☂️30☂️
El sol se filtraba suavemente por las cortinas cuando desperté, sintiendo el calor reconfortante de la habitación de Minho como un abrazo. Aún recostado en la cama, mi mente navegaba entre sueños y realidades. Los últimos días se habían desvanecido en una mezcla de visitas al médico, conversaciones con Minho, y momentos de quietud en los que intentaba asimilar mi nueva realidad.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el suave crujido de la puerta. Giré la cabeza y vi a la madre de Minho entrar con una sonrisa cálida.
—Oh, Taemin, no quería despertarte —dijo suavemente mientras se acercaba—. Descansa, cariño.
Intenté incorporarme, pero su mano gentil en mi hombro me detuvo. Con cuidado, me ayudó a acomodarme en una posición más cómoda, sentado y apoyado en las almohadas.
—Gracias —murmuré, sintiendo mi corazón acelerarse por su presencia tan maternal y reconfortante.
—No tienes que levantarte tan rápido, querido. Estoy aquí para cuidarte —dijo con una calidez que me reconfortó mientras se sentaba en el borde de la cama.
La miré con aprecio, sintiéndome vulnerable, pero también reconfortado por su amorosa presencia. Ella me había aceptado en su familia con los brazos abiertos, una muestra más del apoyo incondicional que Minho y su familia me brindaban.
—Sra. Choi, yo… —comencé, pero ella me interrumpió con una sonrisa tranquilizadora.
—Llámame Soo-jin, por favor. Desde el momento en que Minho te trajo a nuestra vida, eres parte de nuestra familia —dijo con dulzura, tocando mi mano con cariño.
Asentí, agradecido por su amabilidad. Había conocido a muchas madres en mi vida, pero la calidez de Soo-jin me recordaba a la mía, a la que no había visto en años. Lo cual prefería a que estuviera cerca para ver los altibajos de mi vida.
—Taemin, ¿puedo preguntarte algo? —dijo después de un momento, su mirada encontrando la mía con curiosidad y afecto.
—Claro, Soo-jin —respondí, preguntándome qué podría querer saber.
— ¿Amas a Minho? —preguntó directamente, su tono lleno de sinceridad y una pizca de preocupación maternal.
Mi corazón se apretó ante la pregunta. Bajé la mirada por un momento, reuniendo mis pensamientos antes de responder con sinceridad.
—Sí, lo amo —dije finalmente, levantando la mirada para encontrar la suya—. Lo amo a pesar de que no quería hacerlo después de todos los errores que he cometido. Lo hago aun cuando quise alejarlo de perderse en mis destrozos.
Una sonrisa suave se extendió por el rostro de Soo-jin, sus ojos brillando con alivio. — Eso me alegra mucho, pero quiero saber algo, ¿no te importa que ya tenga un hijo? —preguntó, consciente de la repercusión social que podría representar.
Negué con comprensión sonriendo mientras recordaba al pequeño revoltoso de ideas inocentes.
— Byung Chan es una bendición en nuestras vidas. Su madre biológica, Haneul, no pudo cuidarlo y decidió dárnoslo cuando Minho aún era joven. Es un niño especial, lleno de alegría y amor.
Me conmovió escuchar de Byung Chan, sintiendo una conexión más profunda con él y con la familia de Minho. — Debe ser increíble tenerlo en sus vidas.
—Lo es —dijo Soo-jin con orgullo maternal—. Nos dio un propósito aún mayor como familia.
La conversación fluyó entre nosotros, hablando de nuestros pasados, nuestras esperanzas y nuestros miedos. Soo-jin compartió historias de Minho cuando era joven, sus travesuras y su determinación desde temprana edad. Me hizo reír con sus anécdotas y me emocionó con su amorosa devoción hacia su hijo.
—Taemin, quiero que sepas cuánto aprecio que le hayas dado una oportunidad a Minho después de tantos años perdidos —dijo Soo-jin con seriedad, sus ojos expresando gratitud genuina.
—Él… él me ha mostrado lo que es el verdadero amor y ha prometido no dejarme —admití. No como Moon-gyu lo hizo—. Y estoy agradecido por cada día que paso a su lado.
—Entonces, bienvenido a nuestra familia, Taemin —dijo Soo-jin con una sonrisa que iluminaba la habitación—. Y siempre estaré aquí para ti, como lo estoy para mis hijos y Byung Chan.
La habitación se llenó de una calma reconfortante mientras Soo-jin y yo continuábamos nuestra conversación. Hablamos de Minho y cómo había crecido, de sus sueños de convertirse en futbolista y cómo terminó siendo idol, y de su evolución como padre de Byung Chan. Cada palabra de Soo-jin resonaba con amor y vanidad maternal, pintando un retrato vívido de la persona que Minho era y de la familia que había soñado tener.
—Minho siempre ha sido apasionado —compartió Soo-jin con una sonrisa cariñosa—. Desde pequeño, tuvo una determinación inquebrantable para alcanzar sus sueños. Cuando decidió quedarse solo con Byung Chan, fue un momento épico para él. Sabía que quería ser un buen padre, aunque fuera joven.
Asentí con admiración, imaginando la determinación juvenil de Minho fusionada con el amor incondicional que sentía por su hijo. — Debe haber sido difícil para él, pero parece haber encontrado su camino.
—Lo ha hecho —confirmó Soo-jin con seguridad—. Y tú, Taemin, eres una parte importante de su camino, antes y ahora. Desde que entraste en su vida, lo he visto más feliz, más centrado. Te ama profundamente.
Sus palabras me hicieron sentir cálido por dentro, una mezcla de gratitud y responsabilidad hacia Minho y hacia la familia que me acogía tan generosamente.
— ¿Y qué hay de ti, Soo-jin? —pregunté con curiosidad—. ¿Cómo te sientes respecto a todo esto?
Ella consideró mi pregunta con calma, sus ojos pensativos.
—Ver a Minho encontrar a alguien como tú me llena de alegría y alivio —comenzó, su voz suave pero llena de sinceridad—. Él ha pasado por mucho, Taemin. Desde la pérdida de su madre hasta los desafíos de criar a Byung Chan y el ver a su Mate con otro para luego desaparecer. Nunca ha dejado de buscarte y construir un negocio familiar porque decía que debía proveer para ustedes cuando te hallara.
Sus palabras me hicieron enrojecer y sentirme tímido, resonaron profundamente en mí, disipando mis temores de no ser suficiente o de no encajar completamente en su mundo familiar. Me sentí aceptado y querido, una sensación que había anhelado durante mucho tiempo.
—Gracias, Soo-jin —dije sinceramente, mis ojos llenos de gratitud—. Es reconfortante saber que tengo su apoyo.
Ella sonrió gentilmente y colocó una mano sobre la mía con afecto. —Taemin, te lo digo sinceramente. Eres una bendición para nosotros, y estoy agradecida de que hayas encontrado el camino de regreso a Minho después de todo este tiempo.
Una mezcla de emociones se agitó dentro de mí mientras la miraba, profundamente conmovido por su sinceridad y bondad. Había encontrado una segunda oportunidad en el amor y la familia, y estaba decidido a no dejarla escapar.
—Prometo cuidar de él, Soo-jin —. dije con firmeza, sabiendo que mis palabras eran un compromiso no solo con ella, sino también conmigo mismo y con Minho.
Ella asintió con una sonrisa llena de confianza diciendo, ‘’Lo sé’’.
El resto de la tarde transcurrió entre conversaciones amenas. Me sentí más ligero, más seguro de mi lugar en la vida de Minho y en la familia Choi. Soo-jin se levantó finalmente para irse, prometiendo regresar pronto para más visitas y para compartir más historias familiares.
—Gracias por todo, Soo-jin —. le dije sinceramente cuando se despidió en la puerta.
Ella me miró con cariño. —Llamaré a Minho para que te lleve abajo.
Puse un puchero ante sus palabras. —Puedo caminar.
—Lo sé, pero dile eso al terco de mi hijo. Si te dejo bajar por tu cuenta, es capaz de armar un drama y acusarme de abuso. — Ambos reímos hasta que la puerta se cerró.
Cuando la puerta se cerró detrás de ella, me recosté en la cama, el corazón lleno de gratitud y esperanza. Había encontrado no solo amor en Minho, sino también una familia que me aceptaba completamente, con mis cicatrices emocionales y mis temores del pasado. Con esa realización, me prometí seguir adelante con valentía, sabiendo que no estaba solo en este viaje.
Fue entonces cuando escuché un suave golpe en la puerta, seguido por la entrada tranquila de Minho. Su rostro se iluminó al verme despierto y sentado en la cama.
— ¿Cómo te sientes? —preguntó con voz suave mientras se acercaba y tomaba mi mano.
—Estoy bien — respondí, sonriendo ante su palpable preocupación por mí. Minho se sentó a mi lado, su presencia reconfortante como siempre. Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la compañía del otro.
—Hablaron mucho tú y mi madre. — dijo entrecerrando los ojos con suspicacia. La curiosidad haciendo de las suyas.
Asentí riendo a carcajadas, recordando los cuentos reveladores. —Sí, hablamos sobre muchas cosas. Sobre ti, sobre Byung Chan, sobre... Haneul.
Minho frunció el ceño ligeramente, sus ojos buscando los míos con una mezcla de curiosidad y precaución. — Ah, Haneul.
Un silencio tenso llenó la habitación mientras Minho procesaba mis palabras. Pude ver emociones encontradas en su rostro: gratitud por la oportunidad de ser padre de Byung Chan, pero también una sombra de tristeza.
—Haneul era una persona complicada —comenzó Minho lentamente, eligiendo sus palabras con cuidado. —Ella luchó mucho con sus demonios internos, y aunque quería ser madre para Byung Chan, simplemente no pudo hacerlo. Sus padres no querían al bebé, incluso la hicieron firmar los documentos de renuncia paterna. Ella acababa de empezar a vivir por lo que no podía mantenerlos a ambos. Tampoco quería una familia siendo tan joven.
—Debe haber sido difícil para ti —murmuré, sintiendo una mezcla de compasión y respeto por la difícil situación de Minho.
Él asintió, sus ojos reflejando años de dolor y aceptación. Minho sonrió con cariño, sus ojos brillando al hablar de su hijo. —Fue... complicado. Pero Byung Chan ha sido una luz en mi vida, incluso en los momentos donde me sentí más hundido. Él es mi todo, Taemin. No puedo imaginar mi vida sin él.
— ¿Estás seguro de que puedo ser parte de esta familia, incluso con mi pasado y mis problemas?
Minho apretó suavemente mi mano, sus ojos encontrando los míos con determinación. —Cariño, eres parte de esta familia desde el momento en que decidí amarte. Mi madre te ha aceptado, Byung Chan te adora, y yo te amo con todo lo que soy.
Sus palabras disiparon muchas dudas que pudiera haber albergado en mi corazón. Me sentí amado y valorado, no solo por Minho, sino por toda su familia. —Gracias, Minho, dije sinceramente, sintiendo un nudo en la garganta por la emoción que amenazaba con abrumarme.
Él sonrió suavemente, acercándose para besarme con ternura. El calor de sus labios contra los míos me recordó que estábamos juntos en esto, enfrentando el futuro con esperanza y amor.
—Te amo, Taemin —susurró Minho contra mis labios, su voz cargada de promesas y afecto.
—Y yo a ti, respondí con el corazón lleno de gratitud y amor.
Nos quedamos en silencio por un momento más, perdidos en el calor reconfortante de nuestro abrazo y en el entendimiento mutuo que compartíamos. El peso de mis preocupaciones parecía más ligero ahora, sabiendo que tenía a Minho y a su familia a mi lado.
— ¿Listo para explorar lo que el futuro nos tiene preparado, Taemin? —preguntó Minho suavemente después de un momento, rompiendo el silencio con curiosidad.
Asentí con una sonrisa, sabiendo que, con él a mi lado, podía enfrentar cualquier verdad que el pasado o el futuro tuvieran reservada para nosotros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro