◈ 29
❝Sin arrepentimientos❞
—¿No puedo dormir contigo? —mi pregunta lo tomó por sorpresa. Dejó ir nuestras manos que estaban unidas y puso su mano derecha sobre mi hombro izquierdo.
—Esto es muy repentino... No digas esas cosas, Sun —su tono fue más serio—. Aunque no somos unos adultos, tampoco somos unos niños pequeños. Ve a la habitación a descansar, ha sido un día de muchas emociones, ¿si?
Sabía que lo estaba tomando por sorpresa y que incluso se podía notar como si tuviera otra intención, pero en verdad no quería dejarlo solo, no luego de todas esas palabras hirientes que de seguro le habían dolido. No quise indagar más en lo que sentía, pero estaba claro que no era algo fácil de digerir.
Aquella mujer se estaba ganando mi resentimiento. ¿Cómo había tenido el corazón para decirle esas palabras?
—Solo quiero quedarme a tu lado hasta que te duermas. En mis planes no está hacer algo más, ¿acaso en los tuyos sí?
Su mano se deslizó desde mi hombro hasta ir bajando por mi brazo con mucha lentitud y cuidado. Ya no estaba tan frío como antes, al parecer darnos las manos había logrado que se entibiaran un poco y aquello me hizo sentir ligeramente un poco más feliz.
—Sabes mejor que nadie que no sería capaz de hacerte algo incluso si lo quisiera o deseara —cuando llegó a mi codo, dio un suave apretón—. Y no te preocupes, en serio estoy bien. Con tan solo verte ya me siento mejor. Mañana por la mañana nos volveremos a ver, así que puedo dormir tranquilo sabiendo eso.
Tenía razón, sin embargo, además de la situación que había ocurrido, en sí en el ambiente había algo que me tenía inquieta, una sensación extraña a pesar de saber que no estaba sucediendo nada raro. Esa mujer me transmitía una vibra peculiar y su casa de igual forma parecía contagiarse de ello. Algo me decía que no tenía que dormir sola, incluso si eso significaba parecer muy osada pidiéndole a Jungkook más grande que se quedara a mi lado en medio de la oscuridad.
Dormir junto a un hombre siempre iba a tener cierto peligro, pero si se trataba de él... Podía sentirme más segura que con miedo.
—Cambiaré el sentido entonces. ¿Puedes quedarte conmigo hasta que me duerma? Es raro dormir sola en un lugar que no conozco, me hace sentir inquieta.
—Bueno, si lo dices de esa forma claro que las cosas cambian. Ahora me siento avergonzado por las boberías que dije.
Sus palabras me lograron sacar un pequeña risa que detuve antes de que pudiera llamar la atención de alguna de las otras personas que estaba en el hogar. Cómo pudimos ordenamos las mantas que la mujer le habían dejado y luego de ello tomé su mano y nos comencé a guiar hacia la habitación que me había sido asignada. Fuimos lentamente, intentando hacer el menor ruido posible y con tanto cuidado que cada paso se demoraba más de lo normal. Pensé en que parecíamos dos personas que estaban a punto de hacer algo prohibido, cuando en verdad no íbamos a hacer nada fuera de lo común.
Aun así, podía sentir como mi corazón estaba latiendo cada vez con más fuerza.
—¿Deberíamos juntar la puerta? —le pregunté lo más despacio posible.
—No debo hacer ruido al salir y esta puerta tiene pinta de que va a sonar con tan solo tocarla.
Le di la razón y nos adentramos todavía más hasta llegar al lado de la cama. Para ese punto nuestros ojos de a poco ya se habían acostumbrado mucho más a la oscuridad. Nos soltamos y él se quedó parado frente a mí, ni siquiera tenía que verlo con claridad, podía sentir su presencia incluso con los ojos cerrados.
—Deberíamos sacarnos los zapatos para poder meternos bajos las mantas —le sugerí tomando asiento en la orilla del colchón.
Él copió mi acción sentándose a mi lado.
—No sé si lo debería hacer, pero de seguro me vas a insistir hasta que lo haga, ¿no?
—Veo que ya nos conocemos bastante bien.
Un par de segundos después ya ambos estábamos sin nuestros zapatos. Hice las mantas hacia atrás, esperando que no hubiera alguna araña o insecto entremedio. Seguramente el pequeño Jungkook dormía ahí, pero tenía mis dudas sobre si aquella mujer se encargaba de buena forma de la limpieza.
Me subí sobre la cama, la cual no era muy grande, y me acosté hacia el rincón esperando a que mi acompañante copiara mi acción, y así lo hizo. Cuando menos lo esperé, ya estaba acostado a mi lado cubriéndonos a los dos con las mantas. De repente a mi mente vino el recuerdo de la primera vez que habíamos dormido juntos en una cama, sin duda el ambiente había sido totalmente distinto.
Era un incómodo, pero un incómodo diferente.
—A este paso creo que me voy a quedar dormido aquí —su rostro estaba apoyado en la almohada mirando en mi dirección.
—Bueno, una cama siempre va a ser más cómoda que un sofá, ¿no lo crees? Tampoco es como si me fuera molestar que duermas aquí... junto a mí.
Mis manos estaban a la altura de mi pecho y mis piernas estaban ligeramente dobladas, por lo que tocaba un poco las suyas. Estiré mi mano izquierda para tocar su rostro, específicamente su mejilla derecha. Estar a su lado me hacía sentir más tranquila, no me preocupaba por saber donde estaba él o si estaba en peligro por estar sola.
—Duerme, Sun —me pidió con voz dulce.
—Si me duermo te vas a ir, y no quiero que te vayas.
Sabía que mi actuar seguía siendo difícil de entender. Pero algo había pasado luego de besarnos. Incluso si no sabía exactamente qué había cambiado, sentía que entre nosotros había algo nuevo, algo que tampoco lograba comprender del todo, pero que estaba segura de que estaba ahí.
Puso su mano sobre la mía, definitivamente estaba más abrigado que antes.
—¿En serio quieres que me quede a tu lado?
—No tengo razones para mentirte. Realmente estaría muy feliz de poder dormir contigo.
Mi corazón otra vez estaba latiendo como loco y ya podía sentir mi rostro más caliente de lo normal.
—¿Te arrepientes de lo que hicimos? —su repentina pregunta me obligó a abrir la ojos que tan solo había cerrado hace unos segundos— Digo, ya pasaron varias horas... Tal vez... Tal vez pensándolo bien te diste cuenta de no era algo que querías.
Deslicé mi mano de su mejilla hasta su cuello, y sentí como se removió un poco ante mi tacto. Estábamos lo suficiente juntos como para sentir que su respiración estaba yendo más rápido. Su rostro tan solo estaba a unos veinte centímetros del mío.
Él estaba nervioso.
Yo también estaba nerviosa.
—No me arrepiento. Ya te lo dije antes... —ni siquiera teníamos que decir en voz alta que se trataba de un beso, ambos lo sabíamos a la perfección— Probablemente te responda lo mismo aunque me preguntes mañana o incluso después. Estoy tranquila y feliz de que tú hayas sido el primero.
Sentí su mano sobre mi mejilla y de repente su rostro estaba más cerca de lo esperado. Ya no eran veinte centímetros los que nos separaban, probablemente estaba más cerca de los diez.
—Estoy empezando a dudar de mis palabras, Sun. Sé que no soy capaz de hacerte algo si no quieres, pero ahora mismo... tengo muchas ganas de besarte —su voz fue baja y sentí un escalofrío recorrer mi espalda—. Tampoco me arrepiento, pero tal vez no fue buena idea que esté aquí... Ahora no puedo dejar de pensar en eso.
De repente la oscuridad ya no parecía muy tenebrosa, en su lugar se sentía perfecta para poder dar lugar a un espacio mas íntimo. Las cosas entre nosotros se habían vuelto de esa forma, de tomarnos las manos habíamos pasado a tener la vista fija en los labios del otro.
No tenía miedo.
Al parecer los dos estábamos pensando en lo mismo.
Acerqué mi rostro un poco más hacia él, acortando los centímetro que nos separaban. Mi mano se volvió a mover, esta vez yendo hacia su nuca. Él, por su parte, movió su mano hacia mi espalda y de repente nuestros labios se estaban tocando suavemente. Entre el silencio de la noche pudimos escuchar sin problemas el sonido suave pero húmedo que producían nuestros labios con cada pequeño movimiento y roce, además de nuestras respiraciones cada vez que nos separabamos un poco.
Su mano bajó por mi espalda hasta llegar a mi cintura, pero bastó con que apretara suavemente su brazo para que subiera.
—Ya no solo debes quedarte con las ganas... —susurré despacio. Sentía mi cuerpo más caliente y no solo era por estar bajo las mantas, no había forma de negarlo— ¿O acaso estoy siendo muy osada? Me dejé llevar por el ambiente, perdón si te tomé por sorpresa.
—No hay necesidad de disculparse. Hiciste lo que había estado esperando.
Antes de que le pudiera responder, su boca cubrió la mía logrando sacarme un suspiro. Pensé en si estaba soñando o si alguna fantasía se estaba apoderando de mi mente más allá de lo que habría deseado. Pero era real, tan real que podía sentir a la perfección su cuerpo pegándose al mío lo más que podía.
Un cúmulo de nervios se instaló en mi estómago. Era como si de la nada un tornado se hubiera colado en mi interior. ¿Qué era aquello que estaba sintiendo? Sentí que un deseo oculto quería salir a la luz. Quería permanecer entre sus brazos, su cálido cuerpo nunca se había sentido tan grande como en ese momento. ¿En su mente también tenía toda una confusión? ¿Qué estaba pasando por su cabeza? ¿Hasta dónde íbamos a llegar si seguíamos de esa forma?
El corazón me estaba latiendo tan fuerte y rápido que genuinamente parecía que estábamos por hacer algo prohibido. Y al parecer algo de razón tenía, pues entremedio del beso, terminé llevando mi mano hacia su pecho. Su corazón estaba latiendo igual que el mío, parecía que a él también se le iba a salir.
—Creo que no me molesta seguir de esta forma... No sabía que besar se podía sentir tan bien. Tal vez es porque se trata de ti.
Mientras hablaba busqué la forma de colar mi mano hasta tocar la piel de su pecho, era tersa y muy suave, sin embargo, era un gran contraste con la dureza de sus latidos. Pum, pum, pum... Parecía que estábamos en una competencia de cuáles iban más rápido.
—Espera, espera... Paremos aquí, Sunbin —apenas alcanzamos a rozar otra vez nuestros labios cuando nos detuvo—. La idea es que duermas, si seguimos así... Bueno, no vamos a dormir... Creo que ni siquiera debo decir algo más...
Estaba agitado, podía sentir su pecho inflarse por mucho que intentara que no fuera tan notorio. Era imposible hacer como que no había pasado nada.
—¿Te vas a ir entonces?
—Sí, es lo mejor... Ahora incluso parece que empezó a hacer un poco de calor. Quiero seguir a tu lado, pero ahora realmente es peligroso.
—Tienes razón... Eso creo.
Se sentó en la cama, logrando que mis manos quedaran sobre el colchón, el cual estaba cálido. Mis orejas, por otro lado, estaban hirviendo. Me había dejado llevar muchísimo por mis emociones y sensaciones, ni siquiera podía creer que me había lanzado hacia sus labios y lo había besado como lo había hecho. Agradecí que fuera de noche, de otra forma me hubiera costado mirar en su dirección.
Arregló su ropa, especialmente a la altura de la pretina de su pantalón y su pecho que había quedado al descubierto por mi acción. Viéndolo fue que me percaté de que una parte de mi abdomen y mi espalda habían quedado al descubierto, probablemente cuando su mano me había acaricado por ahí.
—Descansa bien —me dijo mientras me arropaba—. Si necesitas algo, ya sabes en dónde encontrarme. Voy a juntar la puerta por si acaso, ¿si?
—Está bien. Que descanses también.
Cuando salió de la habitación no pude evitar llevar mis manos hacia mi rostro. Nos habíamos besado de esa forma tan... Osada. Tan... Ni siquiera sabía con qué otras palabras describirlo. Mi cuerpo había actuado por sí solo, y menos mal él había actuado como lo había hecho. Su piel cálida me había invitado a ir más allá de todo lo que alguna vez había pensado.
Me había sentido amada como una mujer, incluso si solo nos habíamos besado como dos jóvenes que no tenían muy claro lo que estaban haciendo.
Tenía que dormir, pero no podía dejar de pensar en sus labios contra los míos, en sus manos acariciando mi cuerpo. Si no lo hubiera detenido... Si él no se hubiera detenido... Habíamos cruzado la línea mucho más allá de lo que siquiera alguna vez había pensado.
Pensando en ello el tiempo fue avanzando y de alguna forma me terminé quedando dormida, al menos fue así hasta que sentí cómo la puerta fue abierta y una voz baja se coló entre mis sueños.
—Sun, Sun... Despierta, por favor.
Me senté todavía sin distinguir bien entre la realidad y el sueño. Y peor aun, sin saber lo que sucedería luego.
Esa no era la voz del chico que había estado junto a mí compartiendo cama por un momento. Al menos me percaté de ello cuando mis sentidos comenzaron a funcionar mejor.
●▬▬▬▬21/05/24▬▬▬▬●
Regresé y regresó la historia
Por poco no actualizo, han pasado muchas sljslshd. ¡Pero espero que les haya gustado el capítulo!
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