“¿ʏ sɨ éstɛ ʍʊռɖօ ʄʊɛʀa ɛʟ ɨռʄɨɛʀռօ
ɖé օtʀօ քʟaռɛta?”

La noche se encontraba muy obscura, las nubes cubrieron la luna y las estrellas, impidiendo iluminar el cielo. El aire gélido soplaba las hojas de los árboles, sus ramas se movían con fuerza al compás del aire. Algunas personas aún se encontraban en la calle, algunas otras estaban disfrutando la noche en casa.

Sin embargo, Belial y yo buscábamos al hombre por el bosque. Solo alumbrando con la linterna de los teléfonos.

—No– no hay nadie —ahogue un quejido.

—Te lo dije. No sucedió nada malo —intento tranquilizarme.

Trate de respirar por la boca al notar un extraño y nuceabundo olor en el aire. Tal vez era algún animal muerto, no lo sabía.

Apoye mis manos en mis rodillas, estaba cansada, habíamos estado caminando por un largo rato por los alrededores. Pero no encontrábamos nada.

—Bien, bien. Hay que regresar —me di por vencida.

No encontramos a nadie, puede que decidió irse al ver que no éramos presa fácil. Al menos eso espero...

Con el flash de mi teléfono apunte el suelo, notando algunas hojas secas y tierra. Un escarabajo apareció cerca de mí pie, intenté patearlo, pero mi pie resbaló en la tierra y yo me fui hacías atrás. El impacto dolió un poco, ya que un cuerpo suave había salvado mi caída al suelo terroso.

Al principio creí que era Belial, hasta que lo escuché hablar.

—Mierda ¿Estás bien? —su voz... su voz venía de enfrente de mí, no de abajo.

¡¿Sobre qué mierda caí?!

Un poco adolorida tome mi teléfono, el cual había aterrizado a una pequeña distancia de dónde había caído, no había sido difícil de encontrar, había caído con la pantalla hacia abajo, dejando el flash iluminar la sombría y fría noche .

Al tenerlo en mis manos me puse de pie lo más rápido posible. Dirigí el flash a dónde más o menos había caído.

Esperaba no amanecer con la voz ronca, hace un par de horas había gritado, pero el grito que estaba escapándose desde mis entrañas no se comparaba con ningún otro. Cubrí mi boca con mis manos, el grito fue aturdidor. Estaba segura de que más de una ave había salido revoloteando de los árboles, huyendo con sus alas. Me hubiera gustado tambien tener alas, pues lo que estaba viendo sin duda me hacía querer huir lo más lejos posible.

Lo que veía no parecía caber en mi cabeza, las imágenes que habían aparecido en la tv no se comparaban. Lo que veía era más cruel, más macabro, mucho más horroroso.

Quería moverme, pero fue tanto que había quedado pasmada, no tenía idea de dónde estaba Belial, ni de que hacía. Yo estaba en shock, atónita al ver lo que estaba sobre la tierra frente a mí.

De tantas personas que habitan este pueblo, de tantas personas que visitan el bosque, de tantas personas que pudieron encontrar lo que nosotros. El destino decidió que específicamente fuéramos nosotros, ¿Pero por qué? Yo no quería encontrarlo, hubiera deseado no intentar buscar al hombre si supiera lo que encontraría en su lugar.

El impacto había causado que el teléfono resbalara de mis manos, dejándonos a obscuras; pero aún así la imagen no se borraba de mi cabeza.

Una chica... una chica de cabello negro y piel blanca llena de hematomas y cortadas estaba sobre el suelo, su cuerpo estaba desnudo y abandonado. Sus ojos estaban abiertos —sin vida—. Debajo de ellos unas horribles manchas obscuras delataban sus ojeras. Parte de su cuerpo estaba cortado, en su mano izquierda faltaban tres dedos... Los cuales se encontraban dentro de su boca, dando la apariencia de que una mano quisiera salir de ahí.

¿Que tan enferma pudo estar la persona que hizo esto? Maldición, la chica parecía rondar entre los diesciciente y diesciocho años. El mundo está jodido, las personas lo están aún más.

Arcadas salieron de mí, corrí unos pasos, tratando de alejarme de la chica, para luego soltar lo que comimos en Hill's.

No podía borrar su rostro putrefacto, los dedos saliendo de su boca, como una parte de su cabeza había sido golpeada tantas veces que dejaba a la vista un hueco de dónde se podían notar los sesos revueltos y la sangre coágulada. Los gusanos parecía tener un festín sobre y dentro de la chica.

—¡Maldición!

Escuché a lo lejos como Belial gritaba.

Al sentir que mi estómago no podía arrojar más, me limpie la boca con el brazo y me reincorpore. Me sentía débil, mareada y asustada.

—Vamos hay que irnos. A la mierda todo esto, te dije que no era buena idea —soltó un gruñido.

—No —exclamé sin aire.

—¡Debemos irnos!

Tomé bocanadas de aire, el sabor amargo y asqueroso se mantenía en mi boca. Una mueca se formó en mi rostro.

—No– no la dejaré así. Debemos llamar a la... —tome aire—. A la policía.

—¿Estás loca? Dos personas en medio del bosque encuentran a una chica descuartizada y horriblemente torturada. Si, lo más seguro es que crean que solo estábamos buscando a un hombre, pero que en lugar de eso la encontramos a ella. Nada sospechoso —replicó con furia e ironía.

Me quedé muda.

¡Mierda! Tiene razón, pero tampoco puedo dejarla aquí, debería de venir la policía e investigar quién lo ha hecho.

Hasta que recordé.

—¿Donde esta mi teléfono?

—Aquí —sin necesidad de alumbrar el lugar, tomo mi teléfono y me lo tendió.

Frunci el ceño.

—¿Como pudiste verlo? Estamos completamente a oscuras.

A veces era muy torpe, pero también soy muy observadora.

—Digamos que la oscuridad no es problema para mí.

—¡¿Y no viste a la chica?!

Dios mío, "—La oscuridad no es problema para mí." ¡Y no pudo ver a la chica!

Balbuceó.

Mientras esperaba su respuesta escribí 089 en el teclado para llamar. Agradecía que en Golden Hill existiera la línea de denuncia anónimas.

Mientras investigaba en internet sobre el pueblo, leí la noticia de que una mujer reportaba un crímen por parte de su marido, al querer denunciarlo el hermano del criminal se enteró, ya que él era un trabajador "importante" en la comisaría. Al saber que era la esposa de su hermano la que hacía la denuncia quiso incubrir a su hermano diciendo que la pareja había tenido una pelea y ella estaba sentida. Fue un total desastre lo que resultó de eso. Por lo que el pueblo exigió la línea anónima. Agradezco ser cuidadosa y haber guardado el número por si ocurría alguna emergencia.

—Estaba distraído viendo algo más —note lijera vergüenza en su voz.

Cuando quise responder otra voz se escuchó.

—089, ¿Cuál es su denuncia?

—Quiero reportar algo.

—Claro.

No sabía cómo decirlo, era algo muy fuerte, la imagen no salía de mi cabeza.

—Encontré un cuerpo... una chica —mi voz se quebró—. En el bosque, del lado de Hill's. No sé quién lo ha hecho. Por favor, ayúdenla.

Sin esperar respuesta colgué.

—Vámonos —pedí en un hilo de voz.

Sin decir alguna otra palabra, tome el antebrazo de Belial para en caso de que pudiera caer, sostenerme de él. Comenzamos a caminar, era peligroso que en algunas partes habían raíces por fuera de la tierra, ramas un tanto gruesas. Si no teníamos cuidado podríamos tropezar y caer.

El pasto se encontraba húmedo, el viento erizaba mi piel, hacía frio. Podía escuchar ruidos de los animales dentro del bosque, algunos decían que habitaban lobos, coyotes, animales peligrosos dentro del bosque. Más nunca creí en esas historias, soy una fiel seguidora de la frase que dice: Ver para creer.

Salimos del bosque.

Las luces del anuncio de Hill's iluminaban la densa neblina que había. Dentro del lugar parecía estar vacío, era jueves por la noche, la mayoría estaba en casa —o en el cine—.

Abordamos la camioneta y comenzó a conducir con dirrección a casa.

Al pasar las calles estaba ansiosa por llegar a casa, llegar y darme una muy larga ducha. Había caído sobre ella, aún sentía si cuerpo bajo el mío, mi brazo aún la sentía. No podía imaginar lo mucho que había sufrido, tal vez algún loco la tuvo en cautiverio mientras le hacía quien sabe que cosas infernales.

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Al día siguiente conseguí una grandiosa F en rojo, había olvidado el examen de la señorita Carol, durante todo el examen no pude sacar de mi cabeza la imagen de la chica y de lo que habían en la palma de mi mano, no quería preguntarle a Belial, tenía miedo que me confesara que hay algo mal en mí, aún así no saqué de mi cabeza todo eso, ni el viernes en la universidad, ni el sábado en casa, mucho menos el domingo que volvimos a comer en Hill's.

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Reprimi un jadeo y seguí trotando, me gustaba salir a correr, despejaba mi cabeza de los problemas. Algunas veces en las que despierto muy temprano y no puedo retomar el sueño, salgo a correr. Pero ahora había sido distinto, el día se mostraba nublado y no quería estar en casa, podría leer un libro, pero estaría sola y en silencio, sería tenebroso. Así que me decidí por salir a correr, hace un rato llegamos de Hill's, Belial dijo tener unos asuntos pendientes por lo que de marchó.

Corría por la vereda de las calles, notaba como algunas personas salían de casa, algunas otras llegaban. Todo parecía estar normal.

Definitivamente me gustaba Golden Hill, era un pueblo distinto a los otros. Aquí cada persona es reservada con sus asuntos, aquí todos odian a las personas que comentan sobre otras. Casi se puede oler la libertad, poder meter desconocidos a casa, llegar ebrio, etc. Aquí todos se centran en su propia familia. Es algo increíble.

Seguí corriendo hasta llegar a casa, seguía en silencio por lo que supuse que Belial aún no llegaba. Cerré la puerta con llave y subí las escaleras dispuesta a darme una ducha.

Cada que la imagen de la chica o lo que había en las palmas de mis manos llegaba a mi cabeza, trataba de pensar otra cosa, realmente había quedado perjudicada después de eso. Tenía tanto miedo saber que sucedía conmigo.

Al estar dentro de la ducha me relaje, mi piel se encontraba caliente por haber estado haciendo ejercicio, que al momento de caer el agua fría sobre mi, sentí como me estremecí.

Disfrutaba de la ducha, había puesto música y el estarla escuchando y tarareando mientras me daba el baño, distraían mi cabeza de cualquier imagen horrible.

Salí del baño con una bata puesta y una toalla enrollada en mi pelo. Cómo estaba a nada de dormír, tome una sudadera corta que llegaba arriba de mi ombligo y unos shorts blancos —de tela—. Me gustaba la sudadera, me parecía linda. Decía BABYGIRL en la parte donde estaban mis pechos.

Mientras me cepillaba el pelo frente al espejo, volví a recorrer mis rasgos. Perdiendome en mis ojos, sabía que era bonita, mis ojos eran de un azul precioso y mi piel era un tanto blanca. Yo sabía que era linda, pero aveces dudaba de eso, nunca había tenido pareja, solo había estado con unos cuantos chicos, solo cosas de una noche. Nunca parecían querer más y a mí no me quedaba más que aceptarlo.

Pero que hay de mal en mí para no tener la atención de un chico. ¿Necesito ser más bonita? ¿Que necesito? ¿Mi personalidad es horrible? ¿O será mi físico? Nunca he sentido un beso de amor, nunca he sentido una mirada cariñosa sobre mi.

Salí de mis pensamientos en el instante que ví a alguen de tras de mí, parecía una sombra negra. Rápidamente me gire, pero al hacerlo no había nada, yo estaba sola.

Mi respiración se aceleró. ¿Que había sido eso? ¿Fue real? Maldición ¿Por qué me tiene que pasar a mí?

Recorrí mi habitación con los ojos, buscaba cualquier cosa que me indicará que no estaba sola.

El timbre se escuchó.

Un poco asustada y alerta baje las escaleras. Al ver por el cristal redondo no encontré nada.

Abrí la puerta, sentía mis manos húmedas y calientes, temblé un poco y al tenerla completamente abierta pude apreciar como la entrada estaba vacía, tal vez había sido algún niño travieso, no sé. Pero el lugar se miraba solitario, y al estar el cielo obscuro, daba una imagen sombría.

Di un corto paso al frente y me incline para ver mejor. No encontré a nadie, pero si sentí como mis descalzos pies tocaban algo medianamente blando.
Al ver abajo encontré un periódico enrollado.

Dudativa lo recogí.

Volví a entrar a la casa con el periódico en manos, cerré la puerta y aún de pie ahí comencé a desenrollarlo.

Recuerdos me atacaron al ver en primera plana una imagen censurada del cadáver de la chica del bosque. Narraba lo que sucedió y lo que encontraron. Con rapidez lo leí, estaba intrigada sobre lo sé habían descubierto.

Para ver nota completa, página 36 y 37

Rompiendo las orillas laterales de algunas páginas, llegue a la treinta y seis. Un jadeo se escapó de mi boca al ver lo que había, yo esperaba letras, palabras, información sobre lo que sucedió...

Pero en lugar de eso habían fotos, fotos del cadáver de la chica, fotos donde era torturada, mi corazón se apachurro al notar como se le notaba el sufrimiento que pasaba. Aunque sigo sin saber que es más horrible, las fotos o lo que está sobre ellas.

Estaba escrito en mayúsculas, tuve miedo, significa que alguien sabe de nosotros y algo me decía que no significaba nada bueno.

En mayúsculas y color rojo estaba escrito:

Hazte un favor y escribe Belial en internet. Verás la verdad sobre él.

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