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❝Lazo de sangre❞
Los siguientes días fueron un tanto incómodos, bastante más de lo que habría podido llegar a pensar. Jungkook pequeño no me quería ver de ninguna forma y tampoco es como si lo hubiera podido culpar, sin embargo, de cierta forma era algo doloroso.
Él siempre había sido el niño al cual quería proteger de todo el mal del mundo, pero al final nunca habría pensado en que lo malo podía provenir de su propio corazón. Y es que amar no tenía nada de malo, pero si el amor iba más allá de cariño de familia... Pensé en que definitivamente algo no estaba bien. Y como no siquiera podía acercarme a hablar con él, mi malestar solo crecía un poquito más con cada día que pasaba.
Jungkook pequeño y yo compartíamos la misma madre; teníamos un lazo que definitivamente nunca se iba a romper. Pero era triste que nos hubiéramos enterado de forma tan abrupta, sin preparación alguna para afrontar lo que vendría. Pero si lo pensaba bien, nunca habíamos tenido la oportunidad de prepararnos antes de que lo malo llegara hasta nosotros.
Solté un fuerte suspiro recordando que incluso las cosas con Jungkook grande habían quedado mal. Luego de decirle que quería tiempo sola, se marchó y no lo había vuelto a ver. Tan solo tenía la sensación de sus labios en el dorso de mi mano cuando se despidió entre disculpas por lo que había sucedido. ¿Acaso había sido muy abrupta en mi decisión? ¿Las cosas habrían resultado diferente si le hubiera dicho que se quedara a pesar de todo? Probablemente por lo menos mi corazón habría estado menos inquieta, pero luego de lo que había pasado, en verdad no había sido capaz de ver a alguien a la cara.
Lloré todo lo que restó de la noche como si hubiera perdido algo, cuando en verdad solo había ganado el recuerdo de mi pasado que había estado bloqueado. Variadas escenas de yo siendo pequeña pasaron por mi cabeza una y otra vez. Lugares que no siquiera sabía dónde estaban, personas con rostros difuminados, probablemente debido a que el paso del tiempo me había hecho olvidar sus facciones.
Era duro. No es como si en mis planes hubiera estado el olvidar de dónde venía, simplemente... Así había sucedido.
—Sunbin, cariño, cambia un poco el rostro, por favor. Ahí viene el señor Shin y su familia.
Muy a mi pesar, me puse de pie viendo a un hombre de traje, claramente el tal señor Shin, caminaba hacia donde estaba junto al que de seguro tenía que ser su hijo a su derecha y su mujer a su izquierda.
Nunca había estado en una fiesta de negocios y la verdad es que no me había agradado mucho. Todo se trataba de tener una sonrisa en el rostro y era muy difícil si mi cabeza estaba llena de pensamiento confusos. Jungkook pequeño se había ido junto con su padre adoptivo, por lo que tan solo estábamos yo junto con la señora del hogar.
—Buenas noches, señora, usted debe ser la esposa de Son Hajoon. Es un gusto ver cómo los negocios llegan hasta la familia.
La mujer a mi lado dio una amable sonrisa que sin duda era digna de alguien que sabía de modales. En conjunto con su elegante vestido, podía decir que en verdad se veía muy bien.
—El gusto es mío, señor y señora Shin —y de repente se giró hacia mí—. Ella es Sunbin, mi hija. Es la primera vez que viene a esta clase de eventos, por lo que está algo nerviosa. Generalmente se la pasa estudiando, leyendo libros o bordando.
Los ojos de la familia que tenía al frente me recorrieron con cautela, fijándose en mi rostro y en la ropa que llevaba, el cual era un vestido de color amarillo claro con algunos detalles en blanco. Como pude les sonreí, intentando bajar la tensión en mi cuerpo, aunque de seguro se notaba demasiado lo incómoda que estaba.
Para gente acostumbrada a todo ese ambiente tenía que ser fácil reconocer a alguien que no pertenecía.
—Es un gusto conocerlos.
—El gusto es nuestro, querida —me saludó la mujer que estaba frente a mí. Tenía puesto un vestido como el color del cielo que hacía resaltar sus labios rojos. Se parecía un poco al que estaba usando la madre adoptiva de Jungkook pequeño, pero tenían sus diferencias—. Por cierto, qué bonito te queda al vestido que estás usando. ¿Qué edad tienes?
—Muchas gracias y... tengo diecisiete, señora.
—¡Oh! Tan solo eres un año menor que nuestro Seonho. Hace unos días cumplió los dieciocho —observó a su marido y a su hijo para luego regresar su mirada a mí— ¿Por qué no charlan un momento mientras vamos a saludar al señor Son?
La mujer a mi lado se adelantó en hablar incluso antes de que pudiera abrir mi boca para decir algo al respecto.
—Por supuesto. Hajoon ahora estaba con nuestro hijo más pequeño, Jungkook. Este ambiente puede ser un poco...
Dejé de escuchar a medida que se alejaron y solo quedé con el hijo del señor Shin. ¿Era común dejarme sola con un extraño? Si en el futuro las cosas seguían de esa forma, les iba a pedir no asistir nunca más. Él silencio era incómodo a pesar del ruido a nuestro alrededor. Observé el suelo por un momento, pero entonces la voz del chico frente a mí interrumpió mis pensamientos.
—Es un gusto conocerte, Sunbin. Lamento si mi madre te hizo sentir incómoda. Le gustan mucho estos eventos, por lo que los disfruta tal vez más de lo que debería.
—Para mí también es un gusto conocerte, y no te preocupes. Supongo que al no estar acostumbrada esto se me hace un poco... Raro.
—Está bien, la primera vez siempre resulta así. ¿Te gustaría algo de beber? Me parece que hasta el momento no has tomado nada.
Aquel chico tenía razón. Entre los nervios de estar en aquel lugar, había evitado a toda costa manchar el vestido al derramar de casualidad alguna gota, pero mi garganta ya se sentía un poco seca, por lo que terminé por asentir para aceptar su sugerencia. Fue así cómo caminamos hacia una de las mesas en donde habían copas y vasos. No conocía absolutamente nada sobre lo que tenían, pero decidí confíar en mi intuición y agarré el vaso que me pareció mejor, pues viendo las copas, incluso si no conocía lo que tenían, seguramente eran tragos para adultos.
A pesar de toda la gente que había, a lo lejos pude sentir la mirada del pequeño Jungkook sobre mí. Pero en cuanto lo vi y se dio cuenta, se giró para ponerle atención a sus padres adoptivos.
Por el resto del evento solo me pude quedar pensando en qué podía hacer para acercarme a él con tal de tener una buena relación. Era bobo que, luego de todo lo que habíamos pasado ni viviendo bajo el mismo techo, no me dirigiera la palabra.
Entendía que un corazón confundido tenía que ser complicado, pero preferí creer en que el cariño era mayor e iba más allá del significado que se le diera. Claro que la situación en la que estábamos era complicada, pero ya habíamos pasado por cosas todavía peores.
***
Pensé que entre todo la situación podría haber sido mejor, pero definitivamente no fue así. Luego de regresar a casa tras la reunión con todos esos hombres de negocios, al día siguiente el señor y la señora Son me llamaron para hablar. Algo me decía que podía estar relacionado con lo que estaba pasando con Jungkook pequeño y su incomodidad de estar conmigo pero, en su lugar, me encontré con unos cuantos papeles y una propuesta que me tomó por sorpresa.
Querían hacer el papeleo legal para que fuera su hija.
Sin embargo, eso no fue lo que más me sorprendió. En su lugar, me quedé quieta y helada de pie frente a ellos cuando la señora Son insinuó que el hijo del señor Shin parecía ser un buen chico. Hasta ahí de por sí las cosa ya era bastante extraña, pero lo fue más cuando mencionó que su familia le estaba buscando una chica para que fuera su prometida y que yo había llamado su atención. Lo poco que conversé con aquel muchacho me hizo pensar en si era un deseo genuino de él o si tan solo era un capricho de su familia.
Aunque sin importar la razón, yo tenía algo claro: mi corazón ya estaba ocupado y en mis planes no estaba el casarme siendo tan joven.
Si bien de vez en cuando había fantaseado con tener una familia, mi deseo no era tan grande como para aceptar un compromiso de la nada, tanto por parte de la familia adoptiva de Jungkook pequeño como por parte de un extraño con el cual habia intercambiado un para de palabras incómodas. Además, bien sabía que en el caso de los hombres no hacía mal en tener precauciones. Hasta el tipo con la sonrisa mas amables podía tener el corazón podrido y arriesgarme a descubrirlo era algo que no tenía en mente.
Tan solo con Jungkook grande me había gustado tanto confiar, porque si bien mi corazón tenía una gran influencia, después de todas las cosas que me habían pasado había días en los que no yo misma podía creer en cuánta confianza la tenía que tener para no temer lo que podría pasar entre nosotros.
Tal vez la señora Son se percató de lo que pasaba por mi cabeza, pues mi silencio por un par de segundos si bien dejó expectante al señor Son, ella pareció leer mis pensamientos.
—Sunbin, nosotros podemos darte lo que nunca tuviste, querida. Y tener lazos con la familia Shin nos sería de mucha ayuda. Jungkook nos podió una y otra vez que te acogieramos en nuestra familia y después de tantos meses juntos... ¿No crees que sería bueno que pudieras encontrar tu lugar aquí?
No podía dar crédito a lo que estaba escuchando. Si bien no era algo malo, por alguna razón me sentí pasada a llevar. No estaba diciéndo mentiras, tampoco me estaba obligando, pero la elección de sus palabras eran perfectas para hacer que me cuestionara mi respuesta.
Gracias a ellos tenía una cama donde dormir, un plato de comida y educación, pero habían cosas que no tenía por más que quisiera, más bien un alguien. Y estaba segura de que si seguía con ellos, iba a ser muy difícil lograr hacer que me dejaran ir.
¿O acaso podía ser feliz si no lo tenía junto a mí?
—M-me gustaría poder pensarlo un poco. Algo tan repentino... Me toma por sopresa. Creo que lo mejor es reflexionar bien para tener una respuesta clara.
Ninguno de los dos pareció muy convencida por mi respuesta y, por primera vez, pude ver cómo el señor Son se dirigió a mí de forma seria. Incluso tomó por sorpresa a su mujer, quien solo guardó silencio.
—Mira, te voy a ser muy sincero. En nuestros planes nunca estuvo el tener una hija, pero Jungkook insistió tanto... que nos terminó convenciendo de que te quedaras —sus facciones de por sí eran un poco duras, por lo que me sentí nerviosa—. La primera vez que supimos de ti fue cuando ingresaste a la propiedad entre medio de los arbustos. Como imaginarás, ese comportamiento por parte de una señorita no es el más apropiado, pero incluso así te dimos una oportunidad.
Por alguna razón me estaba sintiendo pequeñita, como si repentinamente en mi lugar me hubiera comenzado a achicar.
—Señor...
—Eres grande y no eres para nada tonta, Sunbin. Podemos ser tus padres y Jungkook tu hermano bajo todas las de la ley, pero para ello necesitamos que pongas algo de tu parte. Conoce al hijo de Shin y dale aunque sea una oportunidad. Si te sientes muy pequeña para el matrimonio o para tener hijos, bueno, eso se puede ir hablando en el camino.
Si había pensado que las palabras de la señora Son eran descabelladas, las de su marido las habían superado con creces. De igual forma, ambos estaban diciendo locuras. Si para ser parte de su familia tenía que sacrificar tanto... No estaba dispuesta a ello. Prefería seguir siendo alguien a quien habían botado, por lo menos de esa forma había conseguido cariño sincero y no por medio de tratos.
Pero mi voz no salió para decirles eso a la cara, y en su lugar nuevamente guardé silencio. Fue así cómo la habitación quedó en silencio, al menos hasta que la puerta se abrió con brusquedad.
—¡Sunbin no se va a casar con algún hombre que no ame! —Jungkook pequeño hizo aparición en la escena totalmente furioso—. Les pedí que Sun se quedará con nosostros porque es mi hermana, porque la quiero de verdad. Pero si la quieren atar a un hombre para que permanezca, entonces prefiero que esta famila se rompa.
El señor Son se puso de pie, levantándose de su escritorio con rostro serio.
—No eleves la voz, Jungkook. ¿Y qué es esto de irrumpir en conversaciones ajenas? No te hemos dado educación para que te comportes así. Además, ¿qué es eso de que son hermanos?
—Lo sé, y lo lamento, pero no puedo creer lo que están haciendo. Buscan chantajearla para su beneficio, pero se supone que las familias no hacen eso. Respecto a lo otro, tenemos la misma madre biológica.
El señor Son dejó de ver a su hijo adoptivo para dirigir nuevamente su mirada a mí.
—¿Es eso cierto?
—Bueno, se supone que sí. Yang Haeyi nos habría tenido a los dos. Nos enteramos hace poco y aunque en verdad no es algo del todo confirmado, pero todo a lujta a qué es así...
Ambos adultos se miraron en silencio, como si solo con sus miradas pudieran comunicarse entre sí. Luego de ello nos pidieron que nos retiraramos y así lo hicimos, junto con el pequeño Jungkook nos marchamos para dejarlos a solas. No tenía idea sobre que tanto podrían hablar, pero tampoco quise pensar mucho al respecto. Había quedado agitada por su charla, así que el haberme mandado a mi habitación había sido casi como un premio.
Pero antes, tenía que hablar con Jungkook pequeño, y por lo mismo me atreví a detenerlo.
—Oye, Kook, muchas gracias...
Intenté iniciar una charla, pero él no pareció muy dispuesto a hablar.
—No agradezcas tanto. Esto no lo hice por ti. Ahora ve a tu habitación antes de causarnos problemas.
Su tono hostil me apretó el pecho y unas inmensas ganas de llorar me invadieron. Como si no hubiera sido suficiente la conversación con sus padres adoptivos, tenía que seguir aguantando su indiferencia como si yo misma hubiera sido la causante de su malestar.
Tan solo quería tener a alguien que me abrazara incluso sin palabras de por medio, y con ese pensamiento en mente, una idea surgió en mí. Si las cosas estaban complicadas en casa y Jungkook pequeño no quería saber de mí, no tenía más remedio que ir a buscar a Jungkook grande para aclarar dudas. Necesitaba tener alguna certeza y tras pedirle que se fuera mi corazón había quedado muy inquieto, así que verlo por lo menos me ayudaría un poco a apaciguar las inquietudes que tenía.
No estaba muy segura de cómo lo lograría, pero mientras no lo intentara, no tenía forma de saberlo.
Del fondo del armario saqué aquel bolso que me había acompañado tantas veces y comencé a guardar algo de ropa. Todavía era muy temprano para actuar, pero en la noche cuando todo fuera oscuridad escapar no tenía que ser tan difícil. Si el chico que me gustaba podía ingresar no tenía que ser tan difícil que yo pudiera salir.
De seguro hubiera sido más fácil solo dejar que las cosas sucedieran como tenían que suceder, pero si algo había aprendido con todo era que, sin importar el resultado, también podía tomar mis propias decisiones.
El lazo de sangre parecía ser muy fuerte, pero en ese momento pareció que el lazo que había creado lo había superado. Y por ello, una gran culpa me invadió desde el fondo de mi ser y la carita de Jungkook pequeño cuando era más pequeño se atravesó entre mis recuerdos como si se hubiera tratado de una estrella fugaz.
●▬▬▬▬27/10/24▬▬▬▬●
Las invoco a: liloystihs Emi_mimi_bonito95 https_LUISAF Dulce33306 Valecandy_2018
Me tardé, pero traje capítulo nuevo 😌
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