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Capítulo 16

El rubio entró con una sonrisa de oreja a oreja, sí, había tenido que madrugar y quizá se había pasado con las tazas de café, pero ¿A quién le importaba si por fin lo habían ascendido? Tantos años de su vida dedicados a eso y su jefe pudo ver su potencial, oficialmente era detective.

— Hey ¿Estás listo?

— ¿Celoso Park?

Su compañero sonrió y golpeó al policía con cierto cariño, se conocían desde sexto grado. Definitivamente habían vivido demasiados años juntos, pero eso no cambiaba nada, Namjoon seguía siendo el mismo cariñoso e inocente muchacho que JaeSang había conocido.

— Que no se te suba a la cabeza Kim, o pensaré que lo has hecho solo para echármelo en cara

Los dos rieron y finalmente entraron a la sala de juntas. La sala espaciosa y vacía los mareó a ambos, se suponía que el jefe del precinto daría oficialmente el anuncio, pero al parecer habían llegado demasiado temprano, extraño de todas formas porque siempre se lo podía ver llegando incluso antes de la salida del sol.

La sala fue llenándose lentamente, todos parecían darse cuenta de lo obvio, su jefe no había llegado aún, y eso era una clara señal de alerta roja.

Un hombre de traje azul, del cual no conocían demasiado, entró abruptamente.

— La señora del jefe acaba de llamar, pregunta si hemos sabido de él en las últimas veinticuatro horas

Los presentes se miraron asustados, estaba claro que desconocían el paradero de su jefe. 

— Seguramente se ha quedado dormido revisando casos viejos, ¿No es lo que siempre hace?

Seguro de su teoría, JaeSang y los demás comenzaron a caminar hacia la zona del archivero. Namjoon caminaba al último, tenía una mal presentimiento sobre eso y no quería ser el primero en entrar allí.

La puerta fue abierta sin problemas, sin tarjeta y sin clave, pero nadie pareció notarlo, eso sucedía por dos razones, primero porque el sistema de seguridad estaba inhabilitado, y segundo porque alguien había ingresado con su tarjeta de acceso dos veces o más en un periodo de menos de unas horas.

La poca luz que iluminaba el despacho fue suficiente para alumbrar lo que todos ya se esperaban. El cuerpo del viejo Han yacía allí, sentado en su silla de madera, apoyado contra el respaldo con lo que quedaba de su cabeza colgando y su arma reglamentaria en su mano izquierda. La sala era un caos, lleno de sangre pero también de archiveros caídos y papeles por doquier, pero nadie se fijó en eso.

Cuando Namjoon pudo acercarse, distinguió una hoja con trazos de sangre y sudor, era una nota de suicidio.

Para el amor de mi vida y para mi esposa:

No puedo cargar con la culpa, todos ellos muertos por mis manchadas manos, tantos inocentes en la cárcel, tantos culpables libres... y todo es mi culpa. Lo siento cariño, lo siento chicos, pero les he fallado.

Los veré del otro lado, víboras traicioneras.

Junto a esta había un papel firmado y sellado por él mismo, su última voluntad para con el precinto quién había sido como un hijo para él. Dejando fuera las palabras y papeleríos legales, el señor Han dejaba todo, absolutamente todo a su fiel leal compañero Park JaeSang.

Todo el mundo felicitó a al nuevo jefe, y quizá el rostro del nuevo ascendido, debió indicarle que algo estaba mal, pero Namjoon no podía sospechar de su mejor amigo, quizá aquello que su ex jefe le había dicho días atrás no era tan seguro, quizá algo le había hecho cambiar de parecer, eso sumado a que no tenía pruebas legales que verificaran que Han lo había elegido a él para el puesto de detective principal y jefe del sector, no podía hacer nada más que sonreírle a su amigo y felicitarlo.

Las semanas pasaron y el cambio fue inmediato, el caso cerrado de forma exprés, todos parecían satisfechos, todo menos Namjoon, no quería cuestionar a su mejor amigo, pero Han era diestro, y no solo eso, la escritura de los papeles que había firmado presentaba un trazo borroso, tembloroso, cualquiera diría que si uno se está por suicidar se sentiría nervioso, pero era todo lo contrario, cuando decides hacerlo estas decidido a ello, ya no tienes miedo de jalar el gatillo, había cosas sin resolver como el asunto de la puerta sin seguro o las grabaciones.

Nadie parecía apreciar la discrepancia de esas pequeñas cosas, y por esa misma razón, nadie se molestó en revisar las cámaras, algo que si había hecho el joven rubio, sin sorprenderse de que la cinta correspondiente a la hora de la muerte presentara signos de haber sido borrada, y podía saber la diferencia entre borrada y no grabada, ya que las cámaras habían registrado un funcionamiento adecuada a esa hora, y que debían haber grabado algo, captado algo, y allí solo había estática.

No pasó mucho tiempo para que Park JaeSang tomara su puesto, el cambio fue abrupto era como el día y la noche, Han había sido benévolo siempre dispuesto a escucharlos a todos, a defender la verdad y la justicia, ¿Y su amigo? Todo lo contrario.

Sin embargo, el inocente Namjoon no podía darse por vencido con él, no podía creer que fuera un ser malvado o algo así. Por lo que luego de insistir un poco, logró conseguir que le dieran su primer caso, era simple debía seguir a Min Yoongi.

Luego de leer el expediente y de entender que sería una misión de riesgo, compró una casa frente a la única vivienda conocida que frecuentaba, instaló cámaras por todo el barrio y dentro de la casa, al igual que micrófonos y comenzó el primer y el último caso que tendría como detective.

Los tres miraron a Namjoon, quién contaba cada parte de la historia como si estuviera reviviéndola en su mente, parecía una historia sacada de una telenovela, pero le creían, o al menos tenía sentido lo que les contaba.

— Investigué a Yoongi por siete años, nunca, jamás en todos mis años de seguirlo, pude encontrar dónde vivía, solía ir de hotel en hotel y siempre pedía las mismas habitaciones... sin ventanas— Los tres se habían sentado apoyando la espalda contra la pared mientras que Namjoon seguía de pie mirándolos, pero absorto en sus propios recuerdos 

— Lo seguiste a todos lados... ¿Quieres decir que tú...? —Jungkook se quedó en silencio, sin ser capaz de seguir preguntando, porque no podía creerlo, no era capaz de imaginar que alguien podría haber sido testigo de la muerte del amor de su vida, y ser tan frío como para no intervenir.

Namjoon bajó su cabeza, derrotado se dejó caer al suelo, como si el peso de sus errores lo tirara con violencia, no le gustaba hablar de eso, pero sus vecinos habían comenzado a indagar sobre ello y tarde o temprano lo sabrían, prefería temprano por sus propias vidas.

— Estuve presente el día que lo mataron... pero no como crees. Me había escondido en el patio trasero, desde allí podía ver a Yoongi a través de la ventana de la cocina. Ese día había recibido un pedido de Park, dijo que podía descansar ese y que fuera a casa, JaeSang no supo que desobedecí.

El rubio comenzó a jugar con las agujetas de sus zapatillas, tirando y soltándolos intentando convencerse que no podía ser enteramente su culpa, no había forma que pudiera haberlo evitado.

Unas frías y blancas manos se posaron en las suyas, Jungkook parecía comprenderlo mejor que cualquiera de los presentes, y agradecido por el apoyo continuó.

— Tres policías entraron a la casa, el único que pude identificar fue a Park, le gritó que le diera la ubicación de Hydra, pero Yoongi se negó. Lo golpearon, quebraron sus huesos pero él jamás cedió. No sé qué es Hydra, pero cuando terminaron con él, los oficiales tampoco sabían dónde estaba...

Se quedaron en silencio, mientras la información rompía su mente, todo lo que habían sabido y aprendido hasta ese día, comenzaba a tener más sentido, habían encontrado a Park JaeSang en cada investigación referida a la muerte de Yoongi, había sido el detective principal en la escena del crimen, incluso había dicho en primer lugar que había sido asesinado por un alcohólico, solo la insistencia de Taehyung y Jimin les había dado la verdad, el oficial se había disculpado y escudado en que era parte de una investigación mayor y secreta, por lo que habían tenido que mentir.

— Nos está espiando —Susurró Jimin mientras hacía cálculos. Namjoon, Jungkook y Tae lo miraron sin saber a que se refería el pelirrojo —. ¿No lo ven? Cada que Jungkook ha logrado resolver parte del misterio, un incidente pasa en el lugar, primero en el estudio, segundo con Lorca, tercero en la casa con la caja. Quién sabe que más sabe, hasta dónde sabemos conoce todo lo que hemos averiguado nosotros.

Namjoon miró hacia ambos lados, en el lugar que estaba no había mucha gente ni lugares que pudieran usarse para espiarlos, pero aun así se acercó al grupo.

— ¿Qué haremos? —Preguntó asustado el menor de todos mientras se escondía contra el cuello del rubio.

— Creo que si esperamos unos minutos más, el vehículo estará en su lugar, lleno de micrófonos y cámaras

— ¿Crees que Park se lo llevó? — Interrumpió Jimin mientras espiaba por la ventana para ver si era capaz de distinguir su coche.

— Sé que fue él, por eso les conté lo que sé... debemos fingir que nada pasó, que no sabemos nada y que fue un día normal de compras, lleguen a casa, hagan lo que harían normalmente por una hora y se cruzan a la mía, verificaré que no haya nada peligroso y usaremos el búnker.

Esperaron al menos otra hora más, aprovecharon para comprar alguna que otra cosa útil en las pequeñas tiendas fuera del supermercado y en cuanto pudieron, volvieron al coche. El hecho de que este estuviera allí como si nunca hubiera faltado les confirmó lo peor.

Subieron las cosas al baúl, y luego se ubicaron en sus lugares. Nadie hablaba, Jungkook enterraba su cabeza contra el hombro de Tae, quién miraba por la ventana intentando transmitir aburrimiento, aunque lo único que sentía era asco, ¿Qué motivos llevarían a Park a hacer una aberración como esa?

Llegaron al barrio y estacionaron el coche en el mismo lugar de siempre.

— Hey, ¿Cenamos pizza esta noche? —Gritó Namjoon con una sonrisa de oreja a oreja —, yo invito las cervezas en casa

— Me parece un buen plan, nos vemos en un rato, ve pidiendo las pizzas

Los dos grupos se dividieron, los tres amigos entraron a la casa, guardaron las cosas que habían comprado y se sentaron en la mesa de madera de la cocina. 

— Quiero hacer una reinauguración

Susurró el pelinegro mirando las vetas de la madera del mueble mientras no se atrevía a levantar el rostro.

— ¿Hablas de volver a pintar?

El chico asintió, y ninguno volvió a decir nada más, no sabían que tanto podían hablar sobre nada.

El sonido chirriante del tono de mensajes de Jimin alivió a todos allí.

— Vamos, casi está por llegar la comida

Salieron fingiendo que era un día normal, cruzándose hasta la puerta de entrada de la casa del ex policía, quién los esperaba sonriendo de oreja a oreja.

— Pasen, pasen,  en diez llegará el delibery

En cuanto las puertas se cerraron, el semblante de Namjoon cambió abruptamente.

— Toda su casa está intervenida, aunque creo que no vieron mis cámaras aún

— ¿¡Tienes cámaras dentro de mi casa!? —Chilló Taehyung en voz baja y enojado.

— Te lo dije, te dije que había cableado la casa que solía frecuentar Yoongi ¿Cómo piensas que lo grabé ? ¿Con la mente? Claro que tengo cámaras y micrófonos allí.

— Sácalos

— No puedo, no ahora, de hecho el sistema que instalé me ayudó a rastrear el equipo de JaeSang... tan descuidado como siempre, olvidó cerrar la puerta trasera de sus sistema, intervine su señal y puse a reproducir en loop algunas cámaras, no todas o sería sospechoso, pero lo iremos cambiando para que haya  siempre una habitación libre por si necesitan hablar.

— Quiero saberlo... quiero que me cuentes todo

Los tres miraron a Jungkook, a pesar de haberlo susurrado en voz baja, los ojos chocolate estaban llenos de ira, de decisión.

— Lo haré... pero no será gratis —Los tres amigos lo miraron sorprendidos, ¿En serio les pediría algo a cambio? Era casi su deber contarles todo lo que sabía, todo lo que había aprendido, era lo menos que podía hacer —, no me mal interpreten, quiero encerrar a ese hijo de puta, quiero hacerlo, pero no tengo forma de probarlo a menos que...

— Que encuentres a Hydra... ¿Crees que las pistas que Yoongi dejó son para eso?

Taehyung golpeó a Jimin, acababa de contarle sobre las pistas como si ya lo supiera, ni si quiera habían pedido permiso a Jungkook para hablarlo.

— Ohh, ¿Hablas de las grabaciones?... he estado escuchando algo de lo que dijeron el otro día, eso es lo que me hizo pensar en ese día y en JaeSang. ¿Qué dicen? Podemos unir fuerzas, necesitaran mis habilidades para seguir, y yo necesito más ayuda para encerrar y desmantelar la corrupción policial.

Los tres le dieron la espalda, cuchichearon por lo bajo sobre los pro y los contras, pero sabían que era lo mejor, Namjoon solo quería cambiar al mundo y atrapar al malo, no cambiaría nada en su misión de seguir las pistas de Yoongi, y si encima al hacerlo podrían liberar al mundo de un ser tan despreciable como JaeSang, y vengar la muerte del pianista, sería mejor.

— Trato hecho —dijo Jimin estirando su mano y estrechándola con la de Namjoon, aprovechó que tocaron el timbre y que Taehyung fue a recibir el pedido, para acercarse al oído del ex policía —, pero el trato anterior de los VHS sigue en pie ¿Verdad?

Namjoon miró a la puerta, asegurándose de que nadie más los miraba, llevando su mano al pecho del pelirrojo y apretando uno de sus pezones.

— ¿No puedes vivir sin mi pene en tu culo Jimin?

El chico se puso rojo y desvío la mirada, no tenía razón de pedirle mantener el antiguo trato, Namjoon iba a ayudarlos con la búsqueda, incluyendo los VHS, pero por alguna razón, sentir que alguien más lo deseaba, incluso cuando él mismo se odiaba, lo hacía sentirse menos miserable, aunque pensar que mendigaba por amor era estar bajo, el dolor de saber que quién amaba, amaba a alguien más, quizá podría ser reemplazado por ese nuevo sentimiento "sentirse amado por alguien que no amas".

Llevaron las cajas de pizza hacia la sala de estar, pero no se detuvieron allí, continuaron por un pasillo hasta un librero, al cual luego de que Namjoon se acercara, tecleara y tocara algunos lugares, hizo un leve pitido y dejó al descubierto una trampilla en el techo.

Luego de subir por las escalerillas desplegables, bajaron por un ducto algo empinado, estilo resbaladilla, y cayeron en una mullida alfombra.

— Bienvenidos a la guarida de Batman

Los tres quedaron completamente asombrados por lo que el lugar les mostraba, era imposible que eso estuviera escondido en la pequeña casa del ex policía.

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