
Prólogo
La puerta se abrió.
Los murmullos cesaron.
La tensión se respiró.
La expectativa por el nuevo profesor estaba alta, pero...
Joder.
Él entró por la puerta atravesando el pasillo del costado. Rodeó las mesas de atrás. Lo vi. Lo miré. Lo seguí mirando. Seguí sus pasos por todo el lugar hasta que llegó al frente del aula. Frente a mi mesa. Frente a mí.
Nunca creí en los pecados de forma física. Pero, si había alguna manzana que simbolizara la tentación, de ella había nacido él.
No era de las que se lanzaba al vacío...al menos no sin pensarlo un poco. Pero cuando sus ojos viajaron, grises e imponentes, por el salón hasta detenerse en mí...Joder. ¿Dónde debía firmar para caer por él?
Lo miré, no aparté la mirada cuando tomé mi boli y le di una suave mordida. Sus mejillas se sonrojaron un poco y apartó la mirada para dar su discurso de introducción.
Me pasé una mano por el pelo para apartarlo de mi cara y no dejé de pensar en el hecho de que, las peores caídas, sucedían porque no prestábamos atención al camino...o porque le prestábamos demasiada.
El error era no saber que, una vez el camino pintaba si quiera un poco irregular, estábamos firmando la caída.
Y, cuando nos empeñábamos en caminar, ya estábamos cayendo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro