Capítulo 1 (parte 2)
Capítulo 1 (parte 2)
Leonardo:
—¿Acaso hay algún otro Leonardo aquí? No muerdo.
¡Una chica me hizo reír! Me acabo de sonrojar.
Ella toma la iniciativa al tomarme nuevamente de la mano, luego caminamos hacia el grupo, ahí estaba sonando la canción de El Biles Bordon -4 "Qué cara más bonita".
Nos movemos al ritmo de la canción, y debo confesar que ella debe ser de España, ya que se mueve muy bien y eso me sorprende.
Tiene mucha elegancia y buenas curvas.
Pues me perdí en su voz porque ya estoy hablando raro.
— ¡Qué cara más bonita! Yo quisiera enamorarla ¡qué cara más bonita! Y no se deja enamorar.
Me siento bien con esta compañía, su risa y sus giros hacen que empiece a sentirme de una forma que de verdad no logro describir, es un sentimiento raro, porque haber... Yo tengo novia y la quiero...
No mente, por favor, ahora no es...
«Me llamó Iván y se supone que Verónica me llamó anoche diciendo que había arruinado su vida y que estaba embarazada.»
—Leo, están sonando hombres G, vamos a ..
—Irene, perdona que te deje, pero tengo que salir de emergencia.
Y así corto la conversación y mi compañía, sé que no la voy a volver a ver, así que será un pequeño recuerdo de esta fiesta.
Por lo que veo, mi mejor amiga ya se estaba divirtiendo con un rubio más alto que ella.
Afuera ya me esperaba Iván, le invito a que se suba al asiento del copiloto y arrancamos.
—Me alegra que te hayas divertido, ¿sabes? me gustaría ser como tú Leonardo Sarmiento. Nuestras miradas se cruzan y de forma sincera mi boca expresa un gracias a tal halago.
En otras circunstancias ya todo habría tenido un final amargo; sin embargo, salió todo fuera del plan.
Al llegar, vemos que las luces de la casa están apagadas, a excepción del cuarto de ella.
—Déjame que la llame, por favor.
Mientras el teléfono suena, me preparo mentalmente a todo lo que se viene y evito a toda costa dejar escapar 1 sola lágrima.
La conversación avanza bien, ya que el chico finaliza con un "te espero aquí abajo".
Las manos me comenzaban a hormiguear y mis labios los siento más secos de lo habitual.
Al bajar y salir, el rostro de mi "novia" palidece ante mi presencia y suelta un suspiro.
Bajo del carro, mis ojos no se despegan de los suyos y mi saludo suena tan frío como Alaska
—Hola Verónica.
—Leo, dime qué te dijo este idiota, déjame explicar.
Con el rabillo del ojo noto cómo Iván se molesta por el trato que recibe, así que decide responder de una forma muy explosiva.—Aquí no te voy a aguantar que me insultes y mucho menos que me mientas, yo tuve más valor y me contacté con él.
Sus ojos se cristalizan y su voz comienza a temblar y a sonar entrecortada.
—Tú no tenías ningún derecho de decirle algo, eres un infeliz, Iván, te pedí que me dejaras arreglarlo sola.
Podría imaginar cualquier cosa menos que jueguen conmigo de esta forma, ella sabe que me tiene engrupido, que haría cualquier cosa por ella, es más, si me tocara robar el oro que necesité, yo lo haría.
La rabia se hace presente en mi ser y con lo primero que me desquito es con la llanta de mi carro. —Así que el hijo que esperas es de él ¿no? Y cuando fantaseaba con nuestro matrimonio, ¡me decías que no querías hijos!.—Me aproximo hasta donde ella, mi mano izquierda le regala por última vez una caricia. —Gracias por engañarme, gracias por mentirles a mis padres diciendo que me amabas.
—Leo... Perdóname, sé que me equivoque, pero te amo.
Niego y regreso a mi puesto original, ahí recibo un sutil apretón de hombro por parte de Iván
— ¡Qué bonita forma tienes de amar!
Creo que mis oídos están con un fuerte zumbido y no escucho de forma clara los ruegos de Verónica.
Logro subirme a mi carro y arrancar del lugar, aceleré la velocidad con intención de correr de esa casa, de despertar de tan amarga verdad.
Recién caigo en cuenta de que el carro de mi ex me está siguiendo, me persigue desde que salí de su casa hasta este punto de la carretera.
— ¡Leo detente y escúchame por favor!
Bajo la ventana y saco mi cara para ver que ella me llamaba de forma desesperada.
—¡Regresa a tu casa!
Al ingresar de nuevo, veo que un carro negro me golpea en el costado izquierdo; eso hizo que me deslice y pierda un poco el control.
¡Se acabó todo, ahora me conocerán!
Agarró más velocidad y lo golpeó en el mismo sitio y con la misma fuerza, bien que se lo merecía.
En lo que no me fijé es que a la derecha me golpean y producto de eso mi carro rueda barranco abajo, los vidrios se revientan, me golpeo por todos lados.
Lo último que veo es cómo el carro de Vero fue igual lanzado hacia el barranco, de ahí todo se me vuelve negro.
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