Por la noche no podía dormir. Busqué miles de posiciones para intentar conciliar el sueño, sin embargo, ni las ovejitas estaban de mi lado. Las palabras de Leo pinchaban mi mente sin descanso. ¿Iban a por mí?. ¿Por qué?. Tenía miedo, pero más que nada, curiosidad. Sabía que esta ansiedad era causada por mi gran pasión a lo misterioso. Leumas tenía un misterio. Yo iba a descubrirlo.

Frustrada me levanté, amarré mi cabello en un moño alto y me senté en la ventana. El astro mostraba toda su redondez, el cielo estaba surcado por escasas estrellas, en Leumas no se veían tanto, tristemente se distinguían alguna constelación. Y a mí me encantaban esos pequeños puntitos brillantes.

Con un suspiro cambié mi punto de vista, esta vez, hacía el techo paralelo a mi ventana. Éste estaba desocupado como siempre, ninguna de las veces que lo había mirado vi a alguien. Quizás a nadie le interesaba. Que a nadie le interesara ya hacía que me interesará a mí.

Miré a Hazel dormir profundamente antes de comenzar a trepar hasta ese tejado llevando un pequeño aperitivo en mi bolsillo. No demoré tanto en llegar al lugar gracias a la escasa distancia que nos separaba y la altura que compartía con mi ventana.

Me senté en un pequeño muro que había y serré los ojos sintiendo la brisa en mi cara, cabello e cuello. La naturaleza es maravillosa, por lo menos aquí me relajaba.

- ¡Kya! - Chillé despavorida al sentir algo peludo rozar mis piernas.

Un ronroneo captó mi atención, y bajo de mí, había un esponjoso animalito. La sonrisa tonta que se formó en mi cara era como la de un amor a primera vista.

- Oye chiquitín, ¿estas solito?.

Lo cargué en brazos mientras escuchaba un regañó por parte de Hazel en mi subconsciente. A mí hermana no le gustaban los animales, mucho menos tocarlos.

El chiquito soltó un maullido mientras frotaba su cabecita en mi mano. Este gatito era una ternura. Sus ojitos eran verdes y muy grandes, habían unas pequeñas chispas del mismo color en sus iris y en el centro de cada ojo un diamante negro, su pelaje era del mismo color y muy abundante. Parecía un pomponcito negro.

- También  estoy sola. ¿Quieres hacerme compañía? - De contra que estaba hablando con un minino, mi voz era chillona al referirme a los animales.

Que bueno que nadie me veía porque sino pensarían que estoy loca.

El gatito comenzó a lamer mi mano como si esa fuera la respuesta a mi pregunta. Sonreí mientras sacaba el paquete de galletas que había guardado, lo abrí y le di un par.

- Te pondré Medianoche - Acaricié su cabecita mientras él comía mirándome directamente a los ojos - Porque te conocí justo a media noche.

Al parecer había encontrado un nuevo amigo.

A la mañana siguiente desperté con la cola de Medianoche haciendo cosquillas en mi nariz. Me recompongo en mi cama, lo acarició y salgo hacía el baño.

Lo próximo que viví fue la rutina escolar y el intento de esconder el gato de mi hermana. ¿Se imaginan que lo viera de pronto?. Capaz que lo viera y me lo estrellara en la cabeza por meterlo en la habitación sin su permiso. Tenía que prepararla mentalmente poco a poco.

- Eso fue lo que pasó - Concluí el relato de ayer a Mark - Necesito saber qué si es cierto lo que dice Leo.

Markie cambió a una expresión atómica su cara. Estaba confundido, preocupado y asustado. No me gustaba verlo así pero él era al único que podía confiarle todo sabiendo a ciencia exacta que no le diría nada a Hazel. A Johnny se le podría escapar porque es un infeliz.

Mi hermana jamás consentiria que hubiera hablado con su ex y de paso, que le haya creído algo tan serio como una amenaza a mi persona.

- Te ayudaré a descubrirlo, Hes.

Abracé al chico en la biblioteca. Me sentía feliz y aliviada de no tener que cargar esta búsqueda sola.
Algo me decía que todo es más peligroso de lo que puedo manejar.

- ¿Por dónde deberíamos empezar? - Interrogó en voz baja. Ya ni sabía si lo hacía para hacer la conversación más confidencial o porque estábamos en la biblioteca.

- Dividamos el trabajo. Tú busca entre los archivos de la biblioteca algo, cualquier cosa oscura de Leumas. Yo buscaré en los periódicos. Seguro sale notificado el muerto que encontramos. Quizás venga hasta la identidad. Eso sería una gran pista.

La noche llegó y ninguno había encontrado nada. No me extrañó. ¿Por qué tendría algo que los incriminara en la biblioteca?. Así que finalmente busqué el período en internet y siguió sin aparecerme nada.

¿Acaso habían encubrido el asesinato?.

- ¿Quién llamó a la policía después de descubrir el cuerpo y que yo hubiera perdido la conciencia?.

- Jungkook.

- Vale, iré a verlo - Le escribí un sms preguntándole si podría verlo y él me respondió que sí junto a su ubicación - Necesito saber si se aseguró de que se llevarán el cuerpo.

- Okey, seguiré buscando y si encuentro algo te aviso.

- Gracias Markie - Le di un beso en la mejilla y ne fui dejándolo sonrojado.

Camine lentamente tratando que mis pasos no hicieran ruido. Ya el toque de queda había comenzado y no tenía ganas de que la maldita gorda tuviera otra razón para castigarme. Suficientes problemas con los que ahora tenía para ya llamar a mi padre a que viniera pronto, no quería agregar una ley incumplida.

Cuando estuve a punto de llegar me encontré con una sombra en el pasillo. La sombra tenía forma humanoide y en las penumbras del pasillo no dejaba distinguir la identidad.

¿Podría ser una pista en este misterio?.

La seguí un tiempo hasta que tomó un recorrido que me conocía de memoria. Vi el reloj de mi muñeca, dies y media, era él.

- Yoongi - Lo llamé.

- Estupendo, tú otra vez - Respondió de mala forma al ver que se trataba de mí.

- Ay que gruñón.

- ¿Para eso me llamaste o me seguirás al bosque otra vez?.

- No, quería hablar de algo serio contigo.

- ¿Qué cosa?.

- Ay niño, deja de estar siempre a la defensiva conmigo, por dios - Rodee los ojos mientras él soltaba un bufido frustrado - Emh.. yo solo quería agradecerte por cuidar de mi hermana. Aprecio mucho eso.

- No tienes que agradecerme por eso. Hazel es como mi familia - Soltó rápido para irse. ¿Acaso cree que le estoy hablando así para tener un pretexto para hablar con él?. Ni que fuera el único hombre del mundo.

- Y sigues a la defensiva conmigo - Suspiré hastiada.

- ¿Y cómo debería comportarme según tú?. No he olvidado lo de la fiesta.

Claro, aquella vez que lo dejé con el tren estacionado. Se me había olvidado ya.

- Podrías olvidarlo fácilmente.

- ¿Sí, así de fácil? - Ironizó.

- Sí, eso hice yo.

El chico enalteció una ceja, me miró seriamente y se cruzó de brazos. Su vestimenta seguía siendo oscura y el rostro cubierto casi en su totalidad por una capa. Pero me gustaba verlo así.

- Vale.

- Genial. Ahora podemos empezar de nuevo y llevarnos bien-

- Ni de coña. Aquí se acaba esta conversación y espero no tener que verte jamás.

- Okey, engendro gruñón.

¿Por qué es tan difícil hablar con él?.

Yo solo quería arreglar los "males entendidos". No tenía una segunda intención oculta. Llevarme lo mejor que podía con él por Hazel era el plan, pero era él quien no aportaba a la causa.

- ¿Al menos terminamos en buenos terminamos? - Inquirí.

- Okey - ¿Eso era siquiera una respuesta?.

Miré como el chico se alejaba por los pasillos. Esta causa será más difícil de lo que pensé. Tal vez lo mejor sería ignorarlo y ya. Bien, esa es la mejor idea.

Ahora solo me concentraré en descubrir qué carajos ocurría en este internado y porque yo era el primer blanco. Hablar con Jungkook era lo primero en mi lista justo ahora.
Yoongi podía esperar.