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◈ 6

❝Lágrimas de soledad❞

—En serio no te entiendo, Joohyuk. ¿Por qué te cuesta tanto dejarme ir? Sabes que no valgo nada, solo soy una niña que vinieron a botar aquí. ¿Es tan difícil dejar que busque un poco de felicidad? No tengo identidad ni una familia, estoy sola y quiero hallar un lugar donde me pueda comprender.

No hubo respuesta. El agarre que tenía en mis muñecas siguió siendo igual de fuerte y poco le importó tenerme aprisionada. Iba a llorar, el gran nudo en mi garganta dejaba en claro que estaba llegando a mi límite de tristeza. Mi corazón estaba muy triste como para seguir soportando toda la situación.

Estaba tan cansada.

¿De qué servía luchar tanto si las cosas no resultaban como quería? ¿Era tan egoísta de mi parte querer un poco de felicidad? Y ni siquiera sabía si le podía seguir llamando felicidad, tan solo quería tener la compañía de la persona que más quería en el mundo. No pedía lujos como vivir en una mansión o una familia que me diera amor, solo... Solo quería que Jungkook siguiera junto a mí.

—Actúas igual que esas personas malas que tanto dices aborrecer —escupí las palabras—. ¿Me vas a tocar o abusar de mí? Hazlo. Ya no me importa nada. Quise creer en que podría haber otra oportunidad, pero ya todo está podrido en este mundo.

—¡Ya basta! —me mandó a callar. Sus manos presionaron con más fuerza mis muñecas—. Entiende que solo te quiero ayudar. Si tuviera malas intenciones te hubiera hecho algo cuando te llevé en medio del bosque sin nadie más, ¿pero te hice algo? No, y lo sabes perfectamente. Solo te abracé porque me lo pediste, pero de ahí en más no te toqué ni un cabello.

Sus ojos, que habían quedado descubiertos gracias a la posición, demostraron un sentimiento de molestia en su interior. Su ceño fruncido y sus labios apretados en una fina línea recta tampoco se quedaron atrás, y por un momento sentí que mis palabras habían estado mal, pero no, lo que sentía era mi problema y él no era quien para decirme lo contrario.

—¿Entonces por qué me ayudas? Has estado solo toda tu vida, ¿no? Si desaparezco de aquí nada va a cambiar. Los niños que están ahí afuera seguirán jugando y tú seguirás en tu propio mundo.

Mis cejas se curvaron y la expresión de mi boca triste se volvió más pronunciada. No estaba entendiendo nada y sinceramente tampoco tenía la intención de hacer algo por cambiar eso. Joohyuk siempre estaba tan ensimismado que ya no esperaba una respuesta de su parte. Pero ahí seguía sin dejarme ir, y las incógnitas en mi cabeza seguían en aumento.

¿Para qué preocuparse por alguien a quien no le tenía el más mínimo aprecio? No lo entendía. Las personas que podía haber llamado familia nunca me habían entregado amor sano, y si no había esperado nada de ellos menos lo iba a hacer de alguien con quien había intercambiado palabras solo hace un par de días.

Muy a mi pesar, incluso si mi cansancio mental y físico eran notorios y me querían ganar, por última vez intenté luchar para liberarme de su agarre. Pero no pude, no pude porque las lágrimas que comenzaron a surgir de esos ojos profundos que tenía sobre mí fueron a parar a mi rostro que de tristeza pasó a confusión.

—Porque me recuerdas a mi madre, Sunbin... —terminó confesando.

El nudo en mi garganta terminó desapareciendo tras su confesión. Sus lágrimas comenzaron a aumentar y como última opción me terminó soltando. Estaba libre y podía escapar, pero viéndolo limpiándose el rostro, mi cuerpo pareció quedarse anclado a la cama. Joohyuk, quien siempre parecía ser tan imperturbable y con expresión serena, se había quebrado frente a mí.

Y lejos de sentirme satisfecha por mi libertad, un nuevo sentimiento surgió en mí. Más allá de la lástima que me producía el que todos fuéramos niños abandonados, la tristeza de no ser amados fue creciendo de a poco. ¿Dónde iríamos a parar sin cariño?

Guardé silencio. En su habitación parecía que siempre tenía que guardar silencio, tal vez porque ese era su mundo y en el fondo conocía los límites. Yo quería que alguien más fuera parte de mi mundo, pero no podía obligar a nadie. Anhelaba tanto mi libertad como para negársela a alguien más. Así que aunque sabía que Jungkook se podía estar marchando, me quedé quieta en mi lugar tan solo respirando mientras a mi lado unos suaves sollozos se escuchaban.

Puede que al final todos estuviésemos rotos y solo no me había dado cuenta.

—¿Dónde está tu madre?

Su rostro inexpresivo se giró hacia mí. Puede que no haya sido la mejor pregunta, pero en vista de que sus lágrimas no se querían detener, por lo menos para que sus lágrimas se llevaran hasta el último rastro de tristeza.

—No lo sé. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la vi.

Saber el paradero de aquella mujer sonaba como algo difícil. Aunque saber el paradero de cualquier familiar de uno de los niños era como algo imposible. Para empezar, la mayoría parecían no tener padres y yo me incluía en ese montón. Solo había sido criada por mi tía y su familia, de ahí en más no conocía otros familiares.

—¿Y puedo saber la razón por la cual te recuerdo a ella?

—No lo sé —hizo una pausa. Yo retuve el aire cuando se acercó a mí y me ayudó a sentarme tomando con cuidado uno de mis brazos—. Tienes algo que me la recuerda, y no me malinterpretes, pero aunque aún eres algo pequeña y no te has desarrollado por completo, comparten algunas similitudes físicas. El cabello liso y largo, la contextura delgada, además... ambas tienen ese rostro de ciervo; ojos brillantes y grandes, pero a la vez como si fuesen tan delicadas y con un cazador persiguiéndolas.

Su descripción me había parecido muy precisa como para un simple no lo sé, pero no dije nada al respecto viendo que de a poco parecía volver a ser el de siempre. Terminó de secarse las pocas lágrimas que quedaban en su rostro y alejándose tomó mi bolso para entregármelo. Seguía sin entender la situación, pero supuse que tras su quiebre emocional ya todo estaba más calmado.

—Oye... Lamento haberte tratado mal. Solo... La situación en la que estoy me superó por un momento, y bueno, aún sigo muy confundida, dolida, triste. Es un revoltijo de emociones.

—Está bien. Yo también lo lamento —se sentó a mi lado mientras juntaba sus manos sobre su regazo—. No tuve que actuar de la forma en que lo hice. Tuviste que estar muy asustada cuando te atrapé contra la cama y aunque me dijiste esas cosas, soy incapaz de tocar a alguien sin su consentimiento. Me enferma quienes abusan y violan. Por mí los haría desaparecer del mundo...

No me veía, pero supe que en la profundidad de sus ojos tenía que haber un gran odio por las personas de esa calaña. Joohyuk era tranquilo gran parte del tiempo, lo podía decir luego de haberlo visto mientras habíamos estado en esa casita en el bosque, pero por lo visto también tenía detonantes para su paciencia y tolerancia. Habiendo dicho que podía hacer conmigo lo que quisiera había sido uno de esos detonantes, y ya más calmada me estaba arrepintiendo de mis palabras. No podía echarme a morir tan luego por mucho que todo se viera horrible.

El sonido de la puerta queriendo ser abierta resonó. Los chicos todavía tenían que estar desayunando u ordenando, así que me extrañó que alguien quisiera ingresar, más cuando Joohyuk no se relacionaba mucho con el resto.

—Abre la puerta —esa voz sin duda era de padre y Joohyuk se puso pálido.

—¿Podrías esconderte un momento bajo la cama? —susurró.

Ya estaba lo suficiente confundida con todo lo que estaba pasando que una extrañeza más no pareció la gran cosa. Asentí hacia su persona y tomando mi bolso lo metí bajo la cama para luego ingresar mi cuerpo, la mente ya la tenía en las nubes, así que no era tan importante.

Vi sus pies caminando de un lado para otro, y luego su cabeza apareció cuando en un rápido movimiento bajó hasta la altura que yo estaba.

—Yo te aviso cuando salgas. Aunque lo más seguro es que padre me vaya a llamar para ir a otro lugar, en ese caso espera un poco y luego te vas.

—Está bien.

Retuve el aire nuevamente cuando caminó hacia la puerta y le quitó el seguro para poder abrirla. Además de sus pies se vio otro par que eran los de padre, y temí que quisiera ingresar a la habitación, por suerte intercambiaros algunas palabras que no escuché muy bien y tras eso salieron dejando la puerta cerrada y a mí sola en el interior.

Todo bastante raro y sospecho, pero lo importante era salir del lugar. Ya había hablado con Joohyuk y tenía mi bolso, así que no me quedaba nada más por hacer ahí. Había tenido muchas emociones fuertes y necesitaba un descanso de todo eso. Me quedé en silencio tanteando cuando era el momento preciso para irme, y saqué levemente la cabeza para escuchar mejor si es que había alguien más por el lugar, por lo visto todo estaba despejado, así que terminé por salir completamente.

Con bolso en mano me dirigí con lentitud hacia la puerta, aunque no escuchaba nada, tenía que ser muy precavida. Que alguien me viera salir de la habitación de Joohyuk tampoco era la idea, ¿y si se esparcía algún rumor y llegaba a oídos de padre? Necesitaba algo de estabilidad y estaba segura de que eso no me lo daría.

Salí a pasado rápido y por suerte no había nadie por el lugar. Hasta que llegué a mi habitación pude recién respirar tranquila. Escondí el bolso bajo mi cama justo en el momento que la puerta de la habitación fue abierta. Pensé que podría ser alguna de las chicas, en el peor caso padre, pero entonces fue el mismo Jungkook quien de mostró ante mí. ¿Pasaba algo? ¿Por qué estaba tan agitado?

—Sun, la familia no llegará hoy —me dijo con un hilo de voz—. No sé qué pasó, pero por hoy no vendrán.

Su mirada se notaba tan aliviada, pero no por eso necesariamente un alivio me invadió a mí. Mi mente seguía siendo un caos, y más con constantes confusiones.

—¿De dónde sacaste eso, Kook?

—Escuché a padre diciéndoselo a Joohyuk. Le dijo que la familia no vendría hoy, y apenas lo escuché vine a decirte. ¿Estás feliz por eso?

Sus ojitos estaban tan brillantes. Me acerqué a cerrar la puerta y lo abracé con toda la fuerza que pude, él hizo lo mismo, y estaba segura de que en cualquier momento nos podríamos a llorar.

—Estoy feliz de poder verte.

Él se separó un poco y me dedicó una preciosa sonrisa. Tal vez no estuviéramos en el mejor momento, pero estando juntos incluso por un pequeño momento nos hacía bien.

—Sun... ¿y si nos vamos? —su voz se escuchó dudosa, pero terminó la oración como pudo—. Lo estuve pensando, y vivir sin ti sería muy triste. Y-yo sé que debo ser un buen niño para cuidarte y que estés bien, ¿pero mientras estemos juntos seremos felices, verdad?

Sus dedos tenían un gesto nervioso mientras se acariciaba sus manitos por sobre su estómago. ¿Qué le respondía? ¿Estar juntos realmente era la solución? Estuve a punto de decirle que lo mejor era esperar para ver lo que pasaba, pero entonces mis ojos chocaron con su mirada que me pedía ayuda, y no me podía negar a esos ojos brillantes. Jungkook era mi todo, ¿cómo era posible que dudara en actuar por su bien? Un papá y una mamá los podía tener cualquiera, pero estaba segura de que nadie podría ocupar mi lugar.

Porque nadie vería el amanecer a su lado.

Nadie velaría por su sueño.

Nadie le acariciaría su cabello hasta que sus ojos se cerraran en un gesto feliz.

Nadie tomaría su mano cuando una brisa fría pasara.

Y, sobre todo, nadie lo querría como yo lo hacía.

¿Y qué si teníamos que luchar por estar juntos? La vida nunca había sido fácil.

●▬▬▬▬21/02/22▬▬▬▬●


Perdón por la demora. La historia toca temas algo delicados y no los quiero abordar a la ligera.

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