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«El gato te tocó un teta»

Volví a ver la luz a través del tunel cuando abrí los ojos. Aún me encontraba en la cama de Yoongi, tan solapiada como una araña de esas que se come su pareja después de aparearse. Como me gustaría poder comerlo entero.

La voz de Min hablando con Jungkook llegó a mis oídos. ¿Estaban hablando de mí?. Jejeje Kookie no paraba de hacerle preguntas incómodas al de ojos de gato sobre la razón de porque justamente me encontraba en su cama. Así que decidí quedarme aquí haciéndome la dormida solo para llevarme todo el talle.

Lo sé, soy una mala intencionada.

- ¿Y? - Exigió el Hazel.

- Mira - Suspiró el acusado - Ni sé cómo explicarte lo que pasó porque ni yo mismo lo entiendo. Fue la cosa más rara que me ha pasado en la vida.

- Bueno ahora estoy más interesado por lo serio que te oyes.

- Yo estaba en el baño cuando sentí a alguien entrar como pedro por su casa y pensé que eras tú-

- Solo lo esencial Yoongi, solo lo candente, lo otro puedes guardartelo para escribir una novela.

- Pues bueno..

- ¡Suelta la sopa! - Chilló lloriqueando  - Me voy a morir de la curiosidad. Escúchame bien bro, enscencial y candente - Insinuó divertido.

- Pues esa tipa entró por la puerta, se quitó la ropa y me obligó a acostarme con ella. Luego nos tocamos y no lo sentí.

- ¿No lo sentiste? - Me tuve que tragar la risa de imaginarme la cara del pelinegro. Estoy segurita que pensaba cosas oscuras en su mente perversa.

No pude aguantar la curiosidad y abrí uno de mis ojos. Para mi desgracia Kookencio estaba de espaldas pero podía ver a Yoongi perfectamente. Su actitud ya no era la imponente e indiferente como siempre, podía ver su incomodidad desde mi lugar perfectamente.

- Sí, exactamente eso. Tú sabes - Hizo movimientos raros con las manos - No lo sentí.

- ¿¡Cómo que no lo sentiste!? - Formó un escándalo.

- Eso nunca me ha pasado en mi vida.

- ¿Qué le tocaste exactamente?.

- El cuello, la cara, los hombros y brazos.

- ¿Y una teta?.

- ¿Por qué le tocaría una teta? - Exhalo con frustración.

- Confía en mí - Le pasó una mano por el hombro, quedándose frente a mí. Mierda me descubrió - Tú hazme caso. Yo sé de lo que te digo. Tocale una teta - Guiñó en mi dirección.

Nunca creí que el Yoongi fuera tan inocente para caer en esa jugarreta de Kook, pero ahí se encontraba el chico, caminando inexpresivo en mi dirección. Cerré los ojos para que no me descubriera, y lo último que vi antes de eso fue como Kook estaba tan feliz como un niño en un parque de diversiones.

Min apretó el lugar, Kook estalló en carcajadas y yo tuve que seguir actuando estar en el otro mundo lleno de unicornios y flores de colores.

- Sigo sin sentirlo - Confirmó el chico y escuché como se sacudía las manos.

- Eso fue muy divertido - Carcajeo el otro.

- Te voy a matar después de clases - Amenazó y escuché la puerta del baño cerrarse.

Todo se consumió en silencio, no me atreví a abrir los ojos porque no sabía cual de los dos seguía sin moverse de mi alrededor.

- El gato te toco una teta - Me susurró Kook al oído mientras adheria algo a mi frente.

Espere a que ambos salieran de la habitación para ver de que se trataba. Era una nota, decía que "le debía una y esperaba que se la devolviera de la misma forma con Hazel". También había dibujado un horrendo emoji con sonrisa ladeada.

Esa mañana aprendí dos cosas. Una era que los dibujos de Jungkook daban miedo y la otra..

- ¡Eres una estúpida! - Le grité a mi propio reflejo - ¿Por qué no pudiste desmayarte en otro momento?. ¡Solo un segundo más tarde!. ¡¿Qué te costaba?! - Me pegué un galletaso y solté un chillido frustrado.

Estuve a solo centímetros de los labios del chico. ¡Solo unos centímetros!. Ahhhh.

Encolerizada me quité toda la ropa y volví a colocarme la que me puse para llegar. Salí disparada a la habitación de mis amigos, ahora si podía ver bien los números y entré de sopetón encontrándome como Johnny dormía en la cama.

- ¡Johnnyyy! - Grité a la par que saltaba sobre la espalda del chico.

El moreno soltó un aullido adolorido, dijo mi nombre como reproche y miró mi sonrisa angelical.

- ¿Qué hiciste, Hestia?.

- Si tú supieras - Reí contra mi mano - Ya, cambiando de tema. Necesito tú ayuda - Ahora mi voz salió seria.

- ¿Qué ocurrió? - Si algo había de mi amigo que me gustara muchísimo es que es el único que comprende mi seriedad.

- Te lo cuento todo en el camino. ¿Me prestas tu ropa?. Necesito un baño para sacarme este olor a rayo encendido que traigo arriba.

- Por supuesto.

- Ve a vestirte en lo que me baño.

✧༺♡༻✧

Johnny y yo nos habíamos dividido a la mitad el trabajo de encontar la muestra de escritura en el taller de literatura. Tarde un poco en explicarle cómo era que tenía que buscar las letras porque el moreno es un Johnny cualquiera. Y ser un Johnny cualquiera significa ser un Johnny cualquiera. O sea, es una ofensa.

Finalmente la encontré entre unas ochenta. Mis ojos se encontraban bastantes cansados y el ardor en ellos eran notorio, a eso le agregas la clase resaca y los fuertes dolores de cabeza, solo quería morirme, sin embargo, me alegré de tenerla en mis manos.

El trazo de la "O" lo había delatado. El nombre de la persona que me había mandado el sobre estaba enfrente de mí. No cabía duda. La perfección en la escritora, el trazo del punto de la "i" y nuevamente recalcó a la "o".


- Es él - Le hablé a mi amigo mostrando la hoja.

- Joder...

Como si este descubrimiento fuera planeado por el destino el nombre fue anunciado por la radio, pero fue tal la molotera y bullicio que formaron todos mientras corrían en una misma dirección, que nada de lo que se dijo se pudo escuchar.

- Ve a ver que ha pasado.

- No te pienso dejar sola después de lo que me has contado - Me miró fijamente, John estaba asustado porque me pasará algo. Quizás no debí contarle todo de sopetón.

- Estaré bien. Tú ve y descubre que pasa.

- Hestia...

- Hazlo por favor.

El alto me dio una mirada significativa, sus ojos estaban adornados de preocupación pero gracias a Dios me hizo caso. Asintió con su cabecita y tomó la misma dirección de todo el mundo mientras corría.

Suspiré mirando el nombre de aquella persona. ¿Por qué tenía que ser él?. No hay tantas personas en el mundo para que fuera. ¡Tenía que ser precisamente el amigo de Hazel!. Todo este asunto me estaba matando, mi mente iba a colapsar en cualquier momento.

Suspiré poniéndome de pie. Me sentía débil, pero aún así fui en dirección contraria hacia la habitación del chico. La habitación estaba escrita en el papel como dato para ingresar en el taller. Si eso antes me resultó estúpido, ahora lo veía genial.

Miré a cada lado para percatarme de que nadie me viera. Así era. Luego entré cuidadosamente, temiendo que apareciera de pronto y me cortara la yugular. Podía hacerlo, ¿no?. Dijo que iría por mí.

- Cada vez me sorprendo más.

¿Qué pasaba en esta institución?. Todas las habitaciones eran compartidas excepto la de él. Era como si lo hubieran planeado.

Leumas tenía más secretos de los que me imaginé.

Apresando mi labio, con pasos cuidadosos y mirada inquieta me adentré. Revisé el interior del closet, la mesita de noche y el escritorio. En este último haye los sobres negros y el lapicero de tinta roja.

Ya estaba más que comfirmardo quién irá a por mí.

Pero para mí no era suficiente. Tengo que buscar más. Aquí deben haber más pistas.

A simple vista todo era normal. Un chico vivía aquí como si nada. Como si fuera un estudiante común... Como sino fuera un asesino.

En el escritorio encontré una sección oculta, esa gaveta no estaba en el mío, pero recordé como mi madre tenía varias ocultas de la misma forma en las cuales solia guardar un revolver por si algunos de sus clientes se sobrepasara. En la sección el chico tenía una libreta, parecía una especie de diario con las palabras de "Diary" bien llamativas en el centro. Sin dudas, ahí debía haber algo.

Lo tomé en mis manos e la abrí. Algo cayó de su interior, aunque en el interior no hubiera ni una mísera hoja. El ruido que emitió fue débil, igual que el tamaño del objeto en el suelo. Tenía forma rectangular con una punta enfrente, parecida a una llave antigua tallada con algunos relieves a ambos lados.

La tomé en mis manos para verlo desde más cerca. Y caí brutalmente desmayada con una visión.

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