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El viaje en avión había durado 14 horas que habían parecido una eternidad para Bahiyyih, quien no había podido dormir ni un poco durante su estancia en el, afortunadamente el trayecto había culminado y estaba a pocas horas de encontrarse con su familia después de 8 largos años. La situación tenía a la menor realmente nerviosa, pensando en las reacciones de cada uno de los integrantes en casa, pero aún tenía tiempo para prepararse mentalmente ya que aún tenían que recoger las maletas y tomar un carro hacia casa.
A pesar de todo ese tiempo restante Hiyyih sentía que no sería suficiente, su cabeza estaba hecha un nudo y tenía miles de emociones a flor de piel por lo que, casi sin darse cuenta, un par de lágrimas rodaban por sus mejillas.
- ¿Hiyyih? - dijo preocupado interrumpiendo los pensamientos de su hija.
Finalmente salió del pequeño trance en el que entró cuando subieron al auto y se percató de la humedad en su rostro limpiando rápidamente las lágrimas sin dejar rastro aparente de estas - Estoy bien, papá - respondió fingiendo una sonrisa.
El padre solo asintió, conocía bien a su pequeña y sabía que no estaba diciendo la verdad pero tampoco quería presionarla a hablar, incluso él se sentía nervioso de ver a sus hijos de nuevo aunque hablara con ellos casi a diario. El viaje en el carro, a diferencia del avión, pareció pasar volando, cuando la menor miro por la ventana identificó su casa y se quedó congelada un par de minutos mientras su padre sacaba las maletas para luego sacudir la cabeza a modo de despejar sus pensamientos y bajar rápidamente del auto y ayudar a su padre, sentía sus manos temblar un poco y un nudo en la garganta.
- Cariño, ¿Cómo te sientes? - preguntó el padre mientras acomodaba las maletas en la acera.
- Nerviosa... ¿Esto realmente fue una buena idea? - dijo jugando con sus dedos.
- ¿Qué quieres decir?¿Quieres regr -
-NO - lo interrumpió rápidamente - Es solo que... no se si haya sido una buena idea venir sin avisar a Kai y Lea... Y si no me recuerdan, o están enojados, o ya no me quieren...
- ¿Cómo olvidarían que tienen una hermana? - rio para luego darle un beso en la cabeza de la chica - Tranquila pequeña, todo saldrá bien -
Mientras que padre e hija estaban desocupando la maletera del auto y haciendo algo de tiempo para que sus nervios se desvanecieran, dentro de la casa la madre se encontraba en la cocina preparando un delicioso almuerzo para su pequeña hija que finalmente regresaba a su hogar. Le había pedido a Lea que venga a casa para tener ayuda, era un lunes por lo que se le hizo extraño que su mamá se lo pidiera pues normalmente solo iba a casa los fines de semana, de igual forma aceptó y se había tomado el día para ayudar a su mamá desde temprano, aunque no sabía por qué tanta urgencia por limpiar y ordenar toda la casa y preparar un almuerzo tan especial con tantas guarniciones.
-¿Mamá? - dijo apareciendo detrás del encimero que separaba la cocina del comedor - ¿Por que estas preparando todo esto?¿Me has conseguido un prometido millonario que vendrá a comer con nosotros? - pregunto fingiendo sorpresa.
La mayor rió y luego volteo a ver a su hija - No... Es lo que siempre cocino - respondió un poco nerviosa de que la descubran en la mentira - Ahora ayúdame a llevar eso a la mesa - dijo tratando de cambiar el tema y enfocando la atención de Lea en otra cosa.
-Al menos hoy comeré algo delicioso de casa. - se alzó de hombros sin darle mucha importancia, sabía que su mamá ocultaba algo pero qué tan grave podria ser. Recogió la bandeja del encimero para llevarla a la mesa mientras pensaba quién sería la visita sorpresa del día, fue entonces que el sonido del timbre interrumpió su sesión de adivina quien. Acomodo lo que restaba en la mesa y se dirigió rápidamente hacia la puerta principal para abrirla.
-Kai te he dicho muchas veces que tengas las llav- dirigió su vista hacia el sujeto frente a ella y se congeló un momento - ¿Papá? - cerró con fuerza la puerta como primera reacción, corrió hacia la cocina y giro a su mamá hacia ella
- ¿Mamá? Creo que papá está en la puerta. -
- ¿Ya llegaron?- dijo emocionada sacándose el delantal de cocina y dejándolo sobre el encimero para luego salir rápido hacia la puerta y abrirla, en el umbral se encontraba quien en algún momento fue su esposo y detrás de él una tímida chica de cabello rubio que no se arriesgaba a hacer un solo movimiento. Fue entonces que apartó al hombre empujándolo hacia un lado y se abalanzó sobre la pequeña para darle un abrazo - Oh cariño, no sabes cuanto te extrañaba - se separó un poco para tomar su rostro con ambas manos - Estas más preciosa que hace 8 años, las videollamadas no te hacen justicia mi niña - le sonrió y le dio un beso en la frente.
- Mamá - dijo bajito y le dio un abrazo, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hizo y soltó un par de lágrimas por todas las veces en la que necesito ese abrazo que de pequeña solía darle.
Mientras todo esto sucedía, Lea había salido nuevamente hacia la entrada para abrazar a su padre - PAPIIIIII - grito emocionada, aunque ya tenía 23 años el ver de nuevo a su padre le había hecho volver en el tiempo cuando tenía 13 y solía pasar las tardes con papá. Lea siempre tuvo una buena relación con él, incluso cuando se fue, solían intercambiar mensajes a diario y hacer videollamadas de vez en cuando. El padre respondió al abrazo de su hija mayor con una sonrisa en la cara, ella era su pequeña princesa y a quien siempre le cumplio todos los caprichos desde pequeña, no podían culparlo, fue su primera hija y era una tierna e inteligente niña que nunca le dio problema alguno. - ¿Por qué no me dijiste que estabas regresando? - pregunto aun abrazada de el.
-Era una sorpresa princesa, y traje a alguien conmigo- respondió separándose de ella y poniéndola enfrente de su pequeña hermana, que ahora no era tan pequeña pues superaba su altura por unos pocos centímetros.
- ¿Hyuba? - dijo un poco desconcertaba, la última vez que recuerda haber visto a su hermanita era una pequeña niña castaña que aún no estaba pasando por la pubertad. - HYUBA PARECES UNA MUÑECA, en que momento creciste tanto - la tomó de las manos analizandola un poco más, era extraño ver a su hermana tan grande y con ropa que no eran vestidos en tonos pasteles como los que le gustaba usar hace años.
- Oh Lea, lo siento por dejar de comunicarme contigo, realmente no fue mi intención es solo que pasaron unas cosas y luego otras y luego solo pensé que no querían hablarme nunca más o me odiaban - la velocidad a la que hablaba era increiblemente rapida y era señal de lo nerviosa que estaba por el reencuentro con su hermana
- Wow, wow, tranquila Hyuba... No te preocupes por eso, como crees que podría odiar a mi hermanita pequeña - le sonrió tratando de tranquilizarla - Las cosas pasaron así y no hay nada que hacer al respecto porque bueno, es pasado, lo que importa es que estas ahora con nosotros.- la jalo hacia ella para darle un cálido abrazo que terminó de convencer a la rubia de que todo estaba bien entre ellas. - Ahora entremos, mamá hizo comida deliciosa y tenemos mucho que contarnos y ponernos al día. - tomo su mano y la guío hacia dentro de la casa.
Una vez dentro Hiyyih empezó a inspeccionar la casa con la mirada como si fuera su primera vez dentro, fue inevitable para ella empezar a recordar momentos en cada rincón que observaba, le gustaba Canadá pero innegablemente Seúl era mucho mejor pues al fin y al cabo era su hogar. Lea le ayudó a llevar sus cosas al que fue su cuarto hace muchos años, estaba intacto, el decorado rosa seguía en las paredes, aunque ahora un poco grisáceo por la antigüedad, cada una de las cosas que había dejado en su antigua habitación seguían en el mismo lugar incluso los dulces que solía esconder en el escritorio.
-Sigue igual...- dijo casi para si misma.
-Mamá se negó a cambiarlo, una vez le dije que convertiría este cuarto en mi taller... casi me corre de la casa - bromeó, en respuesta la menor solo atino a reír - Ah pero cuando yo me fui, a la semana ya tenía hecho un estudio en mi habitación -
Hiyyih volvió a reír, había olvidado lo divertido que era pasar tiempo con Lea, limpiaron un poco la habitación y desempolvaron algunos muebles para luego empezar a desempacar algunas de las cosas de la menor mientras hablaban sobre la vida de la otra para ponerse al día.
- ¿Y Kai? - preguntó la rubia, llevaba ya casi 1 hora en casa y no había rastro del chico por ningún lado.
- Debería estar llegando en un rato, supongo que hoy también tuvo ensayo -
- Hmm - dijo pensativa.
- No te preocupes por él, no es rencoroso... creo-
- Cuando era pequeña rompí un jueguete de él, ni siquiera se si paso realmente , pero me lo recordaba tantas veces que termine por creerle... incluso cuando hablaba con él en mi primer año en Canadá me decía que debía pagarle por el. - sonrió temerosa.
-El menos rencoroso- rió. - Oh, eso me recuerda a la vez en la que soplé sus velas de cumpleaños... el sigue apagando las mías desde entonces. -
Las dos hermanas rieron al unísono para luego seguir contando anécdotas e historias haciendo que hiyyih olvidara aquello que la tenía preocupada.
⌞ ꨄ⌝ NA: HOLA OTRO CAPÍTULO, de hecho no está completo porque pensé que sería mucho texto. En el próximo capítulo veremos cómo se sentirá kai al ver a su hermana y un par de revelaciones sobre un par de cosillas, en este quise describir el reencuentro con el resto de la familia, quizás no haya mucho cosa amorosa aun pero es que no quiero que la historia se base en su totalidad en relaciones románticas sino también el trato con sus hermanos en especial porque probablemente en los próximos capítulos deje de mencionar a ambos padres. Por cierto, tambien cambie la portada, creo que esta me gusta más, ¿ustedes que opinan?.
Gracias por leer <3
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