arruinado el día... 

— Aún podemos salvarlo. — Murmuré uniendo mis labios con los suyos en un beso profundo, ahueque su rostro entre mis manos y camine hacia atrás con ella pasando sus manos detrás de mi espalda. Cuando llegamos al borde del sillón, dejé que se sentará allí y me observo curiosa al ver que me quedaba de pies. Sus ojos avellanas estaban brillando con intensidad y no pude evitar sonreír al escanearla. Estaba tan linda. Es cierto cuando dicen que las mujeres embarazadas poseen una belleza especial en ese estado, pero Cherry me estaba deslumbrando. No podía apartar mis ojos de ella ni por un segundo. 

Quizás era su cabello castaño sedoso y rizado en las puntas, su nariz respingada que cada vez que reía o hacia una mueca producía un leve movimiento parecido a un conejo. Quizás el lunar que adornaba su cuello, sus labios rosas voluminosos, los hoyuelos que se formaban a los costados de su labio. O quizás era simplemente ella que me tenía cautivado hasta el punto de saber cada uno de los detalles de su piel o acciones. 

— ¿Por qué estás mirándome tanto? — Rió con su voz temblorosa. — ¡No me digas que tengo un grano! — Chilló asustada y comenzó a tocar su rostro.

— No, no es eso... — Reí. — Solo que te tengo una sorpresa.

— ¿Qué es? — Pregunto emocionada.

— No puedo decírtelo, de lo contrario no sería una sorpresa.

— ¡Oh, vamos! — Agarró su cabeza con desesperación y reí al verla de esa forma.  

— Si te cubres los ojos ahora, tardará menos en llegar. — Y como niña pequeña obedeciendo órdenes de sus padres, cubrió sus ojos con ambas manos y su postura estuvo completamente recta. — Sin trucos, eh. — Advertí elevando mi dedo índice aunque ella no estuviera viendo.

— ¡Estoy completamente ciega! —  Chilló. 

— Confío en ti. — Antes de abandonar el lugar, la observé para asegurarme que no estaba viendo. Cherry movía ansiosamente sus piernas. Fui hasta donde estaba el regalo que le tenía, estaba bastante oculto en el cajón de mi ropa interior, asegurándome que jamás lo encontrara. Cuando tuve el presente entre mis manos, volví al living y seguía en la misma posición, me acerqué a su rostro y deje un casto beso en su mejilla, sorprendiéndola. — Ya puedes dejar de cubrirte. 

Sus manos abandonaron sus ojos y pestañeó un par de veces acostumbrándose a la luz. Le otorgué el regalo que estaba en una bolsa de obsequio. 

— Vamos, ábrelo. — Dije, seguramente más impaciente que ella por abrirlo.  Quitó el envoltorio y dio a revelar un álbum de fotografías. Me observó con su ceja alzada, con un leve semblante de confusión. Volví a retomar mi puesto a su lado y abrí el álbum dejando a ver la primera ecografía de Cherry. — Es una línea de tiempo. — Explique mientras Cherry pasaba hoja por hoja sin emitir palabra alguna. — Están todas las ecografías que hemos obtenido de semillita hasta ahora y algunas fotografías de nosotros. 

— Justin... — Susurró sin despegar la vista del libro. 

— Quiero que cuando ella sea grande, vea este libro y se de una idea de lo mucho que la queremos desde un comienzo. Quiero que vea su historia y la nuestra aquí. — Cherry arrebato la mirada del álbum y sus ojos avellanas chocaron con los míos, una sonrisa estaba marcada en sus labios y tomándome desprevenido junto su boca con la mía, dándome a entender lo mucho que agradecía pequeños detalles como estos. 


***

No quedan muchos capítulos para el final, así que get ready.

                                        ¿Les gusto el detalle de Justin? Es un bebito

😭😭  



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