El rostro que me encontré en la dirección me hizo sonreír abiertamente. Era como si él supiera que lo necesitaba hoy mismo, como si supiera que este era el momento correcto para aparecer. El hombre me esperaba con las manos abiertas y una sonrisa amorosa. Sin dudas, esta era la sorpresa más linda que me podían dar.

- ¡Papá! - Grité mientras corría a cobijarme en sus brazos.

- Mi pequeña - Revolvió mi cabello luego de terminar la muestra de afecto - ¿Cómo has estado?.

- Bien.

- ¿Segura?. Dice la directora Leonor que han hecho de las suyas en esta escuela.

- No le creas a esa vieja bruja - Le susurré al oído haciéndolo reír - ¿Vienes a vernos?.

- Por supuesto, tengo planeado un día de familia solo para nosotros - Volteó hacía la directora - ¿Se puede, no?.

- Claro que sí, señor Jacobs - Esa voz de pito sonó más rara de lo usual.

La maldita gorda no paraba de sonreír y parpadear repetidas veces. Su rostro estaba más rojo de lo normal, tanto parecía que iba a explotar. Además estaba tambaleándose de un lado a otro como un pabo real. One moment, ¿no me digan que le gustaba mi padre?.

Sentí lástima por primera vez con esa mujer. Un papacito como mi padre jamás se fijaría en una vieja como ella. ¿Acaso este descubrimiento me serviría para algo futuro?. Ojalá sí. ¿Se imaginan como podría extorsionarla?.

- Siento la tardanza.

Apreció Hazel con su cara de culo tan normal. Los ojos celestes de mi hermana se fijaron en los otros que eran del mismo color que los suyos, aunque no le dio mucha importancia a mi padre. Él se cayó de hombros ante la mirada indiferente de la chica y procedieron a saludarse cordialmente como así quería ella.

¿Todavía le guarda rencor a mi padre?.

No entiendo esa actitud rencorosa de Hazel. Nunca estuvo en las manos de mi padre hacerse cargo de nosotras pero se esforzó al máximo para tenerlos y ella lo sabe. ¿No podía simplemente olvidar su ausencia justificada y aceptar que no estamos sola en el mundo?. Yo lo hice. Y me gané un padre espectacular después de eso.

- ¿Y a dónde nos llevarás?.

Mi pregunta quedó en segundo lugar porque Jungkook y Yoongi se cruzaron en nuestro camino. Otra vez me quedé tonta mirando al chico de ojos gatunos de expresión indiferente que repentinamente se había quedando mirando mi mano enlazada con la de mi padre. Seguro estaba pensando que me  estoy acostando con un hombre mayor, espero que ese no sea el caso y que saqué las conclusiones de mi parentesco. ¿De qué parentesco hablo?. Yo soy malditamente igual a Aris.

- A Wardoon Ville.

- ¿Perdón? - Inquirimos Hazel y yo un poco idas. No entendíamos las palabras de mi padre.

- Iremos a Wardoon Ville, reservé en un restaurante bonito - Soltó una risilla nazal - Díganme, ¿acaso les gustan esos chicos?.

- No es de tu incumbencia - Rápidamente  atacó Hazel.

La sonrisa de mi padre desapareció, se quedó con una expresión contraída a causa de un dolor y evitó mirar a la mayor de nosotras.

Hazel se pasa de la raya.

- Yo quiero al encapuchado para navidad  - Me apresuré a mejorar el ambiente.

- En ese caso debería tener una sería conversación con el malandrito ese antes de la fecha - Siguió el hombre con una pequeña sonrisa.

Como Hazel se negaba a tratar bien a Samuel, el rato que pasamos fue muy incómodo. Él decidió que era mejor conversar con cada una por separado para saber sobre nuestra estancia en Leumas. Decía que tal vez Hazel se abriera mejor a solas con él. Yo también lo creo, ella es un turrón de azúcar en el interior, solo le es difícil demostrar sus sentimientos.

En lo que ellos tenían su conversación yo me dediqué a admirar el ambiente que nos rodeaba. Después del restaurante, papá nos había traído a un prado de la villa. El lugar era como una especie de parque macabro. Los bancos estaban todos despitandos y la mayoría destruidos a causa del tiempo, los árboles eran frondosos como los del bosque pero estaban jorobados, creando formas extrañas e perturbadoras como las de cadáveres, también puedo hablar del césped, este era minúsculo y amarillento, quizás nadie nunca lo regaba. Había una gran contaminación en este lugar. Latas, envases de plástico y bolsas de nailon existían en el lugar cual flor en jardín.

- Hestia ven.

Ya cuando su conversación había terminado, él me hizo una señal con la mano para que me acercara. Hazel tomó el lugar que anteriormente me encontraba y sacó su celular para escribirse con alguien.

- Hestia necesito que me expliques a qué se refería tu hermana con que las interné en un internado maligno.

Ahí solté un suspiro. Hazel no le había contado nada salvo por ese pequeño detalle. Yo no quise darles evasivas, pero tampoco le quería contar todo lo que pasó. Solo le dije que había sido poseída por un muerto que nos llevó a su mismísimo cadáver y no se supo qué carajos pasó con aquel cuerpo, por cierto, mencioné la parte de que usé telequinesia sin mi consentimiento y que mi hermana le pasó algo parecido en una discusión.

Al final terminamos en una conversación de tres en donde Samuel nos enseñaba a utilizar la telequinesia y controlarla a nuestro favor.

- Chicas - Nos llamó la atención antes de que saliéramos del coche, listas para entrar nuevamente en Leumas - Eso que me contaron sobre las cosas raras que pasan el Leumas me han hecho pensar demasiado.

- ¿Por qué? - Inquirí.

- Porque cuando yo estudiaba también ocurrían todo el tiempo y sin que nadie pudiera explicarlo.

- Y aún así nos mandaste a aquí - Ironizó Zel.

- Pensé que ya no pasaba. Nunca las enviaría aquí sabiendo que podría pasarles algo - Se apresuró a intervenir - Puedo sacarlas de aquí, ¿saben?. No quiero que nada les ocurra.

- No me iré de Leumas - La decisión de la  ojiazul mientras cerraba la puerta del coche de un tirón fue tal que me dejó pensativa por tal reacción - No dejaré a mis amigos pasar solos por este infierno.

Sonreí orgullosa al escucharla. ¿Ven por qué digo que es dulce por dentro?.

- Yo tampoco quiero dejarlos papá - Salí del coche, de una forma menos llamativa que mi hermana y sonriendo alegremente - Formamos una pequeña familia.

- Bien - Suspiró el mayor - Si cambian de parecer me pueden avisar. Siempre estaré para ustedes, no lo olviden.

Con una última despedida se marchó en el coche. Hazel y yo soltamos un suspiro a la par viendo al internado. Debíamos entrar. Debíamos seguir la batalla que nos esperaba tras esas puertas.

No nos dirigimos la una palabra a la otra en el camino a las habitaciones. No tengo idea del por qué teníamos una atmósfera tensa sobre nosotras. Espero que no esté molesta conmigo por algo. Sé que soy muy versátil a turbar su paciencia pero no creo haber cometido algo para ello.

- ¿Entonces hablas con los muertos? - Inquirí ya solas en la habitación, tenía la necesidad de romper el hielo y ese tema me dejó shoqueada en la conversación de esta mañana.

- Escuché la voz de Aris.

- ¿Tendrás mi mismo don?.

- No lo sé.

- ¿Ves aquello que está ahí? - Apunté a una esquina de la habitación donde no había nada. Ella negó un poco asustada - ¿Le digo que se acerqué a saludarte?.

- ¡No jodas, Hestia! - Chilló.

- Ven, ven. Conoce a mi hermana.

- ¡Ay diocito!.

Chilló despavorida la chica al escuchar el aullido de mi gato y el grito de un chico a nuestras espaldas. El grito de Hazel fue tan épico que me hizo carcajear en mi lugar.

- ¿Y ese gato de dónde salió? - Se exasperó el chico que lo había entrado a la habitación y machucado a Medianoche.

- ¿Yoongi?.

- ¿Qué haces aquí?.

- Vine a ver a Hestia - Le explicó a la mayor mientras paseaba sus ojos por mi persona. Yo me atragante con mi risa abruptamente.

- ¡¿A Hestia?!.

Otra vez mi hermana estaba chillando. Bueno, esta vez ni la criticaba. Eso fue totalmente inesperado.

- Sí.

- ¿A mí, a yo Hestia Jacobs, a mí como hermana de tu amiga?.

- Sí, ¿me acompañarlas?.

Parpadeé repetidas veces para ver si se trataba de un sueño y pronto iba a despertar. Pero no. ¡Yoongi quería hablar conmigo!.

- Cla-claro - Esa fue mi respuesta idiotizada.