La manera de encontrarte
Este capítulo es la primera parte entre comillas de otro. Disfruten y cojan sus pañuelos.
Narra Barry
Pasé dos días buscándola hasta que por fin un aviso de ella en un centro comercial me hizo saltar de alegría.
No cogí mi traje, no lo necesitaba esta vez.
Me dirigí hacia allí caminando como cualquier persona, grité hasta llamar su atención y cuando sus ojos azules helados me miraron no tardé en agarrarla en mis brazos y llevarla al espesor de un bosque.
—¡Tú! Sigues vivo. —Sus manos se hicieron puños.
—Y lo seguiré estando, Caitlin.
—Sonreí con ego y ella me miró asqueada.
—Esta vez no te vas a escapar...
—Sus ataques empezaron y los esquivé eficazmente mientras ella se enfurecia más y más.
—Caitlin escuchame. —Grité ahogandome con mi propio dolor.
—Yo. No. Soy. Caitlin. —Y esa vez si me alcanzó. Un dolor incesante en mi pecho se hizo presente. Lancé un ataque de rayos haciendo malabares para que no la tocara
—Deja de hacer eso, pelea Flash. —Se paró en seco frente a mi. La furia reflejada en sus pupilas.
Caminó a pasos firmes y puso sus manos en mi pecho, helándome. Pero ví a tiempo que eso no era más que una distracción justo cuando intentó darme un beso helado. La empujé con fuerza. Buen intento, Cait.
—Soy yo Caitlin, soy Barry. ¿Te acuerdas? Me echabas la bronca por no tener cuidado cuando alguien me hería... —Mis ojos se llenaron de lágrimas y otro ataque impactó en mi pierna.
—¿Te acuerdas de esa noche en el karaoke? Estabas tan borracha... —traté de sonreír inútilmente, sus ojos chispeaban.
Sabía que era demasiada información, no podría asumirla pero yo no podía perderla.
—Cuando nos conocimos eras tan...profesora de Instituto. —Una risa escapó de mi, recordando.
—¡CÁLLATE! —Gritó con todas sus fuerzas, se estaba quedando sin energías.
—Tampoco fue un error para mi. —Y esas palabras la hicieron estallar. Descargó toda su fuerza sobre mi, intentando matarme, intentando callarme. Sus ojos cerrados impedían que sus ataques me tocaran.
Pocos segundos después la vi caer, corrí hacia ella y la sostuve en mis brazos.
—Cállate... —susurró despacio.
:) nada más que añadir.
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