—Bueno... pero ¡aceptarías fingir ser mi novia hoy en la noche!

Irene:

Me quedé paralizada, el aire se me congeló, el corazón pegó un brinco muy fuerte.

Hasta lo último que entendí estaba acordándose de alguien con el nombre Paul; le llamaba tonto, malcriado y engreído.

¿En qué punto todo se fue patas arriba?

—¿Cómo?

No sé cómo estaba mi cara, porque Leonardo me miró un tanto nervioso y de repente soltó una bocanada de aire.

Aire que estábamos compartiendo.

—Primero que todo, no te alteres, no me pegues, por favor.

Obviamente, ninguno de los dos olvidamos lo que pasó el primer día que estuvo a mi cargo.

—Hoy vendrán unos parientes que no son de mi agrado, quiero evitar lo más posible tener que conversar con ellos, es por eso que te pido ayuda.

—¿Y en qué parte entra que debo fingir ser tu novia? No puedo ser solo una amiga de la escuela y ya.

Para ambos sería más fácil.

—No, yo les conozco y te juro que no estarán quietos a menos que sigamos ese plan.

Porque para mi cerebro la palabra novia tiene un significado distinto, algo más íntimo, que en otras circunstancias me moriría de ganas y no me importaría participar en una mentira.

Pero las palabras de Karen no han salido de mi cabeza.

«Antes de que él fuera novio de Verónica, salimos juntos... »

«Irene, yo soy su primera novia, su primera ilusión»

Su voz interrumpe mis pensamientos.

—¿Irene? pasa algo.

Lo que iba a decir a continuación me puso nerviosa—¿Es cierto que fuiste novio de Karen?

Ahora era él quién se quedó en shock, y puedo asegurar que sentí una montaña de emociones en mi interior.

Primero me hirvió la sangre y, con tan siquiera imaginarme que ella le acarició, besó esa dulce y tierna boca, me frustraba pensar que le llenó de abrazos y de detalles.

Segundo, se apoderó de mí la tristeza, porque eso significa que para él no sería algo nuevo el hecho de enamorarse, mientras que para mí sería lo más bonito que me pueda pasar.

—Sí, anduvimos un tiempo pero no siempre salen las cosas como tú quieres

Con tal confirmación me sentía extraña.

—No pensé que fuera tanto así, creí que solo ...

—No sé de qué forma te contó la historia Karen ,pero vuelvo a decirte cómo ese día, me gusta que me avisen que van a andar divulgando cosas tan privadas y tan mías.

Iba a salir de su habitación cuando lo detuve.

—Ella solo quiere que vuelvas a hacer el de antes, no te tomes todo a lo malo.

Los dedos de su mano izquierda presionaban suavemente su nariz.

—¡Basta! Todo el mundo cree que lo que me pasó se cura de aquí en 2 días o en 1 hora, o que solo fue una simple pesadilla —esas palabras tenían un tinte de rencor con una mezcla de frustración—. Perdí a una persona importante, perdí mi libertad de moverme y hacer mi vida normal, y solo quieren que les ponga una tonta sonrisa para que estén a gusto. ¡No me jodan!

—¿Tú crees que la gente que está a tu alrededor no se siente igual o peor que tú? ¿No crees que la familia de Verónica están felices? — su negatividad me exasperaba. — Piensa un poco, su propia madre va a guardar ese dolor para toda su vida.

—Me estás creyendo tonto, ¿acaso?—lo siguiente que dijo fue lo que me rompió completa— Sabes, estás actuando como si me conocieras de toda la vida, hablas cosas y te metes en cosas que no te competen.

Ahora yo estaba de metiche, ¡qué bonito! y después se quejan los hombres de que uno les trata mal.

—Entonces, si tanto te molesta, me voy a mi casita y tú verás cómo te las arreglas con tus primos pesados.