«34» 【narrado】
No lo había visto hace muchísimo, estaba igual desde la última vez que lo vio pero de todas formas podía sentir que algo había cambiado en él. Se acercó con seguridad, sin dejar que los nervios le jugarán en contra. Dylan ya no tenía el poder sobre ella como antes.
Fue inevitable ignorar el moretón que rodeaba su ojo y parte de su pómulo. Realmente Mandy no exageró al contarle lo marcado que estaba debido al golpe que le dieron.
— Cherry, vaya, tu... — Inmediatamente sus ojos azules se dirigieron al abultado vientre de ella. Se había hecho la idea en su mente de como se vería su ex esperando a su hijo, pero pasaba sus expectativas. Sin darse cuenta estaba sonriendo. — ¿Puedo... puedo sentirlo?
— Sentirla, es una niña. — Articuló sin emoción alguna. Estaba incómoda, sólo quería que este momento pasará rápido. La culpabilidad comenzaba a abatirla. ¿Por qué no le dijo la verdad a Justin? Una parte de ella decía que debía resolver esto sola y Justin sólo perdería la cabeza al contarle su plan, pero otra le decía que él la habría entendido, aunque a muy duras penas.
— ¿Es una niñita? Joder, tendré que tener cuidado. — Soltó una risa nerviosa tratando de aligerar el ambiente. Tampoco esperaba que Cherry se le lanzara encima o viniera con bombos y trompetas. Pero las cosas estaban bajo control y aún ninguno de los dos perdía lo estribos. Como sólo pasar siempre cuando estaban juntos. — ¿Entonces? ¿Puedo?
— No creo que sea correcto que hagas eso. — Hizo una mueca mirando hacia otro lugar.
— Vamos Cherry, es mi hija, tengo derechos. — Una sarcástica carcajada salió de los labios de ella. No podía creer que saliera tanta cosa incoherente de su boca.
— ¿Ahora es tu hija? ¿Y cuándo te conté que tenía un atraso? — Alzó una ceja. — ¿Cuando te dije que había dado positivo? ¿La consideraste tu hija? Si más ni recuerdo, te referirse a ella como "el pequeño bastardo" Así que no me tomes el pelo Dylan, joder.
— Tuve miedo ¿vale? No sabía cómo reaccionar. — La desesperación en su voz podía notarse. Si tan solo pudiera volver las cosas atrás.
— ¿Y tu crees que yo no tuve miedo? Estaba aterrorizada Dylan, tenía muchas cosas alrededor que no me estaban haciendo bien y aún así, en ningún momento me arrepentí de haber quedado embarazada. Esa no es una excusa.
— Lo es cuando vienes de una familia rota. — Elevó el tono de su voz sobresaltandola. — Lo siento, li siento... Por eso volví, porque ni quiero ser la misma mierda de papá como el que tengo. No quiero cometer los mismos errores, no quiero equivocarme más Cherry. — Cherry sabía perfectamente la historia del padre de Dylan, lo abandonó cuando apenas tenía cinco años, debía ir a buscarlo a la escuela y nunca regresó por él.
— ¿Entonces? ¿Qué pretendes?
— Una oportunidad para demostrarte que puedo ser un buen papá, que estoy arrepentido por lo que hice.
— No es tan fácil Dylan, no confío más en ti. Hay mucho en juego, puedo lastimar a personas que no se lo merecen con mía decisiones.
—¿Has conocido a alguien? — Asentí.
— Y el enserio aprecia a mi bebé, desde un comienzo, ha estado ahí siempre. Siento que si te doy una oportunidad, puedo herir sus sentimientos. El siente un gran cariño por semillita.
— ¿Semillita? — Cherry asintió sin darse cuenta que la había llamado así. Rió.
— Así la llama él. — Mordió su labio inferior. Nuevamente la culpa apareció. — Con el las cosas son tan simples Dylan. — Recordó como se conocieron, las primeras conversaciones, el primer coqueteo entre ellos, su primer beso y como sintió miles de mariposas en su estómago. Y la hizo darse cuenta de algo que venía hace mucho tiempo pero que jamás se había dado la oportunidad de analizarlo. Estaba enamorada de él.
— ¿Qué pasará entonces?
— Si dices que has cambiado, entonces demuéstralo, pruebame que puedes ser un buen papá. — El silencio gobernó en el lugar. Por la mente del chico pasaban una y mil formas de dejarle en claro a Cherry que confiara en él. Mientras ella, no sabia si sentir miedo a lo que vendría. No quería dañar a Justin y sabia que al saber que le había dado la mas mínima esperanza a su ex, no le agradaría. Miró a Dylan quien estaba observando fijamente un punto equis. Tenía horrible ese moretón. — ¿Que te pasó allí?
— Eran como las tres y algo de la mañana y un tipo vino y me golpeó de la nada, lo único que se de el es que compró un helado de piña. — Alzó los hombros, haciendo una mueca de dolor. Aún sentía el golpe permanente en su rostro. Muchas coincidencias, pensó Cherry. Pero era imposible que haya sido Justin, ¿verdad?
— ¿No recuerdas como era? — Dylan negó.
— Pasó tan rápido, ni siquiera tuve tiempo de reaccionar y sabes cómo soy yo para defenderme. — Claro que lo sabía, se metía en cada problema cuando estaban en el instituto. Se trató de convencer que no podía haber sido Justin, aunque en el fondo, sabia que todas las posibilidades lo indicaban a el.
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