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◈ 36

❝Gota de verdad❞

Cuando llegué al baño y me encerré, no pude evitar sentarme en el piso analizando toda la información que había invadido mi mente. Aquel hombre a cargo de tantos niños no podía seguir teniendo poder sobre tantos chicos vulnerables. Si había permitido que alguien le hiciera eso a Yoonah, no había nada que asegurara que no lo había hecho con alguien más. Además, todo lo que ocurría en su habitación siempre me iba a dar mala espina. ¿Y si no solo era un observador y en su lugar también había hecho atrocidades?

Cerré mis ojos, pensando en cómo era su rostro y no tardé mucho en recordarlo a pesar de todo el tiempo en el que no lo había visto. Y cómo no lo iba a recordar, si mi primera imagen de él era como la de un ángel; un salvador que apareció para extenderme una mano cuando estuve más vulnerable. Sin embargo, su imagen se manchó con el tiempo, y con ello se distorsionó tanto hasta volverlo alguna clase de demonio.

Un demonio al cual le gustaban las faldas blancas hasta que él decidiera que era momento de que se tiñeran de otro color, el mismo color que en ese momento surgía de entre mis piernas.

Di un largo suspiro y me puse de pie. No era momento de dejarme carcomer por los pensamientos. Había muchas cosas que hacer y pensar podía quedar para los momentos antes de dormir. Ya sabía que Jungkook grande estaba junto a su padre y aquello era información importante, pues eso solo podía significar algo: tendríamos que volver al orfanato. Entre mis dedos tomé la cadenita que había recibido el día en que nos separamos en el tren y todo se hizo todavía más claro. Lo iba buscar para arreglar las cosas, incluso si eso significaba volver a ver esas paredes blancas que ya hace tiempo había dejado atrás.

Dos golpecitos sonaron en la puerta.

—Sunbin, ¿estás bien? Tu hermano dijo que no tenías muy buen semblante.

—Estoy bien, tan solo es por ese momento del mes... —le expliqué— Salgo en un momento.

Aunque en verdad quería tomarme un rato para procesar todo lo que había escuchado. Querer actuar no me aseguraba ya tener un plan hecho, todavía mucho que resolver y para ello tenía que tener la cabeza un poco más despejada.

—No te preocupes y tomate el tiempo que quieras. Si necesitas algo, solo dime.

—Está bien. Muchas gracias.

Cuando la escuché irse, regresé a mis asuntos y me puse la compresa para tener un problema menos en el que pensar. Ya con eso listo, me dediqué a mirarme en el espejo por un rato. ¿Qué plan podía idear? Lo más fácil simplemente era ir al hogar, ver dónde estaba y sacarlo de ahí apenas tuviéramos la oportunidad, pero me pareció algo demasiado optimista. Para empezar, ni siquiera sabía si me quería ver, por lo que incluso encontrarlo no daba por hecho que se iría junto a mí para charlar.

Si lo veía por ese lado, definitivamente la situación era más compleja de lo que se podía imaginar a simple vista.

Opté por lavar mis manos y rostro para despejarme un poco y tras otro par de minutos, salí para ir hacia la cocina, encontrando a Jungkook pequeño sentado comiendo mientras Yoonah estaba a su lado jugando con un salero que estaba sobre la mesa. Cuando ingresé a la habitación, ambos elevaron sus cabezas para verme y les regalé una suave sonrisa para mostrarles que todo estaba bien, por mucho que no supiera si en verdad era así, al menos no del todo.

—Este chiquillo es muy simpático. Otra vez me ofreció el collar, pero después de consultarlo con la almohada, creo que lo mejor es no meterse en más problemas. Por cierto, ya le comenté sobre el paradero de Jung. Espero que no te moleste.

—Para nada —le respondí tomando asiento. Frente a mí había una jarra con agua y tomé un vaso para servirme un poco—. Me ahorraste tener que contarle. Aunque ahora que estamos los tres, creo que sería bueno formar un plan para ver qué vamos a hacer.

—Claro, no podemos actuar sin uno. Por mi parte, no me agrada mucho la idea de ir por el bosque... Pero acompañarlos no suena mal. Mientras más seamos supongo que va a ser menos difícil hacerle frente al padre de Jung si aparece. Me imagino que ninguno de nosotros se quiere topar con ese hombre estando solo.

El chico a mi lado asintió a la misma vez que yo y continuó comiendo.

Por mi parte, ni en mis peores sueños quería encontrarme a solas con ese hombre.

—Tienes razón —de repente mi mente pareció iluminarse— ¿De casualidad conoces a Sangho? Tal vez él nos podría acompañar.

—Lo conozco, pero se fue del pueblo hace unas semanas. Quería encontrar nuevos rumbos, así que se puso a trabajar en otra ciudad. Tal vez habló con Jung y se fue hasta donde trabajaba él, no estoy muy segura en verdad, pero es un hecho que ya no está aquí.

Bien, al menos era bueno saber que no podíamos contar con él. No obstante, una duda me surgió. ¿Y si él sabía más acerca del paradero de Jungkook grande? No es que Yoonah me pareciera una mentirosa, después de todo, no había razones para mentir y mucho menos después de contarme una situación tan fea... Pero era comprensible haber tenido mis dudas al respecto.

Si Jungkook grande había regresado a ver a su padre, ¿qué razones podían haber? Si tan solo quería terminar de confirmar mi relación sanguínea con Jungkook pequeño, definitivamente era algo muy arriesgado. Exponerse tanto no era bueno, incluso si se trataba de su padre. Pues bien sabíamos que ese hombre no era de confiar y a lo largo de los años se había notado que no tenían una relación muy buena de padre-hijo.

Tal vez solo le estaba dando muchas vueltas al asunto y creando escenarios que no venían ni al caso. Aunque era inevitable, si al final me ponía nerviosa pensaba en lo que tendríamos que enfrentar. Hace varios meses que no había vuelto al hogar y mucho menos el chico a mi lado que ya se había marchado hace años. A ello también se le sumaba exponer a Yoonah a ese lugar... Y no sabía si podía lidiar con ello. Pues una cosa era decirlo, pero algo muy distinto era vivirlo.

A pesar de todo... Si quería ver al chico que tenía parte de mi corazón, tenía que enfrentar lo que viniera sin importar lo que fuera. El miedo simplemente tenía que dejarlo a un lado y ser valiente.

—Bueno, entonces somos los tres. Solo hay que saber algo. ¿Yoonah, estás totalmente segura de que Jung está con ese hombre?

Ella asintió sin dudarlo.

—Nos encontramos antes de que fuera y me dijo que tenía temas que resolver con él. No ha vuelto a pasar por aquí, por lo que estoy muy segura de que sigue allá. Si te deja más tranquila... Le puedo preguntar a mis conocidos si lo han visto. Él siempre hace las mismas rutas, así que ya es alguien conocido por estos lados aunque él piense que pasa desapercibido.

—Si no es mucha molestia...

—¡Claro que no! Ya te lo dije, tú lo mereces y él te merece a ti, así que deben tener una charla y resolver cualquier malentendido que quedó entre ustedes. Aprovechando que es temprano, saldré a preguntar. Ustedes por mientras terminen de comer. Nos vemos para la hora de almuerzo, ¿les parece? Y, Sunbin, aprovecha de descansar.

Con rapidez se puso de pie y, tras unos segundos se escuchó la puerta principal cerrándose. De esa forma el pequeño Jungkook y yo quedamos solos. Le di otro sorbo al agua, ligeramente sorprendida por lo que acababa de pasar. Yoonah en serio estaba siendo muy amable ayudándonos, si incluso aunque ya había salido para traer algo de comer se había ofrecido a salir de nuevo para asegurarse de que Jungkook grande estuviera con su padre. Ese pensamiento me hizo preguntarme si ella sabía que ese hombre era el padre del Jungkook mayor, pues por la forma en que se refirió a él me pareció no haber sentido que lo sabía.

—¿Te sientes muy mal? —indagó Jungkook elevando su mirada del plato que estaba comiendo.

—No, no. Solo era un pequeño malestar, pero ya estoy mejor —me puse de pie y fui hacia la tetera para servirme agua más caliente—. No hay nada de lo que preocuparse.

—¿Estás segura? Si necesitas que busque algo, puedo hacerlo.

—En serio estoy bien, Kook. No te preocupes de más.

Regresé a tomar asiento a su lado, fijándome en que ya había terminado de comer. A mí se me había quitado el hambre, pero tomé una manzana que Yoonah había dejado en un pequeño canasto al centro de la mesa. Por mucho que no quisiera comer, mi estómago necesitaba tener algo en su interior. Después de tomar el agua tibia me la comería.

—Elegiré creerte... Por cierto, aprovechando que estamos solos podríamos retomar la charla. Con eso de que vi a Padre —sugirió.

Y se puso de pie para lavar lo que había utilizado.

Sinceramente no sabía si estaba preparada para lo que estaba por escuchar, pero habiendo ya escuchado la historia de Yoonah, no podía haber nada peor, Malo por supuesto que sí, pero algo peor me pareció bastante imposible.

—Bueno, aquí estoy para escucharte.

El sonido del agua corriendo no se hizo esperar. Dejé de ver su cara para en su lugar pasar a solo ver su espalda. Se tomó su tiempo para hablar, tal vez ordenando sus ideas o simplemente por estar concentrado en su tarea de lavar. Me impacienté, pero me obligué a no apresurarlo.

—El día en que nuestra madre biológica me alejó de mis padres adoptivos fue muy raro... Ya no recuerdo muy bien todo lo que pasó, pero si algo me quedó grabado, es que ese hombre nos encontró. No sé cómo lo hizo, tampoco la razón por la que nos estaba siguiendo, pero si algo recuerdo bien, es que le dijo a esa mujer que tenía que mantenerme lo más lejos que pudiera.

Mi cabeza comenzó a maquinar pensando a qué se podía referir con esas palabras. ¿Lejos de qué? ¿De sus padres adoptivos? ¿Del pueblo? ¿De Jungkook grande? ¿O tal vez... de mí? Entonces recordé algo: A Padre nunca le había gustado mucho nuestra cercanía. A ello se le sumó una frase que resonó en mi cabeza:

"¿Y dónde está Sunbin? Ya te dije que no se te ocurriera acercarte a ella".

—¿Y luego de eso qué pasó?

—Ella le dio una gran bofetada.

Mis ojos se abrieron en grande en señal de sorpresa. Eso había sido inesperado.

—¿Por qué hizo eso?

El agua se dejó de escuchar y dejó a un lado el plato que había ocupado. Este comenzó a gotear, dejando solo el sonido de las gotas cayendo.

—Porque él le dijo que siempre la iba a encontrar por mucho que se alejara de él. Pero eso no es lo peor... Lo peor fue que también le dijo que era una lástima que me hubiera elegido a mí por sobre todo, porque las cosas habrían estado bien si yo hubiera sido hijo de él, pero en cambio ella eligió tenerme con otro hombre.

***

La charla con Jungkook pequeño me dejó agotada, tal vez por ello fue que, a pesar de que no hice mucho, terminé tan cansada como esos días en los que me había dedicado a reparar casas y muebles.

Me senté en la cama sin poder conciliar el sueño. Yoonah finalmente no había encontrado a nadie que hubiera visto al chico que me gustaba, por lo mismo es que la posibilidad de que estuviera con su padre aumentó todavía más. Pensamos en que ir al día siguiente podría ser una opción para no esperar que pasara mucho tiempo, sin embargo, eso me tenía bastante inquieta y preocupada.

¿Qué otra forma podía existir para no tener que toparnos con ese hombre?

Por la charla que había tenido con mi pequeño acompañante, ya era un hecho que no había forma de que fuera agradable un encuentro que lo involucrara a él y al padre de Jungkook grande. Si hasta había dicho que lo quería lejos, verlo no era una buena idea, para nada. No obstante, tampoco era como si hubiera podido ir sola. Yoona me estaba cayendo mucho mejor y podía ser una opción para que se quedara con él... ¿Pero ir sola? La valentía se me estaba agotando.

Si bien había pensando que podía ir por mi cuenta, estando con ellos me había dado cuenta de que nunca iba a ser lo mismo estar sola que estar con compañía. Incluso aunque ninguno hiciera grandes cosas, tan solo sentir a alguien al lado daba cierta fortaleza que no se podía obtener estando solo.

Eso me hizo pensar en que tal vez por esa razón las flores se veían más bonitas estando en un campo de flores en vez de en un jarrón sin más.

Me puse de pie y con cuidado salí de la habitación para tomar un vaso de agua. Mi garganta se sentía más que seca y aprovechando que no podía dormir, me pareció una buena opción para despejarme un rato. Tal vez de esa forma me lograba dar sueño y podía dormir sin dejar de darle tantas vueltas al asunto.

Ya en el primer piso, fui hacia la cocina para poder beber algo de agua. No hubo necesidad de que hubiera más iluminación, pues mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad por haber estado tanto rato sin poder dormir. Tomé la jarra y me serví un poco de agua, estaba algo fría, pero se sintió como un alivio una vez que tomé un sorbo.

Me apoyé ligeramente en uno de los muebles, dando otro sorbo a pesar de que más bien estaba más centrada en mis pensamientos.

—También quiero tomar agua.

Llevé una mano a mi pecho del susto, y por suerte no solté el vaso por la sorpresa que me había llevado. Por la entrada de la cocina apareció la silueta de mi compañero de cama. Al parecer no era la única que no podía dormir. Cuando estuvo frente a mí, le extendí el vaso que tenía y él aceptó sin dudarlo para darle un sorbo.

—Pensé que ya estabas durmiendo, Kook.

—Solo estaba actuando para ver si me dormía, pero no funcionó —se apoyó a mi lado. Su cabeza fue a parar en mi hombro izquierdo—. Tengo miedo.

Sus palabras me enternecieron a la vez que me preocuparon. Con esos gestos me daba cuenta de que a pesar de que había crecido, en verdad seguía siendo un niño pequeño. Acaricié su cabello, el cual seguía siendo tan suave como siempre.

—Tranquilo. Ese hombre no te va hacer nada. Estás conmigo y te voy a cuidar como una buena hermana mayor lo debe hacer, así que no te preocupes.

—No estoy preocupado por mí, estoy preocupado por lo que te pueda hacer a ti... Me da mucho miedo que te pueda hacer algo malo, Sun.

Dejó a un lado el vaso y me abrazó con mucha fuerza, tanta que por un momento sentí que me había quedado sin aire. Su cuerpo estaba tibio y me traspasó el calor de este cuando sus brazos terminaron por rodearme. Se aferró a mí como si no tuviera intención de soltarme o como si fuera posible permanecer de esa forma por siempre, no me quedó más remedio que abrazarlo de vuelta, ¿qué más podía hacer?

Al final, las inquietudes de cada uno eran algo que no siempre se podían cambiar, pero al menos podía estar ahí para apoyarlo,

—Haremos lo posible para que a nadie le pase algo, ¿si? Hay cosas que van más allá de lo que podemos controlar, pero siempre podemos hacer lo mejor que podamos para protegernos, ¿no crees?

Cuando asintió, su cabello me produjo cosquillas en el cuello. Teníamos que mantener la calma y no dejarnos carcomer por el miedo y la ansiedad. Ni siquiera habíamos emprendido nuestro viaje, por lo que adelantarse a los hechos no servía de nada. De todas formas, nos quedamos varios minutos sumergidos en ese abrazo lleno de cariño.

Lo necesitábamos. Tanto él como yo.

Continué acariciando su cabello con cuidado como si se hubiera tratado de un bebé. Entre mis brazos se sintió tan frágil que no me atreví a alejarlo, simplemente me quedé abrazándolo hasta que él por su cuenta se apartó.

—Espero que Joohyuk venga lo más rápido posible con nosotros para no toparnos con su papá. Así nos podemos ahorrar un mal rato.

—Ojalá sea así. Ahora... Vamos a dormir que es tarde y mañana será un día largo, por lo que necesitamos tener energía para poder afrontarlo.

Fue así como regresamos a la habitación en donde Yoonah estaba durmiendo plácidamente. En silencio nos acostamos y nos tapé con las mantas para que el fresco de la noche no nos molestara al dormir. Jungkook se dio la vuelta para dormir y yo, por mi parte, aproveché esa posición para poder abrazarlo.

El calorcito de su cuerpo abrigó mi vientre, provocando en mí una sensación de tranquilidad. Y fui yo quien lo abrazó con fuerza de vuelta, sintiendo que por fin el sueño se quería apoderar de mí. Colé una mano entre su espalda y mi pecho para tomar entre mis dedos la cadenita que Jungkook grande me había entregado. Realmente esperaba que todo fuera lo mejor posible para poder verlo de nuevo. En serio lo estaba extrañando y quería hablar con él para solucionar todo.

Yoonah había dicho que los dos nos merecíamos y era algo que también estaba creyendo. A pesar de todas las cosas que habíamos vivido en el pasado, era un hecho que teníamos que encontrarnos de nuevo.

Y me terminé quedando dormida pensando en eso y sintiendo ese suave calor que era reconfortante en medio de la noche.

—Te quiero, Sun... —su voz se escuchó despacio en un susurro que solo era para mí.

—Y yo a ti. Duerme bien.

●▬▬▬▬07/12/24▬▬▬▬●

Y aquí seguimos publicando más capítulos. Por hoy este será el número dos 🤭

¡Muchas gracias por leer y nos vemos en el siguiente!

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