Mamá
Caitlin caminó por las calles de la hermosa y dulce ciudad donde vivían sus padres, miles de recuerdos se amontonaban en su mente haciendo que su sonrisa creciera. Entró en su antigua calle, recordandose a si misma con sus vaqueros caídos, sus sombreros y sus gorras, recordaba esa época de Caitlin rapera.
Entró en la tienda donde su padre trabajaba y las lágrimas corrieron por sus ojos, se lanzó hacia los brazos de aquel hombre que tenía sus mismos ojos.
—Papá. —Dijo llorosamente
—Mi pequeñina...estas tan grande. —Su padre la observó lleno de orgullo.
—Ahora eres una doctora hermosa, estas tan grande y ese brillo en tus ojos... ¿Quién es el afortunado? — Él sonrió coquetamente mirando a su hija con ternura.
Caitlin tuvo el recuerdo de Ronnie en su cabeza, pero se fue fugazmente, después recordó a Jay pero también se fué rápidamente y luego apareció él y se negó a irse de su mente, se negó a desaparecer de su corazón.
—Papá. —Gritó dulcemente la chica.
La felicidad de ambos podía notarse a kilómetros, ninguno necesitaba decir nada, el trabajo de Caitlin la alejó de su familia durante 6 años, las palabras sobraban en esos momentos.
La muchacha se sentía insegura con respecto a lo que pasaría en un futuro próximo y quería disfrutar el presente. Notó como algunos mechones de su cabello comenzaban a cambiar de color y eso la asustó más.
Después de un par de horas, Caitlin recibió una llamada de Rose, la novia de Cisco había peleado con él, él latino quería que ella supiera la verdad acerca de todo pero la pelirroja se negaba a creerlo. Decidió llamar a Caitlin, ya que las muchachas se habían hecho buenas amigas y Caitlin le pidió que escuchara su corazón, mientras su padre la observaba atento.
—¿Ves? Ella piensa igual que yo. —Escuchó una voz lejos del teléfono que conocía muy bien. Barry.
Una sonrisa se escapó de sus labios y su padre frunció el ceño.
—¿Rose? —Repitió George. -¿Te gustan las mujeres?
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
—¿Qué? ¡Papá! ¡No me gustan las mujeres, por dios! —La chica comenzó a reírse con fuerza.
Tras despedirse de su padre Caitlin se dirigió dos portales más allá, en su antigua casa.
La puerta estaba abierta, era extraño.
La chica entró en ella mirando de un lado hacia el otro.
—¿Mamá? —Preguntó ella
Recorrió cada zona de su casa, la cocina, el salón, los baños, su antigua habitación, el comedor y por último fue a la habitación de su madre.
Tomó el mango de la puerta y la abrió despacio, entonces vió algo que rompió su corazón.
—Mamá. —Dijo en un susurro
Hoy es mi cumple y me regalo a mi misma (y a vosotros) este capi, x, -WGS
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