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◈ 30

Viaje al ayer

Mi corazón estaba latiendo más fuerte que nunca. Es más, ni siquiera se parecían a los latidos de cuando había entregado mis labios. PUM, PUM, PUM... Mientras corría cada vez eran más fuertes y los podía sentir en mis oídos.

A mi lado derecho iba el mayor de los chicos, y a mi lado izquierdo el más pequeño. No podía creer lo estaba sucediendo, era una situación surreal. Si bien el lugar no me había dado una buena sensación, no creí que la noche terminaría en todos escapando, incluso con el pequeño Jungkook que ya estaba asumido que había cambiado.

Aquella mujer de dulce sonrisa, al parecer en el fondo tenía un corazón dañado y podrido. Ella había golpeado a Jungkook pequeño, no lo había visto con mis propios ojos, pero las marcas en el cuerpo del más pequeño me habían dejado en claro que algo raro había sucedido. Cuando se coló en la habitación que me estaba quedando en primera instancia pensé que se podría tratar de un sueño, pero cuando me rogó por ayuda... Simplemente dejó de importarme si era una mentira de mi mente.

Su tono desesperado, sus manos temblando en busca de las mías... Me puse de pie colocándome los zapatos y tomando mi bolso para ir en busca del chico más grande. No pudimos explicar mucho, menos cuando el menor de todos parecía tan nervioso. Aquella mujer que lo cuidaba siempre tomaba un vaso de agua antes de dormir, y de alguna forma él había logrado echarle algo para que durmiera profundamente.

Es mi última oportunidad”. Nos repitió una y otra vez.

Mi corazón agitado por todo lo que había pasado en el último tiempo, no dudó en guiarme a que saliéramos de ahí sin pensarlo ni un segundo más.

—Sun, dame el bolso —el mayor de los chicos tomó el objeto de tela y lo colgó en su hombro.

No dije nada al respecto. Por la adrenalina de salir de aquel lugar no me había percatado de lo cansada que estaba.

La noche estaba más fría de lo esperada, aunque no siquiera estaba segura de la hora que era. Nos escabullimos por las estrechas calles, probablemente sin saber muy bien hacia donde íbamos. No teníamos un plan, simplemente habíamos actuado de forma precipitada. Tal vez había sido un error actuar de esa forma, pero por lo menos en mis planes no estaba el esperar a que aquella mujer se despertara para saber si lo que decía el pequeño Jungkook era real o no.

—Descansemos un momento —pedí deteniendo mi andar—. Tenemos que hablar, chicos. No sacamos nada con correr sin rumbo.

Ambos me hicieron caso y terminamos por detenernos en un callejón más oscuro de lo que me habría gustado. El pequeño Jungkook tomó asiento en el piso, agarrando su cabeza mientras hacía lo posible por regular su respiración. Mientras tanto, el más grande siguió a mi lado, solo dejando el bolso en el suelo.

—Y-yo lo siento. No quiero meterlos en problemas, pero es ma primera vez que llegó tan lejos —su voz estaba temblando, su cuerpo en general estaba de la misma forma.

—Está bien, está bien. Ahora que ya estamos algo lejos, puedes hablar tranquilo, no te sientas culpable.

Me puse a su lado, sentándome también en el piso que se encontraba frío. Si bien la confianza entre nosotros había cambiado tras todo el tiempo que habíamos pasado lejos, en el fondo todavía podía sentir algo de rastro de esos momentos en los que habíamos estado sentados uno al lado del otro compartiendo lo que estaba en nuestras mentes.

—Ella... Ella me secuestró —escuchar su frase fue más duro de lo que había pensado—. Al principio fue muy simpática y aprovechó que mis padres adoptivos estaban poco en casa al estar de viaje. Y-yo me refugié en ella, se sentía como una mamá verdadera y eso me hizo muy feliz —puse una mano en su espalda, lo quería consolar, pero no sabía muy bien cómo—. Un día me invitó a irme con ella, pensé que era una broma, después de todo como maestra era muy entretenida... Pero de repente estábamos sentados en un tren, dejando atrás mi vida junto a mi familia adoptiva.

No lo interrumpí, tampoco Jungkook grande. Ambos guardamos silencio, probablemente ninguno sabía que decir. Entonces él siguió con su relato.

—La pasamos muy bien los primeros días a pesar de algunas dificultades que tuvimos. Sentí que realmente la podía llamar mamá, era como si me saliera desde el fondo del corazón —llevó su mano derecha hacia su pecho y dio un par de golpes—. Pero entonces... Ella actuaba raro cada vez que las cosas no salían como quería. Un día discutimos porque hablé sobre mi vida con mi familia adoptiva y me dio una bofetada. Pensé q-que había sido mi culpa, claro... había sido desubicado nombrar mi vida anterior cuando ella estaba haciendo lo posible por hacerme feliz. P-pero entonces las cosas se pusieron peor cuando pensó que había intentado escapar hacia ellos. E-ella me golpeó, no sabía que una mujer podía ser tan fuerte... Dejó mi piel marcada, y n-no sabía que hacer. N-no sabía dónde ir, ni siquiera sé dónde estamos, así que me quedé a su lado haciendo t-todo lo que pedía. Creí que de esa forma las cosas estarían bien.

Miré al chico frente a mí, intentando buscar una respuesta. El ángel que alguna vez había descrito, nada tenía que ver con ese monstruo que le había hecho tanto daño al pequeño Jungkook. Pensé que ya conocía bien a la gente mala, pero no dejaba de sorprenderme. Se había aprovechado de un niño, de alguien tan vulnerable que solo estaba buscando cariño.

Con cuidado enrollé mis brazos al rededor de su cuerpo mientras en mis oídos se colaban sus sollozos que intentaba acallar. Aunque hubiera crecido un poco, su cuerpo me pareció tan frágil como si otra vez viera al pequeño que me seguía como si se tratara de un pollito.

Sentí como mis ojos se querían llenar de lágrimas. No podía creer todo lo cruel que había tenido que pasar. Esa mujer sin duda se había ganado mi odio... No merecía haber conocido chicos tan buenos como los que tenía junto a mí.

—Ahora estás con nosotros, no debes temer.

Una lágrima se me deslizó hasta caer en su ropa. Sentí rabia contra mí misma. Mientras me había estado dejando llevar por besos que me derretían, él había estado ideando un plan para poder escapar de las garras de ese monstruo. El miedo que tuve que haber sentido... Sus manos temblando, no podía ni imaginar la presión que tenía que haber sentido.

Pensé que en podríamos hacer por él. Lo más importante era salir de ahí lo más rápido posible. Cuando aquella mujer se despertara seguramente iba a reaccionar muy mal al ver que no estaba ahí. Pero por mientras me dediqué a consolarlo lo mejor que podía.

Cuando por fin se calmó, se puso a dormitar un poco. Sentí pena por él, probablemente estaba tan cansado que se podía quedar dormido en cualquier parte. Saqué una prenda de ropa de mi bolso y le cubrí un poco la espalda, recibiendo una suave sonrisa de su parte. Me puse de pie, y tomé la mano de Jungkook grande para alejarnos un poco para hablar.

—Lo lamento —fue lo primero que me dijo—. Lo que dijo Jungkook es muy fuerte, nunca pensé que ella llegaría a actuar de esa forma.

—Ella es mala... Hay que sacarlo de aquí lo más rápido que podamos.

—Lo sé, pero hay un problema... Solo hay dinero suficiente para dos boletos de tren. Creo que lo mejor es que tú vayas con él, Sun.

Sentí que mi corazón se detuvo por un momento cuando dijo su sugerencia.

—¿No hay otra opción..?

—Aunque daría lo que fuera por no separarme de ti por ningún segundo, otras opciones tomarían más tiempo y no quiero que te expongas a nada peligroso —sus manos tomaron las mías, ambos las teníamos heladas por estar afuera en medio del frío nocturno—. Iré lo más pronto que pueda, lo prometo.

—Espera... ¿Y a dónde voy? ¿Me quedo en el pueblo? Me da miedo estar sin ti. No creo que pueda.

—Eres fuerte, incluso más de lo que puedas llegar a creer. De igual forma... Tal vez lo mejor sería que busques ayuda en su familia adoptiva. Sé que suena raro, pero ellos tienen más recursos para protegerlos —el agarré entre nuestras manos fue más fuerte—. Eres una chica muy educada y estoy seguro de que te van a dejar quedarte junto a Jungkook, que por cierto, no creo que te vaya a dejar ir tan fácilmente.

Observé al chico que estaba a varios centímetros de nosotros. No había logrado protegerlo antes... ¿Cómo podría protegerlo entonces?

—Pero podríamos escondernos en esa casa cerca del mar... O buscar otro lugar donde podamos estar los tres.

—No, Sun, lo mejor es irse de aquí. Hay que buscar un lugar seguro y aquí no podemos hallar eso —dio unos pasitos para acercarse más a mí—. Buscaré la forma más fácil de pagar otro boleto para ir detrás de ustedes... Podría subirme sin pagar, pero si me descubren podría estar en problemas mayores. Lo mejor es seguir una forma dentro de la ley. Como no sé cuánto vaya a tardar, prefiero que vayan a la casa de esos ricachones y solo vayas a la casa del pueblo en caso de que no los ayuden, pero solo si eso pasa, ¿Si?

Sus palabras tenían tanta razón, pero realmente no quería que estuviéramos separados. Su compañía había iluminado un poco todo el panorama gris y pensar en que nos íbamos a separar por un tiempo me hizo sentir ansiosa.

No quería dejar ir sus manos, no cuando me habían sostenido contra él produciendo en mí una sensación de seguro absoluta.

Las lágrimas que habían salido por la historia del menor, volvieron a brotar sin remedio alguno.

—Me quedaré junto a Jungkook un tiempo si eso te deja más tranquilo, pero espero verte lo más pronto que se pueda.

—Así será. También te puedes quedar tranquila. Estarás segura esperando por mí.

El amanecer no se hizo esperar. Por lo visto la impresión de que era de noche solo había sido una confusión por la oscuridad. Despertamos al menor y fuimos hacia la estación del tren, probablemente íbamos a irnos en  uno de los primeros por nuestra hora de llegada tan temprano. Sentía que mi corazón estaba latiendo fuerte otra vez, tenía miedo de que entre la multitud apareciera aquella mujer y se intentara llevar a Jungkook más pequeño, o peor aún, hiciera un escándalo en el cual alguien pudiera salir herido.

Compramos dos boletos en dirección hacia el pueblo donde estaban los padres adoptivos del pequeño Jungkook y en dónde también estaba la casa en la cual nos habíamos estado quedando con el más grande. Con cada minuto que pasaba estábamos más cerca de la hora de irnos y mi corazón se inquietaba mucho.

El lugar se comenzó a llenar más. Los tres permanecimos juntos esperando a que dijeran cuando era la hora de salida. El menor de todos se notaba bastante inquieto, y no lo podíamos culpar, estaba escapando de una realidad que nadie había esperado.

Uno de los hombres encargados de avisar, dio el aviso de que pronto íbamos a salir.

—Debes estar muy atenta para bajarte dónde corresponde y tú, Jungkook, cuida a Sunbin, ¿si?

El rostro del menor fue de total confusión.

—¿Acaso no vamos a ir los tres?

—Debo quedarme aquí para asegurarme de que van a estar a salvo —incluso el pequeño Jungkook se sorprendió por la cálida sonrisa que estaba recibiendo—. No deben separarse nunca, por favor. Los voy a alcanzar una vez que me asegure de que todo está bien.

Para todos fue inesperado cuando Jungkook pequeño se lanzó hacia sus brazos para abrazarlo. El mayor acarició su cabello, tal vez un poco enternecido por su acción.

—Gracias, Joohyuk. En serio muchas gracias.

El corazón se me apretó. El momento estaba siendo muy emotivo a pesar de que pensé que podría ser un poco más tranquilo. Jungkook grande se giro hacia mí, indicándole al menor que iba a hablar conmigo un momento antes de que tuviéramos que irnos.

—Hey, no vayas a llorar. El corazón se me va a romper. Cuando menos lo esperes, ya voy a estar con ustedes.

Sus manos acunaron mi rostro. Poco me importó que alguien nos pudiera ver, ni siquiera el pequeño Jungkook.

—Te extrañaré mucho. En serio no quiero que nos separemos —su rostro seguía teniendo una cálida sonrisa, verlo me entregó un poco de tranquilidad—. Te estaré esperando. Sé que es egoísta, pero haz lo que puedas para llegar lo más pronto que puedas.

—Lo prometo, es más... te voy a dejar algo para que veas que voy a ir por ti —sus manos dejaron mi rostro y de su cuello sacó el collar que le había dado—. Me di cuenta de que dejaste el collar en esa casa. Gracias por cerrar ese ciclo... Ahora solo cuida este muy bien, ¿si?

Me puso el collar con cuidado y sus manos volvieron a mi rostro. La voz del hombre llamando a subir se sentía en segundo plano por estar viendo sus ojos.

—Gracias... Lo voy a cuidar bien.

—Me parece. Ahora ya es momento de que se vayan.

A pesar de su sonrisa, podía ver una sutil tristeza que se quería colar.

Junto al chico más pequeño comenzamos a caminar para ir hacia el vagón. Mis ojos se querían llenar de lágrimas, pero estaba haciendo lo posible por mantenerme fuerte. Jungkook pequeño subió primero, ayudándome con el bolso, por mi parte me me estaba preparando para subir cuando sentí que mi muñeca había sido tomada con fuerza. Ni siquiera alcancé a tener miedo, pues inmediatamente vi que se trataba de Jungkook grande.

—Sun, espera. Necesito decirte algo antes de que te vayas —su expresión era todo un revoltijo de emociones. Nos quedamos a un lado del vagón, mientras más gente subía y Jungkook pequeño me esperaba—. Me gustas. Siempre me has gustado, incluso desde el primer momento en que te vi. Y solo quiero que estés bien y seas feliz, así que cuídate, por favor. Llevas una parte de mí en el collar, si tienes miedo o estás intranquila... Solo recuerda que de alguna forma me tienes junto a ti.

El hombre con traje me apresuró para que subiera al tren, ni siquiera pude responder algo. Jungkook grande me ayudó a subir y de un momento a otro ya estaba sentada junto a Jungkook pequeño. Observé a través del cristal al chico que le había entregado mi primer beso.

No podía creer que el viaje había iniciado conmigo viendo a parejas dejarse ir y de repente me sentía como si estuviera en esa situación. Viendo su rostro a medida que no alejamos, sentí mi corazón hacerse pequeño.

Y ya sin poder evitarlo, lágrimas amargas comenzaron a caer. No tenía puesta una falda, pero de igual forma la tela de mi vestimenta recibió algunas que dejaron pequeñas manchas.

●▬▬▬▬21/05/24▬▬▬▬●

¡Final de la parte tres!

Muchas emociones y yo casi me voy con San Pedro. Arriesgué mucho estando con influenza, pero no me arrepiento.

¿Qué opinan? ¿Qué les deparará a estos chiquillos?

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