ᏟᎪᏢᏆ́ͲႮᏞϴ ᎠᏆᎬᏃ
“ɦaʏ ʊռ քօċօ ɖɛ ɖɛʍօռɨօ
ɛռ sʊs օʝօs ɖɛ áռɢɛʟ.”
Terminé mi cereal metida en mis pensamientos, ni si quiera había notado que Belial no estaba, no recuerdo haberlo visto al despertar. Ni idea de dónde estará.
Enfócate Everly, métete en tus asuntos, no en los del resto.
Me reprimí una vez más, tengo que dejar a un lado lo que suceda alrededor, lo más seguro es que este divirtiéndose o haciendo lo que sea que los ángeles hagan, nada que sea de mi incumbencia.
Me puse de pie y dejé el plato sucio en el lavadero, hoy tendré que ir en autobús, no cuento con los suficientes ánimos como para caminar.
Caminando a la para de autobuses un ardor en mi brazo izquierdo me atacó, quemaba, dolía a montones. Apreté los dientes tratando de no gritar y alertar a mi alrededor. Observé el interior de mi brazo y algo sumamente extraño comenzó a suceder.
Bajó el cielo despejado y un sol potente, en mi brazo comenzaron a aparecer cortadas las cuales formaban letras.
Quemaba horrible, mi boca soltaba quejidos, intentaba disimular que algo me estaba ocurriendo, las personas seguían pasando del otro lado de la calle como si nada.
El ardor no se detenía.
¿Qué mierda ocurre? ¿Por qué me sucede ésto?
Apreté mis labios con fuerza, intentaba distraer el dolor.
Con mi vista fijada en mi brazo, leí letra por letra hasta que terminó, tenía duda sobre lo que haría a continuación, quería escapar, alejarme de la vista de todos, encerrarme en un lugar donde nadie me hiciera daño.
Al ya no haber más cortadas el dolor fue disminuyendo, hasta ser algo pequeño. Lo más extraño era que no salía sangre, solo estaban las cortadas ahí, como si estuvieran dibujadas.
Al alzar la vista pude ver cómo el autobús se detenía en la parada, por lo que corrí hasta llegar, tapando mi brazo con mi mano contraria.
—Buenos días —saludé jadeando al tiempo que le pagaba el pasaje.
—Buen día —murmuró serio con la vista pegada al frente.
Tomé una gran bocanada de aire y me senté en el primer lugar disponible que ví, el cual era a lado de una chica morena.
Tapaba mi brazo dónde habían aparecido aquel extraño mensaje, estaba muy perturbada, ¿Cómo rayos sucedió eso? ¿Quién fue? Son muchas las preguntas que me atormentan.
Solté un jadeo inintencionalmente.
Solo quiero huir, que todo esto acabe.
Alguien había escrito "Te veo" en mi brazo, estaba asustada. Aunque intentaba pateticamente no demostrarlo.
Me recargue completa en el respaldo con los ojos cerrados e intentando calmarme.
Lo único que se vino a la mente que serviría fue lo que recite en el baño. Tal vez sería mi mantra personal.
Respire hondo recordando las palabras.
"Seré fuerte, mi corazón será de acero y nadie podrá detenerme... Seré fuerte, mi corazón será de acero y nadie podrá detenerme."
—Mañana difícil, ¿cierto?
Escuché hablar a la chica de alado.
—Uhm, ni que lo digas.
Sonreí para luego girarme a verla.
—Entiendo —rió—. Soy Becka.
Tendió su mano a lo que la estreche.
—Hola, soy Everly —mis mejillas se alzaron en una sonrisa.
—¿Estudias en la universidad de Golden Hill? —cuestionó observando mi mochila.
—Si ¿tu igual?
—Si... hoy es mi primer día —se escuchó ansiosa
—¡Oh, eso es genial! —intentaba ser amistosa y no ahuyentarla.
—Un poco, estoy algo nerviosa, nunca fui buena conociendo personas.
Vaya, no parece.
—Uh, yo igual. Tal vez puedo mostrarte el lugar y así no estés muy sola —mencioné de la nada.
Al sentir que estaba comportandome de una manera muy intensa trate de arreglarlo.
—Cla- claro, si tú quieres —baje la mirada un poco apenada.
No escuchaba respuesta alguna de su parte. Comenzaba a deprimirme.
Genial Everly, primera chica que te habla y arruinas todo. Simplemente genial.
—¡Eso sería grandioso!
¿Qué?
—Espera ¿qué? —me sorprendí un poco.
—Si, sería genial. Ahora seremos amigas —sonrió como si lo que acababa de decir no fuera la gran cosa.
¿Amigas? ¿Tengo una amiga?
Me removí algo inquieta en mi asiento.
—Me alegra.
El autobús se detuvo y ambas bajamos. Caminando a la entrada cuando de pronto sentí como me tomaban del brazo izquierdo, lugar donde minutos antes algo extraño lo había herido y escrito algo en él. Inevitablemente gemi de dolor sin siquiera sentir nada, fue algo involuntario, un auto reflejo estúpido.
—Lo siento. ¿Te he lastimado? —la preocupación adornaba su voz y, por un segundo sentí lindo importarle a alguien.
Dirigí mis ojos a mi brazo y al dar con él abrí mis ojos sorprendida. ¡No había nada!
Lo que habían estado escrito y que tanto me había dolido ahora no estaba. Mi vida está patas arriba, tendré que comenzar a investigar e intentar no dejar pasar las cosas como si nada. Tendré que tomar medidas para cambiar eso.
Balbucee.
—No, tranquila. No sé que ha sucedido pero estoy bien —hice un intento de sonrisa.
—Oh, está bien —me miró extrañada.
—Bueno, algo rápido de aquí es que una parte de los estudiantes universitarios no les interesa ni un poco lo que te suceda, se centran completamente en sus estudios y la otra mitad parece aún no superar preparatoria ya que suelen estar al pendiente de todo —cambié de tema rápidamente antes de que comenzará a ponerse incómodo todo.
—Ridículamente —agregué.
Becka solo asintió con la cabeza observando sus alrededores.
—¿Ya tienes tu horario?
—No, me dijeron que tenía que pasar por el a un lugar, pero no sé dónde se encuentre.
—Ven, te guiare —tomé su mano para adentrarnos al lugar y mostrarle el interior.
Al hacerlo una corriente eléctrica me atravesó, fue una corriente buena, era como si me despertara y algo dentro de mi saltará de felicidad, era extraño, sin embargo no importaba demasiado, tengo una amiga, mi primera amiga.
🔺⛤🔺
Las clases transcurrieron y el timbre para comer sonó. Tome mis útiles y los guarde para luego salir. Al hacerlo me encontré a Becka saliendo del salón de enfrente.
Le sonreí y no fue una sonrisa simple que le das a alguien que conoces, fue una sonrisa que demostraba lo feliz que estaba por conocerla, olvidaba un poco los extraños sucesos de mi alrededor cuando pensaba en ella.
—¡Hola! —egreso mi sonrisa acercándose a mí.
—Hola. ¿Qué tal las clases?
—Son buenas, sin duda. ¿Comemos?
—Claro.
Caminábamos con nuestros brazos rozando —a cafetería—, comenzaba a cuestionarme, ¿Cómo se trata a una amiga? ¿De qué se habla? ¿Cómo evito ofenderla accidentalmente?
Ugg, tantas preguntas.
Tome aire y forcé una sonrisa tranquila.
—¿Qué carrera cursas? —me cuestionó.
—Psicólogia.
—Es muy buena —asintió repetidas veces.
—¿Y tú?
Abrí las puertas de la cafetería y le cedi el pasó, el cual fue agradecido con una sonrisa.
—Derecho.
Uhm, interesante.
—Genial.
Mientras comíamos nos conocimos un poco más, era una chica muy genial, sin duda estaba feliz de conocerla. Todo se encontraba normal, nada extraño sucedió. Sin embargo, Belial no apareció, no lo ví en la mañana en casa, ni en la universidad, tampoco lo ví al regresar de ella y mucho menos al anochecer antes de dormir.
Tal vez estaría ocupado, esperaba que no le haya sucedido algo desafortunado. Por sobre todo lo malo que ha acontecimiento actualmente, Belial es mi mejor amigo y la persona que siempre estuvo conmigo.
En estos momentos son las diez de la noche, no sé qué hacer, nunca se iría sin avisar.
Belial ¿dónde estás?
Por poco daba un salto de emoción al recordar que podría hacerlo aparecer recitando unas palabras, en realidad era una invocación, pero necesitaba a Belial, saber si estaba bien y contarle sobre mi nueva amistad.
Me senté en el centro de mi cama y procedí a hacer que apareciera.
—Belial, te invocan —cerré los ojos, de mi abdomen brotaba un cosquilleo.
—Belial, yo te invoco...
Repetí cada palabra tal cual la recordaba, pero nada sucedió. Giré mi cabeza a los lados esperando algo, esperando que apareciera.
¡Nada, no aparece!
Me puse de pie dispuesta a bajar a la sala, cuando una llamada entrante me hizo retroceder y tomar el teléfono de la cama.
BELIAL🦇
Me está llamando.
Presioné el botón verde rápidamente.
—¿Bueno? ¿Belial? ¿Estás bien? —inquiri preocupada.
—Everly, Everly. ¿Qué tal? Me parece que buscabas a tu perro guardian ¿No es así?
Quedé muda, sea quién sea no era Belial. Intenté escuchar más allá de su voz y alcancé a escuchar unas cadenas siendo golpeadas.
Se fuerte Everly, no titubees, demuestra que puedes.
—¿Quién eres y dónde está Belial?
—Oh, Everly, no sabes nada.
Tragué en seco, estaba inquieta, algo no pintaba bien.
🔺⛤🔺
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