Siempre había escuchado que un triángulo amoroso era lo peor en lo que podrías verte involucrado como ser humano, aunque jamás había entendido el porque, o más bien, jamás me había puesto a pensar en porque sería malo.

Hasta ahora.

Digo, ¿qué tendría de malo tener a dos personas que mueren de amor por ti? Simplemente te besas con ambos, disfrutas de ambos y te quedas con aquel que te haga sentir mejor, así no te quedabas con las ganas de ninguno y problema solucionado.

Pero jamás imaginé que fuera tan complejo el elegir a una persona.

¿Porqué la vida era tan cruel conmigo y me ponía en situaciones tan difíciles? Eso es algo que siempre he querido saber, aunque estoy consciente de que jamás tendré una respuesta para aquella pregunta que ronda diariamente por mi cabeza.

Lo más seguro es que no estén entendiendo absolutamente nada de lo que estoy diciendo, pero no se preocupen mis queridos amigos que para eso estoy yo aquí, para explicarles la situación, meterlos en mi dilema y que puedan ayudarme.

¿Qué dirían si les dijera que dos chicos extremadamente sexys mueren de amor por mi? ¿Me creerían? Si, seguramente no.

Pero les juro que les digo la verdad, dos chicos que han sido esculpidos por los mismísimos Dioses del Olimpo están enamorados de mi, y lamentablemente yo estoy enamorado de ellos; si, leyeron bien, estoy enamorado de ambos, pero si los conocieran entenderían perfectamente en el dilema en el que me he metido.

El primero de ellos, mi primer amor, es un rudo chico de cabello castaño, de ojos cafés, prácticamente color miel, de tez ligeramente bronceada, con un cuerpo...con un cuerpo que me derrite con solo pensar en el. Simplemente Dean Taylor es el chico más sexy que mis ojos cafés han visto; él es aquel con el cual puedo pecar de sol a sol.

Por otro lado está el chico que junto y pego cada pedazo de mi corazón roto, un hermoso rubio de ojos grises, bastante malhumorado a decir verdad, pero eso lo quita el hecho de que al verlo, con solo ver aquellos ojos grises me pierda por completo en ellos y en esa blanca sonrisa con la que me sonríe cada mañana. En pocas palabras Owen Williams es el rubio más guapo y perfecto que he conocido en mi vida entera, aquel que me hace babear sin problema.

Y justo ese es el problema, tanto el castaño, como el rubio hacen que mi ritmo cardiaco se acelere, que mis piernas pierdan su fuerza, que mi rostro tome un color carmesí y que mi mente deje de pensar con claridad.

He pecado tanto con ambos que estoy seguro que en el infierno hay un trono con mi nombre esculpido en oro blanco.

Aunque no puedo decir que me arrepiento por ello.

Pero que maleducado soy, no me he presentado; mi nombre es Alex, bueno no exactamente, me llamó Alexander, Alexander Lawrence y les contaré la historia de cómo he terminado envuelto en un triángulo amoroso con Dean Taylor y Owen Williams.