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❝Felicidad amarga❞
Cuando desperté pude sentir el cuerpo tibio de Jungkook aferrándose todavía al mío. Su respiración me indicaba que seguía durmiendo, así que de la forma más delicada posible me fui soltando de su agarre para poder alejarme de a poco. Al principio se resistió, pero terminó dejándome ir.
Se veía tan tranquilo. Tan tierno.
Sus cabellitos se pegaban a su rostro y sus mejillas estaban un poco coloradas. Me sorprendí al darme cuenta de que la luz de afuera era lo suficiente fuerte como para dejarme ver todos esos pequeños detalles. Normalmente la luz era escaza y terminé cayendo en cuenta de que tenía que haber dormido hasta más tarde de lo que comúnmente lo hacía.
Joohyuk, quien se suponía que debía estar acostado a mi otro lado, estaba sentado en la orilla de la cama mirando hacia la pared. Me acerqué hacia él para imitar su acción mientras intentaba quitarme el sueño de encima. Había dormido bien, pero los ojos me pesaban como nunca antes. Me pasé una mano para correr los mechones desordenados de mi cabello y de paso refregar mi rostro adormilado.
El chico a mi lado parecía pensativo y me contagié al verlo tan centrado en la nada misma.
—¿Pasa algo? —me atreví a preguntar. Por la expresión de su rostro no fue difícil intuir algo.
—Se fueron.
—¿Quiénes? —repliqué confundida.
—Jimin y Eunhee; los chicos de anoche. Escuché como más temprano se iban.
Por un momento me quedé congelada intentando procesar de la manera más adecuada lo que había dicho. ¿Se habían... ido? A pesar de que yo había hecho algo parecido hace unos días, nunca antes había escuchado de alguien que se escapara. A lo más rara vez alguien se iba porque lo adoptaban, pero... ¿escapar? No, eso no había pasado antes. Incluso estando dentro de una habitación una sensación de frío se coló por mi columna.
¿Por qué alguien escaparía?
—¿No los detuviste o algo?
—No, ¿por qué detenerlos? Aquí cada uno es libre de hacer lo que quiera. Hasta donde yo sé, padre no obliga a nadie a quedarse.
Sus palabras habían sonado convincentes, pero me fue difícil creerle cuando su vista permaneció gacha en todo momento. Aunque si lo pensaba bien, tenía algo de razón. No es como si la fuga de alguien fuera un gran problema. Todos éramos niños que habían sido dejado a un lado por nuestras supuestas familias.
Por muy duro que sonara, de alguna u otra forma todos éramos desechos de los cuales alguien se había querido deshacer.
—Tal vez se fueron por algo que pasó en la habitación de padre. A veces pasan cosas raras y...
—Deberías dejar de indagar tanto en eso, Sunbin. En ocasiones es mejor ser ignorante —elevó su rostro, pero en ningún momento me vio.
Su actitud no pasó indiferente. Tenía claro que no éramos mejores amigos o algo parecido, pero no creí que fuese necesario responderme de esa manera. Nada de lo que había dicho había sido algo grave, mucho menos con la intención de sonar grosera. Tan solo se lo había contado porque... Porque creía que él podría entenderme. Jungkook era pequeño como para comentarle las cosas tal y como eran, así que había pensado que decirle a él sería diferente.
Si hubiese sabido que respondería así mejor ni hubiese abierto la boca.
Apoyé mis manos a mis costados mientras bajaba la vista a mis pies. La manta estaba un poco fría a su lado, pero por alguna razón me reconfortó un poco el saber que todavía tenía tacto. No había sido la mejor idea el salir de la calefacción humana para verle. Me habría ahorrado el mal rato si tan solo hubiese permanecido abrazada junto a Kook y su cálido abrazo.
Fuera de la habitación todavía no se escuchaban los murmullos de los niños. Aún era temprano a pesar de que el Sol ya había comenzado a iluminar con sus rayos. Necesitaba despertar a Jungkook para irnos de ahí. No escapar del lugar, simplemente salir de esa habitación para dejar a su ocupante pensar tranquilo.
Me bajé de la cama sintiendo el frío ingresar por la parte baja de mis pies. De la nada muchos pensamientos me comenzaron a invadir y no estaba segura de si mi mente podría aguantar tantos. La carita dormida de Jungkook llenó mi visión cuando llegué a su lado. Me daba tanta tristeza tener que despertarlo cuando se veía tan cómodo, pero no quería que se hiciera más tarde y después no pudiéramos salir de ahí.
—Kook... Despierta, Kook.
Frunció el ceño mientras se removía buscando taparse como si así pudiera evitar el sonido de mi voz. Si lo veía bien me recordaba a un bebé recién despertando.
—Vamos, hay que despertar, Kook —no sabía si era del todo posible, pero endulcé mi voz hasta lo máximo que podía—. Si te levantas prometo que intentaré pasar todo el día contigo.
Aquella promesa pareció agradrarle. Uno de sus ojos se abrió más que el otro, pero enseguida buscó mi mirada como comprobando si lo que había escuchado era cierto o solo un sueño que le engañaba.
—Estaba soñando contigo, Sun —confesó con una sonrisa risueña. Entre tanto aprovechó para estirarse—. Estábamos entre muchísimos árboles y flores. Fue tan bonito. Habían muchos colores por todas partes.
Sus palabras me enternecieron. Me gustaba cuando actuaba de esa forma tan infantil y adorable. El corazón se me llenaba de dulzura y sin pensarlo una sonrisa se me escapaba. Jungkook era toda una dulzura y cuando me miraba con esos ojitos llenos de estrellas... tan solo podía sentir mucha felicidad.
—Qué sueño más lindo —le acaricié su cabello a la vez que le hablaba—. ¿Te parece si pasamos un rato juntos antes de desayunar?
—¡Sí! Me voy a cambiar y nos vemos donde siempre.
—Claro, claro. Yo haré lo mismo.
La emoción se le escapaba hasta por los poros. De un salto se levantó y pareció que de repente el sueño lo había abandonado por completo. Agarró sus zapatos y se los puso, de seguro ya sabiendo que no me gustaba que andara descalzo por ahí. Le dio los buenos días a Joohyuk y sin más salió de la habitación dejándome a solas con él. Mi chico pequeño era un rayo veloz, de eso no había dudas.
Lamentablemente la incomodidad no tardó en llegar al lugar. Sin la presencia de Jungkook toda esa dulzura que había surgido se desvaneció como un pestañear.
—Bueno, yo también me voy... —me calcé los zapatos y arreglé mi ropa—. Gracias por todo lo que hiciste.
—Espera... —me detuvo cuando ya estaba decidida a irme. Un flashback de la noche anterior llegó a mi mente—. No quise sonar tan pesado. Es solo... Tú estás feliz junto a tu chico pequeño, ¿no? —asentí— Entonces debes proteger eso lo más que puedas y me temo que, si sigues indagando, todo eso se puede acabar.
—¿Por qué me dices todo esto? —soy consciente de que junto a él siempre tenía preguntas, pero en vez de callar me atreví a responderle.
—Porque Eunhee y Jimin se gustaban y eran felices, ¿pero qué pasó? La verdad les dio de frente y ahora quien sabe a dónde irán a parar. Todos somos menores de edad y no sabemos nada de la vida. Ahí afuera no es seguro y tampoco hay estabilidad —me sentí abrumada por sus palabras y aún más cuando me tomó de las manos—. Ahí afuera puedes perder a quien más quieres, por eso es más seguro ser ignorante y permanecer aquí.
La forma en que sus ojos me veían se me hizo inquietante. Siempre tenía un lago profundo que de alguna forma me consumía en ellos. Tan intenso y a la vez misterioso. Fui precipitada al pensar y sin darme cuenta lo que tenía en mi mente se deslizó por entre mis labios.
—¿Yo... yo te gusto?
El corazón se me detuvo cuando fui consciente de lo que había dicho. Pude sentir el frío llenando mis manos centímetro por centímetro.
—No. A quien le gustas es a Jungkook, ¿acaso no es lo suficiente obvio?
***
Estaba loca. Sí, estaba segura de que así era. ¿Por qué había sido tan tonta en preguntarle eso? En su momento había quedado como una gran boba y con el pasar de las horas me seguía sintiendo así. ¡Que recién habíamos hablado hace un par de días! Realmente tenía que ser muy tonta como para haberme lanzado de una diciendo esa pregunta tan estúpida. Y eso no era lo peor, porque su respuesta me había dejado afectada.
Que no le gustara lo podría superar, no era la gran cosa después de todo, ¿pero qué hacía con Jungkook? Era imposible que le gustara, o bueno, era posible si era un gustar amistoso, pero más allá sonaba como la mentira del siglo. ¿Yo gustarle al niño que había cuidado como a un hermano pequeño? No, imposible. Además, todavía era pequeño. A mí me faltaba mucho por conocer y con mayor razón a él.
Si éramos unos inexpertos en el mundo. Tan solo sabíamos querernos. Gustar eran palabras mayores.
Intenté ignorar ese pensamiento durante toda la mañana que estuve junto a él, pero fue un gran alivio cuando tuve que ir a ponerme al día y por consiguiente pasar el rato juntos se vio interrumpido.
Nadie me preguntó por mi desaparición y de esa forma estuve tranquila haciendo mis propios asuntos. Me centré en cada tarea para no pensar mucho en lo que había escuchado, sin embargo, a ratos pensamientos fugaces me lo recordaban. Por mucho que me esforzara aquello me tenía inquieta.
Había pensado en preguntarle a mi chico pequeño. Hacerme la tonta y soltar la pregunta como si en verdad no me importara, pero Jungkook era astuto, bastante para su edad. Él inmediatamente sabría que había una intención oculta tras aquella pregunta que podía sonar muy inocente y trivial. Si de algo me servía conocerlo tan bien era para cosas así. El tiempo que pasamos juntos no era solo compartir un par de minutos en el día. Nuestras charlas solían ser largas y nos extendíamos a diversos temas.
Me sentía tonta pensando en que le podría gustar.
—Sunbin, ¿podrías ir a botar la basura?
Las palabras de uno de los chicos que estaba en el lugar me permitió darme un respiro de tantos pensamientos. Ni caminar por tantas horas me había cansado tanto como lo eataba haciendo ese tema que no me dejaba de rondar por la cabeza.
—Voy.
Tomé las dos bolsas que ya estaban repletas y me dirigí hacia el basurero más grande para poder dejarlas a ir. Llegar a ese lugar significaba rodear el comedor e ir un poco más allá de donde había escalado para poder salir. Todo seguía tan vacío como siempre y si no fuese por mi presencia ni un ruido se hubiera escuchado.
Lancé la primera bolsa asegurándome de que cayera en el interior y con eso ya logrado lancé la segunda. Un pequeño papel voló en ese transcurso y fui hasta donde había caído para no ensuciar el suelo en donde la basura no debía estar. Estaba haciendo eso cuando escuché unos pasos acercarse. Tal vez fue porque nuevamente recordé lo que había pasado la noche anterior, por ello con rapidez me escondí lo mejor que pude.
—No pude hablar con Sunbin —... esa era la voz de Jungkook. Estaba segurísima de ello—. Padre me llamó el otro día para preguntarme si ya le había avisado a mis nonos más cercanos, pero cada vez que la veo no quiero que su rostro se ponga triste.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué me pondría triste? Quise asomarme para ver si estaba con alguien más, pero temía que al hacerlo pudiera ser descubierta. Desde que había llegado Jungkook no había dejado de sonreirme y mostrarme esos ojitos de galaxia. ¿Acaso había sido engañada por ese chiquillo tan dulce?
Escuché el susurro de otra voz, pero el volumen era tan bajo que no pude escuchar nada con claridad.
—¿Podrías darle esto, por favor? Me gustaría hacerlo en persona, pero quiero que lo vea cuando ya no esté.
"¿Cuando ya no esté..?" Esperaba haber escuchado mal. En serio esperaba que mi mente hubiese estado tan revuelta que se había inventado esas palabras. Habíamos prometido estar juntos por siempre. Jungkook tenía que estar jugándome una broma por haberle dejado solo unos días. Sabía que haber ido junto a Joohyuk no había sido lo más correcto. Había sido una estupidez.
Mis manos comenzaron a temblar sin que lo pudiera controlar. Solo porque estaba agachada mis piernas no me fallaron.
—Yo sé que soy pequeño, pero no quiero que le pase algo malo a Sunbin —hizo una pausa y mi pecho se sintió vacío—. Ella me ha cuidado mucho y la quiero desde el fondo de mi corazón... Por eso quiero que la cuides y la quieras como yo. Mientras ella sea feliz, yo también lo seré.
Tuve que apoyarme en la pared porque no podía más con los nervios. Los dedos de la mano se me terminaron por congelar. Escuchar sus palabras estaba siendo muy fuerte, incluso si solo venían de un niño... Jungkook era muy importante como para solo ser un niño más. Por eso mismo no pude seguir escondida solo escuchando lo que decía.
Cuando sus ojos se encontraron con los míos, se puso prácticamente blanco. Supongo que no esperaba saber que le había escuchado hablando con alguien. La sorpresa fue doble cuando vi que quien estaba junto a él era Joohyuk. Si bien no se puso como el más pequeño, se notó que mi presencia también le había causado asombro. Por largo rato nadie se atrevió a abrir la boca y si hubiese sido posible, de nuestras cabezas se hubieran escapado todos esos pensamientos que se estaban formando.
—Bien, creo que es tiempo de que hablen —Joohyuk, quien escondía lo que le había dado Jungkook, se alejó hasta dejarnos solos.
¿Quién empezaba? ¿Qué se podía decir en esta situación? No sabía cómo actuar y ni siquiera sabía qué sentir. Me había quedado en blanco de un segundo a otro.
El pequeño se acercó a mí con sus ojos llorosos.
—Lo siento mucho, Sunbin. No quería ocultarte nada, pero... —sus ojitos se pusieron más lloroso y la voz se le quebró mientras pensaba en lo que me iba a decir— Una familia me quiere adoptar y te lo quise decir pero justo desapareciste con Joohyuk. Yo... pensé que me dejarías solo y le dije a padre que si tú no estabas yo me iría de aquí, pero entonces apareciste a los días cuando padre ya había hablado con la familia.
Su ingenuidad me pareció algo sorprendente. Podría haberme esperado para hablar, pero su temor de quedarse solo había sido mayor.
—Podemos hablar con padre para decirle que ahora te quieres quedar...
—¡No! —su elevado tono de voz me sorprendió—. Yo... yo hice una promesa con él. Además... quiero tener una familia.
Su respuesta me dolió como si me hubiese caído desde el techo. ¿Hablaba en serio? Pensaba que la compañía del otro era lo suficiente fuerte como para suplir eso que llamaban familia. Estábamos bien los dos, no era necesario algo más.
—¿Y tu promesa conmigo?
Me sentí egoísta al decir aquello, pero me estaba doliendo en lo más profundo enterarme de todo eso. ¿De verdad se iría? Lo había visto desde que era muy pequeño, dejarlo ir tan fácilmente no era algo que estuviese en mis planes. Se suponía que nunca estaríamos sin el otro.
—Me gustas mucho, Sun. Pero en serio quiero una familia...
—Yo puedo ser tu familia, Kook. Te juro por lo que más quieras que no te dejaré solo. Nunca más me iré de tu lado.
Jungkook se acercó a abrazarme mientras negaba con las mejillas llenas de lágrimas.
Puede que no conociera completamente lo que era el amor, sin embargo, sentí mi corazón destrozado por sus acciones. Me dolía verlo llorar, pero ocupé la poca fuerza que me quedaba para que las lágrimas no salieran de mis ojos. Él todavía era pequeño y merecía mucha felicidad... Aunque tal vez no estuviese en mí.
●▬▬▬▬21/09/21▬▬▬▬●
¿Se acuerdan de los pañuelos? Bueno, ahora serán necesarios u.u
La historia no está clasificada como romance y es más bien drama, suspenso y misterio, aun así espero que le den una oportunidad a la historia.
Por último, gracias por leer <3
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