Capítulo 26 (Parte 2)
Irene:
El agua de valeriana me cayo como anillo al dedo.
Mi estomago lo traía revuelto; el dolor de cabeza se me volvió insoportable, ya que con cada minuto que pasaba iba en aumento.
No quería pensar en mi familia.
Mi mamá debe tener su presión arterial por las nubes; ni siquiera debe pensar en comer por el hecho de buscarme; mi dulce abuelita ni se diga.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la Sra Estela.
—Niña, Victoria está en el teléfono. Dice que quiere hablar contigo.
—No gracias, quiero dormir.
—Dice que es urgente por favor.
—Si es tan urgente como menciona, por qué no tiene la valentía suficiente para hablar directamente conmigo.
Las ganas de llorar querían aparecer, más no era el momento de llorar.
Me di media vuelta; mi cuerpo estaba comenzando a entumecerse al no pararme y realizar otro movimiento.
Pero estaría poniéndome en riesgo al ir a otro lugar; bien podían asustarme y provocarme algún accidente.
O muchas otras cosas más.
La sorpresa fueron los suaves toques a la puerta de entrada.
Hortensia (hermana de Estela) salió a abrir.
—Gracias por venir, no te preocupes, Jacobito; ella está con nosotros.
Mis ojos se abrieron de par en par; Jacobo se encontraba en esta casa, y además se preocupaba por mí.
Porque se lanzó a abrazarme y llenarme de besos las mejillas.
—Irene, dime por favor ¿qué sientes? ¿Te duele algo?
Agarré con fuerza el cuello de su camiseta y, sin intención alguna de demostrarme sumisa, le dije:
—Sácame de aquí. Jacobo, te juro que si me llega a pasar algo, tanto tu novia como estas mujeres y tú serán los responsables.
Despacio se liberó de mi agarre; de una mochila sacó una grabadora cassette color plomo marca Gray.
Luego aplastó en el botón de play.
En dicho audio podía notar la voz de Emilio, la voz de su padre y la voz de mi abuelita diciendo a alguien que saben quien me raptó.
—Mi novia hace 3 días se enteró del plan malvado de su padre.
Iba a interrumpirlo, pero él alzando la voz continuó.
— Sus ojos cayeron en la mirada de la Sra Estela. — Busco la manera más rápida de localizar a estas buenas mujeres y sé entero de toda la historia; es por eso que busco salvarte.
—Y por eso me empujo... ¡Su padre ya sabia en qué sitio me encontraba!
—Exactamente, solo quiero que te calmes; las autoridades ya están haciendo su trabajo y en pocas horas ya verás a tu familia.
Espero no equivocarme al creer cada una de sus palabras.
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