☂️8☂️
Quise pasar desapercibido, si es que eso hacia algún sentido. Todos en aquel salón tenían sus miradas sobre Minho y sobre mí. Me sentí cohibido, tembloroso de mala manera. Ansioso. Mis manos picaron y se movieron flaqueando con visibilidad. Las uní delante agarrándolas para disimular mi estado y me comencé a despedir rápidamente. Pero como decía, mi mañana estaba siendo infinitamente mala.
–¿Taemin-sunbaenim? –Dijo la chica que no recordaba. Taeyeon la miró dudosa preguntando, como si yo no estuviese delante y escuchando, sobre mí y cómo me conocía. Tragué con peso.
–Hace años fue uno de los artistas mejores pagados de nuestra agencia. Era uno de los idols más reconocidos internacionalmente, era un ícono para todos hasta que... hasta que se retiró. –Dijo mirándome en su pausa por explicar mi final. No pude más, tenía que salir de ahí.
Salir de allí.
Ese era mi único pensamiento, lo único que acaparó mi sistema. Maldición, no paraba de temblar. Park se levantó y corrió a mi lado, pero antes de llegar, un pie en falso de mi parte casi me hace caer. Por supuesto, Minho estuvo ahí sosteniéndome al instante.
–¿Estás bien, Tae? –Deteniéndome en sus pupilas nada más vi preocupación, sospechas, necesidad de preguntar algo más. Necesitaba dejar su lado, incluso sus feromonas olor limón estaban afectándome. Olía casi a perro protector. No lo iba a dejar, yo tenía que cuidar de mí mismo aún cuando lo hacía mal a propósito.
Me desligué de sus brazos sintiendo decepción por la lejanía, pero no se podía evitar. –Estoy bien, debe ser que necesito descanso por lo de ayer. Debo irme. –Miré a Park y ella me sonrió condescendiente. Reconocimiento sentimental.
Sin mirar atrás, salí del lugar, ni siquiera giré a ver a Byun-chan.
–Taemin... –Dijo Park, mordiendo su labio, reprimiendo todo lo que moría por decir. Su instinto mamá osa. Levanté una mano para detenerla. Siquiera miré a verla, no podría ver sus pupilas inundándose, no sin sentir culpa.
–...no pasa nada, noona. Mejor veámonos mañana en el trabajo. Discúlpame con el director e inventa cualquier excusa. Gracias y hasta mañana.
–Lee... –Llamó cuando iba a entrar a mi habitación una vez desbloqueada la puerta. –Estarás bien, ¿cierto?
Suspiré asintiendo con la cabeza. La miré sonriendo, ocultando mis ojos tras una línea achinada. Falacia. Cerré la puerta antes de que decidiera que no debía dejarme solo.
Tenía que estar bien. Mañana todo mejoraría.
Nada más entrar, todos pensarían que lo lógico era encender las luces, bañarme y comer. Bueno, solo iba a bañarme, porque era una puta de la limpieza corporal. Y quería sacar mis miedos con agua y gel, sentirme limpio de mis pecados.
Demás está decir que estuve bajo la ducha, desnudo y llorando por largos minutos, casi una hora. Necesitaba patear y hacer berrinches grandes en la soledad de mi casa. Sentirme un niño comprendido por el silencio a mi alrededor. No funcionó nada de eso.
Al menos, los temblores que aún hacían a mi cuerpo tener espasmos horribles, se camuflaron con los del frio del agua.
Me dirigí a la cocina usando una simple camisa larga, demasiado para mí. Caían por mis muslos y eso era más que suficiente. Bajo ella, mi ropa interior. Abrí un estante que pensé que no volvería a mirar con tanta lastima. Allí estaban las botellas de días festivos, solo vino del mejor. Las había comprado para las visitas de las pocas personas que me quedan. Ahora eran las botellas del desahogo emocional. Tomé dos y las descorché, vaciando parte de una en la copa más grande que tenía para vinos. Así es, aún en mi estado de agonía, no dejaba de ser tiquismiquis con el orden y las formas. Me senté en el suelo frente a la mesilla de café que estaba cerca del ventanal que ofrecía la vista a la ciudad desde mi piso.
Era un ícono para todos... hasta que se retiró
Cuántas veces había escuchado ese tipo de cosas sobre él. Al empezar su primer trabajo como guionista, su jefe le había dicho sonriente y palmeando su hombro: Una lástima que te hayas retirado de la agencia. Las personas en las cafeterías, incluso los trabajadores murmuraban, caminar por las calles no le había sentado mejor. El mercado, fue aún peor. ¿Ese no es Lee Taemin? ¿Por qué se habrá retirado? ¿Cómo tiene la cara de aparecer en público? Cierto, hace como si nada hubiese sucedido. Que poca dignidad, lo detesto. Mi grupo favorito se echó a perder por su culpa. Mi lindo Taemin... Moongyu hyung murió por su culpa. Es un omega fácil, nos hace ver a todos los omegas como gente sin decencia. Ofrecido. Lo odio. Ese inútil, lo odio.
Lo odio.
Todo está bien...
Lo aborrezco.
Ojalá hubiese muerto.
No importa lo que suceda, niégalo...
Es su culpa.
...No olvides que te quiero...
Lancé la copa hacia la ventana. Era demasiado fina como para romper un ventanal, ni siquiera le rayó, pero mi rabia al menos fue sacada un poco. Casi nada. Me incliné en las botellas, mi nivel de alcohol en sangre ya había nublado mi sensatez. Todos esos recuerdos, los comentarios, los abucheos de fans indignados. Cada cosa que sucedió hace cinco años las recuerdo, hasta el día en que tuve que mudarme por las amenazas en mi casa, el vandalismo en mis puertas y las llamadas a altas horas de la noche. Las hermosas palabras de Moon hyung.
Suspiré pasando mi mano por el pelo mojado sobre mi frente. Tiré mi cabeza sobre el sofá mirando al techo sin nada más que decir que; esta vida es una mierda.
Si quería continuar con mi anonimato público, debía seguir siendo yo. El gamma escondido que reprimía su verdadero aroma. Alejándome de Minho y mi pasado a como dé lugar. Pero eso era algo para pensar mañana, hoy me dedicaría a revolcarme en los recuerdos.
Pregunta
¿Alguien lee esto?
Es que realmente no parece que se leyera esta historia, no sé si no gustan del 2min o de mí jjajaja, pero en serio, si alguien lo lee deje una estrellita y/o un comentario porfavorcito.
XOXO Shawols
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