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En fin, que seguiré escribiendo de esta Ship porque amo a mi baby Tae.... Espero que las disfruten.
XoxO mis Shawols
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La lluvia caía implacable sobre la ciudad, cada gota resonaba como un recordatorio de las lágrimas que no me permitía derramar. Mi corazón, una vez lleno de canciones y aplausos, ahora latía al ritmo de un silencio ensordecedor. La vida que había conocido, la de luces brillantes y escenarios deslumbrantes, se había desvanecido en un susurro de sombras y suspiros.
Había pasado años construyendo muros alrededor de mi corazón, jurando que nunca dejaría que nadie se acercara demasiado. Pero Minho volvió, con su aura sublime y su persistencia inquebrantable. Él había encontrado una manera de derribar esas barreras de nuevo. Ahora, esa armonía con la que había llegado a un acuerdo se derrumbaba en apenas minutos.
El día había comenzado con risas y miradas cómplices, un raro momento de paz en la tormenta que había sido mi vida desde hacía cinco años. La casa de Minho se había convertido en un refugio, un lugar donde podía ser yo mismo sin miedo al juicio de mis acciones. Pero esa calma fue efímera.
La puerta se cerró con un clic suave, pero para mí, sonó como el estruendo de un trueno. Suzy irrumpió en nuestra burbuja con la inocencia de un niño dormido en sus brazos y la compañía de un fantasma de mi pasado. La figura que se perfilaba en el umbral era más que un simple visitante; era el eco de un pasado que había intentado enterrar bajo capas de silencio y olvido. Incluso su falta de olor era una grieta en la fachada que había construido con tanto esfuerzo, un recordatorio de que los fantasmas de lo que fuimos nunca están demasiado lejos.
–Taemin –dijo, su voz teñida de una falsa calidez que no lograba ocultar el filo de sus verdaderas intenciones. ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!
– ¿Lo conoces? –pregunto una Suzy algo desconcertada.
–Cariño, no vives debajo de una roca. –el joven al lado de la hermana de Minho la miró alzando una ceja. Era obvio que estaba burlándose de la pregunta. En segundos, volvió su atención hacia mí.
–Es el gamma idol of idols, bueno, al menos lo fue hace cinco años. El Rey Lee Taemin, una leyenda sin precedentes. –Minho seguía atrás de mí rechinando los dientes, con la respiración luchando por aplacarse, ante las palabras del beta intruso. Podía sentir su mirada en mi espalda, evaluando mi reacción.
El visitante se movió con la gracia de quien es consciente del poder que ejerce, su mirada se fijó en mí con una mezcla de reconocimiento y malicia velada. Era un rostro que conocía bien, uno que había compartido sonrisas y aplausos conmigo en un tiempo donde mi nombre era sinónimo de éxito y escándalo.
Suzy abrió los ojos sin saber qué responder a su acompañante. En cambio, dijo la frase que jamás pensé escuchar, una que no necesitaba en el momento. –Es genial que se conozcan entonces. Así me ayudaras a pedir la aprobación de Han–sol como mi novio con mi sobreprotector hermano. ¿Cierto, Taemin oppa?
– ¿Novio? –inquirió un enojado Minho, hablando por primera vez desde la llegada de Han–sol.
El joven nombrado puso la mejor de sus carismáticas sonrisas y se dirigió a Minho. –Buenos días, soy Ji Han–sol. Suzy me ha hablado mucho de ti. –me miró y sonrió descaradamente. –Me alegra muchísimo ver una cara conocida, estoy nervioso.
Cada palabra era como una aguja en mi piel y mente, liberando los recuerdos que flotaban en su interior. Recordé los días de gloria juvenil, los escenarios que conquisté, las multitudes que gritaban mi nombre y sobre todo, los sueños que perdí en el camino. Recordé la soledad que se escondía detrás de las cortinas, la presión que se acumulaba como nubes de tormenta, listas para estallar. Recordé a Moon-gyu
Su nombre era una oración en mi mente, un mantra de amor y pérdida. Habíamos brillado, fuimos estúpidos al creer que sería para siempre, que todo sería felicidad. Cuando nuestra relación se convirtió en el centro de un torbellino mediático, él se convirtió en una estrella fugaz, desapareciendo y dejándome solo en la oscuridad.
Han–sol sabía todo esto, por supuesto. Sabía cómo nuestras vidas se habían entrelazado y cómo se habían desgarrado. Él fue la causa por la que mi mundo y el de Moon-gyu hyung se vino abajo. Y ahora, estaba aquí, listo para hacerme la vida imposible una vez más.
– ¿Taemin? –escuché a Minho llamarme, pero su voz estaba tan lejos que apenas era un susurro.
No podía dejar que la historia se repitiera, que mi vida se convirtiera una vez más en un espectáculo para el consumo público. Así que hice lo único que podía hacer: escapar. Huir de las miradas inquisitivas, de las preguntas que no quería responder, de un pasado que amenazaba con destruir mi futuro.
Mis pies descalzos golpearon el pavimento frío y húmedo, cada paso un latigazo que me impulsaba hacia adelante. La lluvia se mezclaba con las lágrimas que no podía contener, cada gota una palabra no dicha, un grito ahogado. Corrí, dejando atrás la seguridad de mi delta, buscando el único refugio que me quedaba: Ava.
Las calles eran un laberinto bajo la lluvia torrencial, y cada paso me alejaba más de Minho y más cerca de la libertad. La casa de Ava, mi nueva amiga y confidente, era mi única esperanza. Ella era mi ancla en la tempestad que amenazaba con arrastrarme.
Mis pasos se detuvieron en su puerta, mi corazón latía con fuerza en mi pecho, cada latido un eco de los recuerdos que Han–sol había desenterrado. Toqué, mis dedos temblaban contra la madera fría. La puerta se abrió casi de inmediato, revelando a Ava con una taza de té en la mano y una expresión de sorpresa en su rostro.
–Taemin, ¿qué...? –empezó, pero se detuvo al ver mi rostro empapado y mi expresión desesperada.
– ¿Me prestas dinero? Necesito pagar el taxi. –asintió anonadada pero antes de que pudiera moverse, su esposo estaba saliendo con un paraguas y su billetera. Sin decir una palabra, ambos me hicieron pasar, cerrando la puerta detrás de mí.
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