—Vale, al parecer debo enseñarte más de lo que creí, así que empecemos por lo básico. — dije al apagar el Walkman después de escuchar la canción como seis veces.
—¿Me prestarás patines?, porque yo no tengo. — recargó sus manos por detrás de su espalda en el suelo, quedando en una posición bastante... Atractiva.
No no no Taehyung, ya cállate, deja de pensar cosas raras.
—Sí, pero sólo será por unos días, debes comprar los tuyos. — desvié la mirada —Dudo mucho que seamos de la misma talla.
—Cierto, tú eres muy pequeño. — soltó una risa burlona —Pareces muñeco de bolsillo.
—¿Te callas?, apenas y me rebasas por un par de centímetros, tarado. — bufé con las mejillas ligeramente calientes.
—Uy, y pensé que el amargado era yo. — continuó su burla por unos segundos, hasta que se le ocurrió otra cosa para molestarme —Por cierto, ¿los patines son invisibles o qué?, porque no los veo aquí.
—Demonios, también los olvidé. — tapé mi cara con mis manos —No debí quedarme dormido.
—Supongo que ahora sí o sí tendrás que ir a tu casa por ellos, no creo que patinar sea fácil sin patines. — volvió a reír.
—Estás muy divertido hoy ¿no?, bruto. — lo miré mal —Y sí, al parecer de nada sirvió compartir el Walkman, aún así debo regresar allá.
—Pobre de ti. — me levanté del suelo ya resignado, mientras él seguía riéndose de mi desgracia —Me saludas a tu mamá.
—Ja ja, por supuesto que no haré eso. — bufé antes de caminar con rumbo a la carretera.
Si su forma de esforzarse por convivir es haciéndome blanco de sus burlas, entonces enserio prefiero que siga con su cara amargada de antes.
O no lo sé, su risa es contagiosa, además tiene una sonrisa prácticamente perfecta con dientes de conejo, y... ¡Ya, carajo!
Me faltó dormir todavía, sí, obviamente por eso estoy pensando tanta idiotez.
—¿Tae?, ¿qué haces aquí? — preguntó mi mamá cuando entré a la casa —No a pasado ni una hora desde que te fuiste.
—Olvidé unas cosas, sólo vine por ellas. — caminé directo a las escaleras.
Subí a mi habitación y rápidamente busqué el par de patines que menos uso. No porque sea malo, si no porque son algo grandes, y quizá le queden a Jungkook.
Además, son prestados, no regalados, así que no le veo problema a darle un par relativamente gastado.
Luego de encontrarlo en el fondo de mi armario, tomé el par que yo usaría, por suerte siempre lo dejo junto a mi cama, y salí nuevamente a paso rápido.
Tenía la esperanza de que mi mamá no me hiciera ninguna pregunta y/o burla, pero como ya se vio, hoy es día de molestar a Taehyung.
—Hijo, ¿qué es de ti Jungkook? — cuestionó cuando pasé por la sala.
—Un amigo, y estará conmigo en la competencia que te platiqué, nada más. — contesté lo más normal que pude, intentando no mostrar lo nervioso que me ponía la situación.
—Debo decir que se ven lindos juntos, tal vez sería bueno que se conocieran mejor. — sonrió ligeramente.
—Si... No creo que sea buena idea mamá. — otra vez, sentí mi cara arder —Él no es mi tipo, lo sabes.
—Ajá, pero lo que también sé es que todo puede pasar TaeTae. — desvió su mirada de regreso a la televisión, y yo casi salí corriendo de allí.
"Todo puede pasar", sí claro, eso dice porque no lo vio con su chaqueta de cuero y oliendo a cigarro, de ser así, seguramente me habría regañado por salir con un chico como él.
Justo hoy tenía que tomar en cuenta lo que le dije de su ropa, no puede ser.
En fin, regresé al parque con Jungkook, cargando en cada mano un par de patines.
Él estaba, justamente, fumando un cigarro y mirando a la nada, quizá lo había sacado de su motocicleta.
—No deberías estar fumando ahora, necesito que tus pulmones estén al cien. — dije al llegar a su lado, provocando que se espantara momentáneamente.
—Funcionan lo suficiente, no te preocupes. — apagó el cigarro sobre el suelo, casi se lo había terminado —¿Cuáles son los míos? — miró ambos pares de patines.
—Los más feos. — respondí entregándole su par, y tuve que aguantar la risa cuando frunció el ceño aparentemente ofendido.
—Gracias, que lindo de tu parte. — bufó y los observó por unos segundos —Al menos no tienen tantos brillos... Me conformo, pero me ofendes.
—Ya silencio, póntelos y te empezaré a enseñar. — me senté a su lado.
Ambos nos cambiamos los zapatos que traíamos por los patines, y tal como imaginé, le quedaron exactos. Además, que ni se queje, hasta le combinan con su ropa de hoy y de básicamente todos los días.
—Bien, dame la mano. — extendí la mía hacia él cuando acabamos de atar los respectivos cordones, él me miró entre confundido y nervioso —Te ayudaré a ponerte de pie, esa es la primer lección del día.
Me levanté con cuidado, considerando desde ese momento que debía tener el doble de equilibrio para poder ayudarlo. Lo sujeté de ambas manos, e hice la mayor fuerza que pude.
—Ahora, te jalaré y tú debes intentar levantarte ¿de acuerdo? — asintió aún dudando —Uno, dos... Tres. — di un tirón.
—Taehyung... — logró poner un pie correctamente, pero no lograba hacer equilibrio para colocar el otro —Tae, Tae... ¡TAE ME VOY A CAER!
—¡Relájate y haz un esfuerzo! — yo seguía sosteniéndolo fuertemente, pero aunque no pesaba mucho, me estaba costando demasiado el darle soporte.
—¡Si me parto la cara es tu culpa! — sentí como su peso reducía, y fue cuando por fin logró levantarse.
—Ay ya, dramático. — había apretado su agarre en mis manos, y se veía asustado, como si ya se hubiera roto algo el tarado —Primer lección completa.
—Ya no quiero, ¿y si mejor bailamos sin patinar?, así será original, los únicos que no usarán éstas cosas del demonio. — se notaba que estaba luchando por no mover sus piernas y perder el equilibrio.
—No digas tonterías, sólo tienes que acostumbrarte y confiar en mi ¿si? — solté una leve risa, él asintió un poco más tranquilo —Bien, segunda lección, no perder el balance.
—¿Cómo se hace eso sin morir? — definitivamente es un llorón.
—Te voy a soltar, y debes quedarte de pie, sencillo. — comencé a retirar mi agarre.
—No no no, me vas a dejar caer, eres capaz. — volvió a sujetarse de mi.
Creo que es mucho pedir que confíe plenamente en mi de un momento a otro, más porque apenas llevamos una hora hablando como gente normal, pero tiene que entender que no le queda opción.
—Sí soy capaz, pero no lo haré. — sonreí levemente —Confía en mi Jungkook, sólo así funcionará ésto.
—V-vale... — solté lentamente sus manos, y él inmediatamente intentó conservar el equilibrio.
Yo no retrocedí, pues si era necesario, tenía que sostenerlo rápidamente antes de que ocurriera un accidente.
Y bueno, digamos que sí iba a caerse, pero yo no fui el que lo sujetó.
—¿Ya se acabó la clase?, por favor di que sí. — Jungkook alcanzó a sostenerse de mi cuando su estabilidad falló ligeramente. La cuestión es que se sujetó de mi cadera.
—Cálmate, no te pasó nada. — intenté no sonrojarme, pero fue imposible. Sus manos apretaban firmemente esa zona, y eso ocasionó que estuviéramos bastante cerca.
—Casi me mato. — rió nervioso, aún sin soltarme.
—Ja, miedoso. — coloqué mis manos en sus hombros, tratando así de darle un poco más de soporte.
Lo miré a los ojos por algunos segundos, y hasta ese instante me percaté de lo profundos que eran. Cualquier persona acabaría con la cara más roja que una cereza si lo viera fijamente, y fue justo lo que me pasó a mi por no apartar la mirada a tiempo.
—Bien, creo... Que acabamos por hoy. — quité mis manos de él, Jungkook también pareció reaccionar con eso, y cambió su agarre de lugar, ahora sujetando mis antebrazos.
—Totalmente de acuerdo. — asintió con un leve sonrojo.
Lo ayudé a sentarse nuevamente en el suelo, con mucho esfuerzo lo logré sin dejarlo caer de lleno, y Jungkook casi de inmediato se quitó los patines.
Pobre, ésto será más difícil de lo que pensé.
*Pov Jungkook*
Sé lo que deben estar pensando, ¿cómo es posible que yo me haya comportado así de normal con él?, o al menos dentro de lo posible.
Sencillamente no quiero estar peleando con él, ni viéndolo mal, o contestándole pésimo.
No porque me agrade o porque en verdad quiera hacerlo así, si no porque sería bastante cansado y tedioso todo éste asunto si nosotros no ponemos de nuestra parte.
Tal como nos hizo prometer Nam, Yoon y su amigo Jimin, tenemos que esforzarnos. Y por eso empecé yo, para que él lo captara e intentara seguirme la idea.
Será un mes completo de verlo seis días a la semana, por al menos tres horas, y creo que es mejor pasar el tiempo de la manera más tranquila o civilizada posible, a estar discutiendo hasta por como respiramos ¿no?
Al menos agradezco que Taehyung entendió y cooperó, porque de haberse negado, ni siquiera habría valido la pena aquella enorme vergüenza que me tuve que aguantar al conocer a su madre.
Que por cierto, eso fue muy extraño, pero en fin... Ojalá no se repita.
Hoy finalizamos mi primer clase de patinaje con un total de cero caídas y un pequeño ataque de pánico por parte mía, genial.
Sumándole las varias veces en que tuvimos demasiada cercanía por culpa de mi temor a caer.
Muy bien Jeon, muy bien.
¡No vuelvas a tomarlo de la cadera!, que sea una zona atractiva no significa que debías hacerlo.
Dios, ¿qué me pasa?, ayúdenme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro