Jacobo:

Para calmar a mi novia decidí que mejor era que vayamos a mi casa, lugar en el que estoy la mayor parte de mi tiempo solo.

Es feo cuando tienes padres que se dedican a trabajar 24 horas los 7 días de la semana.

Ellos llegan cuando yo estoy dormido, así que nunca hacemos familia.

—Bienvenida a mi casa, amor, ponte cómoda, ¿deseas algo de tomar?

Muchas personas se mueren de la curiosidad al saber que haré yo en un espacio tan grande.

Eso se resume de la siguiente manera:

 •  Los fines de semana acostumbro a levantarme a la 1 de la tarde, mientras que los días laborables me levanto a las 7 a.m.

•  Desayuno como una persona normal a menos que crean que soy una planta y hago fotosíntesis.

•  El tiempo máximo que tomo para arreglarme son 15 minutos.

•  Cojo mi mochila y salgo.

—Mi amor, tengo una pequeña preguntita.

—Te escucho.

Con el simple gesto de morderse los labios hace que me de un poquito de calor. Espero que no sea lo que me estoy imaginando.

—¿Has intentado retomar la comunicación con tus padres?

Justo lo que menos quería que preguntara lo acabo de hacer.

—Ellos me dijeron que no les hablara, así que solo estoy cumpliendo ordenes.

—Sabes perfectamente que ellos son lo único que tienes, deja ya el resentimiento.

Las personas que por suerte no pertenecen a ese círculo tóxico no entienden el sentimiento que guardo en mi corazón.

Las acciones o castigos no son lo que me duelen, pero las palabras y gestos se me han quedado grabados en la memoria.

Porque los tres sabemos muy bien lo que hemos hecho para que las cosas se tuerzan.

—Desde hace tiempo que yo no les considero mi familia. Acaso, dime una cosa, Victoria: ¿la familia es la que te ridiculiza delante de extraños? — No quería hacerlo, pero creo que es el momento. — ¿Familia es la que te trata de hacerte sentir inferior?

— Claro que no.

—Un buen padre es el que se burla de tu madre cada cuando amanece enojado o con un simple dolor.

—No pensaba que fuera un viejo amargado.

—Ahora entiendes el punto.

Espero que con lo poco que acabo de decir quede cerrado el tema, porque hay una lista larga de argumentos un tanto ácidos para hablar acerca de mamá y papá.

Ya me imagino que dirán que soy un mal hijo al estar refiriendose de esa forma, pero si no lo sacaba, mi pobre estomago es el que pagaría las consecuencias.

Suficiente tuve en la madrugada.

Lo bueno de todo esto es que recibo dinero mensual. Me pagan la pensión del colegio y el arriendo de esta enorme casa.

Yo solo tengo que buscar la manera de generar dinero para tener comida en la refrigeradora.

—Cambiando de tema, mi amor, según tú y tus dotes de detective, ¿dónde crees que pueda estar mi mamá?

—Conociendo que mi querida suegra se estresa con bastante facilidad, puede ser que haya viajado a escondidas o como segunda opción puede ser que ella también guarde algún secretito.

La mamá de Victoria es muy buena persona, pero un tanto antisocial a comparación de su esposo.

Lo digo ya que tengo evidencias.

En los eventos a los que he sido invitado, ese hombre siempre busca ser el centro de atención.

A la mujer si no le encontrabas en la cocina revisando que la comida esté bien, le encontrabas ❝participando❞ en las conversaciones de damas.

Obviamente de eso nunca se percató mi novia.

— Yo no quiero pensar que a mi madre le pase algo; no me lo perdonaría.

—Yo no me perdonaría verte sufriendo amor.

Quien se atreva a hacerle daño a mi ser especial yo lo acabaría con mis propias manos sin importarme nada.

Lo haría arrepentirse.

El gritito que pego me erizó la piel como a los gatos...

—Me olvidé de avisarle a Irene lo que me pidió mi papá; ella y su madre deben de estar muy preocupadas, llevame a mi casa, por favor.

A regañadientes acepté, y yo que quería pasar más tiempo con ella.

Bueno para la otra será.

No tardamos tanto. Unos 20 minutos nos hicimos hasta llegar.

Me fue muy sorpresivo ver que Irene era la que salió a recibirnos.

— Necesito que me digan qué pasó con Omar: ¿fue a prisión? ¿Se llegó a escapar?

—Mi papá tuvo pensado hacerlo, pero la policía se le adelantó... Ya puedes volver a casa.

«No tienes idea de lo mal que le has hecho pasar a tu hija, mal padre».

Antes de que ingresemos en el interior de aquella, Irene y su madre nos dijeron un lindo y sentido gracias.

Es bonito actuar como buena persona, aunque no te consideres como tal.