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❝Silencio❞
Pasaron cuatro días hasta que mi propio color dejó de fluir por entre mis piernas.
Cuatro días en los que había extrañado a Jungkook con toda mi alma.
Joohyuk había sido muy bueno conmigo, pero no se comparaba con la compañía de Kook. Mientras caminábamos de vuelta al orfanato, solo podía pensar en cómo debería actuar al llegar. Cuatro días desaparecida no era para menos, aunque sea alguien tenía que haberse dado cuenta de que no había estado.
Mi acompañante no me ayudaba mucho en disminuir mi ansiedad. Él tan solo se mantenía relajado y no mostrando ni un ápice de nervios. Parecía que le daba lo mismo haber desaparecido por esa cantidad de días. Pero insistía en que a mí no me daba lo mismo y por como iba, los nervios me iban a terminar provocando un colapso nervioso.
Subir el muro parecía una tarea imposible. Cuando llegamos a las afueras del lugar, la noche ya estaba apareciendo. A pesar de que todo se veía en contra, estrategicamente una soga apareció y el primero en subir fue Joohyuk. Yo estaba confundida. Demasiado confundida. ¿Acaso el chico tenía algún tipo de ayudante? Me parecía una estupidez si pensaba en que él mismo me había dicho que era alguien muy solitario. Por otro lado... tampoco recordaba haberla visto el día que nos fuimos.
Entonces cuando estuve sobre el muro pude ver de quien se trataba.
Era Jungkook.
Mis ojos se aguaron de inmediato. Ahí estaba él con su sonrisa tierna y ojitos de galaxias. Apenas mis pies tocaron el suelo corrí hasta él y lo abracé con todas mis fuerzas. Podían haber sido solo cuatro días separados, pero lo había extrañado como si hubiese sido toda una vida. Sus ojitos terminaron igual que los míos y sus brazos se aferraron a mí casi con desesperación.
—Aunque me hiciste una seña de que todo iba a estar bien, pensé que me habías abandonado —sus palabras se colaron entre aquellos sollozos que intentaba retener con toda su fuerza—. Prometimos que íbamos a estar juntos... Pe-pero pensé que te habías aburrido de mí. Te quiero mucho, Sun. Por favor... No me dejes solo. Cuando no estás conmigo te extraño.
El corazón se me apretó gracias a sus palabras. Yo... yo no era capaz de dejarle solo. Era mi todo. Si alguna vez me iba del lugar iba a ser en su compañía. Nunca lo abandonaría a su suerte. Incluso estando rodeada de tantos niños mi prioridad siempre iba a ser él. Nunca nadie lo reemplazaría.
—Estoy aquí, Kook, estoy aquí —lo apreté más entre mis brazos mientras acariciaba el suave cabello de su nuca—. No te dejaré, ¿si? Te quiero mucho. Nunca lo olvides. Te quiero con todo mi corazón.
Permanecimos abrazados sintiendo al otro. No podía creer que había estado alejada de una criatura tan hermosa por tantas horas.
—No quiero interrumpir el emotivo momento, pero estaría mejor si vamos a otra parte para que hablen tranquilos.
Joohyuk intervino y Jungkook junto a mí le terminamos siguiendo. Llegamos a una habitación más pequeña que las que compartiamos los niños. Al parecer era ahí donde él dormía. Me extrañó que tuviese una habitación para él solo, pero estaba más preocupada de Kook que de cualquier otra cosa.
No sabía la razón por la cual seguía interviniendo en mi camino, sin embargo, tenía que agradecer que nos permitiera ese espacio. No teníamos otro lugar para hablar, así que el llevarnos ahí había sido de bastante ayuda.
Nos invitó a sentarnos en la cama mientras él se apoyó en la pared frente a nosotros. Estaba serio y solo miraba hacia la puerta de la habitación, eso me inquietó un poco, pero rápidamente me centré en el chico a mi lado. El pequeño Kook tenía mucho que decirme y a su vez yo le hablé sobre los árboles y las plantas que solíamos observar desde el techo.
—¿Tú... fuiste al techo, Kook? —pregunté con algo de temor.
—El primer día que no estuviste fui, pero...
—Pero... —haber escuchado su duda sembró una pizca de temor en mí.
—Mhh... Solo eso. El resto de los días no estabas, así que no tenía sentido.
No supe si creerle o no. Jungkook nunca me mentía, pero el suspenso de su oración me dejó algunas dudas. Decidí ignorarlo por el momento. Tan solo quería poder estar un rato con quien más quería. Se suponía que solo serían unos cuantos minutos porque la habitación era de Joohyuk y no lo quería molestar, pero tanto hablar Jungkook se quedó dormido con su cabeza en mi regazo y me daba una gran pena tener que despertarlo para irnos.
—Ah, ¿podría quedarse a dormir contigo hoy? —Joohyuk se acercó hasta donde estaba para ayudarme a mover el menudo cuerpo de Kook—. Yo debería irme a mi habitación...
—Prometiste que ibas a estar con él. Además, si vas a esta hora puedes asustar a tus compañeras de cuarto —mientras yo abría las mantas, él aprovechó para acostar al más pequeño—. Duerme aquí con él, no hay problema.
—Pero... ¿y tú?
—Puedo dormir sentado en esta silla —indicó—. No me molestaría hacerlo.
Tapé a Jungkook con las mantas y me giré hacia Joohyuk. Ya había hecho demasiado por mí como para aprovecharme más. Podía no ser la chica más madura o inteligente, pero sabía que existían límites y no me iba atrever a traspsarlos. Era su cuarto, su cama y él tenía que dormir como correspondía. Los últimos días me había estado cuidando y dudaba que hubiese dormido bien.
¿Qué tenía que hacer?
—No, Joohyuk. Para empezar la más intrusa aquí soy yo. Quédate con Jungkook y vendré temprano. Si soy cuidadosa las chicas no se darán cuenta y podré regresar sin problemas.
Observé por última vez al angelito que dormía plácidamente y caminé hacia la puerta para poder marcharme. Mi plan no era tan malo y estaba segura de que resultaría. Jungkook ni siquiera se daría cuenta de que me había separado de él por un par de horas.
Todo hubiese resultado bien, pero entonces cuando estaba a punto de abrir la puerta, Joohyuk me detuvo y puso una de sus manos sobre mi boca.
—No hagas ruido, Sunbin. Por todo lo que quieras, quédate bien callada.
No entendí enseguida sus palabras, pero me quedé quieta y helada como un cubo de hielo, cuando por el pasillo se comenzaron a escuchar pasos. Al principio no estaban precisamente cerca, pero con el pasar de los segundos el ruido se fue haciendo más claro y nítido. ¿Quién era? ¿Acaso era padre junto a alguien? Esperaba cualquier cosa, todo menos que me estuviera buscando a mí o a Joohyuk.
Su cuerpo prácticamente me cubrió por completo y quedamos tan pegados a la puerta que podía sentir su suave respiración cerca de mi rostro. La cortina de la habitación había quedado abierta en un costado con una rendija lo suficiente grande como para que se pudiera ver algo del interior. Una sombra se proyectó en ella y agradecí que Joohyuk estuviera tapando mi boca, porque de otro modo hubiese chillado por la sorpresa.
La sombra se mantuvo unos segundos, los suficientes para ponerme nerviosa. ¿Qué hacía? ¿Por qué no se iba? ¿Quién era el dueño de esa oscuridad? El corazón me estaba rebotando entre mis costillas. Jungkook seguía acostado en la cama sin enterarse absolutamente de nada y tras la ventana alguien seguía ahí parado. No hacía ningún ruido, solo el silencio reinaba fuera y en el interior de la habitación.
Fue así por lo menos durante unos segundos, ya que después se le sumó una segunda sombra y el silencio terminó roto.
—¿Por qué te demorabas tanto? Padre dijo que le fuéramos a ver —una de las dos sombras habló. Era una chica.
—Perdón, perdón. Me quedé dormido, pero ya estoy aquí —le respondió la otra sombra con aparente cansancio.
Tras ese breve intercambio de palabras, ambos siguieron su rumbo. ¿Por qué tenían que ir a ver a padre? La hora no parecía la más adecuada y... la situación tampoco me pareció la más normal. ¿Para qué los querría ver? Había escuchado a chicas ir a la habitación de quien dirigía en el lugar, pero un chico y una chica era algo nuevo. ¿Se trataba acaso de algo más turbio? Antes no había pensado en nada parecido, pero los días que pasé en el bosque me sirvieron para reflexionar bastante, incluso se Joohyuk no me había dicho mucho al respecto.
Su mano dejó de tapar mi boca cuando los pasos se escucharon más lejos.
—¿Y así te querías ir? Si te hubieran visto podríamos haber estado en problemas, ¿no crees?
Le observé un poco confundida, pero entendiendo a lo que se refería. Iban hacia donde padre y fácilmente nos podrían haber delatado. Menos mal ni siquiera había alcanzado a abrir la puerta.
—¿Por qué... me ayudas tanto? —pregunté con duda—. Tan solo hace unos días no hablábamos mucho, pero ahora me cuidas absolutamente de todo.
—Puede que tu chico pequeño sea tu alma gemela y yo tu ángel guardián —me respondió con una suave sonrisa asomándose entre sus comisuras. Sus manos descansaron brevemente en los costados de mis brazos—. Es broma. En vez de buscar tantas respuestas deberías solo dejarte cuidar —se separó dejándome más dudas que soluciones. Todas las incógnitas en mi mente permanecieron—. Vamos, ve a dormir.
Me descalcé y me metí entre las mantas a un lado de Jungkook. El pequeño no tardó mucho en envolverme con sus brazos y piernas como si de un koala se tratase. A veces habíamos dormido pequeñas siestas, pero nunca habíamos dormido juntos en una cama. A padre le gustaba que los chicos estuvieran por su lado y las chicas por el suyo. Pensando en ello se me hizo más raro que ese par de chicos hubiera ido a su habitación. Era toda una contradicción hacia los cosas que él mismo decía.
—Deberías venir a acostarte, Joohyuk. Jungkook y yo no ocupamos mucho espacio —y era verdad. Detrás de mí quedaba un espacio perfecto como para que él se pudiera acostar.
Pensé que me llevaría la contrataría o simplemente se negaría, pero tras haber juntado mejor la cortina repitió la acción que yo había hecho hace un momento. Se acostó dándome la espalda y lo suficiente lejos como para que ni siquiera rozaramos los brazos.
—Lamento incomodarte. Supongo que ahora sí debe ser un poco extraño que estemos acostados juntos —mientras hablé mi aliento tuvo que chocar contra las suaves hebras de la parte superior de la cabellera de Jungkook.
—Sí, ahora que la situación no lo amerita es algo raro —el volumen de su voz fui igual de bajo que el mío—. Pero... de alguna forma también estoy agradecido —hizo una pequeña pausa, la cual aproveché para girarme un poco hacia él—. Es la primera vez que duermo con alguien en esta habitación y... no me siento tan solo.
—Eso... eso es bueno —el agarre de Jungkook aumentó por lo que me giré nuevamente hacia él.
—Sí —lo sentí moverse y estaba segura de que estaba mirando hacia el techo y con sus manos sobre su abdomen—. Si alguna vez tienes un hijo, cuídalo como cuidas a tu chico pequeño.
No supe qué responder hacia sus palabras. El tema que había dicho había salido de la nada. Yo todavía no pensaba en hijos y ni siquiera había dado mi primer beso. Joohyuk me ponía nerviosa al decir cosas así y más cuando estábamos tan cerca. Estaba segura de que nunca antes había pensado en cosas como besos o tomarme de las manos con alguien, pero en los últimos días había descubierto tantas cosas que no sabía y la curiosidad me había invadido.
Me dormí abrazando a Jungkook sabiendo que detrás de mí había un chico. ¿Por qué todo tenía que parecer tan raro? Si mi chico pequeño hubiese sido más grande tal vez no hubiera pensado en ese tipo de cosas tan... particulares. Jungkook llenaba mi corazón completamente, pero Joohyuk era alguien que despertaba mucha curiosidad en mí.
Tal vez después de todo uno sí era mi ángel guardián y el otro mi alma gemela. O por lo menos eso es lo que explicaba que los tuviese tan presentes a ambos.
●▬▬▬▬14/09/21▬▬▬▬●
Creo que mi estrés disminuyó algo, aunque no del todo.
Y bueno, solo me queda decir que me gusta mucho esta historia, y si a alguien más le gusta dígalo que me hace feliz skdbsns
Pd: busquen una buena cantidad de pañuelos (?
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