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✧chapter twenty-seven

*Pov narradora*

Después de aquella disculpa formal por parte de Jungkook, fue momento de hablar sobre la madre de Taehyung; claro que la señora Kim no tenía conocimiento de nada, ni tampoco culpa, así que la invitación que había hecho seguía en pie mientras Taehyung estuviera de acuerdo.

—Ah, por cierto... Tu madre me invitó a comer hoy... Cuando fui a buscarte, ella me recibió, entonces...—explicó el peli negro con nerviosismo, pasando su mano entre su cabello.

—Si no mal recuerdo, alguien dijo que no comía en casas ajenas.—pero por supuesto que Taehyung no iba a soltar el tema tan fácilmente. Si podía hacerle burla con algo, lo haría sin dudar.

—¡Es mentira!, como más veces fuera que en mi propia casa...—Jeon juntó sus manos a modo de súplica, dándole una apariencia tierna.

Él, un rockstar rudo e imponente, ¿haciéndole ojitos tiernos y súplicas a un chico?, definitivamente estaba perdido.

—Mmm... Está bien.—el rubio le mostró una sonrisa sarcástica—Pero sólo te invito porque me trajiste pastel, no porque te quiera.

Ambos se sonrieron con ternura después de eso, quedándose estáticos por un momento.
Solamente se miraron a los ojos, admirando el brillo tan especial que se formaba en ellos cuando se veían mutuamente, admirando cada detalle del contrario como si fuera la primera vez, inconscientemente sincronizando sus respiraciones.

Para este momento, Taehyung no había dejado de abrazarlo, solo se había alejado leves centímetros para observarlo mejor; Jungkook aún lo sostenía de la cintura, manteniéndolo cerca.

Los dos se sentían en las nubes.
Por ese breve instante, podían sentir como sus mentes se callaban, sus preocupaciones se iban y sus problemas ya no parecían importantes, pues esa conexión que se había formado era más fuerte que todo ello.

Aunque quizá, aún faltaba un poco más de ímpetu como para vencer por completo al gran orgullo de Jeon.

—Vamos entonces, formalmente te invito a comer con los Kim.—dijo el menor unos segundos después, cuando por fin volvió a la tierra—Pero por favor, compórtate con modales eh.

—¿Dudas de mi?, yo soy el chico más educado que conocerás, mi estimado señorito.—Jungkook se separó del abrazo para comenzar a caminar, mientras sonreía con aires de grandeza.

—Sí claro, te creo, vagabundo.—Taehyung empezó a caminar al lado del mayor, soltando una risita burlona.

Mientras avanzaban por el parque hasta cruzar la calle, el rubio apagó el walkman para evitar hacer un escándalo cuando entraran a la casa, y lo guardó en un bolsillo de su pantalón.
No les tomó ni dos minutos llegar a la puerta de los Kim, y ésta vez Taehyung fue por delante a tocarla.

—¿Por qué tocas?—cuestionó Jeon con una risita.

—Es que olvidé mis llaves... No puedes culparme, hace diez minutos estaba triste aún.—entrecerró los ojos en una mirada acusatoria, para la cual, solamente obtuvo un besito en la punta de la nariz.

—Ya tranquilo, no volverá a pasar.—dijo el mayor suavemente, después de haber pintado las mejillas contrarias de un tono rojo brillante.

Y ahí fue cuando abrió la puerta la madre de Taehyung.

—¡Hola chicos!, pasen pasen.—la mujer los recibió con una gran sonrisa y los brazos abiertos, literalmente—Los estábamos esperando para servir la comida.

—Adelante Jungkook.—el rubio le dió espacio para entrar primero, mientras le sonreía con nervios. El mayor, por supuesto igual de nervioso, caminó dentro de la casa.

—Con su permiso...—Jeon ocupó una voz suave para decir aquello, y trató de sonreír lo más amable posible. Lo logró, y además le causó ternura a la señora Kim.

Los tres se dirigieron a la cocina, en dónde ya se encontraba el comedor listo y una persona más esperando. El padre de Taehyung, quien usualmente no estaba en casa debido a su trabajo, esa tarde había logrado tener un espacio libre para disfrutar una comida casera.

Los señores Kim tenían alrededor de 40 años, ambos de cabello claro y una apariencia amigable; por supuesto, la herencia de la sonrisa rectangular venía de su madre.
Eran verdaderamente un matrimonio ejemplar, se llevaban bien, nunca habían tenido peleas graves y siempre procuraban que su único hijo estuviera bien en todos los sentidos; la madre se encargaba de las labores domésticas, mientras que el padre era el único proveedor de dinero, tal como debía ser en aquellos años.

Jungkook, además de sentir como su pulso se hacía imperceptible después de ver al señor Kim, también se detuvo a apreciar los detalles de la cocina —en un intento por calmarse, claro—.
Las paredes eran beige, casi blancas, decoradas con algunos cuadros pequeños al azar y una ventana mediana justo frente al lavadero; tenía una decoración monocromática en rojo brillante, siendo los muebles y estantes todos de aquel color; el piso era de una bonita madera pulida, y la luz del dia se proyectaba perfectamente en toda la estancia.
Cómo toque final, Jeon pudo ver un florero con flores frescas en el comedor.

"Definitivamente ésto es más acogedor que mi cocina" pensó el mayor.

—¡Hola pa!, que bueno que pudiste venir a comer.—saludó el rubio con una sonrisa, acercándose a darle un abrazo rápido. Su padre le correspondió pasando su brazo por los hombros contrarios.

—Fue un milagro.—soltó una leve risa antes de separarse y mirar el panorama completo—Uy, y parece que llegué en un momento importante, ¿quién es este muchacho?—dirigió la vista hacia Jungkook, manteniéndola amable.

—Es un amigo de Taehyung, están juntos en la competencia de patinaje que te conté.—respondió la señora Kim con emoción.

—Exactamente... Es mi amigo, se llama Jungkook.—añadió el menor con las mejillas rosadas, extendiendo la mano hacia el peli negro en un ademán de señalamiento.

—Es un gusto señor.—sonrió Jeon acercándose a él ligeramente, con la intención de darle un apretón de manos.

"¿Realmente soy solo tu amigo?" pensó Jungkook al escuchar aquella afirmación, pues por su mente pasó una regla no escrita: Los amigos no se besan.
Así que sí, teóricamente no eran solo amigos, pero, ¿para qué iniciar un alboroto en casa ajena?, prefirió guardarse sus pensamientos para sí mismo.

—Igualmente hijo, siempre es agradable tener visitas tan educadas.—el señor Kim apretó la mano del chico en un saludo cordial, para después soltarlo y dejar que se sentara.

Se distribuyeron los asientos restantes, quedando los padres de Taehyung juntos lado a lado, y ambos chicos de igual modo juntos.
En los platos había un rico filete asado acompañado de puré de papas casero, además de un recipiente en el centro de la mesa con aderezo para agregar más sabor; por ser una "ocasión especial" en dónde comería la familia Kim junta y con una visita, la madre de Taehyung había comprado una Coca-Cola familiar.

La comida transcurrió con mucha tranquilidad y un aura amistosa, sin discusiones o incomodidades.
Los nervios de Jungkook pronto se disiparon y logró entablar conversación incluso con el señor Kim, y por supuesto con la señora que ya lo había recibido bien desde antes.

En esa mesa se enteró de que el padre de Taehyung tenía un empleo como conductor de tráiler, en el cual debía tomar rutas que recorrían muchos estados diferentes del país llevando mercancía en general, y por ende, no estaba muy seguido en casa.
También se hizo a la idea de que él era de mente abierta, pero no tanto como la madre del rubio, esto debido a la ausencia de comentarios similares a los que ella le había dicho; siempre se refirió a Jeon como "amigo", sin agregar nada más allá.

Contrario a los comentarios de la señora Kim, quien ya había dicho la palabra "novio" cuando la conoció.

Pero nada de eso impidió que se llevaran bien, y de hecho, Jungkook recibió una nueva invitación a comer o cenar cuando quisiera.
Lógicamente, ambos chicos la aceptaron sin pensarlo.

—Me alegra mucho que mi hijo tenga un amigo tan educado como tú, definitivamente espero verte más por estos lares.—expresó el padre de Taehyung con una sonrisa cuando la comida finalizó.

—Yo encantado, señor, gracias por recibirme.—el peli negro se levantó de la mesa dándole una leve reverencia al mayor.

Por supuesto, ambos jóvenes ayudaron a levantar las cosas y lavar los trastes antes de pensar en irse.
Aunque, Taehyung tuvo una mejor idea para continuar la visita.

—Vamos a estar en mi cuarto, y tal vez salgamos en un rato, ¿está bien, mamá?—dijo el rubio cuando la cocina quedó limpia.

—Claro hijo, vayan.—la mujer les sonrió, y los dos salieron de la estancia. Taehyung tomó a Jeon de la muñeca para así caminar juntos hacia afuera, controlando por supuesto sus impulsos de tomarlo directamente de la mano.

A unos pasos estaba un pequeño pasillo y las escaleras, aquella parte de la casa que Jungkook no conocía hasta ese momento.

—¿Para qué vamos a subir, señorito?—cuestionó Jeon con una sonrisa algo pícara, una vez que pisaron el primer escalón.

—Platicar, dah.—respondió rodando los ojos—No mal pienses cosas, no va a pasar nada de lo que te imaginas, tonto.—Taehyung sintió como sus mejillas se calentaban, pues a su mente llegó como rayo el recuerdo de aquella visita "casual" a la habitación de Jungkook.

—Veremos, veremos.—el mayor soltó una leve risa, dando a entender que, más que pensar cosas pervertidas, buscaba molestar un poco al rubio.

Y bueno, también tenía pensamientos indebidos, pero se mezclaban perfectamente con sus ganas de jugar con la paciencia de Taehyung.

Me estoy acabando mis datos para poder publicarles los capítulos que estoy haciendo, valoren plis.

Los amo❤️

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