Leire:

Y abriéndose la puerta de golpe, se hizo presente la niña.

Quería imaginarme que al mirar sus ojos encontraría mucha maldad. En cambio su mirada me demostraba compasión.

—Señora Leire puede hacerme las preguntas que quiera.

Al no tener una respuesta de mi parte, Victoria comenzó a narrar su versión.

Flashback:

Había llegado a mi casa luego de ir a la biblioteca.

Me era súper extraño no encontrar a mi mamá en casa, sea que esté cocinando o cambiando el mantel del comedor.

—¿Mamá? ¿Estás por ahí?

Al no tener respuesta, dejé mis cosas en la sala de estar y me dirigí a la oficina de mi papá.

Es una persona extremadamente ordenada y lo que más detesta es que cojan sus cosas sin permiso y reacciona mal cuando no las encuentra.

Muy diferente que mi mamá, a ella le gusta colocar arreglos de diferentes formas, texturas y colores.

Iba a golpear la puerta cuando la conversación que escuché llamó mi atención.

—Jefe, ya logré localizar a Leire de Moscoso; ahora digame cual es el siguiente paso.

—Tú ya no te encargas, ahora soy yo el que terminará con dicha tarea. J, a mi ex novia le dará mucho gusto volverme a ver.

«Irene»

Sabía que tienes una profunda amistad con Karen y Emilio, además de que pasa algo entre Leonardo y tú.

Me asusté cuando escuché unas llaves; no me iba a dar tiempo de esconderme, así que como pude corrí hacia el baño y rápidamente desde el interior coloqué el seguro.

Tuve que taparme la boca para evitar que mi papá sospeche que yo andaba cerca.

—Piensa desde otro punto, Victoria

Esas sabias palabras me permitieron que me diera cuenta a qué se refería mi padre.

Por conversaciones anteriores supe que "Leire" había sido una de las tantas novias de mi padre, una mujer por la cual perdía la cabeza.

Él le pintaba a esa misma mujer como uno de sus grandes errores.

Y mi padre nunca dejaba pasar algún error.

Me mordí la lengua al escuchar que mi padre me andaba buscando.

—Victoria, ¿ya llegaste? —Con cada paso que daba mi corazón se aceleraba. —Capaz está en la cocina buscando qué picar...

Subió las escaleras dirigiéndose hacia la cocina; yo, en cambio, bien despacio abrí la puerta y salí en dirección a la oficina. Tomé el teléfono y marqué al primer número que se me vino a la mente.

—Buenas tardes, casa de la familia Garcés habla con Karen.

— Hola, soy Victoria. Necesito tu ayuda, porque está a punto de pasar una tragedia.

—¿De qué tragedia me hablas? ¿Acaso estás loca?

—No tengo tiempo suficiente para explicarte, por favor. Karen, dame la dirección de la casa de tu amiga Irene.

Tomé papel y esfero para apuntar la dirección. Cuando ya iba a cerrar, ella dijo.

—Antes de que te vayas quiero que sepas que no se encuentra nadie ahí porque su abuela sale las tardes a unas reuniones y su mamá trabaja hasta las 10 de la noche...

—Entiendo, gracias por la ayuda.

Colgué con la esperanza de que mi padre no le encuentre a Irene antes que yo.

Como ángel de la guarda me encontré al padre de Leonardo. Pregunté por ellos y el Sr. Jorge me supo decir que habían salido hacia la feria juvenil...

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—Esa es toda la historia.

Cada información que llegaba a mi cabeza me provocaba diferentes reacciones.

Al principio siento que el cuerpo se me hormiguea; después me provocan unas nauseas espantosas.

—No se que decir...

—Yo creo, Mami, que primero debemos agradecerles a tu profesora, a Victoria y a Jacobo por salvarme...

—Pero Jacobo Santamaría, ¿qué tiene que ver en toda esta historia? —preguntó un tanto confundida.

Porque en todo el relato nunca le mencionó al muchacho.

—Resulta, mami, que Jacobo es ahijado de bautizo de la Sra Estela.

Se me abrió la boca al escuchar aquello.

Todo esto es una verdadera caja de sorpresas.

Victoria acotó con algo más en la conversación:

—Voy a salir con mi novio para avisar a la policía, la dirección de mi padre y la de ustedes; sugiero que por esta noche se quede aquí. Sra Leire

—Lo siento, pero mi mamá... —La pobrecita, al ver que no aparezco, puede darle algo grave.

—No se preocupe; voy a buscar la forma de avisarle que ambas están bien.

¿Y si Omar le hace algo a mi madre en mi ausencia?

—Se lo que está pensando; por favor, confíe en mí.

Y de esa forma le di la oportunidad a Victoria. Lo mejor fue que no me arrepentiré.