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✧chapter thirty-one

*Pov Taehyung*

Hoy fue la última práctica de patinaje, y siento que voy a reventar de tantos sentimientos acumulados.
¿Pueden creer que ya pasó un mes desde que acepté este extraño trato?, wow, que rápido pasa el tiempo.

Hace un mes hice un dúo con Jungkook para poder participar en la competencia del Roller disco, y al principio, de verdad lo detestaba.

Yo siempre he sido una persona con una mente complicada, en la cual es muy difícil que logre entrar algún pensamiento que no sea un confort para mí.
No es tanto por mi culpa, sino que mis padres me enseñaron toda la vida que las cosas son así, y que no debo cuestionarlas.

Por ejemplo, Jungkook representa todo lo que a ellos no les gusta, por eso le pedí que no fuera tan obvio con muchos aspectos frente a los dos; a mis padres no les parecen bien los tatuajes, piercings y cualquier modificación corporal; tampoco les gusta que una persona vista solo de negro siempre, ya que dicen que seguramente tienen una vida cuestionable; odian que las personas fumen o beban alcohol, por eso es que cuando voy a fiestas a tomar, me suelo quedar con Jimin a dormir.

Todo eso era lo que yo creía como correcto, e incluso cuando conocí a Jungkook, me seguía pareciendo lógico.
En cuanto lo ví, mi mente se dividió en dos: Por una parte, lo relacioné por completo con la idea de que era un delincuente, vago y muy seguramente sin educación, y que debía alejarme de él. Y por el otro lado, no pude evitar verlo con ojos de corazón, y es que ¿cómo no hacerlo?, solo miren lo atractivo que es.

Esa noche, recuerdo lo mucho que me molesté con Jimin por haberme metido en esa trampa de cita, y juré que lo ahorcaría en cuanto mandara al demonio a Jungkook.
Al día siguiente, cuando él me despertó y me dijo que tendría otra cita con ese chico, casi me voy encima suyo a matarlo. De verdad quería negarme y olvidar el rostro de ese rockero, pero no pude, simplemente no lo saqué de mi cabeza a partir de ese día.

Y claro, conforme más lo conocía, más me agradaba, y más me daba cuenta de el error tan grande que mis padres habían cometido al generalizar de ese modo a la gente.

Kookie es educado, divertido, tierno incluso.
No tiene antecedentes criminales, es más, su único crimen es ser tan guapo.
Sus tatuajes y perforaciones no tienen nada que ver con cosas malas, solo es su gusto personal, y le quedan fenomenales.
Y aunque tenga un vicio con el tabaco, eso no lo convierte en una mala persona, solo es un chico que tomó una mala decisión.

Ahora entiendo que, aunque sí hay casos en que esa apariencia sí define a una persona con una vida bastante alejada de lo correcto, no es una regla irrompible.

Claro que al principio, me negaba rotundamente a siquiera pensar que sentía algo por él, y tuve mis momentos de confusión.
Pasé días y noches enteras pensando en qué estaba haciendo, en sí mis sentimientos eran reales o si toda la situación estaba mal por lo diferentes que somos; y si, quizá lo hice notar a veces, pero creo firmemente que no me ví tan cambiante.

Siempre permanecí en mi papel "distante" o "cortante", siendo que desde la primera cita doble que tuvimos, supe que Jungkook tenía el potencial perfecto para gustarme.
No cambié mi actitud hasta que llegó el día en que, sin poder ponerlo más en duda, acabé aceptando que Jungkook me gustaba y me estaba enamorando de él; solo hasta entonces, mis comportamientos cambiaron, porque ya estaba seguro de lo que sentía.

Sí fue complicado, por supuesto que me fue muy difícil aceptar la situación y no seguir imponiendo barreras entre él y yo.
Sin embargo, traté de no transmitirle mi confusión, de no generarle dudas innecesarias y mejor enfocarme en cambiar mis pensamientos desde el núcleo; aún me arrepiento de los apodos que le dije y de haber sido tan grosero, pero espero poderlo compensar.

Y, como si de un milagro se tratara, acabé más que enamorado de un chico opuesto a mi.

A Jungkook le gustan los cigarros, el color negro y el rock. Y en esa misma intensidad, me gusta él.

Al verlo solo me llegan las ganas de besarlo, abrazarlo por el cuello y no soltarlo jamás. Mi mente empieza a volar entre todas las fantasías posibles, y termino suspirando como un idiota ante la idea de poder ser la pareja de Kook.

La cuestión, es que no estoy seguro de si él quiere lo mismo que yo. Y lo peor, es que Kook piensa que no me percato de la situación.

Mayormente se nota que yo le gusto, que me quiere y que el sentimiento es mutuo. Pero, de repente, me doy cuenta de cómo cambia radicalmente, haciéndome dudar.
Lo que pasó el otro día en el garage me rompió un poco el corazón, pero aunque dolió, mi intención real nunca fue quebrar los lazos con él; al contrario, traté de tener la esperanza puesta en que se resolvería, y por suerte así fue.

Y hoy, sucedió otro cúmulo de cosas que me golpearon como una ola violenta del mar, y que tan rápido como aparecieron, se disiparon.
Fue tan raro que aún siento como el pecho me duele, no por coraje o tristeza, sino por confusión.

¿Será que Jungkook me quiere de verdad?
Y si no me quiere, y está tan perdido en sus pensamientos, ¿qué haré yo ahora?

*Pov narradora*

Aquella tarde en el parque fue algo diferente a lo habitual.

Era la última práctica de patinaje antes de la competencia, y ya solamente tenían que perfeccionar la coreografía para tenerla lista y sin errores.
Jungkook ya había aprendido a no caerse, a dar vueltas e incluso él mismo añadió un paso al baile: justo en el coro / puente de la canción, levantaría a Taehyung tomándolo de la cintura, a manera de ballet, y así darle un toque especial a su presentación.

Prácticamente estaban listos, así que esa última tarde la usarían para cuadrar algunos detalles y ensayar por vez final.

Sin embargo, no fue para nada como Taehyung esperaba.

Jeon se había quedado con demasiadas ideas en la mente desde la pasada conversación con Yoongi, y eso lo sacó por completo de concentración. Por suerte, no lo reflejó en el baile; pero para desgracia de Kim, lo descargó siendo grosero con él.

Jungkook estaba lidiando con una tormenta torrencial de pensamientos que nublaba su cabeza; llovían y llovían frases que no lograba borrar, todo se veía mal ante sus ojos, y sentía que no tenía el control de nada.
"Lo estás lastimando"
"Déjalo en paz si no lo amas"
"No es justo, piensa en lo que él siente"
Aquello se revolvía con la zona cuadrada de su cerebro, la cual jamás desaprovechaba la oportunidad de hablar.
"Esto no está bien, no es como tú"
"Taehyung no es para ti, solo míralo"
"¿A qué estás jugando?, él no puede gustarte, está mal"

Y claro, él tenía derecho a pensar lo que quisiera.
Lo que ya no era justo, era que no se quedaba callado con ello, y escupía el veneno sobre la única persona que estaba parada enfrente suyo.

"Maldita sea, odio esa canción. ¿De verdad quieres torturarme así?", fue su primera queja, justo cuando Taehyung le dió play a la grabadora para empezar el ensayo.
Antes ya había demostrado su desacuerdo con el género de la música que usarían, pero al menos, nunca lo había dicho de ese modo.

Después, Kim le preguntó sobre a qué hora se verían el día del evento, ya que en su lógica, pensó que Jungkook iría a recogerlo a su casa igual que todos los días del último mes, y que solo deberían acordar la hora para poder cuadrar tiempos con los demás chicos.
Una pregunta simple, pero que no le cayó nada bien al peli negro.

-¿Encima de todo quieres que vaya por ti?, esque no es posible que no te canses de pedirme cosas.-fue su respuesta, la cual no había modo de que sonara amable-¿No te puedes ir solo al evento?, para mí es mejor solo verte allá y listo.

-Kook, pero...-y aunque era la segunda frase extraña que el mayor le decía, para Taehyung, esa fue la primera alarma-Supongo que sí... Está bien...

-Y mejor quita esa cara y apúrate, quiero terminar rápido con esto para largarme.-Jungkook pudo cerrar la boca, pero no lo hizo.

No había justificación que sirviera para ese comportamiento, ni siquiera el cúmulo de nubes negras que saturaba la cabeza de Jeon. Taehyung no estaba haciendo nada mal, al contrario, luchó por tener toda la paciencia del mundo y no responder del mismo modo.

Él pensó que pronto se daría cuenta de su error, y que se detendría sin necesidad de pedírselo.
Pero no, el rubio se equivocó.

-Oye, ya que hoy acabaremos un poco después, ¿quieres comer en mi casa?, así no te vas con el estómago vacío, sweetie.-se le ocurrió sugerir aquello tan inocente a mitad del entrenamiento.

-Ja, no gracias, no tengo tiempo para esas cosas estúpidas.-tajante, serio y grosero. ¿Era acaso el mismo chico con sonrisa de conejo que Taehyung había visto días atrás?. Tenía que ser otra persona, no había forma.

-¿Estás diciendo que comer conmigo es estúpido?-sintió como la garganta se le hacía nudo, y el corazón se le apretaba.

-Tómalo como quieras, no me interesa.-lo miró mal, tanto que si las miradas mataran, la suya habría apuñalado a Kim.

El menor entendió que algo estaba pasando y no era para nada lindo, pero claro que aunque tuviera sus propias conclusiones, no podía asegurar nada si el mismo Jeon no le confirmaba ninguna de ellas.
No sabía lo que le pasaba, pero con el fin de "no molestarlo más", trató de guardar silencio por el resto de la práctica.

No le dijo nada más, ni tampoco intentó hacer conversación luego de eso. Se enfocó en perfeccionar su coreografía, mientras tenía una batalla interna de sentimientos a cada momento; y esque era la cosa más difícil del mundo tener que callar e ignorar a la misma persona que lo debía tomar de las manos, tocar su cadera y cargarlo por la cintura.

Se debe decir que la fuerza de voluntad que Taehyung manejó fue impresionante.
Y también la de Jungkook, porque se debe tener un nivel de voluntad increíble para tratar del carajo al chico que le gustaba, y no cambiar de actitud ni siquiera al mirarlo a los ojos.

Así fue como terminaron su última práctica juntos, en silencio, incómodos, y esperando un giro de 180° que talvez aún llegaría a tiempo.

-Está lista, nos irá bien.-solo eso comentó Kim al finalizar, quedándose un momento de pie frente al mayor. Jeon no contestó.

El peli negro simplemente asintió, pero algo en su expresión delató que ya no podía más.
Tenía los labios apretados, la mandíbula tensa y en sus ojos se podía percibir una ligera corriente de lágrimas que amenazaba con desembocar.

Se alejó unos pasos y comenzó a agacharse con el afán de sentarse sobre la rampa de siempre, pero algo no le salió bien, y acabó resbalando justo cuando tenia las rodillas flexionadas, lo que provocó que cayera de lleno al cemento y golpeara su espalda baja.
Aquello, en cualquier otro momento hubiera sido motivo para que ambos estallaran en risas; pero en el instante en que Jungkook sintió el dolor de la caída, explotaron todos los sentimientos que había reprimido.

No podía seguir apartando así al rubio, sabía que no era correcto ni siquiera para él.

Cansado, harto, adolorido y sintiéndose como un completo idiota, Jeon se quitó los patines y los lanzó con fuerza a la rampa, creando un sonido de choque que hizo que Kim diera un pequeño brinco por el susto.
Colocó sus rodillas contra su pecho, y pasó los dedos entre su cabello con desesperación, mostrando una escena cargada de frustración, y quizá, culpa.

Y ahí, viéndolo tan mal, Taehyung ya no pudo seguir fingiendo demencia ante la situación.

-¿Qué te pasa Kook?, ¿estás bien?-se sentó a su lado, dejando atrás todo lo sucedido con tal de ver si su chico se encontraba bien.

-Lo siento...-susurró el peli negro apenas audible-De verdad lo siento Tae...

-¿Por qué?, dime qué ocurre.-Kim colocó su mano sobre el hombro contrario, y él en reacción, levantó la mirada para darle la cara.

En ese momento, el rubio reconoció por fin al chico que amaba, ya había regresado después de haber estado ausente todo el día. Pudo ver el brillo en sus ojos que tanto le gustaba, y aunque su sonrisa era inexistente, la volvió a sentir presente de algún modo.

-No puedo decirte... Me vas a odiar, y no podría soportarlo...-Jeon tenía varias lágrimas recorriendo sus mejillas-No sé que me pasó hoy... Todo fue confuso... Y no encontré más que hacer...-hablaba entrecortado, diciendo cada frase entre el llanto.

Taehyung lo detalló por unos segundos, debatiendo en su interior si debería reclamarle por su comportamiento anterior, o dejar las cosas así y simplemente olvidarlo.

El Kim Taehyung de hace tres semanas lo habría tenido más que claro; le habría gritado, tal vez dejado ahí solo sin importarle que estuviera llorando, y muy probablemente, no le volvería a hablar ni siquiera para la competencia.
Pero ahora, el chico rubio que estaba sentado junto a Jungkook, jamás tendría el corazón para hacerle eso, y ahí se dió cuenta de cuánto puede enamorarse una persona en escasas semanas.

-Tae, perdón... Perdóname, yo...-y antes de que el mayor siguiera tratando de explicar, o excusar, lo que había hecho, Kim lo interrumpió.

-No hables más... Ya no digas nada, todo está bien.-le dió una sonrisa cerrada, conteniendo sus propias lágrimas para evitar formar un océano con ellas-Solo abrázame, sweetie.

Y Jungkook obedeció.
Se apresuró a abrazarlo, envolviendo un brazo en sus hombros y otro en la cadera de Taehyung; su agarre era fuerte, necesitado, y como todo lo demás, lleno de culpa. Enterró el rostro en el cuello del menor, buscando calmarse con el aroma a vainilla que él desprendía, y sintiendo como recibía caricias en el cabello.

Kim pasaba los dedos entre los mechones oscuros y largos, mientras acariciaba de arriba a abajo la espalda de Jeon. Quería que se tranquilizara, y a la vez, él estaba usando el perfume masculino y el sonido de la respiración del mayor para calmarse a sí mismo.

"No me digas lo que sabes que me dolerá, no me expliques nada, no me rompas", pensó el rubio, dándole un beso dulce y lento en la mejilla.
"Si no me quieres, solo finge que lo haces".

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