Capítulo 9
Los tres miraron el aparato, luego de haber revuelto los cajones, por fin habían dado con un par de pilas triple A, habían cambiado las usadas del aparato, y allí estaban, mirándolo.
— No estoy listo... pero tengo que estarlo
Dijo en un susurro Jungkook mientras los tres miraban el reproductor de DVD esperando que, por obra y gracia de la magia, se encendiera solo para no tener que tomar la decisión por los demás.
Finalmente, Jungkook presionó el botón rápidamente y se sentó entre sus dos amigos.
He estado temiendo que llegue este día, y quizá esté siendo un cobarde por grabar un disco contándote esto... Te lo he estado ocultando por demasiados años, y duele... duele verte feliz e ignorante mientras me ahogo todos los días, haciendo equilibrio en la cuerda floja que es mi vida ahora contigo... al final del día la cobra caerá, pero nos hemos confundido de historia, cuando le cortas la cabeza no hace más que salir dos en su lugar, este no es el final feliz que me prometieron, pero cuando llego a casa y puedo verte, pienso que vale la pena.
Es lo más sincero que puedo ser en este momento, haré mi mejor esfuerzo para poder empezar nuestro matrimonio sin mentiras, sin secretos, pero por favor dame tiempo, estoy tan cerca que...
Hubo un silencio en la grabación, se escuchó muy en el fondo una voz algo distorsionada, ya que el micrófono no alcanzaba a tomarla por completo, pero sonaba ligeramente familiar.
Lo siento, debo irme, tocaré en la gala esta noche... oh tu pista: lo invisible es esencial a los ojos.
Siempre tuyo, Min Yoongi
Los tres se quedaron en silencio, la estática llenaba el lugar. La mano de Taehyung apretó delicadamente la de Jungkook. El chico lo miró sonriendo, aunque sus ojos se llenaban en lágrimas.
— ¿Me estaba mintiendo? ¿Yoongi tenía una vida a la que nunca me hizo parte? ¿No confiaba en mí? ¿No era suficiente para él?
— Jungkook, todos tenemos un cadáver en el closet, Yoongi quería sincerarse contigo antes que se casaran...
— ¡Pero no lo hizo! ¡Me dejó vivir una mentira tras otra!... ¡Y mira como termino, está muerto!
— Estoy seguro de que intentaba hacer lo mejor que pudo...
— Estaba con otro hombre... Yoongi estaba con otro hombre
— ¿Qué dices Jungkook?
— Lo oyeron igual que yo, estaba grabando, se escuchó la voz de un hombre y dijo que tenía que irse a la gala, recuerdo ese día, habíamos discutido porque llegó tarde a su propia presentación ¿¡QUE NO ENTIENDES!? Salió con tiempo de la casa junto con un hombre y llegó tarde a la gala ¿qué mierda hizo con ese hombre que lo retrasó para lo más importante en su vida?
Tae tiró de él y lo abrazó contra su pecho, mirando a Jimin desesperado por apoyo.
— Jungkook estoy seguro de que hay algo que no estamos viendo, Yoongi te amaba y eras lo más importante en su vida ¿Verdad Jimin?
— ¿La gala? ¿Hablas del evento de alfombra roja que fueron tantos famosos y que Yoongi debía tocar dos piezas, pero solo tocó una?
Jungkook asintió contra el pecho de Tae, pero Jimin no volvió a decir nada más.
— ¿Jimin?
El pelirrojo levantó la vista, pero parecía absorto en algo totalmente diferente.
— Tengo que irme
Jimin se incorporó y se alejó rápidamente, los dos chicos se miraron extrañados al oír el coche arrancando y alejándose del lugar. El pelirrojo acababa de abandonarlos con más dudas que respuestas.
— ¿Fue algo que dije?
— No Jungkook, Jimin ha estado reactivo estos días, no te preocupes se le pasará... por el momento, ¿Qué dices si intentamos pensar que quería decirte Yoongi?
El chico asintió, pero mientras repetían la pista para anotarla, Taehyung pudo ver el primer asomo de duda en sus ojos, ¿Estaría empezando a experimentar la ira? Había estado en negación tanto tiempo, que le resultaba increíble que por fin haya puesto en proceso el duelo, quizá eso de buscar los discos de Yoongi, no había sido malo después de todo.
— Sabes, estas palabras me suenan de algún lado... ¿A ti no?
Ambos miraron la hoja, sonaba a esas típicas frases armadas que irían bien en una tarjeta para algo, era una frase extremadamente familiar.
— La serpiente...
Jungkook levantó la cabeza para mirarlo sin comprender que hablaba. Sin embargo, el rubio se levantó, y salió de la habitación, curioso el menor le siguió. Taehyung se paró frente a la biblioteca y comenzó a buscar y rebuscar por todos lados. Finalmente lo encontró, poniendo frente a él un libro delgado y de apariencia infantil.
— Los doce trabajos de Hércules, Hera le propuso doce retos que debía vencer, uno de ellos era vencer a la Hidra de Lerna... una serpiente que, al cortarle una cabeza, le salen dos más
— ¿La otra pista podría ser relacionada a algún otro libro? ¿Será esto importante para ver otras cosas?
Taehyung abrió el libro de Hércules y los doce trabajos, y mientras lo hacía una carta cayó del mismo. Los dos se miraron y Jungkook se agachó para tomarla.
A mi amado Jeon Jungkook:
Hoy lo he hecho, me enfrenté a papá por primera vez en quince años, y no seré capaz jamás de decírtelo... lamento que jamás haya podido hablar de esto, que no seamos como las parejas normales que conocen a la familia del otro... me abriste tu corazón a tu familia, a Taehyung y a Jimin y yo... volví a mentirte, una y otra vez para tapar la mentira principal.
Conejito amado no te imaginas lo que he tenido que hacer, pero finalmente lo tengo, tengo nuestro anillo, y mientras cocinas para ambos, mientras te miro bailar al son de la música, pienso la perfecta manera para pedirte que unas tu vida conmigo... gracias por amarme tal como soy, espero lo sigas haciendo el día que te decepcione con la verdad que oculto.
Siempre tuyo: Min Yoongi
Jungkook dejó el sobre sobre la biblioteca, y se quedó allí, mirando la letra de su gatito, cerrando los ojos al sentir los brazos del ruido abrazándolo por detrás.
— Recuerdo ese día, estaba bailando "I want to break free" en ropa interior mientras cocinaba los fideos especiales de la señora Dahyung. Me abrazó por la espalda y me susurró al oído que cerrara los ojos, y así lo hice, sentí como ponía el anillo en mí y luego preguntó si quería convertirme en su esposo —Jungkook lloraba, pero una risa rompió su garganta. —Le dije que no...
— ¿Qué? No sabía de eso
— No pude ver su cara, pero si sentí su cuerpo tensarse un momento. Hasta que estallé en carcajadas, me di la vuelta y lo besé, le dije que solo estaba practicando mi libre albedrío de decir que no solo porque puedo decirlo... pero mi libre albedrío estaba tan enamorado como yo y le dije que sí, mil veces sí...
Jungkook se dio la vuelta y se hundió en el pecho de Tae. El día más feliz de su vida, era ahora el día más horrible, cada parte, cada frase, cada beso y sonrisa, grabados para siempre, sin poderlo soltar, sin poderlo procesar.
— Duele Tae, cada recuerdo feliz que tengo de él está teñido por el dolor de saber que no volverá, se olvidó que había alguien esperándolo en casa y se metió en algo que él sabía sería peligroso.
Taehyung acarició su cabeza mientras se mecía junto al pelinegro al son del sonido de las olas que llegan de fuera.
— Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo importante... el dolor que sientes es porque todo tu amor y tu tiempo lo pusiste en él, hiciste crecer tu relación y parte tuya se hizo parte de él y viceversa... por eso duele Gukie... cuando uno se enamora, cuando uno ama estas dando un pedacito de ti mismo, tú perdiste a Yoongi pero también te perdiste a ti.
El pelinegro, se alejó y lo miró a los ojos, su nariz roja sobresaltaba de su piel, la cual tenía un color ligeramente más caramelo desde que lo habían visto al llegar. Sus ojos enormes y humedecidos por las lágrimas lo miraron.
— ¿Qué dijiste?
— Que te esforzaste por...
— No... eso de la rosa
— Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo importante
— El principito... Lo invisible es esencial a los ojos
Los dos se miraron y el rubio lo soltó, con un ligero esfuerzo, rastrearon la biblioteca entera en busca del libro, pero no estaba allí, revisaron algunos cajones, incluso cajas de la mudanza que Jungkook jamás había abierto, salieron incluso fuera, revisaron el coche y las rocas de la pared exterior, pero no había nada. Cansados se recostaron en el césped mirando el cielo.
Las nubes se movían lento, y el sonido de las olas llegaban calmas a sus oídos.
— Yoongi me dijo que su papá había muerto, no sé por qué me mentiría, pero entiendo por qué no me lo dijo. ¿Crees que alguna vez sabré que hacía con los Kkangpae?
Taehyung se quedó mirando una pequeña nube en forma de conejo que se movía alejándose del mar y de ellos.
— Quizá no deberíamos meternos allí, los Kkangpae son peligrosos Jungkook, prefiero que te quedes con la duda antes de seguir por este camino.
— A Lorca... ¿Lo habrán matado ellos?
El rubio se dio la vuelta y se quedó mirándolo ligeramente.
— Te prometí no volver a mentirte. El oficial Park nos dijo que era una escena del crimen, los bomberos encontraron otra moneda allí, nivel máximo esta vez.
Jungkook también se dio la vuelta y miró a su mejor amigo.
— ¿No es demasiada coincidencia? ¿Qué si Yoongi intentaba decirme algo más? ¿Qué si estos discos son algo más que un regalo? ¿Qué si quería dejar un sendero de migas de pan por si algo le pasaba?
— No te sigo Jungkook
— Yoongi hoy habló de lo que ocultaba, no fue específico y siento que quizá hay otra prueba más, algo que no estamos viendo... algo esencial invisible a nuestros ojos. Pero hay algo más, sus pistas nos han guiado a escenas que los Kkangpae atacaron, los mismos que lo mataron... ¿Y si este sendero nos guía a aquello que los Kkangpae parecen estar buscando? Es que parece que estamos por el mismo camino, solo que ellos van por delante...
— Un año por delante Jungkook
Los dos volvieron a voltearse a ver el cielo, si Yoongi los quería guiar a algo que los Kkangpae querían, debía ser algo extremadamente peligroso.
El estómago de Jungkook rugió, interrumpió sus pensamientos, lo que los hizo reír a ambos.
— Vamos, cocinaré algo
— ¿No deberíamos esperar a Jimin?
— Él está grande como para decidir si quiere volver o comer solo
Los dos se levantaron y caminaron hasta la cocina, y mientras Tae buscaba que cocinar en la nevera, Jungkook se sentó en la mesa para mirarlo.
— ¿Cuándo te diste cuenta de que estabas enamorado?
La pregunta lo tomó por sorpresa, no estaba acostumbrado a vivir una vida dónde Jungkook sabía sus sentimientos, ni tampoco para recordar su gentil rechazo, le avergonzaba hablar de eso con él, habían sido demasiados años fingiendo para ahora tener que sincerarse.
— No... no quiero hablar del tema
— Pero ¿Qué tiene de malo?
— Jungkook acabas de romper mi corazón, no puedo hablar del tema sin romper en lágrimas
Taehyung siguió buscando que cocinar, aunque solo miraba a la nada, porque lo recordaba perfectamente, no había sido un único momento, había conocido a Jungkook cuando este era un niño, y no se había enamorado allí. Pero a medida que crecían, sentía que esa amistad se iba difuminando, desvaneciendo, cada flor que el pequeño le regalaba espontáneamente, cada "Gukie te quiere mucho TaeTae", cada caricia que le regalaba esos días que extrañaba a sus padres. Había sido el corazón puro de Jungkook el que lo había enamorado.
— ¿Quieres carne de cerdo con...?
Pero la pregunta se ahogó en su garganta cuando escuchó un golpe fuerte. Se dio la vuelta para ver a Jungkook temblando en el suelo, escupía espuma por la boca y sus ojos estaban completamente blancos. Corrió a su lado, Jungkook hervía, debía estar rozando los cuarenta grados ¿Había estado así toda la mañana? Lo apretó contra su pecho intentando aguantarlo mientras la convulsión pasaba, sabía que era, la abstinencia de drogas.
— Tú puedes Jungkook, aguanta solo un poco más
No podía dejarlo solo, o se ahogaría con su propia saliva, no podía ir a buscar la droga e inyectarlo, esperaría a que se le pase. Mientras lo abrazaba y tensaba los músculos para que el temblor no afectara al pelinegro, insultaba a Jimin ¿Por qué los había abandonado?
— Mierda... no, no puede ser, no es posible
Gemía Jimin mientras golpeaba el volante del carro una y otra vez mientras gritaba y maldecía a Yoongi, ¿Cómo le había hecho eso al pequeño Jungkook? ¿Cómo le había mentido descaradamente?
Salió del coche enfurecido mientras entraba a su casa, soltó las llaves sobre la mesa del comedor y camino hacia la habitación, abrió su armario y comenzó a quitar toda la ropa dentro del mismo, buscaba desesperado la prueba de su pecado, la mancha de su error.
Los minutos pasaban, pero no aparecía por ningún lado ¿Quién mierda pierde lo único que podría destrozar su presente? ¿Por qué mierda lo había guardado? ¿Qué carajo tenía en su cabeza guardar una cosa como esa?
Pero luego de revolver el armario de arriba hacia abajo, no lo encontró, pero ¿Dónde lo había puesto entonces?
Se dejó caer en la cama mientras los recuerdos de esa vez lo inundaban violentamente, sus manos alrededor de su cuello, mientras era abusado...la capucha del extraño cayendo hacia atrás... la máscara desplomándose y esos ojos... poseídos por el demonio, una bestia liberada que usaba su cuerpo a su antojo, una bestia familiar, un hijo de puta mentiroso y abusivo.
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