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ᏟᎪᏢᏆ́ͲႮᏞϴ ᎠᏆᎬᏟᏆՏᏆᎬͲᎬ

ռօs ʋɛʍօs ɛռ ɛʟ
ɨռʄɨɛʀռօ.”

6 de mayo, 2021

A la mañana siguiente al llegar a la universidad, todos hablaban de lo mismo. Al escuchar lo que decía no pude evitar correr al baño a vomitar, estuve tan cerca y no me di cuenta, la ventilación del lugar ocultó el horrible olor. Aún puedo escuchar las palabras de Becka retumbar en mi cabeza.

“—Encontraron dos chicas muertas, una en la casa del terror, su cuerpo estaba clavado en los picos y la otra detrás de unos arbustos. Era un grupo de amigas, tres de ellas están desaparecidas. Al parecer las dos chicas presentan mordidas, fueron drenadas. El pueblo cree que fue un animal... o en el peor de los casos, un asesinó en serie.”

En estos momentos estoy en un estado en el cual no puedo parar de recordar a las chicas. Intentó prestar atención a la clase, es importante, pero mi cabeza solo está en en que estuve cerca del cuerpo de la chica y no me di cuenta.

Centré mi mirada en el reloj de la pared, me sentía bajo el agua, la voz del profesor se escuchaba a distancia. Pero el sonido del reloj lo escuchaba en el oído.

Tic... Tic... Tic...

Los minutos pasaban, mi pierna no dejaba de moverse, los eventos ocurridos ayer no dejaban tranquila mi cabeza, al grado de sentir que dolía.

¿Quién las asesinó? ¿Por qué? ¿Dónde están las otras chicas? ¡Dios! ¿Cómo no me di cuenta?

—Muy bien, mañana continuamos —indicó el profesor.

Me levanté rápidamente del asiento, ni siquiera había tenido la fuerza de sacar algo de mi mochila, abriéndome paso entre los estudiantes llegué al baño. Sentí la acidez en mi garganta y en la boca de mi estómago, corrí al primer cubículo que encontré y caí de rodilla inclinada a la taza, arrojando todo el malestar.

Cuando terminé baje a la palanca y me deje caer al piso. Respiraba apresuradamente, mis oídos palpitaban, las imágenes de la chica sobre los picos... me siento una estúpida, ¿Cómo no me di cuenta?

Quiero golpearme, golpearme hasta morir. Y como si fuera poco, los "vampiros" existen, querían mi sangré, por poco yo también hubiera muerto como las chicas. Con mi cuerpo drenado, Dios sabe que más me habrían hecho.

—Carajo.

Si las personas que me quisieron secuestrar ayer, me querían por mi sangre, y solo la conseguirían... drenandome. ¡¿Significa que ellos tienen a las chicas?! Ellos asesinaron a las otras dos.

Dios mío —susurré asimilando todo.

¡Tengo que encontrar a Belial! Él podría ayudarme ¿no? Es obvio que dirá que sí.

🔺⛤🔺

Recorrí su rostro a detalle, esperando una respuesta.

—No.

Sentí como mi rostro se deformaba.

—¿Qué?

¿No? ¿Cómo que "no"?

—No lo haré, no te ayudaré a encontrarlas. No te pondré en peligro.

Respiré hondo, evitando hacer una rabieta. Comencé a pensar ideas para que él me ayudará, pero no sé me ocurría ningúna.

—Por favor, necesito que me ayudes en ésto —cerré mis ojos con fuerza.

—No lo haré.

Grité internamente llena de furia.

Resoplé.

—Bien, yo lo haré sóla.

No lo ví ni por última vez, en estos momentos no soportaría verlo. Me giré para luego marcharme a la biblioteca. Tal vez ahí encontraría algún libro sobre ésos monstros.

Atravesé las puertas de la cafeteria, estaba tan sumida en mis pensamientos que no espere el choque de mi cuerpo con el de alguien más. Mis oídos captaron el ruido de unos libros caer al piso.

—Lo siento mucho, no vi por dónde iba —me agaché ayudando a recoger los libros.

—No te preocupes, también fue culpa mía —escuché una voz femenina.

Al levantar la vista una chica de cabello castaño, piel morena y apariencia algo desaliñada. Mis ojos se corrieron unos centímetros observando detrás de ella; encontré a una chica inclinada por la pared, viendo a mi dirección. Fruncí el ceño al notar como se escondía del otro lado del pasillo, tomé el libro que faltaba y se lo tendría la chica que estaba frente a mí.

—Gracias.

—No es nada —contesté con la vista pegada a donde antes estaba la chica.

Me puse de pie y comencé a caminar atravesando el largo pasillo, di vuelta esperando encontrar a la chica que antes se había asomado aquí, pero el pasillo parecía estar vacío. No había nadie.

Un estremecimiento me recorrió por el cuerpo, ¿quién esa chica?, ¿por qué se escondía de mí?, ¿de dónde me conoce?

Intenté caminar por el pasillo cuando una voz que conocía muy bien me llamó.

—Everly.

El contacto de su mano con mi muñeca revolvió mi estómago, no sabía muy bien porqué pero las cosas entre nosotros habían cambiado.

No pude ocultar mi molestia al responderle.

—¿Qué?

—Está bien, lo haré.

Mire fijamente sus ojos perdiéndome en la oscuridad ellos intentando buscar alguna pizca de broma o de mentira. Pero parecían estar vacíos, no logré encontrar absolutamente nada.

—Te ayudaré a encontrarlas.

Sonreí triunfante.

🔺⛤🔺

Respiré profundamente, tratando de calmar el mar de nervios que cargaba, podía sentir mi párpado temblar.

—¿Estás bien? —escuché toques del otro lado de la puerta y la voz de Belial.

Solté el aire que retenía.

Tranquila, tranquila. Solo respira, todo saldrá bien.

—Si, ya salgo.

Abrí el grifo y tome agua entre mis manos, para después enguajar mi rostro. Una vez que me sentí mejor me seque con una toalla y salí del baño, encontrando a Belial sentado en una esquina de mi habitación.

—¿Estás lista?

Asentí incapaz de hablar claro.

—¿Recuerdas el plan?

Volví a asentir tragando en seco, con mi respiración algo agitada.

—Dilo.

—Iremos a las colinas, ahí habitan todos ellos, por ende es probable que ahí estén las chicas. Intentaremos solo tomar a las chicas e irnos, sin importar lo que suceda no debemos dejar que nos muerdan.

—Que te muerdan —me corrigió.

—¿Por qué nadamás a mi? —arrugue mi frente.

—Solamente quieren tu sangré, la mía los mata.

Muy normal, eh.

—Necesito saber algo antes.

—¿Que?

—¿Todos son iguales? —recordé al que intentó secuestrarme ayer, parecía indestructibles.

—¿A que te refieres?

—A que si todos son igual de fuertes, por qué el de ayer juro que parecía de acero.

—Solo después de beber sangre, cuando recién beben se hacen más poderoso, casi invencibles. Éso solo dura unas horas, necesitan beber sangré constantemente.

—¿Y por qué me quiere a mi?

Jugó con su anillo.

—Porque tu sangré es distinta a la de cualquier ser humano, tu sangré puede hacer que ese efecto que dura pocas horas con la sangre de los humanos, dure para siempre. Tu sangré es muy poderosa para ellos, por eso debemos impedir que te muerdan y te la quiten, una sola gota causa consecuencias graves para nosotros.

No supe cómo responder, fue un golpe duro. Me límite a una respuesta corta y sencilla.

—Esta bien, vamos.

Me giré a la puerta.

—Espera.

Lo encaré.

—Si bien me dijeron —retrocedí un paso al ver que cortaba la palma de su mano—, mi sangré en tu sistema solo dura unas horas, las suficientes para que si te muerden no te maté o a ellos no les haga mucho provecho tu sangré.

Se acercó a mi con la mano sangrando.

—Abre —negué retrocediendo.

No beberé su sangré. ¿Y si es un truco?

¡Abre!

Gruñi al sentir como mi boca se abría sin mi consentimiento.

Alzó su mano hasta quedar en el aire a unos centímetros de mi boca. Alcance a ver cómo apretaba su mano y la sangre caía en mi boca. Intentaba cerrarla, pero era difícil y hasta doloroso.

El líquido caliente quedó en mi boca, quería escupirlo.

Su mano me tomo de la barbilla y la subió hasta que mi boca se cerró.

—Bien, ahora pásala —su aliento cosquilleo mi mejilla.

Apreté mis ojos pasando la sangré lo más rápido posible.

Una mueca de desagrado se formó en mi rostro al notar el sabor metálico.

Respiré un par de veces para recuperarme apoyando mis manos en las rodillas, algo inclinada.

—No... no lo vuelvas a hacer —lo mire a los ojos con nada de encantó. Mi humor se había perdido y ahora estaba molesta.

—Claro. Ahora dejemos de perder el tiempo, vámonos —salió de la habitación.

Mordí el interior de mi cachete y salí detrás de él.

Con su camioneta llegamos a la orilla del bosque, el cual cubría el inicio de las colinas. Según Belial era una hora a pie para llegar a las colinas, y otra hora para llegar a dónde tal vez estaban las chicas.

En estos momentos estamos a mitad de camino en el bosque, caminaba con cuidado, al parecer habían plantas venenosas.

—¿Cómo es posible...? —pensé en una manera de plantear mi pregunta sin sonar estúpida.

—¿Que cosa? —estaba a un lado de mí, con la vista en el frente.

—Digo, ¿cómo funciona?, ¿cómo lo hago? —miré detalladamente mis manos.

—¿Tu poder?

Asentí, pero al recordar que el no me veía aclaré mi garganta para contestar.

—Si.

—Tienes que imaginar que sucede y simplemente ocurre.

—No entiendo.

Suspiró girándose a mí.

—Mira, ves aquél árbol pequeño —señalo a su izquierda.

Al ver dónde indica me encontré con un pequeño árbol, —más pequeño que yo—.

—Míralo e imagina que se quema o que se parte en dos. Aleja todos tus pensamientos de la cabeza, concéntrate en el árbol.

Hice tal cual lo que pidió, imaginé que el árbol se partos en dos y se caía de lado. Un cosquilleo recorrió mis brazos, cada vez se hacía más fuerte. Hasta que ocurrió, mi respiración se cortó cuando ví que sucedía tal cual lo había imaginado.

—Dios... —murmuré perpleja.

—Dios no, Belial.

—¿Y-y cuando ocurre sin mi consentimiento? Me refiero a que no lo imaginó y ocurre, como ayer y como la vez afuera de Hill's.

—No lo tengo muy claro, pero creó que ocurre por qué el poder está conectado a tí y aunque no lo imagines, lo deseaste sin saber y el poder contestó de esa manera.

Asimilé lo que me decía.

No tenía ánimos de preguntarle a la nada por qué me habia tocado a mí, me había prometido ser fuerte, es hora de demostrarlo.

Soy poderosa...

Continuamos caminando, el sol estaba a menos de una hora de ocultarse, intentaba no temer, el paisaje era algo tétrico. Las ramas crujían al ser pisada, algunas veces se escuchaba eso cerca de nosotros, como si no estuviera mis solos. Belial dice que es imposible éso, yo no sé que creer, últimamente no se nada.

El viento soplaba con fuerza, si veía al cielo solo habían pocos huecos entre las copas de los árboles, si no estuviera corriendo peligro y a punto de enfrentarme con cosas que no creía que existían diría que es hermoso. Pero como no es el caso, todo ésto me helaba la sangré.

Caminamos y caminamos, no nos deteníamos más que para que yo bebiera agua. Mis piernas estaban entumecidas de tanto caminar, pero no podía echarme para atrás.

Se que estábamos a nada de llegar, mi estómago se retuerce del terror, no podía imaginarme lo que ocurriría. Pero se que nada bueno saldría.

—Aqui vamos.

Al llegar a las colinas a los pies de estás, había una especie de túnel pequeño, cubierto por un pedazo de madera clavada.

—Al atravesar el túnel del otro lado hay una casa algo grande, ¿recuerdas?

Asentí, solo me límite a éso, las palabras estaban atascadas en mi garganta.

Me quedé a unos pasos detrás de él, vigilando nuestro alrededor. Regresé mi vista a él, encontrándome con la imágen de Belial quitando la tabla clavada solo con las manos.

¡Por el cielo! ¿Se cree Terminator?

Al sacarla por completo solo la arrojó a un lado

—Continuemos —se adentró al oscuro túnel.

Di un par de zancadas hasta llegar a su lado.

Todo está a en completa oscuridad, no veía nada. No podía encender mi final linterna, podría delatar que estamos aquí.

—Belial —susurré.

—¿Que pasa?

—No veo nada.

—Maldicion, es cierto.

Me sobresalté al sentir como una mano tomaba la mía.

—Tranquila, soy yo.

Comenzó a caminar guiandome en el camino, siendo mis ojos. Entonces recordé sus palabras en el bosque, luego de encontrar el cadáver de la chica; ahí me confesó poder ver en la oscuridad.

No sé cuándo más caminamos, sin duda había pasado un rato.

Hasta que lo ví, a lo lejos estaba la salida, pude percatarme que ya era de noche. Mi corazón bombeo con fuerza, no se que tan poderosa soy, tal vez puedo morir. No hay mucho en claro sobre mi vida.

—¿Estás segura que quieres acercó? —susurró muy cerca de mi oído con cautela.

—Si, vamos.

Salimos el túnel agachados, con la espalda casi pegada a la colina, una gran casa algo vieja estaba a unos metros de nosotros, todo estaba muy oscuro. Parecía estar sola. Seguimos caminando hasta llegar a la parte trasera, según Belial aquí había una entrada al sótano, sin tener que pasar por la casa.

—Yo primero.

Observé como corría hasta quedar a un lado de dos puertas de madera en el piso, eran pequeñas pero no lo suficiente como para no caber.

Mi aliento entraba y salía con potencia, mi corazón hacia pum, pum, pum, tan rápido que daba miedo.
Al ver como Belial hacía una dela con la mano para que corriera a dónde estaba, pellizque mi brazo con fuerza, dándome a entender que no era un juego.

Todo ésto es de vida o muerte.

Di una pequeña mirada a mis costado, para luego salir corriendo hasta quedar a un lado de Belial. Cuando llegué a su lado la adrenalina se elevó, pude cruzar ese tramo y no estaba muerta.

Comencé a llenarme de euforia.

—Hazlo más rápido —mascullé percatandome de que aún no podía quitar el candado de las puertas.

—Un... segundo.

Con los ojos llendo de un lado a otro en busca de alguna persona o mounstro escuché como un suave click sonaba.

—Ya está, solo sigue el plan y saldremos vivos.

Alcance una larga daga de mi bota y la preparé, empuñandola con fuerza, hasta que mis nudillos se tornaron blancos, hasta que dolió. Era la primera vez que hacia esto ¿que puede salir mal?

🔺⛤🔺

—¡Detrás de ti! — vocifere con fuerza deseando que Belial se girara y asesinará al chupasangre antes de que lo lastimara.

—¡Mierda! —exclamó en un rugido de dolor.

Un gemido lastimeros se escapó de mis labios, estoy muy cansada, si no fuera por esas clases que tomé ya estaría muerta. Ha sido un gran avance el no morir aterrada después de asesinar al primer vampirito que me atacó.

Las palabras de Belial retumban en mi cabeza cada que encajó el chillo en su cuello.

“—Eres tú o son ellos.”

Apesto a sudor, sangré, muerte y destrucción. Hemos estado un largo rato luchando, me he librado de muchas hasta ahora. Luego de entrar al sótano encontramos a las chicas atadas a la pared, parecía estar solas, las desatamos y ayudamos ha salir, hasta que comenzaron a rodearnos. Las chicas pudieron huir —espero que sí—, pero nosotros aún no logramos librarnos de ésto.

Mis músculos duelen, todo mi cuerpo arde de cansancio y fatiga, quiero que termine ya.

De reojo pude ver qué uno de ellos se arrojaba a la espalda de Belial y sacaba los filosos y venenosos colmillos largos, antes de encajarlos en su cuello.

—¡No! —solloce impotente.

—¿Que sucede princesa? ¿Te duele que tu novio sea mordido?

Gruñi intentando cortarlo, pero solo lo roce.

—Solo queremos un poco de tu sangré —golpeé al que me llegaba por la espalda, tirandolo a la tierra, antes de encajar mi cuchillo en su corazón.

Me giré al mismo que había hablado, estaba a unos pasos de mí, intentando acercarceme, no dejaba que lo hiciera.

En un vistazo rápido a Belial lo encontré peleando cuerpo a cuerpo con tres de ellos. Quise correr a ayudarlo.

—No te resistas Everly, entrégate a nosotros y todo saldrá bien. De no ser así ¿sabes que sucederá?

Me quedé muda sosteniendo mi daga a su dirección, para evitar que se acercará más de lo debido.

Soltó una carcajada.

—¿No lo sabes, verdad? —limpió una lágrima imaginaria para después añadir—: Nadie sobrevivirá y tú serás la única culpable; tu eres la destrucción del mundo y la raza humana encarnada en una humana con apariencia angelical.

No estoy segura si fue una táctica para distraerme o si lo decía en serio, pero logró distraerme, lo hizo. Su cuerpo se abalanzó al mío intentando llegar a mi cuello, ambos caímos al piso. El pasto estaba húmedo, lo sentía por sobre la ropa. Maldije al darme cuenta que mi daga se había caído de mi mano.

Luchaba alejando su cabeza de mi cuerpo, era muy fuerte y yo estaba muy débil. Me sentía una fracasada, no podía dejar que me mordieran, pero estaba cansada, muy cansada.

Mi cabeza palpitaban y un pitido molestaba mis oídos, uno de ellos había logrado golpearme, en realidad me gane vários golpes, estoy hecha un desastre, eso no lo dudo.

—No, alejate... de... mí —grité con todas mis fuerzas. Estaba tan cerca de mi cuello, mis manos comenzaban soltarse de su cabeza, donde lo intentaba alejarlo de mi. Por ningún motivo podía permitir que probaran mi sangre, en caso de que lo que dijera Belial fuera cierto.

Por un segundo lleno de debilidad e impotencia lo imaginé volando lejos de mi, convirtiéndose en polvo, así como cuando moría. Los imaginé a todos, solo a Belial y a mí de pie detrás de la gran casa en ruinas, mientras que las pequeñas partículas de polvo se perdía en el aire.

Y así como lo imaginé, así sucedió.

Pudimos salir vivos, conseguimos salvar a las pobres chicas, que lo más probable es que estén pérdidas en el bosque, aterradas, asustadas.

Junto a Belial las buscamos en el bosque, gracias a sus poderes demoníacos las encontramos detrás de un árbol, abrazadas las tres, llorando a mares. Al verlas así me trajo recuerdos, recuerdos de mi cuando recién me enteraba de lo que soy, de lo que soy capaz y por mal que suene sonreí. Sonreí enormemente por qué me di cuenta que si pude superar eso, si pude asesinar vampiros sin sentir ni una pizca de remordimiento, supe que podría superar cualquier cosa.

Con un chasquido les borro la memoria, con otro las transportó a la comisaría y, con otro más nos llevó a dónde estaba su poderoso Tesla Cybertruck.

Lo último que recuerdo es llegar a casa a un lado de él, no se si él también, pero yo me caía del cansancio, estaba en el sofá de la sala cuando mis ojos se cerraron. Antes de dejarme llevar escuché las palabras del vampiro retumbar en mi cabeza.

"—Nadie sobrevivirá y tú serás la única culpable; tu eres la destrucción del mundo y la raza humana encarnada en una humana con apariencia angelical."

Deseaba que fuera una broma, un intento de asustarme. Pero como dije, últimamente no sé que creer en realidad.

🔺⛤🔺

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