Claudia Parra:

En el teléfono convencional nadie me contestaba, lo cual me llamaba la atención porque ella siempre me respondía las llamadas. 

Mientras manejaba sentía un fuerte dolor de cabeza y un mareo; eso le preocupó a mi pequeña hija.

—Mami, ¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien? ¿Es porque Verónica no contesta?

Comenzó a preocuparme con las preguntas más que con el malestar que llevaba hace días. Mis hijas no lo sabían, pero me he sentido mal y en mi abdomen hay una mancha grande de color café que antes no la tenía. 

Le lancé un beso a mi pequeña para cambiar de tema.

— Tranquila cielo, mejor duerme.

—Sabes que no me gusta verte así, y más con todo lo que te toca pasar por cuidarnos, si tan solo mi padre desapareciera de una vez.

Que una niña de 9 años hable con resentimiento no es bonito. Hernán nos falló tanto a sus hijas como a mí al preferir su "nueva familia".

«Claudia, ya no te amo, entiéndelo de una vez».

«Mis hijas fueron uno de mis grandes errores, son la deuda que tendré contigo hasta cuando muera».

Si tan solo pudiera demostrarle que está equivocado, que la maldad se apoderó de él, pero ni siquiera ayudó cuando se enteró del embarazo de Verónica.

«Ya que decidiste a jugar a ser adulta, ¡te las arreglas sola! Tu madre no sirve, ¡qué decepción!»

Le hablé muchas veces de las relaciones sexuales.

 Le expliqué sobre el VIH, que es una enfermedad que se está transmitiendo y veo que no le importó mis advertencias.

Al llegar al garaje, noto brevemente que Iván sale corriendo y su rostro está pálido, sus ojos se mueven de forma nerviosa. 

Lili lo mira raro, espero que tome un suspiro y hable.

—¡Señora Claudia, en buena hora que aparece!

—Hola Iván... ¿Dónde está mi hija?

Sus ojos se cristalizan y se arrodilla, mueve su cabeza negando repetidas veces.

—Me estás asustando Iván...

—¡Perdóneme! ¡Yo le conté a Leonardo sobre el embarazo y ella salió desesperada a buscarlo! ¡si le pasa algo a mi hijo! ¡No me lo perdonaré nunca!

Un frío se instaló en el ambiente. Lo que me estaba diciendo debe ser una mentira, este niño debe haber tomado en esa absurda fiesta...

 Ahora que me acuerdo ella no quiso ir a la fiesta.

Flashback:

 Su mejor amiga Carolina estaba sentada en la sala, la pobre buscaba convencerla de todas las formas posibles para ir con ella.

—Leonardo va a estar ahí, no quiero, Caro.

—¡Estás jugando con él! ¡Qué te cuesta decirle la verdad! No se lo merece... sabes que tengo razón.

Se cruzó de brazos y tensó la mandíbula —! No me arriesgaría a perderlo! ¡Yo lo amo y lo amaré hasta cuando muera!.

Son las 2 de la mañana, así que debo pensar antes de que Eugenia y Jorge comiencen a investigar, porque lo más lógico es que Leo no esté con ellos, se pelearon aquí afuera y no sabemos en dónde más se metieron.

Miré a Lili, ella ya había tomado su abrigo esperando a que le diera alguna nueva orden.

 No podía molestar a los vecinos, así que voluntariamente o no tenía que ayudarme Iván.

—Puedes cuidarla hasta cuando regrese con ellos, por favor.

Asiente y subo de nuevo al carro, mi mente me comienza a presentar escenarios que no quiero imaginarme.

Sé que da todo por este chico, le ha acompañado en los momentos en que nosotros, como sus padres, no le dimos atención.

No podía fallarle ahora, Dios, que no haya pasado nada...

¿En qué punto subí la velocidad del carro? No tengo ni idea, mi cabeza giraba de forma robótica hacia la izquierda, derecha y frente, tratando de encontrar algo.

Y mi pobre corazón me golpeó, provocando un dolor agudo en mi pecho... bajé la ventana y con todas mis fuerzas grité.

— ¡Verónica! ¿En dónde estás?

Luego de eso, cerré los ojos buscando tranquilizarme, pero juro que ahí la vi, llevaba un vestido blanco, corría asustada y agarrando su vientre.

 El lugar no era donde yo estaba ahorita. 

Mi miedo crecía a pasos agigantados

Cuando nuestras miradas se cruzaron, ella simplemente me dijo.

«Sé que nos veremos pronto mamá; ya no sufriremos más».

Los abrí de golpe, mis yemas masajearon mis sienes, estoy muy nerviosa

Pero mi sexto sentido me dice que mi niña está en problemas.