«La primera en morir serás tú, Hestia»
Cuando el entrenamiento se había acabado cada cual se fue por su camino. Jungkook me dijo que iría darse una ducha, así que me quedé con Johnny y juntos fuimos a mi habitación.
Mientras el moreno se bañaba yo me dediqué a jugar con mi celular. Cuando el chico salió comenzó a hablar conmigo sobre una nueva broma al profe de hiftoria hasta que mi hermana entró en la conversación.
- Johnny necesito un favor - ¿Un favor de John?. Vale hoy mi hermana acaba de volverse loca.
- ¿Para que soy bueno? – Inquirió.
Eso me dieron ganas respondérselo. Johnny era bueno para muy pocas cosas, de hecho, ahorita no se me ocurre ninguna.
- Necesito que te hagas pasar por mi novio.
- ¡¿Qué?! – Chillamos al unísmo el moreno y yo.
- Oye no quiero que Jungkook me golpee – Negó con la cabeza un poco nervioso.
- ¿Qué tiene que ver ese simio en éste asunto? – Inquirió ella. Pero venga ya, ¡hasta Johnny se ha dado cuenta de que tienen algo! Y déjenme decir que para que Johnny entienda algo, tiene que ser muuuy obvio.
- Bueno, ustedes.. los dos…
- Olvídalo – Chasqueó su lengua frustrada.
La chica se dirigió nuevamente a la puerta, salió unos segundos y cuando volvió a entrar, no lo hizo sola. Yo no podía creer que le estaba permitiendo a Yoongi entrar a la habitación. Ella era de las que no le gustaba eso porque estaba en contra de las leyes.
- Hestia no te pongas loca, Yoongi me ayudará – Y encima me estaba dando explicaciones cuando la mayoría del tiempo yo tenía que molestarla hasta que me soltara algo.
Suficiente, ¿qué demonios ocurría hoy con Hazel?.
- ¿Ayudarte en qué? – Cuestionó el paliducho. Genial, ni él sabía que pasaba con mi hermana.
- En-
- Hazel – La chica fue interrumpida.
La persona que se había aparecido ahora sí me dejó loca. ¿Qué carajos hacia ese aquí?. No puedo creer que fuera él la causa del comportamiento de la chica.
- ¿Leo? – Bufé. ¿Por qué este le daba por aparecerse ahora?.
De la nada Zel y Min se echaron a reír solos, el resto lo miramos curiosidad. Algo me decía que se tramaban algo para espantar al ex obsesivo de Hazel.
- Hazel – Le llamó la atención el chico – Quiero hablar contigo.
- ¿Y tú no entiendes que ella no quiere nada de ti? – Me puse a la defensiva. Ese muchacho tenía algo que no me agrada. Y yo soy de las que no se equivocan con las personas.
- Pero yo necesito hablar con ella, Hestia – Resopló él.
- No lo hará – Habló por primera vez el Yoongi mientras pasaba un brazo alrededor de sus hombros.
- ¿Y tú quién eres para meterte? – Leo le dio una mala mirada.
- Mi novio – Esa fue Hazel.
El chico que me hacía compañía y que se había tirado todo este talle como un espectador con palomitas, pareció tan sorprendido que casi se cae para detrás.
- ¡¿Tu novio?! – Chilló Johnny. Al parecer mi hermana le dio un buen regañón mentalmente porque comenzó a improvisar como mal actor – Digo... quise decir. Sí, su novio.
Su rectificación un tanto nerviosa bajo la seria mirada de la “pareja”, me hicieron carcajear. Es que el pobre Johnny no tiene la culpa de nacer tan infeliz.
- Haré como que me creí eso – Se burló el ex. Y como que a mí su vocecita de por sí sola me caia mal, ahora me caía peor.
- ¡Es tu puto problema si lo crees o no estúpido! – Exploté ya exasperada. ¿Qué clase de amor enfermizo tenía ese chico por mi hermana?. Joder, que se la pasa detrás de ella como perro por su cola. ¡Me tiene harta!.
Se formó un silencio tensó con la mirada del chico en mí. La pelea la había cogido para mí sola, pero era por mi hermana y por ella soy capaz de meter la mano en fuego.
- ¡Ah!.
Hazel soltó un alarido con las manos en la cabeza. La chica se desplomó, pero gracias a Yoongi no besó el piso. De la nariz le comenzó a salir sangre e poco a poco estaba perdiendo el conocimiento.
- ¡Hazel – Grité asustada.
- Tiene los ojos de color naranja – Johnny apuntó a mi hermana con una cara de preocupación.
- Ve… te – Fue lo último poco que balbuceó mi hermana.
- ¿No has oído? – Le grité colérica - ¡Lárgate de una vez!.
- Volveré…
- ¡Largo! – La voz gruesa de Yoongi al parecer lo asustó lo suficiente para irse dando un portazo.
Todo se consumió en paz nuevamente con mi hermana regresando en sí, Yoongi estaba cerca de ella socorriéndola y yo simplemente intentaba canalizar toda mi ira.
- ¡Ash, otra vez! – Se quejó limpiando su sangre.
- ¿Otra vez? – Aseveré preocupada - ¿Desde cuándo te sucede esto?.
Levantó los hombros como si no tuviera importancia. ¿Acaso ella no veía la gravedad del asunto?.
- ¿Estás bien, cielito? – Yoongi acunó su rostro mientras la miraba con preocupación.
Algo en mi pecho se tibió. Ese chico acababa de demostrar que realmente le interesaba mi hermana. Que la quería.
Quizás debería dejar mi inmadurez de lado. Debo de dejar de perseguirlo como si fuera el último hombre en el mundo. Porque quién me asegura que mi hermana no saldría lastimada por mi culpa por mi insistencia con su amigo. Cualquier cosa podría pasar, podría incluso, alejarse de ella para no tener que toparse conmigo.
No quería destruir su amistad.
- Eh chicos, es hora de la cena, voy al comedor – Dijo Johnny, rompiendo el silencio sepulral que se había formado.
- Hestia ve con él – Me pidió suavemente la chica de ojos azules.
- Estas loca si crees que te voy a dejar sola – Repliqué aun con tono enfadado.
- Yo estoy bien, anda de a cenar. Yo dormiré ya.
Abrí la boca para replicar. No la dejaría sola después de lo que pasó, ¿y si volvía a suceder?. ¿Qué sería de ella sola?.
- Yo me quedaré con ella.
Asentí a las palabras del chico oscuro. Sabía que él cuidaría de ella. Ahora si podía irme en paz.
- Está bien, pero si pasa algo me llaman – Los señalé a ambos.
Al salir de la habitación, Johnny se quedó de piedra cuando volvió a ver a Leo en la pared del frente. Todo lo que me faltaba. Lo poco que me había relajado se volvió a prender en mi interior.
Ignorando a John, tomé del brazo al muchacho y lo arrastré bruscamente fuera de las habitaciones. Leo me miraba con odio, algo gracioso porque el sentimiento es mutuo. Cuando llegamos al patio de Leumas donde no había ni un alma hizo resistencia y no me dejó moverlo más.
- Tengo que hablar algo verdaderamente importante con Hazel.
- ¡¿Por qué no te largas y ya?!. ¡Deja ese estúpido fetiche con mi hermana!.
- Hestia debes creerme cuando te digo que es importante – Aseguró.
- ¿Y qué es? – Mofé entre ira y frustración.
- No te lo puedo contar. No confío en ti.
- Mira por dónde. Yo tampoco confío en ti.
Le di la espalda decidida a irme y dejarlo solo. Pero igualmente algo en él me decía que no mentía. Que realmente era algo peligroso. Que era demasiado importante hablarlo con Hazel. Que no era una amenaza, sino una ayuda.
Él chico me agarró del brazo, se acercó a mi oído y susurro las palabras que me helaron completamente
- Sino se marchan de Leumas la primera que va a morir serás tú, Hestia.
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